Entidad editora creada a mediados de los años ochenta del siglo XX con el objetivo de lanzar una cabecera periodística que en principio debería ser El Observador, pero que, debido a que los derechos sobre ese título pertenecían a una empresa catalana, acabó tomando el nombre de El Independiente.
Este periódico madrileño de corta vida (1987 a 1991), empeño personal del periodista Pablo Sebastián, nacido como semanario y que a los dos años se convirtió en diario, publicó varios suplementos y secciones relacionados con el cómic y el humorismo gráfico. Sebastián ocupó el puesto de director del mismo desde su nacimiento, siendo sustituido por Manuel Soriano. El presidente de la entidad fue Luis González Seara.