CARRILLO. GRANDES ÉXITOS DE UN AUTOR POCO RECORDADO
Introducción
Antonio Pérez García (Carrillo), autor nacido en Málaga el 19 de julio de 1931, es un profesional vocacional, o lo que es lo mismo, vive del oficio y siente pasión por él. Inicia su carrera en 1952, en la revista Diez Minutos, con la suficiente energía y capacidad como para que, en apenas cuatro años, en 1956, forme parte de la nómina de Bruguera (Barcelona, 1910-1986), una de las grandes editoras de la industria española. Realiza para el gigante barcelonés trabajos para las escasas revistas picantes presentes en su catálogo, destinadas a público masculino, pero sobre todo su considerable y casi inabordable producción se ubica en publicaciones juveniles femeninas, productos que eran una realidad en aquellas épocas y que contenían líneas editoriales que pregonaban un ideario de sumisión al varón, como era la capacidad para la cocina o el no parecer demasiado inteligente como para ahuyentar posibles novios. Son trabajos artesanales que alterna con compromisos similares en otras editoriales como Maga (en Valencia, entre 1951 y 1986) y Toray (Barcelona, entre 1945 y 1999).
Tras la etapa en la que su arte se orienta en dotar de contenido a las revistas juveniles femeninas, y gracias a la técnica adquirida, su trabajo evoluciona paulatinamente hacia argumentos de género policiaco, espionaje, terror y aventuras, con un estilo realista muy dependiente de la documentación fotográfica, trabajado a pincel y exhibiendo fuertes influencias de los grandes clásicos del cómic sindicado estadounidense y autores españoles realistas. Un trabajo desarrollado en las tres editoriales citadas, a las que se suman UNISA, Martí Pavón, Universo Editrice de Milano, Ediciones B o Dalmau Socias, además de agencias como Selecciones Ilustradas y Bardon Art, que componen una perdurable y feraz carrera iniciada en 1952 y finalizada en 1994.
Una carrera profesional que califica a Carrillo como autor cumplidor y bien remunerado, pero injustamente reconocido para la posteridad, pues sus recursos y capacidades narrativas resultan invisibles para una endeble industria española. Esa negación a la posteridad es consecuencia de lo fungible que resultaba la producción de viñetas a mediados del siglo XX, por lo que apenas había necesidad de reimprimir series o títulos completos o agrupar obra en unidades argumentales con el fin de publicarlas en ediciones cuidadas o en volúmenes perdurables. Salvo contadas excepciones, como los volúmenes que en 2012 reedita EDT, Gora Gopal e Isla Loca, Los mercenarios y El capitán Pantera, los rescates del trabajo de Carrillo resultan ejemplos insuficientes como para valorar una reimpresión ordenada de parte de su producción, bien porque son incompletas, caso de Gora Gopal e Isla Loca, bien porque los prefacios y estudios que prologan los libros resultan exiguos al no poner en contexto al lector frente a historietas concretas en esa vasta bibliografía.
El Boletín es una de las publicaciones que ha recordado la obra de Carrillo. |
Los trabajos al escáner de Emilio Álvarez Galindo a través de la web Aquellos Inolvidables Tebeos han completado trabajos con reimpresiones digitales de series completas, concluyendo algunas de las que EDT puso en el mercado. El rescate digitalizado de pequeñas piezas de estilo realista es necesario para comprender y relacionar las diferentes etapas de una obra tan pródiga en títulos. Fanzines como Zeppelin, Sunday, Comicguía, El Boletín y Circulo Andaluz del Tebeos han publicado alguna obra considerada como inédita y se ha completado con textos sobre su obra y su bibliografía. Tebeosfera contiene en sus archivos docenas de entradas sobre Carrillo y su obra, por lo que su consulta es necesaria para ubicar, enmarcar, contener y comprender una obra que pudo haber sido magistral si se le hubiese dedicado energía a su estudio y reimpresión.
Pero la fragilidad de Carrillo como autor también debe buscarse en una industria editorial española sin previsiones que no ve la necesidad de encargar al autor obras con la suficiente envergadura y estructura narrativa más compleja. Que no ve la necesidad de implicar al autor en proyectos con argumentos más ambiciosos, o apoyarlo con guionistas con más recursos técnicos que aportarían sustrato para futuras reimpresiones. Téngase en cuenta que la práctica totalidad de su producción son historias cortas, algunas formando series con enlaces argumentales débiles, de desarrollo narrativo tibio y final precipitado.
La obra de Antonio Pérez García, Carrillo, desgraciadamente, no está citada en el fundamental texto Maestros españoles del arte del cómic (Masters of Spanish Comic Book Art), escrito por David Roach en 2017, que cita detalladamente a gran parte de los dibujantes de esa generación perdida, desarrollada durante el franquismo y el tardofranquismo. A Carrillo, como a cualquier autor, hay que analizarlo siguiendo una serie de jalones que se estudian por años y editoriales, según esquema bibliográfico que se desarrolla a continuación:
1952. Sucesos de Diez Minutos, suplemento de historietas de la revista Diez Minutos, inicialmente de información general, fundada por el periodista Joaquín Valdés Sancho el 1 de septiembre de 1951 y editada por Gráficas Espejo, Madrid. En poco tiempo modifica su línea editorial hacia las bambalinas de la farándula, la aristocracia del régimen y la vida social. El suplemento de historietas consta de episodios sueltos de dos páginas sobre temas actuales relacionados con la línea editorial de esta revista, que en 1952 era de información general. Las dos primeras que vende a la revista, a cien pesetas página, son Opio, sobre el tráfico de este narcótico, y La ferocidad de los Mau Mau, sobre la revolución en Kenia de rebeldes que luchan contra la administración colonial británica. Temas que, además del tratamiento en viñetas, habían sido desarrollados en sendos reportajes. El estilo clásico, la belleza exuberante de las damas (en muchas de las historias inspiradas en la bellísima actriz Jean Peters) y el perfil de los malvados son recursos narrativos que le abren las puertas a esta revista. Además de los dos citados, destacan las siguientes:
La última hora.
El contrato (esta pieza y la siguiente llevan como coprotagonista a un doble de Dennis the Menace, de Hank Ketcham).
El Rancho Dinamita.
Banda, la hija de Matahari.
La última hora.
La ruta de El Cairo.
La isla de los mosquitos.
El caso del diamante Pilac.
La mayoría de estos cortos relatos se publican en el especial número 16 de la revista El Boletín, de verano de 2005.
Carrillo en Diez Minutos. |
1953. Cuadernos Ilustrados de Sucesos, episodios de dieciocho páginas y los tres últimos de tres, cuatro y cuatro, respectivamente, al acompañar alguna historia principal obra de autores internacionales como Oliver Passingham (Leslie Shane), Emmanuel Mac Raboy (Flash Gordon) o John Cullen Murphy (Big Ben Bolt), implicados en el interesante proyecto de viñetas de la revista generalista Diez Minutos. Editados por Gráficas Espejo, Madrid, en los números que se citan a continuación, en un suplemento quincenal de catorce números, de siete de las cuales se hizo cargo Carrillo, publicadas a lo largo de 1953.
El fotógrafo asesino. Historia de suspense, en la que Carrillo, con un estilo inicial y sencillo, pero efectivo, anticipa el relato narrado en la película británica Peeping Tom (El fotógrafo del pánico, 1960, dirigida por el muy personal Michael Powell). Narra la historia de un fotógrafo psicótico que graba su encuentro con una prostituta, asesinándola y disfrutando posteriormente del resultado de su filmación. Según declara el mismo Carrillo, su historia se basa en la timidez de un amigo con dicha profesión. Pero la referencia más interesante de tan siniestra historia viene referida a cuenta de la parafilia del mirón (o voyerismo). Peeping Tom se traduce como Tom el mirón, en origen, un sastre de Coventry que no resiste la tentación de espiar a la noble y nudista dama medieval Lady Godiva cuando esta cabalga sin ropa alguna por los callejones de Coventry, en castigo y penitencia por una afrenta infligida a su marido, el señor feudal.
Este cuaderno contuvo una obra de Carrillo. |
El rapto del Dr. Kauffman.
Mares del Sur. Historia protagonizada por Diego el Marino, personaje con el rol de un aventurero naval de los mares del Sur y del extremo Oriente. Inspirada en la película Captain China, dirigida por Lewis Foster en 1950 y protagonizada por John Payne y Gail Russell, que desarrolla una historia de venganza y de restauración de una honorabilidad cuestionada. Diego el Marino constituye una primera versión del personaje más universal de Carrillo, el emblema y el arquetipo que protagoniza series tan renombradas como El Capitán Pantera (Chicos), El Tiburón (UNISA), El Javanés (Toray), Los mercenarios (Selecciones Ilustradas), Mares de China (García Pavón) y alguna más, especialmente deconstrucciones del héroe caso de, El Capitán Pantera (Bruguera y Ediciones B), cada vez más interesantes conforme el estilo y la narrativa del autor maduran. El marino apátrida y mercenario sin futuro.
Crímenes en Kenia.
El parador está cerrado.
Malaca.
El dibujo acusador.
Ninguno de estos relatos ha tenido, que se sepa, ediciones posteriores a las de Gráficas Espejo en 1953. Carrillo, según declaración propia, abandona la editorial por agravio comparativo, puesto que la directiva de Gráficas Espejo abona más generosamente a autores de por entonces mayor prestigio, como Pizarro o Martín Salvador.
1954. Chicos, Tercera Época, Se pone al servicio de la revista con un total de sesenta y nueve números publicados entre 1-I-1954 y 10-VIII-1956. Una colección a cargo de Ediciones Cid. La veterana revista fundada por Consuelo Gil revive en su tercera fase, tras dos años en el dique seco. Tras la ausencia de Jesús Blasco, en series tan emblemáticas como Cuto, sus páginas, lejos de resentirse en exceso, acogen a autores de lo más granado de esta industria, entre los que destacan Zata (Manuel Zatarain), José María Fernández Bielsa, José y Carlos Laffond, Martín Salvador o el siempre inspirado Adolfo Buylla, entre otros. Entre profesionales de tan holgada trayectoria, Carrillo figura como un prometedor principiante.
