EL VERANO DE LOS DIBUJANTES. HISTORIA EDITORIAL DE TÍO VIVO. |
Sobre la editorial Bruguera, sus colaboradores y sus directores, así como sobre alguno de sus títulos, se ha hecho más ficción que historia. Los pocos estudios rigurosos sobre la evolución de la empresa editorial contrastan con la mucha divulgación afable, los repasos superficiales muy ilustrados, los tratados teñidos de nostalgia o los análisis sociológicos con innegable encono “literaturizante”. En contraste con la fría historia hemos preferido alimentar las leyendas de ciertas personas convertidas definitivamente en personajes, caso de Manuel Vázquez, o recrear dramáticamente vidas y momentos con vistas a hacer relato de lo que quizá fue rutina.
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Portada de Paco Roca, homenaje al primer número de la revista Tío Vivo. | |
Este último caso nos remite a la reciente obra de historieta El invierno del dibujante, del Premio Nacional de Cómic Paco Roca, en la que se cuenta en clave melancólica la aventura de un grupo de artistas que quisieron escapar del dominio de sus tiránicos editores en la España fría y gris, sin esperanza, de Franco. Una obra de gran calidad, magnífica, pero que idealiza a los autores en contraposición con sus jefes, cuando posiblemente todos ellos intentaron lo mismo, sobrevivir en una época difícil haciendo lo que mejor sabían hacer.
La historia de Tío Vivo fue otra, quizás menos romántica. Un análisis atento de los tebeos que integraron esta colección editada por una empresa denominada Crisol, en cuyo interior se publicaron historietas y viñetas de un grupo de autores que habían decidido dejar de trabajar para la Editorial Bruguera en 1957, nos permite comprobar su evolución editorial y extrapolar los motivos que llevaron a estos historietistas a renegar de Bruguera, primero, y a volver bajo sus órdenes poco después.
EL “NUEVO” El DDT
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| Anuncio en La Vanguardia Española del 11-VI-1957. |
Tío Vivo salió a la calle el día 13 de junio de 1957. Era una revista confeccionada por un grupo de autores agrupados bajo las siglas D. E. R. y editada por la empresa Crisol. Su aparición fue anunciada en el periódico La Vanguardia Española (que era La Vanguardia con su denominación cambiada de 1939 a 1978), un diario con el que la empresa Crisol había hecho ya negocios y que supuestamente por ello accedió a publicitar el lanzamiento de un tebeo, algo poco habitual, durante varios días antes de su aparición.[1] Las siglas D. E. R. (Dibujantes y Editores Reunidos)[2] hacían referencia a la asociación establecida entre los principales historietistas que dejaron Bruguera, esto es, Escobar, Cifré, Peñarroya, Conti y Giner, y el editor propietario, José María Freixa Jové.
Freixa Jové había mostrado interés en el mercado editorial durante los años anteriores, y suya era la empresa Crisol, denominada, según la fuente, Artes Gráficas Crisol, Editorial Crisol o incluso Agencia de Publicidad Crisol, tal era su diversificación. Crisol (con este nombre o con el del propio Freixa Jové) había sido responsable de diversos encargos publicitarios para otras empresas, como tebeos promocionales de Chocolates Batanga[3], había editado varios álbumes de cromos propios (El mundo futuro, Conquistas modernas, Historia de las armas), libros monográficos (La gesta hispánica en el Océano Atlántico, 1948, o El guión radiofónico, en 1957), e incluso una colección de novelas populares del oeste (la colección Oregón, entre 1958 y 1959[4]).
Parece que fue el propio Freixa, cuyas oficinas compartían espacio físico con las de Bruguera[5], el que animó a los autores, que habían sufrido en los últimos años un empeoramiento de sus condiciones laborales con un mayor control sobre su producción, a esta nueva aventura editorial[6]. Así, Crisol apareció en los créditos de Tío Vivo como la responsable de la “Impresión y distribución” de la revista. El director artístico fue Conti, y como director de la publicación constó Rafael Sánchez Gómez. Conti había comenzado a trabajar en Pulgarcito en 1948, aunque ya colaboraba desde su creación en el diario vespertino La prensa, en su suplemento A todo color (posteriormente titulado Aventuras) y en la revista ¡Hola!, todas ellas relacionadas con la familia Sánchez Gómez. Es probable que fuese Conti el que animó a Rafael Sánchez Gómez, implicado en labores de dirección en el diario vespertino La Prensa, a oficiar como director de la nueva revista de historietas. La ley exigía que como director de cualquier publicación constara un periodista registrado[7], y el hecho de que Sánchez Gómez lo era y de que mantuviese buenas relaciones con el Régimen (La prensa era un órgano de comunicación del Movimiento) influyó en la decisión de elegirlo para el cargo, amén de la supuesta buena relación que mantenía con Conti y su gusto por el dibujo y la caricatura[8].
