Descripción de la editorial:
Es uno de los pequeños pero grandes poemas en prosa recogidos en El Spleen de París, concretamente el número 29. En él se habla de la conversación que un hombre tiene con un Satán locuaz, correcto, un tanto melancólico, que en una ocasión llegó a tener miedo. Las luces de la razón empezaban a dejar de lado a una figura que había aterrorizado al mundo entero, ese demonio envuelto en fuego y humo y de aspecto espantoso. El diablo de Baudelaire ya no da miedo; es un caballero, un dandi con quien quizás nos apetecería charlar en alguna ocasión. El protagonista mortal del relato lo hace.