Libro de historieta con 176 páginas impresas en blanco y negro, encuadernado en cartoné con guardas impresas en negro, y cubiertas en color. Constó en créditos: "Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.". Contó con un prólogo del historiador Juan Mata.
Desglose de contenidos.
Texto de contracubierta:
En 1955, un escritor norteamericano llegó a Granada para intentar esclarecer el asesinato de Federico García Lorca, un crimen de resonancia internacional que el régimen de Franco había intentado ocultar bajo un muro de silencio. La araña del olvido esta basada en la peripecia real de este hombre, Agustín Penón, y nos acerca a un personaje que, durante una estancia de casi dos años en Granada, puso en quiebra su salud y su fortuna para intentar resolver un misterio sobre el que, a pesar de sus grandes hallazgos, optó finalmentet por no publicar una sola palabra. ¿Quién era realmente este hombre que calló voluntariamente todo lo que había descubierto?...
"La muerte de Federico García Lorca simbolizaba, y simboliza aún, la crueldad de cualquier guerra, pero específicamente la de la guerra civil española, uno de cuyos rasgos distintivos fue la saña que el fascismo empleó contra la población, una saña particularmente perversa en Granada, cuyos habitantes soportaron el asesinato de miles de personas como una terrible fatalidad e hicieron luego del silencio, forzado y vigilado, una de sus más relevantes peculiaridades.
Gracias a la sagaz mirada de Agustín Penón y al talento de Enrique Bonet el lector puede percibir los latidos, las costumbres, los lugares y los sonidos de una época, puede conocer las bravuconerías de unos y las desconfianzas de otros, los recuerdos y las omisiones, las mentiras más mostrencas y las lealtades más incorruptibles. Y ahí reside el gran mérito de La araña del olvido, en lo que tiene de testimonio de un tiempo y de una ciudad además de narración de un suceso. La historieta cumple en estos casos una encomiable labor de divulgación de la historia, sirve de puente entre el pasado y los lectores del presente, permite constatar una vez más cómo el arte de la ficción puede ser una excepcional fuente de conocimiento".
Juan Mata