Tras la marcha de Syd Barrett y la llegada de David Gilmour, Pink Floyd iniciarían un proceso de crecimiento y experimentación, partiendo de la psicodelia, que acabaría consagrándoles como una de las formaciones más importantes del rock de los años setenta. El grupo británico, que revolucionó los espectáculos en directo con su rica iconografía visual, convirtió algunas de sus canciones en auténticos himnos para varias generaciones, consiguiendo que su nombre quedara grabado con letras de oro en la historia viva del rock. Esta novela gráfica arranca con la gestación de “The Dark Side of the Moon” y termina justo tras el lanzamiento de “The Wall”, una metáfora para expresar la sensación de aislamiento y soledad de quienes, desde la cumbre de su carrera musical, supieron dar forma a su creatividad artística para dejarnos un legado único.