Su creación más interesante es El Capitán Pantera, evolución natural del ya citado Diego el Marino, de la que realiza nueve episodios de tres páginas, con numerosas, apretadas y no muy detalladas viñetas. Un trabajo que resulta suficiente, no brillante, pero con la fuerza necesaria para ser publicado, según el criterio de editora y propietaria de Consuelo Gil. Es evidente que la serie resulta lo suficientemente sincera y visceral como para reflejar las pasiones y ansiedades de Carrillo y su mundo, su paisaje y geografía real, y su paisanaje propio del género de aventuras marinas en los archipiélagos de los mares del Sur. Y sobre todo porque es la primera entrega del aventurero soñado por su autor, que a lo largo de los años adquirirá distintos nombres y protagonizará diversas series que se irán citando hasta la culminación de todas las versiones, el ya citado, El Capitán Pantera (1983-1989), en su versión caricaturesca y amable editada por Bruguera y Ediciones B.
Original con los personajes de El Capitán Pantera. |
El Capitán Pantera responde a una pasión alimentada por la literatura de Robert Louis Stevenson, Jack London, Thomas Mayne Reid, Daniel Defoe, Jules Verne o Joseph Conrad, que pone a disposición de la imaginación de los lectores los soleados espacios abiertos, mares, arrecifes, archipiélagos y playas sembradas de cocoteros, pobladas por indígenas y bellísimas damas y batidas por tormentas tropicales. Unas imágenes que la industria del cine traduce en cintas tan sugestivas, pese a la humildad del presupuesto, como His Majesty O’Keefe (Su majestad de los mares del Sur, de Byron Haskin en 1953), con un Burt Lancaster en uno de los papeles que mejor se ajustan a su físico, a su optimista carácter y a su sonrisa burlona. Richard Thorpe, otro interesante director de la época, se pone detrás de la cámara al servicio de una madura estrella en decadencia, Robert Taylor, y un arrogante y excelente Stewart Granger en All the Brothers were Valiant (Todos los hermanos eran valientes de Richard Thorpe en 1953). Granger es uno de los actores más dotados para el cine de aventuras, habiendo dado su carisma y su palmito a innumerables personajes alegres y fanfarrones, como el cazador Allan Quatermain en King’s Salomon Mines (Las minas del rey Salomón en1950), de Compton Bennett y Andrew Marton; el espadachín Scaramouche, en la cinta del mismo título de George Sidney de 1952 basada en la inmortal novela de Rafael Sabatini, o Jeremy Fox en la magistral Moonfleet (Los contrabandistas de Moonfleet de Fritz Lang, 1955), película con un paralelismo reconocido con el cómic de Hergé Tintin, en el que Sean McClory y Jon Whiteley componen una suerte de capitán Haddock y un joven Tintin. La terna de grandes películas se puede cerrar con Return to Paradise (Retorno al paraíso en 1953), del siempre seguro e infravalorado Mark Robson, dirigiendo al ya maduro galán aventurero Gary Cooper.
Las correosas y primarias aventuras de El Capitán Pantera se publican en primera edición en los siguientes números de Chicos Tercera Época:
Otros trabajos firmados por Carrillo en esta publicación se publican en los siguientes números:
Recopilación de El Capitán Pantera por MegaMultimedia. |
1955. Aventuras del FBI es una de las series de cuadernillos de mayor éxito en España. Dirigida por Alfonso Manzanares, este editor tiene claro que su artista elegido debe ser Luis Bermejo, con guiones de Federico Mediante, en su mayoría. Una serie que, al ser tan prolongada en el tiempo y estar a cargo de dibujantes jóvenes y no demasiado bien pagados, forzará una sobrecarga laboral que requiere, forzosamente, la presencia de otros dibujantes de apoyo a Luis Bermejo, como Carrillo, López Blanco, Martín Salvador y Pizarro. Los guionistas ayudantes son Antonio A. Arias, Luis Aroca, González Casquel y Ángel Rodríguez Illera.
La serie, editada por Rollán, consta de 252 entregas y seis números extraordinarios, que se distribuyen desde el 8-VI-1951 hasta el 20-I-1961. El trío protagonista, formado por el agente Jack Hope, el jovencito Billy Boy y el chistoso Sam, corre unas aventuras tan trepidantes, con tanta propaganda evidente sobre la actuación policial, la justificación del colonialismo o la befa a las dictaduras comunistas. Pese a la carga propagandística que acompaña a la serie, alcanza un gran éxito popular.
Un cuaderno de Aventuras del FBI. |
Carrillo trabaja sobre guiones de González Casquel, en una serie que no termina de implicarse. Quizá porque no retrata de manera adecuada al protagonista, por mucho que intente adaptar su estilo al de Bermejo; quizá por la ausencia de grandes bellezas, o, finalmente, por los desbarajustes argumentales y editoriales de algunos de sus episodios. El trabajo, pese a ser cuestionable, deja su nombre en el inventario de dibujantes que satisfacen la demanda de viñetas de la industria española. Carrillo se muestra como un profesional entregado y cumplidor en los plazos de entrega. Cualidades admirables que llaman la atención del gigante Bruguera.
Todos los guiones son de González Casquel, salvo los números 110, 111, 126, 127, 133, 134, 135 y 142.
Otro cuaderno de Aventuras del FBI por Carrillo. |
1956 y siguientes. El año en que Carrillo entra en la editorial Bruguera, dedicando su arte, principalmente, a revistas femeninas juveniles o masculinas de adultos de tipo erotizante, pero todas ellas con viñetas pobladas de damas, damiselas, princesitas o mujeres en general. Una etapa de maduración en la que su arte, en la mayor parte de las veces, se instala en las revistas juveniles femeninas, con unas historias un tanto agarrotadas y convencionales, pero mucho mejor estructuradas en revistas con tono adulto, erotizantes y de usuarios masculinos, como Can Can y Selecciones DDT. Su producción resulta bastante más exigua en otras editoriales, como Maga (Muchachas, Selecciones juveniles femeninas o Enamorada), Toray (Susana) o Ibero Mundial (Claro de luna), con unas historias de tono más contemporáneo.
La ingente producción en Bruguera se alterna con trabajos en la agencia Selecciones Ilustradas, dirigida por Josep Toutain, que se sustanciarían en su edición en títulos juveniles femeninos de la editorial británica Fleetway esencialmente en títulos como Valentine, Love Story Picture Library y True Life Library, por entonces el mejor cliente de la empresa de Toutain.
Carrillo en las revistas románticas británicas. |
Carrillo tiene presencia en algunas entregas de la revista Valentine, de 919 entregas publicadas entre 19-I-1957 y 9-XI-1954), como las publicadas entre el 12-I-1963 y el 9-II-1963, el 23-III-1963, el 6-IV-1963, el 2-XI-1963, el 9-I-1965 y el 23-I-1965, consistentes en pequeñas historias, a veces encadenadas, de dos y tres páginas que se acompañan de otras producciones firmadas por Carlos Prunés, Florenci Clavé, Carlos Freixas, José Bielsa o Ángel Badía, entre otros grandes autores, muchos de ellos no demasiado reconocidos.
Los más ubicuos y reconocidos son los muy destacados José María Miralles, Jordi Longarón y José González. En el digest titulado Love Story Picture Library, de 1.652 entregas (1952-1970), las intervenciones de Carrillo se reducen, salvo error, a tres números, el 461 (marzo de 1964), el 512 (enero de 1965) y el 513 (febrero de 1965. Título similar en formato (pocket size), paginación (cincuenta y seis páginas) y periodicidad (semanal) es True Life Library, de 769 entregas, en el mercado entre 1954 y 1970 y que llevó firmas de Carrillo en los siguientes números:
Las revistas juveniles femeninas constituyen uno de los capítulos de la profesión de Carrillo que suponen una producción prolífica que se procederá a ordenar en la medida de lo posible siguiendo el criterio cronológico de las editoriales que las publican. En general, las publicaciones femeninas y juveniles, además de historietas, llevan reportajes sobre estrellas de cine, internacionales, y sobre artistas de rock. También consultorios sentimentales.
Martita y su papuchi. |
Las publicaciones masculinas, para adultos, se pueblan de señoras casquivanas, insinuantes y de ropas ajustadas y sobre todo atractivas, lo suficiente como para satisfacer los gustos y los sueños del paisanaje masculino que puebla el páramo cultural grisáceo y tedioso del régimen franquista:
– Selecciones de humor de El DDT (Bruguera) es un título de 126 entregas y dos extraordinarios que está en los quioscos entre el 3-XI-1956 y el 23-II-1957. Revista de humor gráfico orientada a público adulto, con abundancia de chistes y escasez de historietas, que en su línea editorial pregonaba su idea de dar a conocer a grandes dibujantes de chistes estadounidenses y europeos, además de españoles, en una clara y fresca vocación internacionalista. Era una escisión de la revista El DDT contra las penas, título de humor que no define edades de lectura, y que se prolonga durante 795 entregas y 32 extras publicadas entre el 24-V-1951 y el 26-XI-1966. Carrillo colabora en varios números ubicados entre el 100 (25-VIII-1958) y el 118 (29-XII-1958), con la serie Martita y su papuchi, que luego se traspasaría a Can Can. Escritas por Armando Matías Guiu, gran profesional, escritor, periodista, dramaturgo y técnico editorial, constituían páginas cómicas y desenfadadas sobre el significado de la clase pudiente en una España tirando a menesterosa. La protagonizaban una adolescente guapa y caprichosa y un padre que le paga sus caprichos y se deja manipular por la belleza y la sandunga de su juvenil y bello retoño. La jovencita era dibujada por Carrillo de caderas anchas, piernas rotundas y mirada luminosa, al estilo de las grandes estrellas italianas cuyas imágenes alegran las carteleras de los cines.
