NOTAS SOBRE LA GESTIÓN CULTURAL Y EL CÓMIC. UN BOCETO
Qué es la gestión cultural.
Más allá de definiciones, lo primero que habría que puntualizar es que la gestión cultural es una herramienta, es el camino a un objetivo, o si se prefiere, es el vehículo en el que vamos montados. Podemos ser conscientes de que vamos en un vehículo o no, nos puede gustar o no, incluso nos puede importar o no, pero sin ese vehículo difícilmente podremos llegar en condiciones al final del camino, al objetivo. Sin esa herramienta no habrá un análisis riguroso de las necesidades y ni una adecuada redacción de las acciones necesarias para el sector ni siquiera continuidad en aquellas acciones beneficiosas. El objetivo a día de hoy a mi entender es la normalización cultural del cómic en nuestro país.
Imaginemos que queremos que se haga un Centro de Documentación de la Historieta. Supongamos que hemos encontrado una administración pública que ha demostrado un cierto interés en el proyecto. ¿Se pide y nada más? ¿Cómo debería actuar esa administración de cara a convertir en realidad lo que es poco más que una idea? En este momento es cuando la gestión cultural hace su entrada. Es desde este ámbito profesional, quizás más oficio que otra cosa, desde donde se debería redactar un proyecto, es decir, un documento en el que se explicitan los objetivos, el público al que se va a dirigir, los espacios, el personal y los recursos materiales que se van a necesitar, así como la financiación, o sea, de dónde viene y cómo se gestiona el presupuesto. Sin esto, poco o nada se puede avanzar de forma efectiva. Creo que con este ejemplo se puede entender a grandes rasgos el papel que la gestión cultural puede y debe jugar dentro del sector del cómic.
El camino para la llamada normalización cultural y social del cómic en nuestro país sólo se podrá recorrer desde la gestión cultural o si se prefiere, con la gestión cultural. La más que necesaria, no ya para el sector sino para la Cultura española, inclusión del cómic en las políticas culturales sólo será efectiva si se hace desde parámetros profesionales y que permitan el encaje del cómic dentro del ecosistema cultural nacional, de forma que por un lado se atiendan las necesidades específicas del medio y por otro se encaje de la forma menos artificial posible dentro de las acciones e iniciativas culturales ya existentes para aprovechar las sinergias y los recursos de que disponemos. En ambos casos, aunque sobre todo en el segundo, ya se están tomando medidas, principalmente por parte del Ministerio de Cultura como iremos viendo a lo largo de este texto.
En el pasado 2021 se aprobó por unanimidad en el Congreso una Proposición No de Ley (PNL) presentada por el grupo socialista [1] . En dicha proposición, realizada con una importante participación del sector, se insta a las diferentes Administraciones a adoptar medidas efectivas de reconocimiento y apoyo al sector. Aunque no es vinculante, si es cierto que supone un paso de gigante hacia la normalización de la historieta en España y un argumento de peso a la hora de la interlocución con las administraciones. Se abre así un camino que una adecuada interlocución y una seria y correcta batería de propuestas puede llevar a buen puerto.
La ignorancia que el sector cultural ha tenido por el cómic y la ignorancia del sector del cómic por el cultural han ido de la mano, generando una inercia que se ha mantenido hasta hace poco tiempo y que aún se está rompiendo. Las críticas a la inclusión del cómic dentro del bono cultural anunciado a finales del 2021 por el ministro de Cultura son un buen ejemplo de los prejuicios que aún sufre el medio. Esta falta de reconocimiento se ha traslucido, en el ámbito de la gestión cultural, en la atención que esta ha dado al sector y en la atención que este ha dado a la gestión, muy poca en ambos sentidos, aunque como señalaba antes, se está corrigiendo y este mismo texto es prueba de ello. Pero, pese a los avances, el nivel de desconocimiento sigue siendo amplio, por ello propongo en este texto una puesta al día del cómic dentro de la gestión cultural y de las políticas culturales en nuestro país. Incluyo una muy breve reseña histórica, trazo las que creo que serán las vías de desarrollo en los próximos años y aboceto algunas líneas de trabajo dentro de las políticas culturales que incluyan al cómic en las mismas en dos sentidos, incluyendo a la historieta dentro de las acciones ya existentes y creando medidas específicas que atiendan a la idiosincrasia del medio.
