Libro de 186 páginas, con cubierta en cartoné y en color. También hubo una edición en soporte digital.
Libro dedicado al escritor de novela popular M. L. Estefanía, que incluye un estudio detallado de los ilustradores que trabajaron para Editorial Bruguera en historietas y novelas del Oeste, como: Salvador Mestres, Tomás Porto, Ramón Sabatés, Durán, Jofrei, Ralip, Saló, Chalo y más.
Hubo un tiempo, y no precisamente breve, en que Western y Marcial Lafuente Estefanía eran sinónimos. Los héroes del Oeste no sólo salvaban a la chica del saloon y al granjero explotado, también salvaban al humilde aficionado que no tenía un modo mejor de conservar el optimismo. Pero además, sus relatos servían para desterrar la soledad. En los márgenes del sistema, los excluidos –de los cuales hubo más de la cuenta en el régimen franquista– se reconciliaban con el mundo leyendo esas novelas del Oeste que mostraban una realidad conciliadora que puede integrar a los heterodoxos y restaurar el orden social quebrantado. Estefanía proporcionó un resarcimiento al bando de los perdedores, hizo creer a los españoles que el heroísmo existía y seguía vivo. Si El Quijote hacía el experimento de invocar la novela provenzal cortesana en la Castilla empobrecida del barroco, Estefanía hizo lo mismo con el modelo de Owen Wister en la España de posguerra, no tan distinta de aquella: dolorida, cínica, resentida. El Virginiano exhibía la caballerosidad y los modales propios de los estados confederados del sur, era noble y galante por contraste con los demás colonos, los rancheros ásperos y malhablados del Oeste: el drama es inminente. El conflicto está asegurado.