Con este número de Maravillas se abría una nueva fórmula en la publicación puesto que se daba paso a una etapa distinta, con periodicidad más frecuente, pero quedando ligada suplementariamente a otra publicación y controlada nuevamente por un equipo de redacción obstinado en emitir propaganda belicista que pretendía rescatar el espíritu inicial de Falange Española.
La edición corrió a cargo de Ediciones Maravillas desde aquí, siendo la revista acogida por la militar Mandos. Sería durante poco tiempo, ya que a partir del número 507 fue el diario Arriba el que la sirvió como suplemento, quedando Mandos a cargo de una nueva publicación, de tipo escolar y carácter más infantil, titulada Recreo.