Libro de 132 páginas en blanco y negro encuadernado en rústica con solapas.
Promoción editorial:
Tras Vapor y Rey Carbón, Max prosigue su particular viaje hacia el núcleo atómico de la Historieta, esta vez pisando el acelerador a fondo.
¿Asesinar el Cómic? En 1930, Joan Miró proclamaba furioso que había que asesinar la Pintura. Max hace suya la proclama mironiana para aplicarla a la Historieta, procediendo a una demolición en toda regla del andamiaje visual preceptivo de los cómics: viñetas y recuadros, bocadillos y diálogos, fondos y detalles… En su furia, Max se carga incluso el Tema, sirviéndonos un slapstick desnudo y sin objeto.