Can Can nº 44, con portada de Carrillo. |
– Can Can, la Revista de las Burbujas (Bruguera), tenía una estructura similar a la precedente, con historietas, textos de humor y chistes. Se mantiene en el mercado durante 125 entregas, publicadas entre el 3-II-1958 y el 20-VI-1960. Competidora directa y más o menos leal del rebelde Tío Vivo en su primera época, al fin y al cabo, simultanean sus fechas de publicación, aquella editada por Crisol y gestionada por autores escindidos de Bruguera como Escobar, Cifré, Conti, Giner y Peñarroya (181 números, fechados entre el 13-VI-1957 y el 26-XII-1960). En muchas de las portadas de Can Can se retratan mujeres esculturales, elegantes, independientes y dueñas de su destino. Están delgadas y visten a la última. Su paso a la posteridad se debe al arte en la ilustración de artistas del calado de Bosch Penalva —autor de la mayoría de las portadas—, Carlos Freixas o Julio Vivas, además de Carrillo, cuya presencia en las cubiertas está firmada en las entregas 41, 42 y 44. Una de las grandes influencias de Carrillo, y de Can Can en general, fue la revista argentina Rico Tipo, publicada entre 1944 y 1972, fundada y dirigida por Guillermo Divito. Su sección más exitosa, Las chicas de Divito, lanzaba mensajes seductores que la alejaban de propuestas argumentales de las revistas más familiares. Su éxito y popularidad llegó a ser referencia en la moda bonaerense.
La presencia de Carrillo es notable en las primeras entregas de Can Can, de la cero a la octava. Su serie más emblemática se titula Las chicas de Carrillo, página constituida por nueve chistes que daban pie a la exhibición de la mujer soñada y anhelada por el españolito de a pie, con un futuro de mantenida al alcance de los grandes próceres del régimen franquista o chica de costumbres extravagantes, pero no indecorosas. Una mujer española de una época concreta protagonista definida en su alma, en sus andares y en su esplendor por ensayistas de la talla de Manuel Vázquez Montalbán, en Crónica sentimental de España (1971), o de Juan Eslava Galán, en Coitus interruptus (1997).
Sección de Las chicas de Carrillo. |
Hay una segunda etapa de Can Can, de 230 entregas entre el 21-X-1963 y el 1-III-1968, en la que Carrillo ofrece páginas de ambas obras citadas que se alternaban con Las chicas de Nadal, Raf, Vivas, Segura o Íñigo, en otras etapas de la revista.
– Sissi (Bruguera). Revista juvenil femenina por excelencia que debuta a consecuencia del gran éxito que suponen las tres películas austriacas de Ernst Marischka sobre Isabel Amelia Eugenia, duquesa de Baviera, emperatriz de Austria y reina consorte de Hungría, conocida como Sissi. Unida en esponsales con el emperador Francisco José I de Austria. Las tres edulcoradas cintas protagonizadas por el personaje en cuestión, Sissi (1955), Sissi Die junge Kaiserin (Sissi emperatriz, 1956) y Sissi Schicksalsjahre einer Kaiserin (El destino de Sissi, 1957), interpretadas por Romy Schneider, narran una historia ilusoria que enmascara la realidad de la vida viajera y desdichada de la emperatriz austriaca. Siguiendo con la pequeña digresión cinematográfica, y con ánimo de cerrarla, la misma Romy Schneider se pone a las órdenes de un barroco y afectado Luchino Visconti para meterse en la piel de la emperatriz austriaca en una visión más ajustada a su personalidad, en Ludwig (1973). Luis II, el rey loco de Baviera —interpretado por Helmut Berger—, protector del compositor Richard Wagner —encarnado por Trevor Howard con una actuación poco creíble para ponerse en la piel del compositor bávaro de tan complejo carácter—. El barroquismo de Visconti que enmarca la belleza formal de la cinta, la música de Wagner y Robert Schumann, los excesos carnales homoeróticos de Ludwig (Luis II) y las confidencias con su prima la emperatriz, dan consistencia a una cinta densa y larga, que recrea personajes complejos históricos.
Carrillo apareció en el primer número de esta revista de Bruguera: Sissi. Suplemento de Novelas Gráficas. |
La revista editada por Bruguera consta de 273 números y nueve extraordinarios que se mantienen en el mercado entre el 3-III-1958 y el 1-VII-1963. Consta principalmente de historietas, además de reportajes sobre conocidos actores de Hollywood (Clark Gable, Tyrone Power, James Dean, Frank Sinatra, Rock Hudson, Tony Curtis, Marlon Brando o Elvis Presley, entre otros muchos). El trabajo de Carrillo figura en los extras de verano de 1959, 1960, 1961, 1962 y al almanaque para 1962, además de en:
– Sissi Suplemento de Novelas Gráficas Bruguera). Son 214 números y siete extraordinarios (almanaques y extras de verano), publicados entre el 8-VI-1959 y el 15-VII-1963. Carrillo participa en los siguientes números:
Guiones escritos por Ricardo Acedo, O. Mistral, Carmiña Verdejo, A. Romero, R. Lobatón, Alberto Cuevas y Elsa Martín. Historietas sentimentales de amor y lujo, de finales felices, con unas protagonistas vestidas con recato y boato, enamoradas de muchachos guapos, decentes y vástagos de familias próceres. Historias de finales felices.
Carrillo en Sissi. Suplemento de novelas gráficas. |
– Cuentos para niñas Sissi (Bruguera). Otro suplemento de Sissi de 443 números y cinco extras publicados entre el 2-III-1959 y el 3-X-1962. Consta una intervención de Carrillo en la entrada 197, fechada el 3-XII-1962.
– Muchachas (Maga). Otra editorial que ofrecía contenidos muy similares a los de las revistas Bruguera en esta publicación de cuadernillos apaisados. Portada llamativa, historietas, reportajes sobre cine en la sección Cine revuelto, en especial sus estrellas, y consultorio sentimental (Eulalia lo ve así), para un título de diecinueve números publicados entre el 16 de marzo y el 20 de julio de 1960. Carrillo despliega su arte seguro, realista y poblado de jóvenes guapas e inocentes en los números primero, con Alegre juventud, y tercero (30-III-1960), con Eternamente tuya. Portadas funcionales de angelicales y bellas damiselas del mismo Carrillo y guiones de E. D’Elattre.
Muchacha, nº 3. |
– Selecciones juveniles femeninas (Maga). Una prolongación y solapamiento con el título anterior, con el mismo formato apaisado y también con quince entregas, publicadas entre el 27-IV-1960 y el 3-VIII-1960. Su contenido consistía en dos historietas separadas por el consultorio sentimental Eulalia lo ve así. Una o las dos historietas eran siempre de Carrillo con guiones del ya citado E. D’Elattre, así como las interesantes, femeninas y bien pintadas quince portadas. Las veintitrés historias fueron: No quiero decirte adiós (1), Marinela (2), Dulce mentira (3), La modelo (4), Cuando nazca el día (5), Amor dividido (6), Viento del norte y Albertina quiere ser estrella (7), Furia en el corazón y Albertina quiere ser estrella II (8), El milagro de su amor y Luz en el alma (9), Sobre los puentes del Sena y Luz en el alma II (10), Mi invencible rival y Luz en el alma III (11), Sin fronteras y Luz en el alma IV (12), Un flechazo cualquiera y Singapur (13), Nunca jamás y Singapur II (14) y la última entrega, compuesta por Renuncia de amor y Singapur III (15).
Selecciones Juveniles Femeninas Maga. |
– Enamorada (Maga). De tan solo tres números, con salida entre el 5-IX-1962 y el 3-X-1962. Ejemplares de sesenta y ocho páginas, del llamado tipo novela gráfica y de género romántico para adultos. Edición cuidada, con muy buenas cubiertas e interiores en color con firma de Carrillo en la tercera y última entrega.
– Susana (Toray). Curiosa y culta colección en cuadernillos apaisados cuyo sello de marca consistía en que la historia se construía a partir de un poema firmado por un grupo de literatos afectos al régimen del general Franco como Gustavo Adolfo Bécquer, José María Pemán, Rubén Darío o Manuel Machado (que no Antonio), hermano maldito e innominado condenado al olvido y al que el viento no le llevará al infinito. El listado se completa con otras glorias rapsódicas del provecto régimen anterior a la democracia de 1978. Se publicaron ciento setenta entregas y algunos especiales fechados entre el 27-III-1959 y el 22-VI-1962. La intervención de Carrillo se publica en el almanaque para 1962 (diciembre de 1961) y se titula Cuando surge el amor.
Claro de Luna, nº 95. |
– Claro de luna (Ibero Mundial de Ediciones). Colección de cuadernillos de 620 números y 24 extraordinarios, fechados entre el 25-VI-1959 y el 29-X-1971. La presencia de Carrillo se constata en tres entregas:
El paso por las revistas femeninas le da nombre y baremo de gran dibujante apto para cualquier proyecto, pues su estilo fotográfico, algo macizo, no solo no le resta capacidad en la plasmación de bellezas femeninas, sino que le da sustento y materializa la belleza carnal. Carrillo dibuja un cuerpo generoso en curvas de mirada limpia y de ojos claros, un físico de mujer que permitirá aportar riqueza narrativa y gráfica a su obra posterior poblada de aventureros y damas de valentía y decisión verificada. La relación entre el varón guapo, un cliché, y la dama con mayores recursos narrativos como personaje, salvará su obra posterior, basada en una relación de pareja que se asemeja a las divertidas guerras de sexo que se plasman en muchas de las grandes comedias clásicas del séptimo arte.
Carrillo en el nº 568 de Claro de Luna. |
1957, 1970 y 1992: adaptaciones de grandes clásicos de la literatura juvenil. La afición de Carrillo por la literatura de aventuras se concentra en varias fases de su obra, dos de ellas editadas por Bruguera y una tercera, publicada en los años noventa del siglo XX, por Dalmau Socias Editors. Las adaptaciones literarias, trabajos que suelen requerir el trabajo de un guionista, son un clásico en la compleja y prolífica obra de Carrillo.