Exposición de cómic en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, 1971. |
Evolución de la gestión cultural del cómic
Si hacemos un poco de historia de la relación entre ambos mundos, el primer gran hito que pone en relación al cómic con la gestión cultural fue la exposición sobre cómic que el entonces recién creado Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla organizó en la sala San Hermenegildo en 1971. Tras este fogonazo de atención por parte de un Museo al medio, ha habido un vacío, no absoluto pero casi, hasta 2019, en el que el cómic vuelve a ser protagonista de las paredes, no ya de uno sino de dos centros de arte contemporáneo, por un lado el IVAM en València con la exposición El Dibuixat y por otro el Centro José Guerrero de Granada con la muestra Viñetas Desbordadas de Max, Sergio García y Ana Merino. A esto se suman las iniciativas editoriales de dos de los grandes museos del país, El Prado y Thyssen, los cuales, como complemento a algunas de sus exposiciones, han editado cómics creados exprofeso [2] . Este ejemplo sobre la relación entre el cómic y los museos en nuestro país evidencia la evolución del prestigio cultural de la historieta en España.
Exposición Viñetas Desbordadas en el Centro José Guerrero de Granada, 2019. |
Si bien se podría decir que el cómic español goza de una mala salud de hierro, si a nivel creativo somos una de las grandes potencias internacionales, a nivel editorial seguimos aún lejos de países vecinos y referentes como Francia. También estamos bastante lejos en lo tocante al protagonismo que el cómic tiene en las políticas culturales. Pese a lo avanzado en los últimos años el trato que recibe el cómic desde los diferentes estamentos culturales de nuestro país, aún dista del que reciben la mayoría de medios artísticos.
En los últimos años el cómic español ha ido ganando peso en el mercado nacional, aunque el protagonismo lo siguen teniendo obras extranjeras, solo un 19´5% de lo publicado en España se ha producido en el país (fuente: informe de Tebeosfera para 2019) [3] . La gran presencia de artistas nacionales en los mercados norteamericano y francés es fruto de una doble realidad, la debilidad del mercado para el creador nacional y al mismo tiempo la gran calidad de nuestros autores. España es un país exportador de talento, ya sea por vocación de los autores o por necesidad económica y editorial [4] . Parte de la responsabilidad de esta endemia editorial se encuentra, como señalaba antes, en que el cómic es el gran olvidado de las políticas culturales, culpa de una visión sesgada y errónea del medio por una parte de la oficialidad cultural. En España hasta hace poco la historieta ha sido vista como algo meramente infantil. Esto ha conllevado a que el medio se haya visto marginado de las políticas culturales a todos los niveles de la administración. Por ello apenas existen ayudas públicas específicas para el medio, ya sea a nivel editorial o artístico. La presencia en espacios culturales como museos o centros de arte es anecdótica, salvo algunas excepciones como hemos visto. En las bibliotecas el avance ha sido más notorio, pero no en todas por igual. Y las ayudas a la producción de obra son casi inexistentes.
Exposición El Dibuixat, IVAM de Valencia, 2019. |
Es cierto que en los últimos años ha habido un avance considerable en la atención que desde las instituciones culturales se ha dado al cómic. El mejor ejemplo es la creación por parte del Ministerio de Cultura del Premio Nacional en 2007, que supuso un revulsivo en este sentido, permitiendo e incentivando la inclusión de medidas de apoyo en otras instituciones además de en el propio Ministerio. La mencionada Proposición No de Ley de apoyo al sector del cómic va encaminada en la misma dirección. Aun así, la distancia entre el cómic y el resto de medios artísticos del tipo que sean sigue siendo demasiado amplia y sin justificación mínimamente seria.