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Portadas de algunas de las revistas de los años 1950. |
La revista titulada Tío Vivo parecía una revista de Bruguera pero no era de Bruguera, de lo cual sólo se daba cuenta el lector avispado que reparase en los registros editoriales. El diseño de portada era casi idéntico al de la época clásica de El DDT, con influencias en su diseño típicas de las “revistas modernas” de entonces, como las incorporadas en revistas de distribución internacional como Life, Paris Match, ¡Hola! o Semana, a lo que debemos sumar influencias temáticas procedentes de la revista argentina Rico Tipo[9]. Los contenidos del nº 1 se diferenciaban escasamente de los de otras publicaciones de Bruguera. Había una sección con viñetas humorísticas de agencia titulada "Risa" que equivalía a la bien conocida sección de El DDT "Nuestra voraz tijera". Lo que en Tío Vivo se titulaba "Esas chicas", un chiste único con presencia femenina grata, era sección similar a la titulada "Chicas" de Rico Tipo o la encabezada "Mujeres" que dibujaba Nadal en El DDT. "¡Qué semana!” era una sección de noticias humorísticas inventadas similar a "¡Se ve cada cosa!", de El DDT. Y podemos añadir que los poemas humorísticos de la portadilla de Tío Vivo eran muy parecidos a los vistos anteriormente en Rico Tipo y El DDT. Más paralelismos con esta revista de Bruguera los hallamos en las secciones de chistes dedicados a un tema cada semana, que también ocupaban dos tercios verticales de una página. "Nuestros críticos feroces", era una sección de cine y humorística de Tío Vivo equivalente a "Reestreno preferente" de El DDT o "Sacudiendo la pantalla" de Rico Tipo. La nueva publicación de Crisol se ampliaba con secciones de deportes, radio y teatro y recordemos que El DDT ofrecía una sobre novela.
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Páginas similares de ambas revistas. Arriba, El DDT nº 313 del 16-V-1957. Abajo, Tío Vivo nº 1 del 13-VI-1957. |
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Por lo que se refiere a las historietas, y sin salir aún del primer número, "Lolita y Enrique se van a casar" de Giner tenía una factura idéntica a "Matildita y Anacleto, un matrimonio completo", de Nadal en El DDT. "Tarúguez y Cia" de Conti es el trasvase de la serie "Apolino Tarúguez" de El DDT a Tío Vivo. Las series de personaje fijo de Peñarroya y Escobar nos remiten tanto a Pulgarcito como a El DDT. En ambas revistas, El DDT y Tío Vivo abundaban cuentos, poemas, piezas teatrales y demás secciones de texto en clave de humor, de forma parecida a como ocurría en Rico Tipo, aunque esta revista tenía secciones serias, más humor gráfico y menos historietas. La contraportada de Tío Vivo, con seis viñetas de personajes fijos suponía el siguiente paso evolutivo que deberían haber dado las contraportadas de El DDT, que ofrecía nueve chistes sin personajes fijos. Finalmente, Tío Vivo se publicaba los jueves, como El DDT.
Por lo visto se puede afirmar que Tío Vivo nació "inspirándose" en El DDT casi por completo. La filosofía editorial era la de la anterior revista de Bruguera de tal modo que puede estimarse y hasta alabarse la factura de Tío Vivo, o la calidad de sus autores y de las historietas, pero no la originalidad de su propuesta editorial. Los autores procedían de Bruguera y querían hacer lo que sabían hacer, pero gestionado por ellos y posiblemente para intentar ganar más, ya que difícilmente la censura de la época permitiera mayor libertad en sus historietas. En este sentido, paradójicamente, sí se puede hablar en sentido figurado de una "escuela Bruguera", pues tanto Tío Vivo como El DDT podrían perfectamente pertenecer a la misma editorial. Son tebeos de la misma “escuela”.
LA EVOLUCIÓN DE TÍO VIVO
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Tío Vivo mejoró ostensiblemente el nuevo diseño de El DDT tras la marcha de sus principales autores.