– Colección Historias, de 204 entregas editadas entre el 15-X-1955 y el 1-IV-1964. La colección consistía en libros de unas doscientas cincuenta páginas, de las que unas sesenta eran con viñetas, a la usanza de una historieta en blanco y negro. El ejemplar se podía leer como si de una novela adaptada se tratara, como si fuera una historieta de unas sesenta páginas o de ambas formas. Las portadas eran pintadas, de gran calidad, muchas de ellas de Bosch Penalva, Antonio Bernal, Vicente Roso, Tomás Porto o Emilio Freixas, entre otros, con interiores realizados por buena parte de la plantilla de Bruguera, tales como Francisco Darnís, Jaime Juez, Jordi Macabich, algún título de Ambrós, Angel Badía, Luis Bermejo y algún otro artista.
Carrillo puso su arte en tres números que se citan a continuación:
Carrillo participó en este número de Historias. |
Un gran éxito editorial con bastantes reediciones, nuevas enumeraciones, títulos añadidos y suprimidos y clasificaciones secundarias.
– Joyas Literarias Juveniles. Otro de los grandes éxitos de Bruguera. Se trata de fascículos similares a los comic books estadounidenses, con vistosas portadas, realizadas mayoritariamente por Antonio Bernal, y con interiores en color trabajo de los artistas más consolidados de la editorial, destacando nombres tan solventes y profesionales como Quirós, Torregrosa, Carrión, Casamitjana, Julio Vivas o Casanovas, entre otros, incluido Carrillo. Fue una colección de enorme éxito popular en la que se publicaron 269 ejemplares entre 1970 y el 29-X-1984. El material base se editaba y reimprimía de maneras diversas, tales como reagrupaciones en libros a modo de integrales, bien sea en orden cronológico de publicación de la obra adaptada (caso de Famosas novelas), por orden selectivo (Grandes novelas ilustradas) o por autores de esas obras objeto de la adaptación, como Julio Verne, Emilio Salgari, Charles Dickens o Karl May, entre otros, titulándose los integrales Grandes obras ilustradas. Había reimpresiones que sirvieron como suplementos de historietas a la prensa generalista, caso de El Periódico (1977) o El País (2010). También, en bastantes ocasiones, la adaptación se publicaba seriada en las diversas cabeceras Bruguera durante los años setenta, generalmente en Tío Vivo. Fue un título que en su segunda época editó la friolera de 1.043 entregas, fechadas entre el 6-III-1961 y el 23 de marzo de 1981. Carrillo dibujó y adaptó diez ejemplares con la profesionalidad que le caracterizaba:
Página de "La cruz y la espada". |
Página de Capitán Singleton. |
– Clásicos de Dalmau Socias Editores. Con lo que se cierra el capítulo de adaptaciones literarias de grandes clásicos de la literatura juvenil. Las seis adaptaciones de Carrillo para este sello, firmadas como Carr, muestran un estilo tendente hacia la caricatura y son lo más destacado de esta editorial:
Una canción de navidad, del sello de Dalmau Socias. |
1965 y siguientes. Las entonces llamadas “novelas gráficas”. En los años sesenta del pasado siglo XX y tras el agotamiento del formato cuaderno de aventuras, varias editoriales (Ferma, Bruguera, Rollán, Toray o Semic) se lanzan a nuevos formatos, con historias más largas sin protagonista fijo y orientadas a un público adulto. Se trataban los géneros populares, como el romance, el oeste, policiaco, espías, bélico, terror o fantasía. Carrillo, artesano competente, formal y puntual en las entregas, es uno de los autores que pondrá su oficio en la creación de las entonces llamadas novelas gráficas, publicadas bien por Toray (Espionaje y Brigada secreta) o bien por Bruguera (Calibre 44 y la romántica As de corazones).
– Espionaje (Toray). Librillos de cuarenta y ocho páginas en blanco y negro sin protagonista fijo y con argumentos que inciden contra las adversidades que genera una dictadura comunista. Las, aproximadamente, sesenta primeras portadas eran fotogramas de películas cinematográficas o televisivas, y a partir de aquella entrega se reconvierten en cubiertas pintadas con esmero y convencionales, obra de R. Cortiella, con algunas pocas del interesante A. Borrell. Se imprimieron 72 números, publicados entre el 19-III-1965 y el 8-XII-1967. La nómina de sus dibujantes más conspicuos presenta nombres como A. Guerrero, J. A. Huéscar, J. Román, García Pizarro, J. Badía o el citado Antonio Borrell, autor de uno de los sosias menos original de Tarzan of the Apes: Tamar, editado por Toray entre 1961 y 1964, con guiones de R. Acedo.
La autoría de Carrillo se ratifica en la octava entrega, Cita en Oriente (25-VI-1965), con guiones de Flores Lázaro y portada con fotograma de una película de gánsteres protagonizada por el actor Dana Andrews en una historia protagonizada por Jean-Paul Belmondo.
Participación de Carrillo en Espionaje. |
– Brigada Secreta (Toray). Exactamente la misma idea que la referencia anterior, con los mismos dibujantes y guionistas. Se publicaron 192 entregas, fechadas entre el 28-IX-1962 y el 24-II-1967. Como dato diferencial se señala que las cubiertas se formaban con un montaje que incluía fotogramas y decoración con colores planos que recuerda al pop-art.
La presencia de Carrillo se acredita en los números que se citan a continuación, con portadas de fotogramas de los actores vinculados al género George Raft y Robert Stack.
Una página de Carrillo en Brigada Secreta. |
– Calibre 44 (Bruguera). Librillos del oeste dibujados por artistas Bruguera, entre los que destacan J. Bosch, Edmond, F. Costa o Grau, con cubiertas pintadas por destacados autores, como Bernal o Brocal Remohí. Se publicaron 73 números fechados entre julio de 1964 y junio de 1967.
– Historias para no dormir. Se considera una de las primeras aproximaciones al género del horror en la industria de la viñeta en España. Editada por Semic Española de Ediciones, constituye un término medio entre la llamada novela gráfica y la revista de historietas. Carrillo se acredita en sexto número (1966) con la historia llamada El medallón de Isis, un terror con momias y diosas egipcias que se acompaña de una historia de suspense escrita por Tello titulada Las serpientes asesinas. Se publicaron ocho números, fechados entre 1966 y 1967, orientadas a lectores adultos.
– As de corazones. Su última aparición en novelas gráficas es el número 269 de esta colección, fechado el 2-V-1966 (Era muy bonita). As de corazones fue una serie romántica para adultos editada por Bruguera que publicó la friolera de 326 números entre el 21-XI-1960 y el 27-III-1967.
– Macabro. Revista editada por Ursus de 30 números, fechados entre 1974 y junio de 1977. Carrillo está reconocido en los números 1 y 2 (de 1974) y 7 y 10 (de 1975). La primera y la última historieta, El medallón y Triángulo, llevan guiones de González Casquel, mientras que la tercera y la séptima, Arde, tierra, arde y Las manos, son obra completa suya. La importancia de este título estriba, además de las competentes historietas realizadas por Carrillo, en la destacada presencia de grandes autores como Jordi Bernet, Esteban Maroto, Alfonso Font, Carlos Giménez o Adolfo Usero. Otra causa por la que merece ser reseñada la colección Macabro se debe a la publicación de Diabolik, serie fumetti nero de las hermanas Guissani, Angela y Luciana, a partir del número 20, que llevó dibujos de Alarico Gatia o Sergio Zaniboni.
– Servicio Federal (Ursus), de seis números con historias largas, fechadas en 1980, con la tercera (Cumbres de poder) dibujada por Carrillo.
1968-1976. Dossier Negro. Una muy interesante publicación que recorre en sus 217 entregas (entre 1968 y abril de 1988) el inicio y el asentamiento de la fase más activa de la industria de la viñeta española. Su publicación corre a cargo de cuatro editoriales diferentes: Ibero Mundial Ediciones / Garbo (números 1 a 124), Delta (que toma el relevo hasta el 149), Giesa (que se mantiene hasta el 201) y, finalmente, Zinco, hasta el final.
Su formato pasa de pequeños ejemplares en taco hasta revistas grapadas en blanco y negro. Sus índices se alimentan de material de terror de primera calidad, tal y como se aprecia en sus fuentes nutricias: Warren Publishing, Skywald Publications, la agencia italiana Gino Sansoni, la agencia de distribución Bardon Art y National Periodical Publications, posteriormente llamada DC Comics, una de las editoriales con mayor índice de ventas del mundo.
Dossier Negro fue una publicación trascendente en la historia del cómic en España. Un título con firmas acreditadas de tanta calidad como Alfonso Figueras, Juan Boix, Esteban Maroto, José Ortiz, Francisco Solano López, Alfredo Castelli, Richard Corben, Bernie Wrightson o Paul Gulacy, entre docenas de grandes nombres de la industria.
Las obras de Carrillo muestran su maduración y compromiso, modificando la estructura de la página, animando el inicio de la historia con splash pages de presentación, dando así salida a sus recursos técnicos, destacando su gran belleza formal que se evidencia en los contrastes y claroscuros, la documentación fotográfica plasmada en la fisonomía de sus personajes y sus referencias con rostros populares del cine y la televisión, las guapísimas y contundentes damas tenuemente vestidas y descalzas y el detallismo en los animales. Pero también queda al descubierto alguna de sus carencias como el poco detalle en fondos y la narrativa algo desganada de finales abruptos.
