Editorial :
¡Dos semanas en Londres! Suena guay, ¿verdad? Pues no lo es si te llamas Kai, como yo, y si continuamente te persigue una pesadilla con patas cuyo nombre es Coolman. ¿Que quién es Coolman? Ese que siempre –y, cuando digo siempre, quiero decir siempre– lo sabe todo mejor que nadie. Aunque no ha sido el culpable de que no nos quedáramos en Londres, sí que lo ha sido de que hayamos ido de desgracia en desgracia. ¡Y eso a pesar de que he tenido que desenmascarar a un impostor! Pero, claro está, para Coolman es una tontería de nada. O al menos eso dice…