No puede dejarse de lado que la falta de una organización efectiva del sector dificulta la necesaria implementación de medidas de apoyo similares a las del resto de sectores de la cultura española. El cómic está aquejado de una falta de interlocución operativa con las distintas administraciones, si bien en este aspecto ha habido avances notables en los últimos años con la creación de ARGH! (Asociación Profesional de guionistas de Cómic), de ACDCómic (Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España), el Colectivo de Autoras de Cómic que se suman a entidades como la AACE (Asociación de Autores de Cómics de España), la Federación de Asociaciones de Ilustradores (FADIP), la recién creada Asociación Sectorial del Cómic (que ha tenido un protagonismo destacado en la Proposición No de Ley ya mencionada) y la recién presentada Asociación de Autoras y Autores Profesionales de Cómic de España (APCómic) [5] , un paso más en el necesario camino hacía la organización real y efectiva del medio. Sin intención gremial, pero con un trabajo impagable de recopilación, archivo y análisis está la Asociación Cultural Tebeosfera.
Aun así, faltan interlocutores claros y que puedan representar a todo el sector, tanto a nivel nacional como autonómico o local, y que desde esa representatividad puedan reclamar una mayor presencia del cómic tanto en las instituciones como en las políticas culturales. Esta ausencia de interlocución, que afecta tanto a autores como a editores, a investigadores y también a gestores es sin duda alguna una de las necesidades acuciantes de todo el sector.
Vías de desarrollo para el cómic
Con estos párrafos introductorios quiero evidenciar que, pese a los avances de los últimos años, el cómic sigue estando en una situación precaria y alejada del foco en lo que a las políticas culturales y al protagonismo cultural se refiere y desde esta premisa marcar así el objetivo principal de este texto, la necesaria acción de inclusión de la historieta dentro del ecosistema cultural de nuestro país y las vías de crecimiento del sector desde la perspectiva de la gestión cultural.
Empezaré con las que a mi entender son las principales vías de crecimiento y de desarrollo del cómic dentro del ecosistema cultural patrio, las áreas en las que el cómic puede avanzar notablemente en su normalización. Se trata de áreas generales, amplias que buscan más que un análisis en profundidad, marcar el terreno en el que nos estamos moviendo.
La Académica es sin duda una de las áreas donde más se ha avanzado en los últimos años. El número de tesis centradas en la historieta, las jornadas, congresos y simposios académicos han aumentado notablemente, así como la presencia del cómic en las universidades. Así pues, el principal reto se encuentra en asentar este crecimiento, haciendo que la presencia de la historieta en el ámbito académico se consolide.
Respecto a la presencia de los cómics en los museos y centros de arte, ya he avanzado anteriormente el salto dado en los últimos años, desde la primera exposición en 1971 a la actualidad. El avance está siendo importante sobre todo porque se ha roto el tabú de la presencia del cómic en los museos, ya a nadie, o a casi nadie, le rechina ver historietas en las salas de exposiciones o que museos tan importantes y simbólicos como El Prado editen cómics. Y no sólo se hacen exposiciones con la historieta de protagonista, sino que el cómic es usado también como un medio artístico más en muestras más conceptuales o temáticas. Aun así, el riesgo de perder el paso o de retroceder sigue muy presente, como se pudo ver en la polémica suscitada por el cambio de dirección del IVAM, en la que la nueva directora puso en duda la presencia del cómic en dicho centro. En este sentido —y abro una reflexión que excede el sector museístico—, muchos de los avances que el cómic está consiguiendo se deben a esfuerzos individuales, lo que conlleva un riesgo muy elevado de perder esas iniciativas cuando la persona o personas que las han generado se retiran o dan un paso atrás. Falta una labor de consolidación, y en este sentido el peso de las administraciones públicas sería garantía de continuidad y de estabilidad de la presencia del cómic de una forma acorde a su peso artístico en la vida cultural de nuestro país.
