Vicente Roso Mengual nació en la población valenciana de Vinarós, pero se mudó a Madrid y pasó allí su infancia. Demostrado que estaba dotado para el dibujo, se formó como artista en la escuela de Artes y Oficios de la captital, donde aprende dibujo y pintura. Tras la Guerra Civil, perfeccionó sus conocimientos en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, también de Madrid.
A mediados de 1943, comenzó a colaborar con revistas de historietas, iniciándose en publicaciones del Movimientos, como Centurias, Leyendas, Flechas y Pelayos, Maravillas, o de raigambre religiosa, como ¡Zas! En paralelo, inicia una colaboración con el editor Marisal, en cuadernos de aventuras en los que perfecciona su manejo de los ambientes y el entintando, como Canguro y Pelícano. También dibuja portadas e historietas para el sello Senda, dirigido por Teodoro Delgado.
Demostrada su gran capacidad para la ilustración y el dibujo, fue reclamado por el editor Germán Plaza para su nueva alineación de tebeos lanzados en el final de los años cuarenta bajo el sello Clíper. Son recordadas sus participaciones en tebeos de wéstern, como El Coyote o MacLarry el Temerario, pero la obra que dio a conocer su firma entre la afición sería la estampada en la revista para jovencitas Florita, cuya serie principal había desarrollado Roso en El Coyote, y que llegó a atravesar fronteras (se publicó en Reino Unido y en Francia, por ejemplo).
A mediados de los cincuenta, Roso estima que la ilustración le reporta más beneficios que la historieta y abandona la serie Florita para trabajar fundamentalmente en la ilustración de portadas de libros y de tebeos, y para el mercado de la publicidad en general. Vemos su firma en colecciones de tebeos de Bruguera (Amapola, Historias), de Toray (Babette, Novelas Gráficas Clásicas) o de Domingo Savio (Chiribín). Por supuesto, trabajó en otro tipo de publicaciones, como novelas (Bisonte, Salvaje Texas, Hombres del Oeste, Héroes, Marujita, Pimpinela, Alondra, Orquídea, Rosaura, etcétera), y para otras empresas, como Afha o Pagsa. Cumplió también muchos encargos de ilustración para editores europeos a través de la agencia Creaciones Editoriales, que se pudieron admirar en publicaciones como Winnetou (se publicó Alemania), Lasso (en Países Bajos), Die Sprechblase (también alemana), Valentine (publicación británica) o en Verdens beste ungdomsbøker (noruega).
A partir del ecuador de los años sesenta, Roso comenzó a trabajar para el editor Busquets, especializado en tarjetas de felicitación navideña. Para él realizó postales y calendarios que cosecharon mucha popularidad. Lo que le llevaría, más tarde, a convertirse en el director artístico de la empresa Ancora, cargo que ocupó hasta el año 1975, momento a partir del cual comenzó a dedicarse más a la pintura ya que también tenía encargos por esa parte, como por ejemplo los recibidos por Khazzoum. De su pintura realizó en vida tres exposiciones, en Barcelona y Palma de Mallorca. A partir de 1990, su obra pictórica sólo fue posible adquirirla en el ámbito privado.