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Un puritano
viajero.
Solomon Kane
nació en Devonshire, Inglaterra, durante la época de la regencia
de Isabel I, siendo coetáneo de otros soldados de fortuna de la
época como Sir Francis Drake y Sir Richard Grenville. Blosser
estimó que habría nacido en torno a 1530.
No se sabe si
aprendió antes el arte de la espada o la ortodoxia puritana.
Fuera como fuese, pronto le pudo la aventura y quiso ver mundo
durante su juventud. Otros comentan que sus vagabundeos se
debieron a la persecución que los Tudor practicaron sobre los
puritanos en Inglaterra. Se cree que durante esta época pudo
militar en ejércitos extranjeros asentados en el continente
europeo o bien practicar algún viaje a Norteamérica.
Iba y venía,
y nunca permanecía más de un mes en su patria. El tiempo justo
para encontrar por vez primera el horror oculto en un bosque
cercano a Torkertown, cuyo fantasma combatió (en la historieta
“Cráneos en las estrellas”). Sin haberse alejado mucho de esta
localidad, se enfrentaría a un nigromante que deseaba vengarse
contra un hombre que le denunció frente al rey Eduardo VI (“La
mano derecha del destino”). Justo después, Kane se enfrentó a
otro horror si nombre al que los lugareños llamaban la bestia plateada (“La bestia de plata de Torkertown”).
Estamos en
1553 y al poco de esta aventura Kane partió de nuevo de viaje,
hacia Francia, donde alquiló su espada como mercenario de las
guerras religiosas que hubo en el centro de Europa. Alcanzó el
grado de capitán, pero terminó harto de la iniquidad de los
hombres en guerra y dejó el campo de batalla. En su vagar por
los pueblos galos se topó un día con una aldea que había sido
saqueada por El Lobo (Le Loup) y sus sicarios, dejando a su paso
mortandad y vergüenza. Como el sombrío espadachín prometió
vengar la muerte de una muchacha, persiguió a El Lobo eliminando
sistemáticamente a todos sus hombres él solo. Pasó por Italia,
España y cruzó el océano hasta África, hasta una zona de tráfico
esclavista donde se enfrentó al objeto de su venganza y también
a seres fantasmales (“Sombras Rojas” o “La marca de Kane” y “Los
colmillos del Dios Gorila”).
Solomon quiso
alejarse de África tras esta aventura y tomó un barco portugués
para regresar a Europa, por lo que hemos podido saber. Ascendió
hacia el Norte hasta Alemania y en la Selva Negra volvió a
salirle al paso lo sobrenatural, teniendo que resolver un
problema familiar afectado de licantropía (“Y la fe, que no
muere...”). Aún por la zona boscosa, oyó los cascos de unos
caballos malditos y se internó en su follaje boscoso, que se
convirtió en selvático puesto que por un ardid mágico fue a parar
a otro lugar y otra época, donde compartió aventuras con otro
guerrero sombrío llamado Conan (“Los oscuros jinetes de la
muerte” y “La oscura torre de la muerte”). De vuelta a su mundo
y su tiempo,
no tardó Kane en tropezar de nuevo con el horror que anida entre
los vivos (“Resonar de huesos”). Cuando tiene lugar esta
aventura, media el año 1555.
En sus
vagabundeos por Europa Solomon terminó por encontrarse con otro
vagabundo, inglés como él, llamado John Silent, y entre el
sombrío y el silencioso aplicaron severo castigo sobre el Barón
Von Staler que tenía tiranizada a una población ("El castillo
del diablo"). Luego Kane dirigió sus pasos hacia tierras más del
interior, y pasó por una propiedad a la que no debiera haberse
acercado (“El dragón en el castillo de Frankenstein”);
finalmente, se encaminó hacia la neblinosa Transilvania, región
de vampiros por antonomasia, y no tardó en hallarlos,
precisamente al amo de todos ellos (“El castillo del
no-muerto”). Tras esta aventura escalofriante, Kane marchó en
compañía de Silent hacia occidente, y en Génova tomaron un barco
para combatir a los piratas turcos al tiempo en el Mar
mediterráneo. Kane conoció la vida de los piratas, y más tarde a
los turcos. Fue hecho preso por estos últimos, y en sus
estancias resolvió un problema de amor con la
solemnidad en el rostro (“El profeta”) antes de regresar a
Inglaterra.
En su patria
de nuevo, tras haberse batido con Sir John Tafarel, el puritano supo de la
suerte de Marylin, inglesita que había sido vendida al
filibustero berberisco El Gar. La chica era familiar de un amigo
de Kane y se dispuso a buscarla con fría determinación. Vadeó el
mar y llegó a territorio berberisco donde fue esclavizado. Se
liberó y marchó al África de nuevo por saber que un traficante
portugués tenía a Marylin bajo su custodia. Finalmente alcanzó a
la muchacha en una ciudad perdida, Negari, donde también halló
restos de una colonia descendiente de la mítica Atlántida y a
una mujer diabólica llamada Nakari ("Luna de Cráneos" I, II y
III)
Solomon devolvió a Marylin a Inglaterra
felizmente y, en 1566, se unió al
militar navegante Sir Francis Drake para participar en los
saqueos de los galeones españoles cuya ruta les llevaba a las
Américas. Drake le dio al puritano el apodo de “El rey de la
espada de Devon” y trató de ganarse su amistad, pero no lo
logró, pues ideológicamente estaban muy alejados. Con todo,
navegó con él por seis años, y también participó con él en
algaradas en tierra, con lo que aprendió el sistema de
guerrillas propio de los indios americanos. Dejó el servicio de
Drake poco después de presenciar la ejecución del almirante Sir
Thomas Doughty en la Bahía de San Julián en La Patagonia, hecho
que tuvo lugar en 1578 ("The One Black Stain”, se halla inédita en España).