Muestra sobre cómics en la Red Municipal de Bibliotecas de Sevilla, 2017. |
La integración completa dentro del sector del libro debe ser sin duda el pilar de esta normalización. Se han dado pasos importantes como la correcta presencia del cómic en las bibliotecas (no hace mucho, los cómics estaban, fueran del tipo que fueran, siempre en la sección infantil) o la inclusión de forma específica de la historieta en las ayudas a la traducción. En este sentido hay que valorar muy positivamente la participación del cómic en todas las ayudas y subvenciones generalistas por parte del Ministerio de Cultura, un paso a seguir en el siguiente nivel administrativo, en las diferentes consejerías de Cultura de las autonomías. La inclusión del cómic dentro del recién presentado Plan de Fomento de la Lectura 2021-2024 es también algo a aplaudir. En el camino aún por recorrer destaca el tener una mayor presencia en las Bibliotecas, sobre todo de autores españoles. También es una importante vía de desarrollo y de apoyo a los autores la inclusión de estos en los diferentes circuitos literarios, principalmente autonómicos, lo que daría una fuerte difusión al medio, a las obras de los autores incluidos y un apoyo económico a los mismos. Es tremendamente importante una correcta y realista inclusión del cómic en los estudios sobre hábitos lectores y ofrecer de una vez datos reales de ventas de historieta en nuestro país, algo que hoy día y pese a los beneficios que reportarían de cara a generar acciones de difusión del medio y conocer el peso real a nivel industrial del sector, se sigue sin tener. Se intuyen cifras de ventas elevadas, con gran peso del manga en el pasado año 2021, pero son eso, intuiciones sin una base realista de datos de ventas. Si desde la gestión cultural se puediesen diseñar acciones en torno al cómic, estos datos tendrían un valor enorme, ayudarían a orientar estas acciones hacía títulos, estilos, autores y editoriales que realmente necesitan de esa inversión pública, así como ofrecer una distribución territorial de estas acciones atendiendo a lugares con déficit de lectores o con potencialidades para generar nuevos lectores.
Otra línea de trabajo que puede dar importantes frutos, y de la que existen varios ejemplos de buenas prácticas, es la de las interconexiones, la participación del cómic en espacios y eventos de carácter pluridisciplinar. Si en el caso de los centros de arte, en algunos, se comienza a usar la historieta dentro de exposiciones temáticas junto a esculturas, pinturas, videoarte o performances, en los espacios culturales de carácter múltiple, centros cívicos, casas de la cultura o centros de creación y de formación o en residencias artísticas, pese a algunos casos en los que, si se usa, en general es un ámbito donde se puede avanzar bastante. Un ejemplo de buenas prácticas en este sentido es el de La Térmica en Málaga [6] , un espacio cultural dependiente de la Diputación donde se ofrecen exposiciones, talleres, conciertos, conferencias, mesas redondas, etc., con un marcado carácter contemporáneo y donde el cómic comparte protagonismo con el resto de medios artísticos con absoluta normalidad. Otro buen ejemplo es la beca para la Residencia de novela gráfica en la Maison des Auteurs Angouleme creada por el Ministerio de Cultura [7].
Concierto en Viñetas dentro del ciclo de verano del Palacio de Marqueses de la Algaba, 2020. |
El mayor debe de las políticas culturales hacía el cómic se sitúa sin el menor atisbo de duda dentro del área del Patrimonio. En esta área es donde menos se ha hecho y donde la necesidad de hacer es más perentoria. La pérdida de patrimonio histórico vinculado con la historieta para la cultura de nuestro país es enorme. Se trata de la pérdida de obra original y, lo que es casi peor, también de la pérdida de obra impresa. El anuncio de la creación en Valencia fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento y la Universitat de València de un centro de estudio y conservación del cómic es sin duda la mejor noticia sobre este particular en mucho tiempo [8] . Este centro debe marcar un antes y un después en la conservación y difusión del patrimonio generado por el cómic en nuestro país, tanto por su objetivo como por ser un centro puramente público, lo que debería asegurar su mantenimiento en el tiempo y el contar con los recursos necesarios para sus fines. Puede ser además referente para otros territorios, ya sea de cara a la generación de espacios de este tipo como por la influencia y las posibles colaboraciones con instituciones públicas dedicadas a la conservación del patrimonio artístico y cultural, principalmente a nivel autonómico. Por último, cabe señalar que actualmente se está redactando la que será la nueva Ley de Patrimonio [9] , una oportunidad única para incluir la conservación y defensa del patrimonio historietístico nacional en dicha ley. Sin lugar a dudas esto sería un punto de inflexión de gran valor.
