Descripción de la editorial:
Como muchos de los admiradores de la obra de Wolverton saben, era un hombre ciertamente paradójico. Por un lado, era un perfecto cristiano (bondadoso, humilde, generoso), moralmente y socialmente conservador y siempre con una palabra de ánimo o un chiste. Por otro lado, creó el arte religioso más aterrador desde Hieronymus Bosch. Y muchas de las extrañas ilustraciones seglares de Wolverton no eran menos chocantes. Al igual que ocurría con Bosch (que también fue un gran dibujante de caricaturas), la clave para comprender a Wolverton es entender sus convicciones religiosas. La creatividad de Wolverton era inseparable de su fe.Wolverton nació en 1909 en Central Point, Oregon. Cuando tenía diez años, su familia se asentó definitivamente en Vancouver, Washington. Los padres de Wolverton eran cristianos devotos y educaron a sus hijos en la fe. Sin embargo, a mediados de los 1920, cuando Wolverton estaba en el instituto, sus padres se separaron y su hermana mayor murió repentinamente. Wolverton se desilusionó con la religión. Durante los siguientes 12-14 años fue agnóstico (llegó a afirmar que era ateo) hasta que conoció a Herbert W. Armstrong, un predicadorpionero en emisiones religiosas, fundador de una teología cristiana (que muchos cristianos consideraban una herejía) basada en el advento del Apocalipsis: la Worldwide Church of God. Fue a raíz de este encuentro que Wolverton comenzó su trabajo bíblico, al que dedicaría la mayor parte de sus esfuerzos durante dos décadas, desde el año 1953 hasta 1974. Las ilustraciones de este volumen incluyen casi todas las de aquella época (más de 700) creadas por Basil Wolverton para las corporaciones de Worldwide Church of God.Wolverton no quería que su historia sonase demasiado santurrona o religiosa. Quería reflejar con crudeza lo que se contaba y acompañarlo de ilustraciones que supusiesen un reto para él. Esperaba que fuese leído tanto por personas creyentes como por laicos. Fáciles o no, las meticulosas imágenes de Wolverton forman parte de las representaciones apocalípticas —sacras o no— más viscerales y sugerentes jamás creadas.La obra de Wolverton tuvo una gran influencia en los dibujantes de cómics underground como Robert Crumb o Robert Williams, así como en otros dibujantes “alternativos” más recientes como Charles Burns, Drew Friedman o Peter Bagge.