Antonio Pérez García, que firmaba como 'Carrillo', nació en Málaga en 1931.
La guerra civil, que destrozó media España, hizo que a los cinco años, por ser hijo del Gobierno establecido en nuestra patria, fuera trasladándose con su familia, primero a Valencia, después a Barcelona, y desde allí, como tantos otros, emigraron a Francia, regresando en 1939 a su ciudad natal, todos menos su padre, que permaneció prisionero en los campos de concentración franceses. Cuando Francia empezó a liberar a los prisioneros republicanos, en 1945, decidieron vivir en Madrid, en donde Antonio terminó sus estudios de Bachillerato, a los 19 años, alternando estudios de Anatomía Artística en la Academia de Bellas Artes.
Terminados los estudios, decidió dedicarse al dibujo, especializándose en la historieta, no obstante la oposición de su padre, cosa normal en aquellos tiempos en que los tebeos eran considerados infantiles y con escaso valor artístico.
Al contrario que otros contemporáneos, demostró ser capaz de comenzar realizando tanto el trabajo literario como el artístico (algo que años después recibiría el nombre de cómic de autor). Así, debutó en la Editorial Espejo bajo el seudónimo de CARRILLO, apellido segundo de su padre, por considerar que el primero suyo era muy común. Al poco realizaría unas muestras de dos páginas sobre asuntos de actualidad para la revista Diez Minutos.
Era 1953 y salía al mercado la revista de la misma editorial con el nombre de Cuadernos Ilustrados de Sucesos; para ella dibujó historias de 20 paginas, y debutó con su estilo realista en historias ambientadas en los mares del Sur, tema que le gustaba enormemente, dando salida a partir de ahí a posteriores personajes, como el Capitán Pantera, El Tiburón o El Javanés. Estos trabajos le reportaron fama internacional, y gracias a ellos acabó ilustrando para la Ed. Universo de Milán los guiones de un famoso escritor italiano, Angelo Saccarello, autor, entre otras obras del western Kansas Kid, que ilustró Carlo Cossio. Las historias que Saccarello escribió para Carrillo se desenvolvían en su querido entorno de los mares del Sur y fueron la estrella de la publicación Il Monello: “Margie e Mark”.
Con el Capitán Pantera bajo el brazo debutó en Chicos III época por recibir una oferta económica mas importante; era 1954, año en el que también trabajó para la agencia Histograf, tomando las historias creadas por uno de nuestros mejores escritores, Miguel González Casquel (Albacete, 1926 - Madrid, 1990), autor de casi todos los guiones del notorio serial Aventuras del F.B.I.
Las historietas creadas para Histograf por Carrillo fueron un éxito en Francia y otros países europeos, destacando la obra Sigur, iniciada por Luis Bermejo Rojo -Madrid 1931-, cuyo estilo ya conocía Carrillo por su trabajo en Aventuras del F.B.I. Sigur, personaje cuya partenidad se le atribuiría más tarde a varios nombres, sin Casquel, Bermejo y Carrillo no tuvo éxito como cuadernos. La obra, por tratarse de una narración de época vikinga, estaba fuera del contexto de Carrillo, pero esto no fue obstáculo para que Carrillo siguiera desarrollando su estilo realista, que obtuvo gran acogida en Italia, tanto por su talento para la narración gráfica como por… sus bellas mujeres, que mostraban con desenvoltura su belleza física a través de sus faldas semiabiertas y mediante posturas insinuantes en una época en que todo era diferente.
Cuando su carrera iba viento en popa, en 1956 se trasladó a Barcelona, recién casado, y continuó una fructífera labor artística, especializándose en el dibujo de humor, acentuando en sus chicas las faldas abiertas verticalmente hasta el muslo, lo cual las convirtió en “las famosas chicas de Carrillo”, que fueron apareciendo en las revistas de la editorial Bruguera a pesar de la notable censura de la época: Sissi, Can Can, etc. De ahí pasaron a otras editoriales, pues los "consejos" al respecto erótico, más los desacuerdos económicos, hicieron que rompiera relaciones con Bruguera y pasara a trabajar como free lance para otros sellos, adaptándose a diferentes temas, como los románticos: así dibujó para Claro de Luna, de Iberomundial, en 1959; para la editorial Maga de Valencia realizó episodios en 1960 dentro de Selecciones Juveniles Femeninas y la colección Muchachas (en cuyas portadas asistimos a un muestrario testimonial de parejas bailando… ¡rock and roll!)
Mientras las agencias le seguían dando trabajo, Toutain con sus Selecciones Ilustradas, el emprendedor Macabich desde su BardonArt, al tiempo Carrillo trabajaba directamente con editoriales extranjeras, como Fleetway y Universo, ya mencionada. Finalmente fue contratado por Bruguera con emolumentos adecuados y cierta libertad, lo que le permitió colaborar con otras editoriales: en 1962 realizó Shambur para la revista Gaceta Junior y el serial “El Tiburón” (1970). Además publicaría episodios en las colecciones de la editorial Toray Brigada Secreta, Espionaje o El Javanés durante varios años, todo ello mientras continuaba con su amado estilo humorístico, adaptando su Capitán Pantera y otros muchos personajes de su cosecha para la editorial Bruguera. Su labor como ilustrador la desarrolló en libros de editorial Molino, en catálogos, y sus portadas para la publicación teórica especializada en la historieta Comicguía. También fue autor de libros didácticos: en 1987, para Dalmau Ed., realizó Aprende a dibujar comics, que fue ampliada y reeditada con el título de El dibujo de humor es cosa seria por Ediciones B. La conocida editorial Martínez Roca le editó su mas conocida obra teórica: Cómo dibujar chicas.
Artista sencillo, amable, gentil, ha sido siempre atento con los estudiosos y con los aficionados, y su fama ha traspasado fronteras, recordándolo últimamente hasta Sergio Bonelli.
Como anécdota cabe recordar que él fue el único dibujante español cuya firma apareció publicada en los trabajos para la editorial inglesa Fleetway, pues firmaba sus obras como Carr, muy parecido a un apellido ingles.
Dos páginas de la revista Bruguelandia (núm. 16) dedicadas a este autor.
Fuentes para esta biografía: Racó del col.leccionista, Andreu Rocabert y el propio Antonio Pérez García