Información de la editorial:
Ambientada al principio de la guerra de los Cien Años, la trama de esta trilogía, agrupada aquí en una edición integral, se teje alrededor de tres personajes principales: Mariotte, una hermosa y audaz joven, Anicet, un campesino ingenuo y cobarde, y un caballero cuya cara le arrebató la guerra. Entre leyenda y realidad, duendes y bestias salvajes, François Bourgeon construye una gran epopeya en el corazón de la Edad Media, un fresco histórico que tiene algo de búsqueda mística y de viaje iniciático, donde las supersticiones y la magia contrastan con el horror de la guerra.
Los compañeros del crepúsculo es una de las obras de culto de François Bourgeon, todo un clásico del cómic europeo, también autor de la serie Los pasajeros del viento, traducida a 18 idiomas, y de la saga El ciclo de Cyann, esta última en colaboración con Claude Lacroix.
El presente volumen integral de Los compañeros del crepúsculo cuenta con una traducción y una rotulación realizadas para la ocasión y material extra de 16 páginas nunca antes editado en castellano.
Bourgeon obtuvo en 1980 el premio al mejor dibujante en el festival de Angoulême con el primer tomo de Los pasajeros del viento. En 1991 ganó el Alph-Art del público por el tercer tomo de Los compañeros del crepúsculo en el mismo festival, premio que repetiría en 1998 con el segundo tomo de El ciclo de Cyann.
François Bourgeon transformó en su momento el cómic de aventuras en un producto cultural adulto y cuidado, donde la figura femenina desempeña un papel imprescindible, como es el caso del personaje de Mariotte, hilo conductor de Los compañeros del crepúsculo. Destaca el propio autor el carácter que decide dar a sus heroínas, “rebelde y más combativo que el de mucha gente de su época, donde las mujeres solían ser apartadas. Disfruto particularmente dibujando a las mujeres, más que a los hombres. Un mundo sin mujeres me aburriría sobremanera. Además, si se me pidiera hacer el retrato de la vida, me apetecería más dibujar a una mujer que a un hombre. Sin embargo, si se me pidiera que representara la muerte, no estoy seguro de que fuera femenina”.