Los eventos dedicados al cómic son la cara más visible de la gestión cultural en el sector, donde más fácilmente se puede observar y analizar. Si trazamos algunas características básicas de estos eventos se podría destacar, en lo organizativo, que en su gran mayoría son festivales de carácter privado; en lo financiero, que cuentan con parte de apoyo público pero tienden a depender de las ventas de entradas y del alquiler de los stands, y cuanto mayor en tamaño es el evento más dependencia de estas fuentes de ingresos tienen. Por lo que se refiere al contenido, lo festivales de tamaño pequeño tienden a centrarse en la faceta más cultural del cómic, mientras que los medianos y sobre todo los grandes, tienden a potenciar el carácter más lúdico a fin de asegurarse una mayor presencia de público y por tanto de ingresos de taquilla y de venta en los stands, lo que permite mantener o incluso aumentar el coste de los alquileres de los mismos. En la vida cultural de nuestro país es poco frecuente encontrar eventos culturales sectoriales de iniciativa y financiación pública, salvo los dedicados a la creación musical con marcado carácter popular o comercial. Esta falta de apoyo público, ya sea por la falta de interés de las Administraciones o por la falta de una interlocución efectiva desde el propio sector lleva a que en gran medida y con las excepciones de rigor, los eventos culturales dedicados al cómic acaben cediendo protagonismo a otros medios como el cine, los videojuegos u otras actividades económicas alejadas de la editorial como el merchandising. Con esto la historieta pierde protagonismo en sus propios espacios y deja pasar oportunidades para adquirir valor por sí misma. Los festivales o eventos culturales en nuestro país tienen un importante apoyo público o están organizados directamente por administraciones públicas, en el caso del cine o del teatro es más que evidente. Este debería ser el camino a seguir, eventos de marcado carácter cultural, que ofrezcan puntos de encuentro del y para el sector, espacios a compartir con los lectores y entre los profesionales, sean autores, editores, distribuidores, libreros o gestores. Este debería ser el camino a recorrer.
Cartel de Javier Olivares para las jornadas Termicómic, celebradas en La Térmica de Málaga, 2016. |
Líneas de trabajo
A continuación, propongo a modo de ejemplo una batería de medidas, algunas ya comentadas anteriormente, pensadas para mostrar una forma viable de encaje del cómic en las actuales políticas culturales, ofreciendo un modelo de política cultural global en torno a la historieta, pensada tanto desde las necesidades y potencialidades del cómic en nuestro país como desde la realidad de las políticas culturales existente a nivel nacional, autonómico y local. Se trata de esbozos de medidas y acciones que pretenden ofrecer una mera orientación de cuáles pueden ser las vías de trabajo de forma inmediata y a medio y largo plazo.
El modelo de política cultural de apoyo al cómic que presento aquí lo divido en dos tipos de propuestas, por un lado, las encaminadas a incluir el cómic dentro de políticas ya existentes y por otro, la creación de medidas específicas para el medio. De esta forma se aprovecharían los recursos ya existentes y con una relativamente pequeña inversión se daría respuesta a las necesidades específicas del sector. Existen muchas otras medidas posibles, las aquí incluidas no las desestiman, meramente buscan proponer una primera reflexión práctica.
Las medidas destinadas a incluir el cómic dentro de acciones ya existentes buscan la integración del medio dentro del sector cultural general y un mejor aprovechamiento de los recursos públicos, tanto económicos como materiales y de personal. Estas medidas apenas conllevan un aumento de costes ya que se integran en medidas ya en aplicación y ya presupuestadas.
- Medidas dentro del sector del libro.
Crear manuales de buenas prácticas del uso del cómic en las Bibliotecas. Existen ejemplos como el de Cómic Tecla en Hospitalet de Llobregat.
Circuitos literarios, inclusión de autores de cómics dentro de los circuitos literarios de promoción.
Programa expositivo. Inclusión de exposiciones en torno a autores andaluces de historieta y catálogos divulgativos (ya sean en papel o en formato digital).
