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HORA CERO ( y 2)

Hora Cero. (4 aventuras completas)

 

Hora Cero, Suplemento semanal, 1947-1963

Editorial: Frontera

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[ Cubierta del número 42 de Hora Cero Extra, por Hugo Pratt ]


HORA CERO (LAS REVISTAS DE OESTERHELD), por Héctor Pérez Edía, parte 2 


Hora Cero Extra

La segunda derivación de la publicación original, hizo su debut en julio de 1958, con una regularidad bimestral (luego mensual) y salía en formato vertical, exactamente del doble del tamaño del Hora Cero, 260 × 190 mm. Contaba con 68 páginas incluyendo sus muy buenas y atractivas portadas a todo color. El precio fue respetable para la época: $ 6 (moneda nacional).

En la primer página interior aparecía el sumario y un dibujo en tinta negra y a gran tamaño de un soldado. Este dibujo, así como la portada, eran fruto de la pluma de Hugo Pratt y el dibujo interior mostraba en el primer número la figura de un “marine” yanqui, en el segundo, un infante japonés y en el tercero un infante británico con casco colonial. Esta característica continuaría hasta el número 28 con otros dibujantes.

El Hora Cero Extra fue la más lograda de las tres publicaciones si tenemos en cuenta el formato de la revista, su presentación formal y la calidad de sus historietas, características que mantendría por casi dos años, no decayendo abruptamente tampoco después de este período.

En el primer número, el sumario detallaba el muy buen contenido del número publicado que comenzaba con la infaltable y extraordinaria historia de Ernie Pike, dibujada por Pratt, “Tarawa”, que se extendía en ocho inolvidables planchas del gran veneciano. Le seguía una doble página de humor gráfico titulada “La guerra en broma... y en serio” firmada por el muy eficaz Bayón. Luego, a lo largo de nueve planchas, otra historia de H.G.O. con dibujos de Solano López titulada “Spitfire”, que no tenía nada que ver con dicho avión británico, sino que relataba las aventuras de un niño francés con ese apodo, jefe de una pandilla de jóvenes resistentes que enfrentaba y vencía a los alemanes ocupantes de su país.

Luego venía “Deserción”, de H.G.O. con dibujos de Bertolini y que cuenta una excelente historia de un aviador francés, al final de la llamada la “Batalla de Francia” en abril-mayo de 1940, con el atractivo de tocar un período no muy trillado de la guerra y mostrando también aviones poco conocidos por quienes no son especialistas en el tema. “Enterradores” de H.G.O. y dibujos de Solano López, muestra en solamente cuatro planchas algo cargadas, una dramática historia que parecía salida de la pluma de Erich M. Remarque. A continuación, en una doble página, vemos una publicidad dedicada a Hora Cero, Suplemento Semanal, en la que se presentaba al Sargento Kirk y a sus compañeros juntamente con sus autores. Servía de nexo con la siguiente historieta: un sorprendente relato colateral de “El Eternauta” (que aparecía en el “Suplemento semanal”) y que se integraba en la línea argumental de esta historieta sin consecuencias posteriores en la ilación del relato original.

“El Brujo”, otro guión de H.G.O., con unos muy entintados dibujos de Cristóbal, relataba en las siguientes siete planchas una historia del África negra y sus relaciones con los blancos. “Vergüenza de hombre”, era una atractiva y a la vez extraña historieta (para la revista que la contenía) sobre el ambiente taurino español. Tenía buenos dibujos de Haupt que recuerdan a Raymond y se desarrollaba a lo largo de cinco planchas con abundante texto. Terminaba la edición con dos historias bélicas de H.G.O., la primera con dibujos de Estévez titulada “¡Guerrilla!”, con “maquis” franceses y paracaidistas ingleses, de ocho planchas completas y la segunda, “Hombres Ranas”, de seis planchas con excelentes dibujos de las profundidades marinas de la pluma de Pratt.