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La exactitud en la salida de la revista quedó registrada en las hemerotecas porque tanto el número 2 como el número 3 de Tío Vivo siguieron siendo anunciados en La Vanguardia Española, en los jueves 27 de junio y 4 de julio de 1957 (la revista comenzó a fecharse en contraportada a partir del número 11). En el número 2 el diseño de portada cambió: se incluyó una franja vertical con texto a la izquierda, justo como se hizo con El DDT unas semanas antes, en el número 316, fechado el 6 de junio de 1957. En el seguimiento que podemos hacer de la colección encontramos que el número 11 pasó a ofrecerse con cuatricromía en la mitad de la foliación, aparte de que se redujo el total de páginas pasando de 24 a 20. Éste es el único síntoma que hemos encontrado de una posible "debilidad" en las ventas, que pudo necesitar este remozamiento para hacer más atractiva una publicación que se vendía media peseta más cara que su principal competidora.
Tío Vivo repetía con singular insistencia en créditos "aparece los jueves". Esta llamada de atención parecía ir más allá de su mera función informativa, invitando al lector a recordar que cuando fuese al quiosco a por su ejemplar de El DDT no olvidase que también estaba allí Tío Vivo. Éste es un detalle importante, porque la publicación dejaría de salir los jueves a los quioscos. En noviembre de 1957, Editorial Bruguera decidió cambiar el modo de distribución de sus revistas y la fecha de aparición de los tebeos en Barcelona pasó a ser los lunes, de modo que solían llegar los martes a los quioscos lejanos de Barcelona y en otros lares se ponían a la venta los miércoles. No deja de ser sintomático que, poco después, Tío Vivo también cambiara el día de salida de sus tebeos a los martes y los miércoles. Por ejemplo, el número 27 salió un martes (el 24-XII-1957) y a partir del siguiente el día se fijó en los miércoles, por más que en el interior indicaba, por error, que seguía apareciendo los jueves. Seguro que hubo más de un desliz atribuible al cambio en la dirección de la revista, que no era llevada tan férreamente como hacía Rafael González en Bruguera.
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| Última portada de Cifré para El DDT antes de su marcha, autor que, junto a Peñarroya, se encargó de casi todas las portadas hasta este número 313; rol que ambos continuaron en Tío Vivo. Nótese que estos autores imitaban a las chicas de Divito (Rico Tipo) en sus ilustraciones. |
Hemos comprobado que sólo los números 26 y 30 de Tío Vivo salieron con una semana de retraso con respecto a sus precedentes. Dos semanas de retraso en una revista autogestionada no significa que la revista estuviese mal gestionada, valga la redundancia, como así se ha recordado[10]. De hecho, sobrevivió perfectamente a la salida posterior de sus fundadores y siguió publicándose con casi total normalidad. Incluso cuando Bruguera la compró continuó su marcha bajo el mismo título, y un editor medianamente inteligente no se arriesga a esa continuidad salvo que la revista disfrute de buenas ventas. Resulta mucho más factible que las razones de DER para abandonar la edición del tebeo fueran de otro sesgo. Por ejemplo: la decepción por no conseguir unos ingresos superiores a los deseados, los posibles roces entre los autores y el "socio capitalista" que sostenía el tebeo, o, lo más probable, la incapacidad de compaginar la labor artística con la administrativa.
Hay que tener en cuenta que los “5 grandes del humor” se llevaron consigo de Bruguera a un sexto, mucho menos famoso entonces, el autor Enrich que acabó siendo director artístico de Tío Vivo y responsable de sus contenidos cuando Cifré y el resto volvieron a Bruguera. Enrich mencionaba en una entrevista[11] que fue la propia Bruguera la que reclamó de nuevo a los dibujantes para hacerles una buena oferta, y acabaron aceptando. Bruguera ya había intentado previamente desbaratar el proyecto, primero enviando al abogado de su plantilla, Francisco González Ledesma, para impedir el permiso de publicación[12] y, luego, sacando al mercado otras publicaciones de las mismas características, como Can Can y Ven y ven (esta última ya después de la marcha de D.E.R.), con el fin de hacerle fiera competencia. Finalmente lo logró "comprando" a los autores. Y por si fuera poco, comprando la cabecera a su editor.