Clubes de lectura. Inclusión de cómics en los clubes. Esta acción ya se está empezando a desarrollar.
Presencia del cómic en los actos del Día Internacional del Libro y del Día de la Lectura y Día de las Librerías.
Inclusión de especialistas, autores y editores de cómics dentro de los Consejos Asesores de los diferentes organismos vinculados con la lectura.
Inclusión específica del cómic dentro de los estudios, encuestas y sondeos a realizar, mejorando la presencia del medio y especificando mejor los datos que actualmente aparecen.
Ofrecer espacios y contenidos específicos en las diferentes ferias del libro.
- Museos y centros de arte
Dentro del ámbito de los museos y espacios culturales, la inclusión del cómic iría en dos ámbitos: el de los programas expositivos y formativos y el del uso didáctico y divulgativo del cómic dentro de los museos y centros de arte.
En el primer ámbito se realizarían de forma periódica exposiciones sobre autores de cómic. Se podrían incluir autores referentes dentro del actual panorama artístico internacional y destacados creadores nacionales. Igualmente se podrían incluir cómics en exposiciones temáticas. De esta forma se normalizaría la presencia de la historieta dentro de los espacios museísticos y centros de arte, siendo además producciones de bajo coste por las propias características del medio (bajos seguros, transportes, etc.).
En el segundo ámbito se potenciaría el uso del cómic como herramienta pedagógica y de comunicación, usándolo en talleres, actividades educativas e incluso en señaléticas y materiales divulgativos.
- Recuperación y restauración del patrimonio histórico vinculado al cómic
Posiblemente, como ya se ha comentado, uno de los mayores estragos culturales que se están produciendo en nuestro país es la destrucción del patrimonio historietístico, tanto de obra original como de obra impresa. Proponemos una política integral de documentación, investigación, protección y conservación. Es básico hacer hincapié en la conservación y restauración de los originales y primeras ediciones. Todo esto debería estar integrado dentro de las políticas ya existentes de protección del patrimonio cultural.
Generar acuerdos con el próximo centro valenciano de estudio y conservación podría ser una buena vía de desarrollo, y para los institutos de patrimonios ya existentes una vía para formarse y obtener referencias a las que adaptarse.
- Promoción del Arte
Proponemos la inclusión del cómic dentro de las ayudas a la investigación y formación, a la producción y a la difusión, así como incluir en los baremos de ayudas a las galerías de arte contemporáneo la presencia de autores de cómic de vanguardia y experimental.
Presencia del cómic dentro de la convocatoria de selección de ofertas para la adquisición de obras de arte contemporáneo.
La historieta es un lenguaje único y mestizo, icónico y textual, mezcla de imagen, narración y texto, por lo que su ubicación dentro de parámetros ya establecidos, desde el punto de vista de la gestión cultural, es insuficiente. Si bien el eje de la gestión en torno al cómic puede enclavarse dentro del sector del libro, ceñirse únicamente a este sector sería limitado. Por ello el cómic necesita medidas propias, diseñadas específicamente para él, que respondan a sus especificidades.
A continuación, mostramos un bosquejo de diferentes propuestas específicas para este medio que complementan y desarrollan las apuntadas anteriormente.
- Apoyo a los creadores
Ayuda a la edición de obras de jóvenes autores de cómics. Ya sea a través de incentivos económicos a la edición o bien a través de compra de libros para Bibliotecas y centros educativos
Ayuda a viajes a ferias internacionales. Una de las grandes salidas profesionales para los autores de cómic es la publicación en el extranjero, ya sea a través de la venta de derechos o produciendo obras específicas para otros mercados. Por ello proponemos ayudas económicas para viajes a grandes salones y ferias del cómic, especialmente a las de Angulema en Francia, San Diego en Estados Unidos y Lucca en Italia.
- Apoyo a la edición
Creación de ayudas específicas para la edición de cómics de autores nacionales y para estudios sobre este medio. Igualmente se podrían crear líneas de ayuda a la edición de material clásico de la historieta española.
Apoyo a la venta de derechos en el extranjero y a la traducción de obras de autores nacionales. En este último caso desde el Ministerio de Cultura se ha optado por mencionar específicamente a la historieta dentro de la orden de ayudas para la traducción, aunque a la espera de ver los resultados parece una opción bastante viable y con recorrido para el sector.
