José Palop Gómez, que firmaba simplemente Palop, fue un historietista español nacido en Enguera (Valencia) el 28 de agosto de 1922 y fallecido en la misma localidad el 27 de septiembre de 1993. Fue alumno de la Escuela de Artes y Oficios de San Carlos en Valencia, especializándose en el dibujo humorístico.
Comenzó su trayectoria profesional (muy influido por el trabajo de José C. Arnal) publicando en El Peque, suplemento infantil del diario Jornada de Valencia, en 1941. Entre 1942 y 1944, mientras realizaba el servicio militar, publicó chistes en el diario Baleares.
En 1946, ya con un estilo más definido, comenzó a colaborar en la Editorial Valenciana, creando para la revista juvenil Jaimito la serie Bartolo, as de los vagos, que fue la que le dio mayor popularidad y que mantuvo viva durante la mayor parte de su carrera, junto con la de Chistes viejos con caras nuevas y series cortas como Robertín, niño millonario, Robinson Pérez, Don Floro, Tía Filo, Sherlock Pómez, Zorrete y Avestruzin, Invisible Man o Los hunos y los otros. Tenía una gran facilidad para construir chistes gráficos, tiras e historietas cortas, tanto es así que sus compañeros de la revista le apodaban “El chistógrafo”.
Para Pumby, revista hermana de Jaimito, Palop desarrolló el personaje Fu-Chi-Nin (que había creado en Jaimito) e ideó también otros muy populares: Payasete, Biki, Tarzanete y Bombón y Becerrín y Monucho. Con la misma editorial, también publicó en las revistas Mariló y SOS. Aparte de con este sello, colaboraría Palop con las revistas: TBO, Trampolín (donde publicó El conde Pepe), Flechas y Pelayos, Maravillas, Chispa y alguna más.
Tras el cierre de la Editorial Valenciana, trabajó para la Editorial Aramo en la realización de Nuestra historia en cómics, una obra que narra en siete volúmenes con más de 5.500 viñetas la historia de la Comunidad Valenciana. A partir de 1991, en el número 70 de la revista Camacuc, Palop serializó una versión en valenciano de su más famosa historieta con el título de Bertomeu, l'as dels ganduls.
Falleció de una hemorragia cerebral a la edad de 71 años, cuando preparaba una muestra de sus dibujos para la Casa de Cultura de Xàtiva. El Ayuntamiento de Enguera, en reconocimiento a la repercusión popular de su carrera, le dedicó una calle y una placa conmemorativa.