DE VUELTA AL REDIL
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Caricatura promocional de los "cinco grandes del humor" (de 100 años de Bruguera) | |
Tío Vivo siguió apareciendo los miércoles religiosamente a partir del número 31, de 29 de enero de 1958. Fueron muy leves los cambios a partir de aquí. En el número 38 (19-III-1958) aparecieron en portada viñetas de pequeño tamaño en la franja de texto, resueltas en blanco y negro. Y ésa fue la última marca distintiva del Tío Vivo de los “renegados” de Bruguera hasta que estos decidieron volver al redil, lo cual bien pudo ocurrir a partir del número 49, que vio la luz el miércoles día 4 de junio de 1958. El colectivo D. E. R. se había disuelto aquel mismo día según nos ha certificado Guiral por correo electrónico:
«La fecha de disolución de DER (4 de junio de1958) está sacada de la copia de un contrato privado entre Francisco Bruguera y Cifré, Conti, Escobar, Giner y Peñarroya. A ese contrato tuve acceso cuando estuve investigando en el archivo de Ediciones B. Allí se escribe ese dato con esa fecha, y también se comenta que en la sociedad DER estaba también José María Freixa Jové, el otro socio, el dueño de Crisol, que es quien puso el dinero para la financiación inicial de Tío Vivo según me han comentado algunos autores o herederos.
En este mismo contrato se especificaba que los cinco autores venden en exclusiva a Bruguera todo su material publicado en Tío Vivo, tanto historietas como tiras mudas y chistes. Ese material se divide en dos: el que ya se ha publicado y el que está hecho y pendiente de publicación. Tanto uno como otro quedará en manos de Bruguera, aunque el pendiente podría aparecer en Tío Vivo, pero sólo podría publicarse durante los tres años siguientes a la fecha del contrato. Hay incluso una relación adjunta de ese material, dividido por autores; ojo, sólo del material ya publicado que le venden a Bruguera.
También se menciona que las tiras y algunas historietas mudas las representaban dos agencias para venderlas en el extranjero, y que a partir del contrato lo que saquen esas agencias de las ventas irá a parar a su nuevo dueño, Bruguera.
O sea, que es posible que Enrich y Freixa fueran publicando poco a poco ese material en reserva, de ahí que algunas páginas o tiras apareciesen en 1959. Pero, ojo, esto es una especulación, ya sabes que algunos datos hay que cogerlos con pinzas.
Lo que sí es tangible es lo que te he contado del contrato, donde además se especifica que cada uno de los cinco autores “cobrará 40.000,- ptas por ese material.”»[13]
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| Con el regreso de los "cinco grandes" a Bruguera observamos el uso de fotografías en las portadas de ambos semanarios. |
De hecho, a partir de la fecha de disolución, Tío Vivo siguió publicando mucho material inédito de estos autores que, al comenzar a escasear, se suplió por el de otros como Beltrán, Joso, Sabatés, etc. En el número 50 de Tío Vivo, publicado el miércoles 11 de junio de 1958, se ofreció la última portada obra de los fundadores del tebeo, en este caso de Cifré. Hubo dos más excepcionalmente, de Peñarroya en el número 77 y de Cifré en el número 109, seguramente rescatadas por haberse realizado antes de su marcha, pero a partir del número 51 (18-VI-1958) fue cambiado por completo el diseño de portada y en vez de las viñetas firmadas por Peñarroya o Cifré aparecieron fotografías durante diez números, principalmente de chicas con un personaje dibujado al margen que hacía algún chiste machista sobre la foto. Precisamente, El DDT había comenzado a incorporar fotos en portada poco antes, en el número 368, del 2 de junio, y chistes con personajillos dibujados desde el nº 323, un año antes, casi coincidiendo con el momento de la deserción de Bruguera por los fundadores de Tío Vivo.
Este tebeo, en virtud de lo estipulado siguió apareciendo los miércoles sin interrupciones durante el año 1958 editado por Crisol y con contenidos muy similares a los que se venían ofreciendo. Eso sí, desde el número 60 dejó de publicarse en color. Fue en el número 72 (12-XI-1958) cuando nos percatamos de que ya no aparecen las series de los fundadores, pero su “invierno” desalentador no se produjo entonces, sino meses atrás, y la revista seguía perteneciendo a Crisol aún. La publicación continuó su marcha regular con leves altibajos. El número 75 apareció con una semana de retraso, el día 10 de diciembre, el número 77 rescató una obra de Peñarroya para la portada como hemos indicado, volviendo a su diseño inicial y, curiosamente, El DDT volvió a usar ese mismo diseño a los pocos días (nº 400, del 12 de enero de 1959), produciéndose una singular copia a la inversa. Y el número 81 apareció un sábado, el día 28 de enero de 1959.