- Apoyo a eventos
Ayudas específicas para eventos de promoción y difusión del cómic. En España desde finales de los años noventa han ido surgiendo un buen número de festivales, salones, encuentros y jornadas dedicados al cómic, ya sea en tono generalista o especializados en géneros, principalmente en el manga. Suelen ser en su gran mayoría eventos de carácter privado con cierto apoyo público, pero no tanto como reciben festivales de cine o de teatro por ejemplo. Esta falta del colchón de la inversión pública ha llevado a que estas propuestas dependan principalmente, en algunos casos exclusivamente, de los ingresos propios de taquilla o alquiler de stands. Esta dependencia ha dado a buena parte de estos un sesgo muy comercial y lúdico, dejando de lado el carácter cultural del medio con el que trabajan. También ha conllevado que el cómic haya tenido que ceder protagonismo a otros medios como el cine o el videojuego que aseguran un mayor número de asistentes.
Creación de festival culturales en torno a la historieta por y desde la administración pública.
A modo de conclusión
En este escrito, además de esbozar la relación entre la historieta y la gestión cultural en nuestro país a día de hoy, me he permitido enumerar una serie de medidas que con un coste financiero y administrativo más que asequible permitirían normalizar la situación del cómic dentro del ecosistema cultural de nuestro país. Estas acciones están encaminadas a ayudar a aumentar el número de obras de autores nacionales publicadas directamente para el mercado nacional, permitiendo además el fortalecimiento del sector editorial. Se busca especialmente reforzar a los creadores ofreciéndoles oportunidades para ver sus obras publicadas en condiciones económicas dignas. Se reforzaría así la producción cultural general del país generando un espacio propio para los autores nacionales que aportarían una visión artística, cultural y social única y de incalculable valor, además de reparar un agravio comparativo en nuestra cultura. Se trata de que autores, editores y gestores puedan acceder a los mismos apoyos e inversiones que lo que tienen a su disposición los de otros medios artísticos, asegurando además a la ciudadanía un mayor catálogo de obras donde escoger. En definitiva, poner al cómic español en el lugar que por trayectoria y calidad artística merece.
No se trata únicamente de una defensa de lo inútil en el sentido en que lo define Nuccio Urdine, se trata también de destacar la aportación del cómic a la cultura, a la imagen exterior del país, a la economía, al desarrollo e integración de los territorios, etc. La historieta en nuestro país forma parte sustancial del ecosistema cultural, se tenga o no en cuenta, es una realidad incontestable, por lo que asumir este hecho y diseñar e implementar medidas específicas para el sector además de integrarlo en las ya existentes es una línea de trabajo dentro de las políticas culturales inexcusable y en algunos casos, como en el patrimonial, urgente si no se quiera aumentar un daño a nuestra memoria cultural y social ya irreparable.
Si por un momento damos un rápido vistazo a otros países de nuestro entorno cultural salta rápido a cualquier observador la diferencia. El caso más evidente es Francia, donde el cómic recibe una atención desde las instituciones culturales mucho más amplia y ambiciosa, con espacios culturales propios, inversión pública adecuada y en consonancia con el resto del sector editorial. Sin lugar a duda, se trata de un referente de cómo se pueden hacer las cosas y de qué se puede conseguir, tanto en el interior del país como en el exterior.
En estos términos el cómic es un medio hasta hace muy poco huérfano de atención institucional y mediática pero que ha realizado grandísimas aportaciones a la memoria colectiva de este país y cuya influencia, insisto en el tema del ecosistema cultural, es fácilmente rastreable en el cine (yendo mucho más allá de las evidentes adaptaciones), las artes plásticas incluso en las escénicas. Así como estos medios también han dejado su impronta en la historieta. Por ello, cuanto más y mejor esté el cómic integrado en el panorama cultural español, mejor será para la propia historieta y para el resto de medios artísticos.
El camino es apasionante y de infinitas posibilidades, ahora hay que andarlo.
Referencias bibliográficas