Libro encuadernado en rústica con solapas, con 404 páginas en blanco y negro y cubiertas en color.
En la historia del cómic hay un hilo que une los hallazgos de Hergé, Jijé, Franquin y Morris con el cómic renovador de Trondheim, de Sfar o de David B. Y este hilo pasa antes por Goscinny, Giraud-Moebius, Gotlib, Bretécher, Druillet o Tardi. Este no es un libro de historia del cómic ni pretende ser la historia del cómic franco-belga, sino un itinerario subjetivo por uno de los muchos caminos que recorren la historia del cómic.
Sabemos que existe un cómic llamado franco-belga —o europeo—, distinto de las otras dos grandes familias de la historieta: la norteamericana y la japonesa. Pero ¿de dónde surge ese modelo? ¿Qué autores lo impulsan? ¿Cómo logra, desde Bélgica, hacerse mayor en Francia y luego expandirse a toda Europa?
El canon franco-belga del cómic recorre varias décadas de historia para responder a estas preguntas y analizar tanto sus conexiones como sus transformaciones, especialmente radicales a partir de 1968. Una mirada que abarca hasta finales del siglo XX, cuando surge una nueva historieta independiente que enlazará con la llamada novela gráfica. Un paseo entre grandes obras del cómic. Una historia de la historieta europea.