Publicación homenaje a Hergé en su centenario que incluía varios relatos de ficción y textos teóricos sobre su personaje más conocido, Tintín, con ilustraciones de Ricard Castells y Javier Hernández Landazábal.
Se componía de dos libros a color cosidos en rústica, uno de 72 páginas más portadas y el otro de 36 páginas más portadas. Los dos libros iban pegados en un soporte de cartón duro con una portada y contraportada contracoladas y plastificadas mate.
Este título sufrió una implacable persecución legal por parte de Moulinsart, la sociedad gestora de los derechos de Hergé, acusado de «pervertir la esencia del personaje», y tras las negociaciones con el editor se acordó mantener el libro hasta agotar la tirada, renunciando a toda reedición posterior.
Informacion promocional de la editorial:
Cuadros, ilustraciones, ficciones, ensayos y prosa poética, convenientemente imbricados, convergen en un conjunto que refleja, mejor que cualquier monografía, la riqueza de la obra de Hergé y la variedad de registros que su estilo permite. En las páginas de este libro hay análisis, imaginación, plástica y por supuesto aventura. A pesar de tan pluridisciplinar recorrido, la poliédrica configuración del mundo de Tintín no queda ni mucho menos agotada: Sin embargo, combinando pintura, dibujo y palabras confrontando técnicas, estilos y tonos, creemos haber rozado el corazón de la serie y de sus numerosas potencialidades. Tintín, tan claro en su linealidad, resplandece en la divergencia.
Carta pública aclaratoria de los problemas legales de la obra, firmada por el autor y el editor:
«Queridos amigos:
A finales de 2007 y con motivo del centenario de Hergé publiqué un libro en Ediciones de Ponent titulado Tintín y el loto rosa. Se trata de un homenaje a un autor que admiro y en el que agrupo varios ensayos así como un relato de ficción donde presento a Tintín doce años después de la muerte de su autor. Alejado de la aventura y de sus justicieras resoluciones, el mundo de nuestro héroe se ha venido abajo. Haddock ha caído en el alcoholismo, el profesor Tornasol ha ingresado en una sanatorio psiquiátrico y –lo peor- Milú ha muerto. En un intento de superar la depresión, Tintín recupera su profesión de reportero. Pero los tiempos han cambiado y sólo encuentra trabajo en la prensa sensacionalista del corazón. A partir de ahí lo embarco en una aventura muy “tintinesca” en la que, escéptico y adulto, acaba iniciándose en el sexo.
Conocedor del rigor con el que la Sociedad Moulinsart gestiona los derechos de la obra de Hergé, utilicé como ilustraciones antiguos trabajos de Ricard Castells y cuadros alusivos del pintor hiperrealista Hernández Landazábal. El conjunto, primorosamente maquetado por Cristina García Lautre, se convirtió en un volumen cuidado y elogioso con la obra de Hergé. Sin embargo tanto Ediciones de Ponent como yo mismo no tardamos en tener problemas. Moulinsart presionó a la FNAC para que retirara el libro de sus estanterías. Gracias a la rápida reacción del abogado de De Ponent, logramos que la FNAC reconsiderara su decisión y repusiera los libros. Pero a las pocas semanas Moulinsart volvió a la carga y, si bien no encontró “delito” en las ilustraciones utilizadas, consideró que mi relato “pervertía la esencia del personaje”. Para no ir a juicio nos ofreció el siguiente acuerdo: mantener en distribución el libro hasta que se agotara y renunciar a cualquier reedición posterior. A la vista de la legalidad vigente y siguiendo los consejos de nuestro abogado, tanto Ediciones de Ponent como yo hemos aceptado el acuerdo. Quedo por lo tanto como delincuente en ciernes, pervertidor potencial de Tintín y con un libro, del que ya quedan pocos ejemplares, condenado a no volver a ver la luz.
Disfrutad de las viñetas mientras podáis o hasta donde os dejen sus derechohabientes y mucho cuidado con los modelos en los que os inspiráis, las alusiones que hacéis o las referencias que utilizáis.
Antonio Altarriba y Paco Camarasa Pina»