La firma de Carrillo se acredita en los siguientes números:
Página de Doc Foran para Bravo nº 31. |
1968. Revista Bravo y el reencuentro con la aventura. Uno de los grandes títulos de Bruguera, que se mantiene en quioscos durante 46 entregas, fechadas entre el 19-II-1968 y el 2-XII-1968. Revista de inspiración franco belga que incluye autores internacionales en su nómina. Su debut coincide con la publicación de una serie de artículos y libros que constituyen las bases del corpus doctrinario del cómic en España y describen con entusiasmo un medio de expresión, artístico, narrativo y acreditado, que una década anterior, no era más que tebeos de autorías apócrifas y de consumo infantil y juvenil. En conclusión, la industria editorial española se va trasformando por la presencia en el mercado de nuevos títulos como Gaceta Junior (1968-1970), Gran Pulgarcito (1969-1970) o Trinca (1970-1973), por la aparición de textos sobre la historieta destacando la revista Cuto en 1967 con dirección de Luis Gasca[1], Bang en 1968, dirigida por Antonio Martín, y los ensayos Tebeo y cultura de masas (Luis Gasca, en 1966) e Los “comics”. Arte para el consumo y formas pop (Terenci Moix, en 1968), y por la reincorporación paulatina de artistas que, habiendo hecho carrera en el mercado foráneo, aterrizan en España como José María Fernández Bielsa, Juan Arranz Aguado. Antonio Hernández Palacios o Adolfo Álvarez-Buylla Aguelo.
La gran inspiración de Bravo es la revista francesa Pilote, que presenta al lector español series tan clásicas y universales como Blueberry, Michel Tanguy o Achille Talon, que se acompañan de un muestrario hispánico tan original como bien realizado, destacando obras como Gálax el cosmonauta, de Fuentes Man; Grand Prix, de Spadari y Víctor Mora, o Topolino, el último héroe, de Alfonso Figueras. Entre todas estas interesantes renovaciones del arte de los cómics, actualmente venerables clásicos, se ubica el trabajo de Carrillo, Doc Foran el africano, que trata sobre cazadores blancos, un argumento que constituye un subgénero narrado en películas tan atractivas como King’s Solomon Mines (Las minas del rey Salomón 1953), de C. Bennet y A. Marton; Mogambo (1953), de John Ford; The Snows of Kilimanjaro (Las nieves del Kilimanjaro 1952), de Henry King, o Safari (1956), de Richard Thorpe. El problema es que en la época de Doc Foran el africano, 1968, los cazadores blancos en África, los bwanas al estilo de Stewart Granger, Clark Gable, Gregory Peck o Victor Mature, estaban seriamente cuestionados, no solo por la serie televisiva Daktari (1966-1969), sobre un veterinario de fauna salvaje que vela por la vida y bienestar y no la muerte de sus pacientes, sino por los movimientos conservacionistas españoles liderados por Félix Rodríguez de la Fuente, que además de ser una de las grandes figuras mediáticas de la España tardofranquista, era protagonista de algunas historietas que se publicaban en la revista rival y complementaria Gaceta Junior (1968-71) y en la propia continuación de Bravo, Gran Pulgarcito (1969-70). Pese a todo, la serie, bien dibujada, con realismo animal y bellas mujeres, era de agradable lectura. El personaje Doc Foran recordaba al actor Robert Conrad, protagonista de The Wild Wild West (Jim West, 1965-69), una serie televisiva de ciencia ficción especulativa con apariencia de western.
La presencia de la serie Doc Foran en Bruguera tiene lugar en los siguientes números: el 16 (3-VI-1968). Doc Foran el africano, el 17 (10-VI-1968). Doc Foran el africano, el 28 (26-VII-1968). La tumba de los elefantes y el 31 (16-IX-1968). El tótem de los Ekoi. Se continúa con una última entrega en el Almanaque Tío Vivo 1969 (noviembre de 1968) llamada El cazador furtivo.
Otra página de Doc Foran para Bravo. |
1969. Gaceta Junior y primeros grandes éxitos. Sambhur, El Tiburón y sus continuaciones de Bruguera. Gaceta Junior es una publicación editada por UNISA al amparo de periódicos como La Vanguardia o semanarios como Gaceta Ilustrada. Se mantuvo entre el 17-X-1968 y el 30-IV-1971, con 81 números ordinarios y dos extras. Es a partir del número 17 (6-II-1969) cuando se fusiona con Tintin (versión española del clásico belga de Le Lombard y de su versión francesa editada por Dargaud), pasando a llamarse Tintin / Gaceta Junior.
Es una revista de orientación liberal, muy diferente por tanto al prototipo Bruguera, más paternalista, que encuentra analogías gráficas, que no editoriales, con Trinca, de Doncel, más adscrita a la ideología oficial del franquismo, de la cual se publicaron 75 números y dos extras, ofrecidos entre noviembre de 1970 y julio de 1973. Entre los autores que comparten ambos títulos destacan valores tan concluyentes como Adolfo Álvarez-Buylla, Arturo Rojas de la Cámara, Carlos Giménez, Jordi Buxadé, Chiqui de la Fuente o Joan Bernet Toledano.
En las dieciséis primeras entregas de Gaceta Junior, la referencia dominante es la revista italiana Corriere dei Piccoli, que aporta trabajos de Dino Battaglia, Sergio Toppi o el mismo Hugo Pratt, en L’Isola del Tesoro, la adaptación de la inmortal obra de R. L. Stevenson The Treasure Island (La isla del tesoro). A partir de la siguiente entrega, la presencia de Le journal de Tintin se hace patente, con autores del calado de Vicq (Antoine Raymond), Mittei (Pierre Seron), Paul Attanasio, Édouard Aidans, Yves Duval, Hermann Huppen, Paul Cuvelier, Jean Graton o Eddie Paape, y como es lógico suponer, el mismo Hergé (Jean Remi). Entre los autores españoles figuran, además de los ya citados, Antonio Perera, José Cubero, Luis Durán y Carrillo, que destaca en estas páginas como el gran autor ya consolidado o que al menos lo será en un futuro cercano.
Una página de Sambhur. |
Gaceta Junior es una de las revistas esenciales de la anquilosada industria española, con una línea editorial de vocación internacionalista que se sustancia en dar a conocer una parte importante del cómic italiano, acreditar la obra de los artistas de Le Lombard —incluido Hergé—, asentar la producción de grandes autores españoles e iniciar el ascenso de Carrillo en la industria.
La primera de las obras publicadas es Sambhur, un derivado de Tarzan —uno de los grandes iconos de la cultura del pulp, del cómic y del cine, homenaje a la versión realizada en viñetas por Hal Foster en la década de los treinta del siglo XX. Sambhur es un muchacho caucásico que se halla en el Amazonas, desmemoriado y justiciero, protagonista de una serie correctamente tejida que maduraría posteriormente en otra llamada Gora Gopal, en 1973. Está escrita por A. Arias y dividida en seis historias, que aparecen publicados en los números siguientes:
Gaceta Junior Extra (1971). Las aventuras de Sambhur. Una historia de Gaceta Junior, es una reimpresión de esta obra de Carrillo en un número independiente que contiene todas las historias editadas. La serie se reedita de nuevo en formato de doble tira diaria en blanco y negro durante los meses finales de 1970 en La Vanguardia, diario de información matinal editado en Barcelona desde 1881.
Sambhur, la edición monográfica de UNISA. |
La segunda aportación de Carrillo al título de UNISA es una de sus más interesantes versiones del marino de los mares del Sur, El Tiburón, su alter ego de vida soñada, en una nueva versión a base de depurarlo de las interpretaciones elementales y primarias que habían partido de Diego el marino (Editorial Espejo), de El Capitán Pantera para Chicos (Editorial Cid) y El Capitán Pantera para Tío Vivo Extra de Verano 1969, de Bruguera que se comenta algo más adelante. Cuatro adaptaciones del personaje, en este caso con el rostro del actor Chad Everett, estrella televisiva del momento por la serie Medical Center (Centro Médico) de seis temporadas entre, 1969-1976, en la que el atractivo actor encarnaría a un cirujano tan guapo como competente. Las entregas de El Tiburón para UNISA son portadoras de una carga narrativa más estructurada en la que el autor se encuentra más encajado y más seguro al lucir una técnica suelta y relajada. Nos presenta a un marino apátrida, llamado en esta singladura Nathaniel O´Kelly, cosmopolita por necesidad y políglota por interés, que navega por el mar de China, atracando en los puertos oscuros de míticas ciudades como Singapur, Hong Kong o Macao, puertos llenos de lumpen multirracial y preciosas mujeres de pasado oscuro y futuro pleno de promesas, malvadas o de buen corazón, pero siempre aventureras y poseedoras de joyas y escuetos vestidos que no necesitan de calzado. Se mueve entre mercenarios europeos que hacen fortuna en las guerras anglo-chinas por el control del té y del opio, configurando así un icono válido para la narrativa sencilla pero eficiente de Carrillo, distante del personaje de múltiples matices psicológicos, el melancólico marino ideado por Hugo Pratt en 1967 con un rostro similar al del francés Alain Delon y que responde al nombre de Corto Maltese.
La serie El Tiburón tan solo se mantiene cinco episodios, siendo cancelada por la brusca desaparición de Gaceta Junior, uno de los grandes títulos de la industria española, con permiso de algunos editados por Bruguera. Así, la serie aparece publicada en los siguientes números:
Las aventuras de El Tiburón vienen precedidas por una afortunada versión editada por Bruguera de El Capitán Pantera, un tal Rod Carmichael, en la historia aparecida en el Tío Vivo Extra de Verano 1969 (julio de 1969) llamada El Capitán Pantera y los contrabandistas, realizada con dibujo realista y reforzada con una campechana sorna en los diálogos que la acerca a una versión desenfadada, con matices caricaturescos. Un acierto en su brevedad forzada.
