Nos detenemos
acá, en una aproximación a Tex que se aleja de otras más genuinas
(las de los mismos italianos, las de algún autor francés) y que
poco tienen que ver con las últimamente comentadas por otras
plataformas de crítica y estudio de la historieta en España, como
es el caso de la labor modélica desarrollada por Norman Fernández
en DENTRO de la viñeta (sobre los españoles que han pasado
por las colecciones de Tex) o Trama (sobre el western
como género en Europa), que finalmente ha cristalizado en un
catálogo especial para el festival anual de la Semana Negra de
Gijón, el cual puede ser calificado de monografía teórica con
todas las de la ley.
Remarco lo de
que “poco tiene que ver” porque, en efecto, los españoles que han
participado en Tex lo han hecho principalmente en libros de cómics
especiales. Es cierto que Carlos Cruz o Jesús Blasco o Víctor de
la Fuente y otros llegaron a trabajar eventualmente para series
regulares protagonizadas por Tex, pero en general y más
recientemente, autores como Ortiz, Font o Bernet han destinado
viñetas llenas de revólveres para los llamados "texones"
(denominación popular de los Albo Speciale di Tex, debida a
su grosor), como es el caso presente, el que contiene la larga
aventura “Il Cavaliere solitario”, que destaca singularmente por
haber
sido dibujada por uno de los exponentes de la historieta
americana: Joe Kubert.
Kubert, autor
yanqui increíblemente capacitado para la aventura, resolutivo,
estimulante, ungido en la creación de tipos humanos, posiblemente
el mejor historietista nortemericano vivo hoy junto
a Eisner, Crumb
y Toth, y más cualificado que ellos para desarrollar cierto tipo
de historietas despegadas del mainstream (aquí en alusión a
su obra Fax from Sarajevo, por más que los otros autores se
hayan querido acercar a practicar una historieta “menos europea”).
En los "texones" han participado Ortiz, de la Fuente, Buzelli, un
buen puñado de autores italianos y extranjeros que han contribuido
a doblegar las estanterías de los coleccionistas de Tex con sus
centenares de páginas dibujadas e impresas: van 16 libros
publicados (el último, en junio de 2002).
La característica de este
producto es que conviene en afirmarse el ideal de "tebeo popular".
Consisten los "texones" en aventuras autoconclusivas, en blanco y
negro y en gran formato, a un precio muy económico (son casi 250
páginas por apenas 5 euros), generalmente sin páginas de respeto
pero al menos con aparato escrito, para este caso que nos ocupa:
una presentación firmada por Segio Bonelli ("Uno contri tutti!") y
aderezada con diseños de Kubert, una entrevista al dibujante ("Joe
Kubert: Il fumetto è il mio destino") también con dibujos
espectaculares de Joe, y un extraordinario texto sobre el cine del
Oeste ("Alone under the Stars", de Grazziano Frediani) plagado de
fotografías y también viñetas de historietas. No faltan, por
supuesto, las cuatro fichas de los cuatro autores del libro. Sí,
cuatro: Kubert, Nizzi, Galep y Bonelli; a los dos últimos se les
sigue rindiendo homenaje ininterrumpidamente tras 55 años de
existencia, como una suerte de marchamo de fábrica del mano de
hierro de la edición italiana Sergio Bonelli Editore.
O sea, tenemos un tebeo barato,
con buen aderezo, emocionante y de calidad si gustas del género,
que únicamente adolece de cierta pacatería (la
edición yanqui reprodujo viñetas con más
carne y menos
tela) pero que se impone como formato más que decente para
disfrutar de este tipo de acción (es decir, que si acaba siendo
traducido a nuestro idioma en un formato bolsillo como el actual
Biblioteca Grandes del Cómic ni se les ocurra comprarlo).
Además es un Kubert.
Sin duda
uno de los mejores autores elegidos por la redacción de Bonelli
para hacer un texone ha sido Kubert. Por su gran capacidad
para adaptarse a todo tipo de género y por su impagable calidad
como profesional. Para esta obra ha dibujado 246 páginas
impresionantes, emotivas, con un aprovechamiento de la viñeta
extremo, haciendo gala de un racional uso de los planos... todo
ello pese a tratarse de una obra de encargo (como todas, pero en
este caso desde un país extranjero al suyo y que sigue otros
modelos en la elaboración
de cómics)
realizada con vertiginosidad. Un trabajo
modélico al dibujo que no se ve excesivamente
refrendado por el guión, un guión maniqueo, gastado, tópico. Es un
guión a los acostumbra Nizzi, hombre de cierta edad y narrador veterano que,
paradójicamente, reproduce aquí la esencia de Tex como aventurero
y como personaje: un caballero solitario pero con amigos en cada
rancho
olvidado, un rancho
olvidado y feliz pero acechado por villanos, unos villanos sin
escrúpulos
que cometen atroz crimen con los granjeros pero que serán
perseguidos sin
tregua
por el caballero solitario... Es la venganza el eje sobre el cual
bascula
todo el relato, una venganza
lenta, parsimoniosa y letal
que atraviesa por
episodios de
gran drama y tensión
(la
muerte
de la chica en el comienzo, la presunta
muerte de Tex, el enfrentamiento en la comunidad india...) y que,
indefectiblemente, concluye con la retribución en sangre de los
villanos.
Talión.
El Tex de
Kubert es el Tex de siempre, un agresivo relato de frontera al que
el dibujante americano contribuye con unas líneas que confieren a
esta larga historieta cierto aroma a virilidad enjugada en polvo y
pólvora, y luz amplia en horizontes mortecinos.
Telón. |