Finalmente, la contraportada y las retiraciones de ésta y de la  portada mostraban fotografías, a toda página, referentes a la guerra en el Pacífico con los “marines” en primer plano. Esta fórmula se mantendrá en los números siguientes, continuándose en el segundo número las hazañas de “Spitfire”, los relatos de “Ernie Pike”, el humor de Gorosito (alternando después con Bayón, Bielich, Tomé, etc). En el Hora Cero Extra continuaban las aventuras de “Randall, the killer” de H.G.O. y el gran artista chileno Del Castillo, exportado desde e Hora Cero, Suplemento Semanal, así como “Patria Vieja” con guiones de Jorge Mora (Jorge Oesterheld) y dibujos de Carlos Roume, de igual origen. En el número 9, lo haría “Cayena”, desde la misma publicación.

En el segundo número también aparecía una ocurrente historieta cómica “El gaucho Fatiga” de Crike, con simples pero atractivos dibujos y argumentos, que ocupaba cinco planchas. En el número 4 hizo su reaparición una historieta importada del mensuario, “Rolo”, esta vez sin el agregado de “el marciano adoptivo”, en un relato con fuertes connotaciones circunstanciales locales, pues trata de las por entonces comunes inundaciones de algunos barrios porteños, ¡culpa de los extraterrestres!

En cada uno de estos primeros números, la editorial dedicaba una doble página a presentar a sus colaboradores (desfilaron por ellas el mismo Oesterheld, Hugo Pratt, Arturo del Castillo, Solano López, Breccia, Roume, etc.), así como a informar en una página sobre alguna conquista de la técnica, con detalles de cohetes, naves o armas, sección ésta que integró en cierto momento al “Vivac de los lectores”, también comenzada en el mensuario original. Esta última sección, ya con características propias y diferenciadas, se hizo más destacada e interesante a partir de la segunda decena de ediciones (“El tanque Goliat”, “La bomba Jinrai”, “El submarino atómico”, “El cañón-obús”, “Lanchas torpederas”, etc.)

En el número 5 hizo su aparición un personaje excepcional en la historia de las tiras argentinas, “Sherlock Time”, con argumentos de H.G.O. y dibujos del gran artista uruguayo Alberto Breccia. La serie continuaría durante muchos números hasta su pase a Hora Cero, Suplemento Semanal, como lo mencionamos en su oportunidad. En esta primera entrega, se relata la aparición del detective espacio temporal en la vida de un pacífico jubilado, Julio Luna, que devino una especie de Doctor Watson para el extraño investigador.

Algunas notables y efímeras historias, como “Dr. Morgue”, en el número 10 (H.G.O. y A. Breccia) o “Bolo Peck” (número 22, de H.G.O. y Schiaffino), hicieron esperar una continuidad que no se hizo realidad. También pudo verse en esta etapa un relato extra y lateral de la serie “Amapola Negra” (número 11), que aparecía en el mensual, y la conversión de “Randall” en un folletín ilustrado por Del Castillo en el número 14, que dieron una característica diferente de lo ofrecido en los primeros y excepcionales números. “Randall” volvería en el número 17, como una historieta con grandes ilustraciones (media página) y con textos al pie del dibujo y algunos pocos globos convencionales.

También en el número 16 se trasladó al Hora Cero Extra desde el suplemento semanal el “Diario de guerra de un soldado”, que finalizaría en el número 22. Cabe destacar la continuidad a partir del número 18 de “Doc Carson”, con dibujos de Vogt, un relato con ambiente en la Alaska de la “fiebre del oro” que se prolongó al menos hasta el número 35. En la misma edición aparecería “Buster Pike”, también un “ex” del suplemento semanal.