El Tiburón. |
1970-71. El Javanés. Ediciones Toray
Colección de cuadernos de treinta y dos páginas, editados entre 1970 y 1971 en diez entregas muy homogéneas merced a las cubiertas pintadas de Cortiella y, sobre todo, por la agradable lectura inducida por el espléndido arte de Carrillo, caracterizado por unas climáticas primeras viñetas de marinas, selvas tropicales o paisajes exóticos, dibujados, al igual que El Tiburón, con pincel, en blanco y negro muy contrastado en claro homenaje al maestro Milton Caniff y a su particular China, tan personal como quimérica, por donde deambulaban Terry Lee y su amigo y mentor Pat Ryan, protagonistas de una obra inmortal ya citada. Una China a veces inventada y en general documentada.
Carrillo recrea aquí una moderna historia de argumento cercano a la narrada en su anterior obra, El Tiburón, protagonizada por un doble suyo, Alexander Mungo, distinto nombre por cuestión de derechos, licencias y editoriales. Este marino cosmopolita y mercenario con sus diferentes identidades es patrimonio de varias editoriales, como Bruguera (Rod Carmichael, El Capitán Pantera, y Rex Forton, Rex de los Mares del Sur), UNISA (Nathaniel O’Kelly, El Tiburón), Toray (Alexander Mungo, El Javanés), Selecciones Ilustradas (El Capitán Rowe, Los mercenarios) y Ediciones Martí Pavón (otro Capitán Rowe, en Mares de China).
Los personajes de El Javanés. |
Alexander Mungo es el comandante de una goleta en las guerras comerciales de extremo Oriente. Se acompaña de una cuadrilla de europeos, con algún chino —otro homenaje a la serie de Caniff— y una novia aventurera, bellísima y morena con atavíos compuestos por sucintas, cortas y vaporosas túnicas que descubren sus piernas sin evitar las armónicas formas y encantos varios de su anatomía dorsal. Usa Carrillo un cuidado blanco y negro que certifica su virtuosismo con el pincel, que lo equipara, a la vez que rinde homenaje, a los grandes clásicos de las aventuras del cómic sindicado estadounidense de la edad de oro. Este es el desglose de números:
En 1971, en los números DDT Extra de Verano de 1971 y Tío Vivo Extra de Verano, ambos editadas por Bruguera en julio de 1971, se publican dos historias, tan solo dos, de ese tipo de aventurero de los mares del Sur. El contexto es colonial y con cierto regusto racista, una supremacía étnica muy de la época, por lo que si se juzgara debería hacerse como algo pasado, como se analiza un clásico, y nunca con la mirada actual, que suele prejuzgar. Aunque no deja de ser cierto que en los lejanos años setenta del pasado siglo XX, ese colonialismo ya presentaba tufillo supremacista y rancio. La serie se llamaba Rex de los Mares del Sur, y sus dos episodios eran El dragón de Sumatra (en el DDT) y La estampida (en el Tío Vivo).
Un cuaderno de El Javanés. |
1972-75. Gora Gopal. Una de sus grandes obras
Gora Gopal es una de las obras más largas y conocidas de Carrillo. Realizada con oficio, es un trabajo de encargo de la agencia Selecciones Ilustradas, vendido a muchas naciones europeas, además de la India, el país en donde trascurren sus aventuras.
Se trata de una serie que fusiona el espíritu literario de Tarzan, de Edgar Rice Burroughs, con la poética colonialista y cosmopolita de Rudyard Kipling. Gora Gopal supone la maduración, el paso adelante de las historias de Sambhur, publicadas en Gaceta Junior y una evocación de las referencias literarias representadas, además de las dos citadas, por Jack London, Henry Rider Haggard o Robert Louis Stevenson. Una declaración de lo que supone el género de aventuras.
Carrillo pone al servicio de esta obra una narrativa sencilla, algo esquemática y, en ocasiones, de resolución precipitada. Explota el uso de demasiado texto, tanto del descriptivo como del narrativo, con lo que la trama pierde dinámica y fluidez, y al igual que en la mayoría de sus obras, el relato presenta una estructura algo envarada. A estas características, algo añejas más que clásicas, añade una brillantez gráfica que se sustancia en la belleza y sensualidad de las mujeres, en la expresividad y fidelidad de la fauna indostánica — leopardos, tigres, elefantes o rinocerontes—, en el entusiasta sentido de la aventura, en su mensaje ecologista y en el relato de iniciación basado en las enseñanzas del gurú Chandenagor a un joven Gopal. Homenaje a Kipling en su conocido libro de relatos The Jungle Book (El libro de la selva, 1894) presente en las analogías entre Mowgli y Gora Gopal y entre el gurú y los animales sabios y maestros, osos, panteras y lobos. Esa iniciación también tiene referencias en algunas de las novelas de William Somerset Maugham, en especial, The Razor’s Edge (El filo de la navaja en 1944), una emotiva epifanía sobre la transmisión de la sabiduría de un maestro gurú a un europeo de inquietudes espirituales. La serie de Carrillo ofrece recursos narrativos y cultas influencias que compensan con creces la inflexibilidad del relato.
Cabecera para Gora Gopal. |
Gora Gopal es título compuesto por dieciocho episodios realizados para Selecciones Ilustradas en 1972, a los que precede un, digamos, una entrega piloto llamada Gopal, publicado en el número 12 (noviembre de 1971) de Super Pulgarcito (revista mensual editada por Bruguera de 152 números, distribuidos entre diciembre de 1970 y diciembre de 1983). Una de las primeras ediciones completas de la obra se publica en la revista francesa Buffalo Bill, editada por Jeunesse et Vacances (que se mantuvo durante treinta y dos entregas, fechadas entre diciembre de 1973 y junio de 1981). Gora Gopal se ofrece en los primeros dieciocho números (hasta enero de 1978), compartiendo espacio con series Rafael Méndez, de Marco Baratelli, o del extraordinario Arturo del Castillo, autor de míticos wésterns.
La primera edición en español de Gora Gopal, como todas las siguientes, es incompleta y ve la luz en la revista Chito, editada por Martí Pavón en los números 8 al 13 y un extra, entre 1974 y 1975, título que recoge buena parte de la obra de Carrillo., y pese a ser una publicación encogida y autocomplaciente, se posiciona como una de las renovadoras de la industria editorial española de la década de los setenta.
Página de Gora Gopal. |
Las dieciocho historias originalmente publicadas en Buffalo Bill se publican en los números siguientes:
1974-75. El capitán Rowe. Los mercenarios,Mares de China e Isla Loca. Son las últimas aportaciones del arquetipo basado en el marino apátrida desarrollado por Carrillo. (3 ilustraciones)
-Los mercenarios es otra de las múltiples adaptaciones de su héroe carismático, llamado en esta ocasión Capitán Rowe, un caballero de fortuna que alquila su goleta a multinacionales europeas para controlar, limitar o exterminar la piratería en el mar oriental. La historia desprende un notable aroma colonialista que va quedando añejo en el momento de la publicación de la serie. Los europeos imponen un control en el mercado oriental que ya se había iniciado con las guerras por el monopolio del té y los pagos de la popular bebida en opio entre 1839 y 1860. El control del mercado que imponen ingleses y holandeses, se basa en principios éticos endebles adoptados para la ocasión. La obra es realizada, como la anterior, para la agencia Selecciones Ilustradas en 1974, con el fin de ser distribuida en revistas que compren sus derechos de impresión. La trama se desarrolla en doce episodios de veinte páginas cada uno y supone uno de los grandes momentos del arte de Carrillo.
Aparecen mujeres fatales similares a las propuestas en anteriores obras y que además rememoran a las damas salvajes y enamoradizas que pulió Will Eisner con su pincel y tinta. La protagonista, la chica buena, Guillermina van Deer (una opulenta dama parecida a la actriz Anita Ekberg), con similar aspecto a Carol, la novia de Gora Gopal. La marinería que acompaña a Rowe, un caballero de fortuna con el aspecto del actor Chad Everett es similar a la descrita en anteriores series de marinos. Y son también muy similares las referencias literarias y gráficas que recoge Carrillo, las ya citadas sobre su influencia clásica evidente y sobre su narrativa concisa, por momentos atropellada.
También se publican algunas entregas en las revistas Super Mortadelo, al menos en sus números 235 (24-VI-1985) y 238 (15-VII-1985), y Super Sacarino, en el 70 y el 71 (enero y febrero de 1985). La edición por excelencia es la realizada por EDT en 2012, y su valor añadido reside en que es una primera edición integral.
Los Mercenarios. |
Mares de China aparece en la revista Chito (Ediciones Martí Pavón), de la que se editan cuatro números:
Similar en todo a Los mercenarios, con el dibujo más cuidado y el tono más desenfadado, más adulto, con personajes que derrochan simpatía y no creen demasiado en sí mismos, Parte con los mismos supuestos argumentales y cronológicos, pero resulta más madura, con personajes mejor trazados. La historia quedó suspendida hasta 1979, año en que la revista ¡Zas! (Bruguera) la reedita en sus cuatro primeros episodios (del 1-X-1979 al 12-XI-1979), además de editar como primicia el quinto y último (26-XI-1979), sin título, que cierra uno de las mejores y más chispeantes trabajos de Carrillo.
Mares de China, en un montaje para el CRG. |
¡Zas! fue una interesante revista de contenido variado que ofrecía además series como Dick Turpin, en versión del eficiente Ramón de la Fuente; The Trigan Empire, de Mike Butterworth y Jim Lawrence, o la adaptación de la inquietante película Alien, de Ridley Scott (1979), realizada por Walter Simonson con guion de Archie Goodwin.
