Denominación en inglés de los tebeos a modo de libro.
El concepto no es en sentido estricto el equivalente a "novela gráfica" en español, porque en Estados Unidos la comercialización de cómics se enfocó muy tempranamente hacia los cuadernos (comic books) estandarizando fuertemente el mercado, de modo que la posibilidad de comercializar tebeos encuadernados con tapas exigía una transformación considerable de los modelos de edición y distribución. Cuando en los años setenta se incorpora la notación internacional del ISBN, algunos editores de cómics deseosos de elevar la consideración de su trabajo (una reclamación antigua pero nunca satisfecha debido a la fortiana estructuración del trabajo de edición de cómic) reclamaron que sus ediciones con historietas también debían estar incorporadas a esa base de datos internacional, para lo cual debían formar parte del mercado "del libro". Esta reivindicación de la cualidad del producto fue soterrada bajo la de la artisticidad de la obra, que fue la que finalmente logró validación pública y oficial en el final del siglo XX, sobre todo mediante el tratamiento temático, dado que este tipo de libros fue dirigido a un público mas maduro, el que habitualmente desestimaba la lectura de historietas servidas en impresos con el formato de cuadernos.