Información de la Editorial:
Él lee a Proust y muerde sólo con un colmillo, para que la marca pueda achacarse a la de un mosquito. Ella se alimenta con voracidad abismal y querría ser Carmilla, pero en el fondo le pierden los celos. Juntos pasarán una noche inolvidable: bailando tangos, hablando de amor, escuchando viejos vinilos polvorientos.