Libro de 116 páginas en blanco y negro, encuadernado en rústica, con las cubiertas en color.
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El nivel de ironía, humor, crueldad y maltrato que es capaz de autoinfligirse un dibujante a la hora de narrar su biografía es un buen termómetro para medir el interés entre los amantes de este género. Muy alto en este caso. Adrián bago, o una especie de Adrian bago, que según él no es él, pero se llama igual que él y tiene su mismo aspecto, se ahorra un dinero en psicólogos y nos muestra sus fracasos, sus miedos, sus pifias y aventuras sexuales. Un dibujo áspero y detallado, una historia cargada de reflexiones políticas, sociales y personales, componen un "retrato generaciones" Que alcanza a todos en la medida que abrazamos algo parecido a la juventud y la precaria laboral es el pan nuestro de cada día.