Información de la editorial:
Hace años que el virus provocó la casi total extinción de los aragoneses.
Sin la supervisión humana, las plantas eléctricas dejaron de funcionar y las fábricas se paralizaron. Toneladas de sustancias tóxicas se vertieron en el aire y el agua, provocando una catástrofe ecológica sin precedentes, y la mutación de algunas especies, como los cerdos, que desarrollaron el habla, el intelecto y hasta crearon su propia ciudad bajo tierra.
Y ahora, tras milenios de opresión, tortura y genocidio, los cerdos claman justicia.