Información de la editorial:
Tomino es la compañera de juegos de Elise cuando a esta no le toca actuar de divinidad en la secta Iglesia Dorada. El misterioso Zhang supervisa los fraudulentos rituales. Mientras tanto, Katan sufre doblemente encerrado: en una incómoda armadura y en una caseta de una isla desierta. Aya, una chica sometida al control de un siniestro viejo, es la única dispuesta a ayudarlo. Los moradores del circo de freaks se han quedado sin la protección de Wang e intentan sobrevivir como pueden. Nagoya y Kim tratan de resolver su situación de otro modo. Pero las desgracias nunca vienen solas. Entretanto, Wang se entrega al placer y la voluptuosidad.