- Isla Loca aparece en la revista Chito Extra, de Grafimart, en dos entregas, fechadas en 1974 y 1975, a las que se añade otra en el número 21 de Chito, fechado en agosto de 1975. Se trata de una historia de humor algo disparatada e irónica que transcurría en una isla remota donde todos son felices. No cosechó el éxito esperado, pese a las atractivas y claras referencias en las que se basaba, entre las que destacaba la serie L’il Abner, de Al Capp, distribuida por United Feature Syndicate entre el 13-VIII-1934 y el 13-XI-1977. Concretamente, alude a uno de sus más famosos episodios, el protagonizado por los Schmoo en 1948. Es una influencia que el relato de Carrillo no supo integrar adecuadamente, pues el imaginario árbol Makakoa, cuya ingesta proporciona fuerza y felicidad, no tiene el vigor narrativo que ostentan las curiosas criaturas de Al Capp, un autor de sutil ironía que habla de un lugar idílico y recóndito habitado por unos seres llamados schmoo que facilitan gratuitamente a los hillbillies viajeros todo lo que necesitaban, incluidos sus cuerpos como comida suculenta. La entrega de esta especie era total pues morían de felicidad si alguien pensaba en ellos como si fueran viandas para un opíparo banquete. Es una historia con engranaje suficiente para hacer crítica y sarcasmo de cualquiera de los aspectos que rigen la sociedad de consumo. Una comicidad extrema que requiere de una precisión narrativa para su funcionalidad que las artes gráficas y narrativas de Carrillo, su isla chiflada y el árbol Makakoa, no fueron capaces de asumir.
Isla Loca, calificado como "humor gráfico para adultos". |
Otras referencias integradas en el relato eran las tierras recónditas, las islas perdidas, en definitiva, los secretos destinos a los que viajaba Lemuel Gulliver, según narra el novelista irlandés Jonathan Swift en su magna novela Travels into Several Remote Nations of the World, in Four Parts. By Lemuel Gulliver, First a Surgeon, and then a Captain of Several Ships (Viajes de Gulliver 1726).
En Isla Loca, Carrillo quiso plasmar la felicidad, la alegría de vivir o la posibilidad de disfrutar de una vida maravillosa. Para ello se representa en sus playas, integrándose en la sociedad como un cronista con bañador. La alegría de vivir en un mundo soleado, de litorales vírgenes y con un mar templado y trasparente, toma como influencia la película de John Ford Donovan’s Reef, filmada en islas del océano Pacífico en 1963 y que canta a la paz tras la cruenta guerra contra el imperio nipón. Una bonanza que explica un constante estado de optimismo y despreocupación.
Un trabajo que acusa carencias, ya sea por falta o por acierto de gags cómicos o sutiles ironías, ya sea porque requiere mayor componente de género aventurero, muy presente en las aventuras de Taoro (el marino prototipo de su autor) y Gama (la opulenta dama de los mares del Sur) fuera de Isla Loca, o porque precise de un mayor tono erótico acompañado con tramas con más sustancia. Sea como fuere, su trabajo delicado y en el máximo de su madurez resulta tibio, fruncido y, sobre todo, no se acompaña de un guion que lo eleve y justifique, obligándose a cortar la serie en pocos episodios.
Esa este número de Chito, dedicada en gran parte a Carrillo, uno de los autores más representativos de Ediciones Martí Pavón, junto a luminarias como Emilio Freixas o Jesús Blasco, se reimprimen dos de las historias más famosas realizadas cuando formaba parte de la revista Chicos Tercera Época, citados y comentados en páginas precedentes: El honor de la Policía Montada y Los filibusteros. Pero la estrella de esa entrega es la pequeña y condensada joya, con buena parte del mejor y más reconocible estilo de Carrillo, llamada Tom Farrell de la Policía Montada del Canadá, un relato del gran Norte nevado con conflicto de rehenes.
Carrillo en la tercera época de Chicos. |
1972-80. Historias realistas en revistas varias que se recopilan a modo de cajón de sastre y realizadas la mayoría en publicaciones de Bruguera. El realismo del autor, la belleza de las protagonistas y los argumentos, un tanto banales, casi una imposición de la editorial, circunscriben y explican el arte de Carrillo, dando idea de lo mucho que su narrativa podía haberse desarrollado con la escritura de guiones compactos con estructura consolidada. Queda como una posibilidad o una oportunidad pasada, aquello que pudo haber sido y que no será.
– Almanaque Tío Vivo 1972 (diciembre de 1971). Trampa, historia que aporta un acostumbrado guion (típico de Bruguera) bien estructurado por Cassarel. Bandidos que buscan venganza, una rubia que esperan su redención, que canta en cabarets (hay una espléndida viñeta de contraluces sugestivos) y que se enamora de un agente de antinarcóticos. Como es habitual en una historia tan precaria y de personajes tan deslavazados el final resulta precipitado y feliz.
– Super Tío Vivo 3 (21-VII-1972). ¿Dónde enterraron a Gallagher? Ambiente hardboiled que trascurre en el Chicago de los años treinta, durante de la prohibición.
– Tío Vivo Extra de Verano 1975 (julio de 1975). Sahib doctor. Nueva y fallida versión, desde el punto de vista comercial, que no del narrativo, del aventurero clásico de Carrillo, en una pieza de excelente factura y que, salvo error u omisión, no ha sido reimpresa de nuevo. Parece una primera edición de la posteriormente famosa y excelente El hombre de Surabaya.
El Hombre de Surabaya. |
– DDT Extra de Verano 1972 (12-VI-1972). Top Secret, con guion de Montserrat Vives. Espionaje centrado en la carrera espacial, con un moralismo ñoño. Protagoniza un hombre con cabello platino, al estilo de algunos héroes de Le Lombard escritos por Greg (Bruno Brazil y Bernard Prince)
– Super Mortadelo 3 (abril de 1972). No hay enemigo pequeño. Con guion de Yáñez y carencia de girl good art.
– Super Mortadelo 6 (julio de 1972). La muerte hace auto stop. Una historia precipitada compuesta de suspense con falso culpable, una chica morena que sufre violencia y un bonito Alfa Romeo cupé. Con guion de Montserrat Vives.
– Super Pulgarcito 7 (junio de 1971). El Coronel. Ambientada en Londres. Interesante trama de espionaje sobre agentes dobles y espía femenina novata e inteligente.
– Super Pulgarcito 10 (septiembre de 1971). Darry, el cowboy detective: El tong del terror, escrito por Víctor Alcázar, seudónimo de camuflaje político de Víctor Mora, uno de los más interesantes guionistas de Bruguera. Otro protagonista de pelo rubio, casi blanco, otro homenaje a personajes de Le Lombard.
– Mortadelo Gigante 9 (noviembre de 1976). Intriga a bordo. Una pareja de recién casados, terrorismo biológico, cruceros de placer y luna de miel. Con guion de Montserrat Vives.
Mortadelo Gigante no deja de ser un interesante título, que alcanzó dieciocho números (1974-78), con fondos procedentes de su archivo editorial. Reediciones entre las que destacan algún episodio de la Colección Super Aventuras,, ocho entregas entre los meses de febrero y mayo de 1978, junto a contenidos sin personajes ni series consolidadas provenientes de Creaciones Ilustradas y obra firmada, además de por Carrillo (El coronel y El tong del terror), por Ferrándiz, Carrión, Carlos Freixas o Torregrosa, o la ya citada y mejor orientada Bruguelandia, revival nostálgico dirigido por Armando Matías Guiu, soporte editorial de la serie cómica de Carrillo Los casos de Ching Chong.
1978 en adelante. El modelo del aventurero de los mares del Sur se reinventa. Saccarello, Abulí y otras aventuras y mistificaciones.
– Margie & Mark. Obra escrita por Angelo Saccarello, (Génova, 1922). Gran escritor de literatura popular e historieta que, desde su puesto en el organigrama de la editorial Editrice Universo de Milán, lleva a Carrillo a Italia, escribiendo un serial a su medida con los ingredientes básicos del autor malagueño. Una pareja de guapos: Mark, con el aspecto de todos los marinos de Carrillo, y ella, Margie, su compañera y amante, rubia, despampanante, socarrona e intuitiva, con el rostro de sus anteriores heroínas rubias, similar a la actriz sueca Anita Ekberg, pero con menor volumen mamario. Mujeres anheladas y soñadas, plasmadas en la tradición del good girl art e inspiradas en anteriores personajes de Carrillo.
A Saccarello le gusta el mar y la náutica, el espacio infinito y sin fronteras, donde encuentra la justificación de sus historias, llenas de descaro, con marinos embusteros y algo cortos de mollera y mujeres despampanantes y emprendedoras. Una pareja encantadora en la que ambos son expertos en seducción. Una pareja construida con similares mimbres a las formadas en las mejores comedias de Howard Hawks.
Margie & Mark. |
Esta obra se edita en la revista Il Monello y se prolonga desde el número 3 / 1978 (20-I-1978) hasta el número 28 / 1980 (11-VII-1980). Il Monello es un título que llega a editar la friolera de 2.325 números, desde el 1 / 1933 (11-V-1933) hasta el 41/1990 (12-X-1990). Es publicación semanal infantil y para el adolescente que basa su nombre en aquel niño (the kid) que acompañaba a Chaplin en la película por él dirigida en 1921, The Kid, llamada en italiano Il Monello. La relación personal y laboral entre Carrillo y Editrice Universo era prácticamente perfecta, según su propia declaración. Los guiones y el dinero procedentes de Italia llegan rigurosa y puntualmente mientras el trabajo de Carrillo jamás falla en plazos de entrega.
– El hombre de Surabaya es otra deconstrucción del aventurero europeo y cosmopolita de Carrillo en el extremo Oriente tropical. Publicada en primera edición en la entrega doble, la séptima y octava (junio de 1980) de la revista de estudios sobre cómic Sunday, dando lustre a un artículo que escribe sobre nuestro autor Enrique Martínez Peñaranda. El mismo Chad Everett, el famoso doctor Gannon de la teleserie Medical Center, se encarna por el dominio de la fisonomía de Carrillo, en un abogado de éxito, solitario e introspectivo, casado con una hermosa mujer de expresión algo más lánguida que sus habituales protagonistas, enamorada, además de su marido, de otro hombre con encantos tan arrogantes como los del abogado. Un triángulo sentimental pleno de un sexo de presunta pasión tropical jamás mostrado, que se resuelve con un pragmatismo cerebral ajeno a la visceralidad de los celos. Una de sus mejores obras, resuelta en tan solo diez páginas, con aires mundanos que recuerdan las tramas del gran Somerset Maugham, uno de los grandes novelistas de los tiempos finales del Imperio británico.