Una novedad aparecida en el número 25 y que perduraría por solo tres números fue “Pedro Pereyra”, un bizarro taxista de Buenos Aires dibujado de forma barroca por Durañona con guiones de Jorge Mora (Jorge Oesterheld). Pocas novedades de valer hubo ya en la tercera docena de números editados, que son los últimos de numeración corrida en nuestro poder. Cabe destacar el afianzamiento en el dibujo de Arancio en las historias camperas y “fluviales” de Oesterheld, así como en la tradicional “Patria Vieja”, ahora en manos de este buen artista. Reapareció en algunas historias de “Ernie Pike” el gran Pratt, así como relatos ilustrados por Durañona y J. Muñoz que se destacaban del resto.

Descubrimos en algunos números sueltos que poseemos más allá del número 36 el inicio de la publicación de “Martín Fierro” (en el número 40) en viñetas ilustradas por J. Arancio y con una estrofa del inmortal poema gauchesco al pie de cada una. Reaparecieron algunas muy buenas tapas de Hugo Pratt (hemos visto las de los número 45, 49, 57, 58) que mostraban en cada número medio cuerpo, vistas de soldados e insignias de un militar, por lo general colonial inglés o francés. Por otra parte, el contenido, reducido a cincuenta páginas, solamente mostraba las novedades de “Paúl Neutrón”, de H.G.O. y Schiaffino, que reinstalaba el “continuará” en los relatos, como venía haciéndolo con el “Martín Fierro” y seguiría en la versión de Arancio de “La isla del tesoro”, versión en historieta de la novelas de Stevenson.

Ya en el número 58 detectamos alguna de las muy buenas historietas importadas de Gran Bretaña, como “Blitzkrieg”, con las pintorescas hazañas de un bancario inglés devenido en participante de la evacuación de Dunkerke. O en el número 59, las de un tal Wing Commander Robert Lance, en “Ultrasecreto” con mucho en común con Battle Britton. En el número 62, último que conocemos, hay historietas yanquis de syndicates, incluyendo algún dibujo de humor, y no mucho más. La publicación terminó en Mayo de 1963 con la publicación de su número 77, que poco o nada tenía en común con los del comienzo de la colección.

La desaparición de estas hermosas revistas de historietas y de su misma editorial, se debieron al mal manejo financiero y administrativo de sus dueños, al éxodo de los grandes dibujantes que la ilustraban en la primera etapa, significando esto una importante merma en la calidad del material ofrecido, y por fin, a los manejos fraudulentos de la empresa encargada de la impresión, que duplicaba el tiraje oficial de las revistas a su propio beneficio, a la vez que endeudaba a sus legítimos dueños.

Hora Cero marcó indudablemente toda una época en la historia de los tebeos en la Argentina, fue copiada en varias ocasiones, con resultados por lo general muy inferiores al modelo y por su temática, en gran proporción orientada a una particular forma de encarar los hechos bélicos, inauguró en nuestro medio una nueva manera humanista de ver la violencia, inclusive en sus historias policiales. Su aparición fue coincidente con la euforia que significó a partir de la Convención Constituyente de 1957, el retorno de la democracia a la vida política argentina y pese a sus pocos años de aparición, su mensaje y estilo perduran no solo en la memoria de sus lectores sino también en la obra de muchos que surgieron al mundo de la historieta desde sus recordadas páginas.

Bibliografía

Hora Cero mensual, número 1 al 40; Hora Cero, Suplemento semanal, número 1 al número 116; Hora Cero Extra, número 1 al 36 y varios posteriores. (colecciones propias)

Historia de la Historieta Argentina, C.Trillo y G.Saccomanno, Editorial Record, Bs. As., 1980

Historia de los Comics, Toutain Editor, Barcelona, 1982

La Historia de la Historieta Argentina, Esc. Educ. Técnica, núm. 25 - Ciudad de Buenos Aires


ENLACES:

 

PÉREZ EDÍA, H. (2003): "Patoruzito", en Tebeosfera, 021005

PÉREZ EDÍA, H. (2003): "Salgari", en Tebeosfera, 030430

PÉREZ EDÍA, H. (2003): "Hora Cero (las revistas de Oesterheld)", en Tebeosfera, 031019


[ © 2003 Héctor Pérez Edia, para Tebeosfera 031019 ]