Libro de historieta con 48 páginas impresas en blanco y negro, encuadernación rústica, con cubiertas en color. Premio Beca Certámen Jóvenes Artistas 2010 de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Prólogo de Pere Olivé:
El sentido de la vida
Nadie mejor para hablar de ello que un estudiante de Humanidades. Camino elegido por Héctor Caño para bucear en los misterios del ser y existir mientras nos va contando aventis en claroscuro y nos sumerge en su modo de narrar, que bebe del cine y del cómic, pero sobre todo de la misma vida. Quien llevó de la mano un hermano chico, o un hijo, o un nieto, y ha escuchado a otros llamarle mentor, se estremece sólo de pensar que siendo aprendiz de por vida puede haber influido en los demás con sus actos.
Y uno que fue técnico editorial a lo largo de varias décadas, y cuyo único mérito es haber leído o escuchado el sentir de varias personas con vocación de autor, se sigue sorprendiendo de que, cada vez con más frecuencia, le pidan prólogos para sus historias quienes hace unos años mostraban sus primeras carpetas con dibujos, en busca de lectores y editor. ¿Será que han encontrado el sentido de la vida? “En mi barrio, lo encuentras en un muro de cemento o no lo encuentras”, leemos en El Cine de los Pobres, que Héctor ha trazado con personalísimo estilo. Narrador de palabras y viñetas que transmite emoción, y por ello te engancha a sumergirte en su lectura de la que nada voy a desvelar.
Cuantos más años tienes, cuanto más has visto y leído, en actitud permanente de aprender de los otros, escuchando, preguntando, equivocándote y rectificando, tratando de averiguar donde está la verdad o las verdades que provocan la formación de opiniones libres, descubres que tu mejor amigo es siempre un cuentacuentos, un monigotero, un hacedor de viñetas, un pensador ilustrado, un trovador de caminos que proyecta emociones sobre el papel. Uno nunca sabe si se ha desembarazado de su parte oscura para ir a la luz o si su ser lo compone lo ambivalente, lo mestizo, el claroscuro, el niño eterno que llevamos dentro.
Hoy que ya nadie trata de dominar el mundo sino de sostenerlo, necesitamos historias de atmósfera emocional como El Cine de los Pobres, donde Héctor Caño nos recuerda las viejas aventis de cuando todo era en blanco y negro, y había que recrear la ficción de viva voz con “fanzines orales” para escapar de las verdades monolíticas. A la vez nos coloca en pleno siglo XXI donde las verdades son múltiples e intercambiables, y lo emocional (no sólo los emos) está tan vivo en nuestro tiempo posmoderno, como lo racional lo fue del pasado moderno.
El niño chico que toma nuestra mano en busca de mentor, tendrá quien le enseñe a leer historietas, y tal vez encuentre en El Cine de los Pobres, reflejos de su existencia que le muevan también a ser un día narrador, o provocador de sentimientos, como el audaz Lenny Bruce, creador de la stand-up comedy, que hoy tiene tantos imitadores, pero pocos que se atrevan a llamar cocksukers a quienes manejan los hilos del poder.
Pere Olivé és un autor d'historietes de línia àgil, oberta i irònica. Va passar al món del disseny gràfic de publicacions i va renovar en 1971 la imatge exterior del còmic Patufet (Barcelona 1968-1973). Com a Director Artístic del Grupo Planeta entre 1984 i 2006, va fer una profunda renovació gràfica de totes les publicacions d'aquest imperi editorial.
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