–El Trotamundos: El mugriento carguero que no llegó a Kobe, historia algo más desganada y publicada en el número 17 de Comix Internacional (abril de 1982), otro de los interesantes títulos publicados por Josep Toutain. Tiene como aliciente la presencia de desnudos femeninos en una historia cruel, ambientada en un carguero que hace la travesía entre Shangai y Kobe, narrada en primera persona, pero con falta de coartada argumental y con una menguada justificación filosófica del protagonista.
– El alijo, publicada para ser incluida en una serie que no llegará a desarrollarse llamada Historias para recordar. Claustrofóbica y cruel, con un final desasosegante en su inmensidad, protagonizada por los dos mismos personajes de siempre, al menos con su fisonomía, el comisario Blanchard y Ginger. Publicada en la revista Bruguelandia en su número 16 (18-X-1982), ejemplar dedicado en gran parte a Carrillo y citado en líneas precedentes.
– Ginger and Jack. Un sarcasmo gráfico que muestra el reverso tenebroso de su protagonista. Cuenta Enrique Sánchez Abulí en el prólogo de la edición de EDT de Los mercenarios, que cuando conoció a Carrillo, a principios de los años setenta, manifestó su interés en escribirle un guion que este dibujó para ser publicado en las flamantes revistas editadas por Josep Toutain en los años ochenta del pasado siglo XX. El guion de Abulí es deconstructivo, irreverente, un esperpento, en el sentido definido por Valle-Inclán; esto es, el reflejo vulgar de algo solemne. Y al mismo tiempo, una versión inteligente de un arquetipo con escaso sustrato narrativo. En la brutal historia, nuestros dos protagonistas de múltiples nombres, han pasado la etapa de la felicidad. El chico es dipsómano, celoso y violento; ella, la chica, demasiado apasionada, provocadora y también violenta. El resultado, previsible. Un divertimento cáustico similar a los guiones de Torpedo, que hicieron famoso a Abulí y estrella a Jordi Bernet en las ya citadas revistas Toutain y en años posteriores.
Su primera y única edición (salvo error) se halla en el número 14 de la revista de estudios sobre cómic Círculo Andaluz de Tebeos (1992), y se acompaña de una entrevista realizada a Carrillo por Miguel Ángel Vivas.
Esta primera versión de El Capitán Pantera, publicada en Chicos, dista mucho de la última versión publicada. |
1983-86. La penúltima etapa. La visión cómica. Maridaje entre los mares del Sur y la visión satírica. El Capitán Pantera.
A Carrillo le atrae el dibujo cómico. Hay que reinventarse, girar en el rumbo de su trayectoria. Es comprensible, es racional y es rentable, puesto que se paga más por menos labor. Buena parte de sus compañeros de Bruguera, como Raf (Sir Tim O’Theo), Segura (La panda o Rigoberto Picaporte) y Nadal (Pascual criado leal, Las mujeres de Nadal y otras) se lo sugieren.
Entre otros títulos de esta prolífica etapa destacan Kala-Bacín de Damasco, con guion inicialmente de Mercedes Blanco para posteriormente asumir Carrillo la totalidad del trabajo. Publicada en bastantes ejemplares de Zipi y Zape, entre los números 561 (11-IV-1983) y 662 (27-V-1985) de los 673 que cuenta. Un slapstick a la medida de su protagonista y del particular sello de belleza que imprime su autor.
En Los casos de Ching Chong, con guiones de Jaume Ribera y publicada en la ya citada Bruguelandia, entre los números 5 (noviembre de 1981) y 9 (febrero de 1982) y 11 (mayo de 1982) y 15 (noviembre de 1982), los autores caricaturizan a los inteligentes y metódicos detectives orientales, de gran sagacidad y escaso físico, en especial Charlie Chan, un personaje creado para las dime novels por Earl Derr Biggers, protagonista de seis novelas, doce películas y un cómic sindicado (McNaught Syndicate) publicado entre 1938 y 1942.
La versión satírica y caricaturesca de Carrillo incluye la presencia de una escultural secretaria rubia, corta de luces y larga en atribuciones físicas propias del estilo del autor.
Los Plim, un sugestivo proyecto que queda prácticamente inédito. Un cómic pensado para agencias, especialmente para su distribución en la prensa, aunque también lo publica ediciones B en algún número de la revista Zipi y Zape (de 199 entregas, editadas entre 1987 y 1991), Es la historia de un joven matrimonio que se inspira en buena parte de las esencias de la serie Blondie, obra maestra de Chic Young, distribuida por King Features Syndicate entre 1930 y 1984, uno de los mayores éxitos de ventas del cómic sindicado de todos los tiempos, que retrata un matrimonio joven (Blondie y Dagwood) y sus problemas, ya sean laborales (acoso laboral), sentimentales, sexuales o familiares en tono amable y divertido, estructurado en pequeños gags que se encadenan argumentalmente de manera tenue.
El proyecto de Carrillo, muy similar al descrito en Blondie, permite ver a la joven pareja —Berta y Roberto, de nombres encadenados, algo típico de Bruguera—, en toda su intimidad. Jóvenes de clase media, guapos, enamorados y con problemas laborales y familiares que hacen que resulte fácil la identificación con el lector. Carrillo se mueve con solvencia en las escenas de cama, ella vestida con camisones que con sus transparencias marcan su anatomía escultural, duchas, desayunos, celos, peleas y tiernas reconciliaciones.
El Capitán Pantera es probablemente su mayor éxito. Un título que concluye una trayectoria brillante. Publicado en Bruguera, resulta ser un éxito atribuible gracias a la coordinación entre un guion ágil y sin pretensiones y un dibujo pleno, expresivo, dinámico y fluido. Una historia que transmite buenas vibraciones. La última versión del marino de los mares del Sur y su preciosa y rotunda amante. El apátrida romántico y su novia aventurera. Aires similares en espíritu con la famosa obra de Howard Hawks To Have and Have Not (Tener y no tener, 1944), con un Harry Morgan (Humphrey Bogart) que en este caso pasa a ser el guapo Ross Maloney y una Slim, La Flaca, (Lauren Bacall) cuyas angulosidades se suavizan en el cómic por las curvas de una preciosa matrona llamada Jane, que podría llamarse Beefy, rellenita, por seguir la analogía. Un optimismo que regala felicidad a los personajes secundarios bañados de soles generosos e irradia belleza a las mujeres malvadas (¡no tan malvadas!), morenas, descalzas, con minifaldas o vestidas con harapos, con rostros similares a estrellas del celuloide del calado de Ava Gardner, Jane Russell o la sempiterna Jean Peters.
Carrillo se reinventa, descubre su estilo y deslumbra con él. Realiza historias sencillas, de construcción encajada, con todos los elementos que forman el paisaje del género, barcos, playas, palmeras, arrecifes, animales y personajes arquetípicos, muchos de ellos similares a los desarrollados en otras historias clásicas como los galos bigotudos de Asterix (Capitán Pipa), el asiático gracioso y de presunto humor oriental, Makaike, un malvado de opereta llamado El Dragón Rojo, muy similar a El Capitán Misterio de Emilio Freixas, o un homenaje a Luca Torrelli de Abulí y Bernet que alude al nombre de Karaborde.
La serie El Capitán Pantera se distribuye en varias cabeceras:
La última edición de El Capitán Pantera, pr EDT. |
Conclusión
Carrillo es autor de especialidades narrativas cuya capacitación resulta incuestionable. Una de ellas consiste en adaptar a las viñetas clásicos de la literatura universal, mostrando una especial querencia por El talismán (Joyas Literarias Juveniles número 30, en 1971), una inmortal novela de Walter Scott fuente de inspiración de narrativa popular (cómics, novelas o películas) sobre las Cruzadas. Otra de sus grandes habilidades se centra en hacer homenajes al icono de Tarzan desarrollado bajo el magisterio gráfico de Hal Foster entre 1931 y 1937. En especial, su personaje Gora Gopal, protagonista de una obra que mezcla con naturalidad una serie de sensaciones literarias y gráficas para conformar una historia de aventuras, de amor, de tentaciones eróticas y de iniciación en un ambiente selvático, con personajes ligeros de vestuario y saludable erotismo juvenil que rehuye la afrenta con la censura tardofranquista. Su tercera especialidad es la creación de un marino apátrida con múltiples nombres, ajeno y alejado del personaje nostálgico e introspectivo creado por Hugo Pratt, sobre el cual mostró su admiración tras conocerlo, según el mismo Carrillo. El marino de Carrillo está inicialmente esculpido con los pétreos rasgos del actor John Payne en la película Captain China y, conforme fue evolucionando su arte, va trasformando su rostro para que coincida con los rasgos más suaves y convencionales de la estrella televisiva Chad Everett.
Las especialidades narrativas que Carrillo esgrime con contrastada solvencia no le llevaron a un inexistente Hall of Fame de la industria española, ni tampoco le abrieron las puertas al clasicismo imperecedero. Mala fortuna, pues es un consumado profesional, cumplidor de contratos y puntual en las entregas, que será reconocido y que terminará embarcando rumbo al infinito cuando su obra sea adecuadamente publicada y estudiada. Sirva este modesto tributo para salvaguardar su memoria y que su tránsito al infinito sea grato. Los viejos artistas del cómic son eternos, viven en su obra, por lo que su muerte debería ser ficticia, aunque ya hayan navegado en la laguna estigia y pagado la travesía a Caronte.
TEBEOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA
WEBGRAFÍA
NOTAS
[1] Me acaban de comunicar que hoy, martes día 6 de julio de 2021, Luis Gasca acaba de fallecer en San Sebastián a consecuencia de su enfermedad. Desde estas líneas mando un emotivo recuerdo a su memoria y un sentido pésame a su familia. Hasta siempre Luis.