Tras estas
aventuras, Kane cambió de barco y de amo, uniéndose a Sir
Richard Grenville, ahora para atacar a las embarcaciones que
viajaban por las Indias. Tiempo después, regresó a Inglaterra
para vengar a la hija de un amigo que había sido asesinada por
unos piratas. Tras dos años de búsqueda, los localizó en una
mansión del norte de Gran Bretaña, donde Kane sostuvo una lucha
a cuchillo con Fishhawk ("Espadas de la Hermandad”).
Tras esto, volvió a su vida de bucanero al lado de Grenville.
En 1591, el
barco de Grenville fue atrapado por barcos españoles y
portugueses en las inmediaciones de las Islas Azores. Sir
Richard Grenville cayó en la refriega y Kane fue hecho
prisionero. De nuevo escapó y se refugió en España, con tan mala
suerte que halló en su camino a un religioso que se metamorfoseó en
demonio ante él (“Satan’s Sanctuary”, inédito en nuestro país).
Se hizo a la mar de nuevo, aprovechando la travesía de un barco
por el Mediterráneo de camino hacia Constantinopla, y Solomon
acabó desembarcando en la costa norte de África en 1594, no sin
antes salvar a la tripulación de un endriago liberado a bordo (“Perceptions”,
también inédita).
De nuevo en
África.
En África, el
inglés
volvió a cruzar su camino con el del hechicero N'Longa, quien le
ayudara en su anterior visita a aquellas tierras en busca de El
Lobo. Solomon liberó a un pueblo del acoso de otra raza de vampiros pero
no se quedó para disfrutar el trono que había logrado con sus actos
valerosos (“Las colinas de los muertos” y “En la ciudad
silenciosa”).
Al contrario de lo que cabría suponer, Solomon se internó más y
más en la selva, y por algún capricho del destino halló en un
lugar escondido a un pirata inglés naufragado llamado Jeremy
Hawk a quien Kane conocía de sus tiempos al servicio de
Grenville. El hallado intentaba establecerse como rey de una
raza perdida llamada los Khabasti y para ello intentó lograr el
apoyo del puritano ("Hawk de Basti", no adaptada al cómic). Tras
esta aventura, Solomon siguió internándose en la selva, en
territorio caníbal; y su vida estuvo a punto de acabar en una
cena de aborígenes de no ser por el regreso de entre los muertos
de su comandante en el mar ("El Regreso de Sir Richard Grenville”,
inédita en España). Ya apartado del territorio caníbal, el
vagabundo inglés ayudó a otra tribu asediada por unos seres
alados malignos que habían sido expulsadas de Europa en un
pasado remoto ("Alas en la Noche").
Algunos meses
más tarde, en el África central Kane supo por boca de un viejo
hechicero de una banda de esclavistas árabes a los que combatió
que su bastón vudú era una reliquia de una época antiquísima, y
que había sido usado antes por el rey Salomón. Entonces Kane
empleó el bastón para luchar contra un monstruo deforme surgido
de un mausoleo que estaba en mitad de la jungla ("Las pisadas
interiores")
Las últimas
aventuras de las que sabemos de Kane por África tuvieron lugar
en un territorio montañoso a muchas millas hacia el Este. Allí,
de nuevo, descubrió una raza olvidada por el tiempo ("Los Hijos
de Ashur", no adaptada al cómic). No obstante fue capturado por
ellos, Solomon se ganó el favor de los nobles de la ciudad al
rescatar a una mujer atacada por un león.
Solomon
regresó a Europa y una vez allí volvió a combatir contra vampiros
y monstruosidades. En ocasiones sólo se enfrentó al terror que
proporciona la Parca (“Las frías manos de la muerte”), en otras
ocasiones a la maldad que anida en los hombres (“Retribución en
sangre”), y siguió practicando venganza contra los que abusaban
de los afligidos (“Inocencia rota”). Dicen que viajó por Europa,
África, el Nuevo Mundo y que llegó hasta Asia, pero de esos
viajes poco sabemos. Bueno, al parecer, cuando ya estaba algo
cansado de vagabundear, se subió como pasajero a un barco en los
mares de India, que sostuvo un enfrentamiento con un bajel
portugués. Solomon optó por cambiar de cubierta entonces, en
defensa del honor y la caballerosidad, y los lusos le llevaron
hasta Japón sin él desearlo, por más que soñaba ya con regresar a
tu tierra natal (“Red seas”, historieta inédita en España).
Conocemos el
regreso al hogar posterior a esta aventura, en 1610, ya anciano
pero aún vital y vagabundo, y con la mirada del aventurero en
los ojos. Y la fiereza ("El regreso a casa de Solomon Kane” / “El
regreso de Solomon Kane al hogar” / “Vuelta a casa de Solomon
Kane”).
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