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El "reencuentro" con su creación: portadas de Escobar y Peñarroya para la última etapa de esta revista ya propiedad de Bruguera. | |
Hasta el número 146 (27-IV-1959), Tío Vivo resistió en los quioscos semana tras semana, editado por Crisol y en el 147, de 2 de mayo de 1960, se produjo el trasvase de poderes, pues ese número ya iba editado por Bruguera y pasó a servirse los lunes, junto con Pulgarcito y El DDT, fecha a la que se mantuvo rígidamente fiel hasta su desaparición final con el número 181, que se ofreció en los quioscos españoles desde el día 26 de diciembre de 1960.
Tío Vivo murió aquel año devorado por el invierno que daría paso al comienzo de una nueva década más libre y más moderna pero en la que los autores ligados a la empresa Bruguera siguieron trabajando en similares condiciones, sujetos a contratos leoninos que aceptaban sin remilgos porque supeditar la condición de artista a la posibilidad de vivir con cierta holgura era aún recomendable en una España en la que la dictadura había convertido la vida en un frío y gris otoño interminable.
NOTAS:
[1] La Vanguardia, 13-6-1957, p. 9. Anuncios previos a su salida en La Vanguardia, 6-6-1957, p-7; 9-6-1957, p.19; 11-6-1957, p. 25 y 12-6-1957, p.7. La publicidad de la revista fue significativa, sobre todo para un medio como el de la historieta en España, y da cuenta de la intención de sus autores, que pretendían un producto de gran comercialidad para lectores sobre todo adultos. Pueden observarse en el libro 100 años de Bruguera, de Guiral, pp. 92-93, el encarte que promocionaba a los “5 grandes del humor” (nótese el sello de A. G. Crisol) y el anuncio insertado en una publicación, aunque no podemos afirmar si se trata de la Hoja del Lunes o del semanario deportivo Dicen… [2] Significado de las siglas según explica Antoni Guiral en 100 años de Bruguera. De El Gato Negro a Ediciones B, Ediciones B, Barcelona 2010, p. 98. Anteriormente se creía que era el significado de Dibujantes Españoles Reunidos. [3] GUIRAL, Antoni. 100 años de Bruguera, p. 93 [4] TARANCÓN GIMENO, Jorge. “Catálogo de la Novela Popular”, en La Novela Popular en España 2, Ediciones Robel, Madrid 2001, p. 344. [5] Sobre la relación entre Bruguera, Freixa y Crisol, también puede ser interesante el comentario de Anna Calvera y Noemí Clavería en la introducción al libro Antoni Morillas. De grafista a diseñador gráfico (Index Book, 2010), donde escriben: “[…] Crisol, la agencia de publicidad y estudio gráfico de los talleres de la editorial Bruguera”. [6] GUIRAL, Antoni. 100 años de Bruguera, p. 93, según declaraciones del autor Enrich. [7] B.O.E. 2-2-1956, Orden del 24-6-1955, artículo 13. [8] En La Vanguardia de 27-9-1955, p. 10, hablan de Rafael Sánchez Gómez como “ilustre dibujante”, y en La Vanguardiade 17-8-1952, p. 10, se alude a él como dibujante de la revista ¡Hola! [9] Sobre las posibles influencias de Rico Tipo en Bruguera y viceversa puede consultarse la obra de Antoni Guiral Cuando los cómics se llamaban tebeos (El Jueves, 2004), pp.90-93. Un estudio comparativo entre Rico Tipo y El DDT puede leerse en el artículo de Álvaro Pons “Claves argentinas en la madurez de la historieta española: de Rico Tipo al Eternauta”, en el número de 2010 de la Revista Iberoamericana de Literatura, Universidad de Pittsburg. [10] Según declaraciones de Josep Escobar aparecidas en Escobar. Rey de la historieta (Bruguera, Barcelona 1985). [11] Entrevista aparecida en elrincondeltaradete.blogspot.com. Hemos de hacer constar una aparente contradicción contenida en esta entrevista con las declaraciones del mismo autor para el número 59 de DDT (3ª época, 2-IX-1968): en la primera el autor afirmaba que realizaba dibujos publicitarios para Bruguera antes de su marcha a Tío Vivo; en la segunda decía que comenzó a colaborar con Bruguera cuando ésta compró la cabecera de Crisol. [12] Como relataba el propio González Ledesma en su biografía Historia de mis calles, Planeta, Barcelona 2006. [13] Correo electrónico de Antoni Guiral dirigido a Antonio Moreno con fecha 24-VI-2011.