Información
preliminar: Una historia de hace décadas.
El personaje
Tex, considerado hoy como uno de los pilares de la historieta italiana,
ha superado los cincuenta años de edad, habiendo sido publicado por vez
primera en septiembre del año 1948. Editorialmente se presentó como una
“striscia” [tira],es
decir, como un cuadernillo con grapa integrado por 36 paginas, con un
formato que apenas si obtuvo aceptación con unas dimensiones de 8 × 18
cm., y publicado por la casa editorial Audace, que ya entonces publicaba
varias colecciones de cómics.
El primer
episodio narraba como Tex Willer –que en seguida era identificado como
un justiciero solitario- acudía desde la la primera viñeta al rescate de
una chica india perseguida por una pandilla de malhechores. A
continuación seguía un tiroteo, en el cual Tex espantaba a los bandidos.
Muy pronto los acontecimientos tomaban un ritmo frenético, capaz de
subyugar a los lectores hasta el punto de que se veían obligados a
proseguir con la lectura a la siguiente semana, y luego la otra y la
otra... Así comenzó una saga cuyo extraordinario éxito nadie pudo
prever.
La historia
fue creada y escrita por dos autores que ya habían obtenido aprecio por
obras previas: los textos eran de Giovanni Luigi Bonelli y los dibujos
de Aurelio Galleppini, que firma Galep, un pseudónimo que Tex hizo
famoso para siempre. Si bien desde el principio el éxito de la serie fue
tibio, las peripecias que narraban aquellos cómics eran muy ricas en
argumentos, interesantes aventuras y en emocionantes resoluciones. Tex
se convirtió rápidamente en un Ranger de Texas dispuesto a enfrentarse a
forajidos de toda calaña de un modo particular, tal y como le dictaba su
natural sentido de la justicia. Al poco, conoció a Kit Carson, que
continuaría con él como su fiel compañero de aventuras desde entonces y
para siempre. Más tarde, el destino condujo a Tex hacia el pueblo de los
Navajo, donde por una casualidad imprevisible terminó casándose con la
bellísima Lilyth, la hija del jefe de la tribu, con lo cual adquirió el
rango –y la enseña- de jefe honorífico con el nombre de “Aguila de la
Noche”. E incluso cosechó la amistad de Tiger Jack, quien sería también
uno de sus leales colegas, “pards”, para los restos. Más
tarde, durante una de las largas ausencias de Tex, su esposa
fallecería por causa de la viruela, enfermedad que habían propagado
alevosamente unos renegados blancos con el fin de acabar con los indios.
Pero éste es solamente el principio... como se puede imaginar, durante
más de 50 años de existencia, Tex ha vivido aventuras de todo tipo.
Por otra
parte, durante el transcurso de su vida de papel Tex también se
diversificó desde el punto de vista editorial. En efecto, como se
comprobó que la demanda de los lectores favorecía numerosas reediciones,
a partir del mes de junio de 1958 (una década después del nacimiento del
personaje)
Tex
adoptó el formato que actualmente mantiene: esencialmente un librito de
cómics, si bien no para figurar en biblioteca alguna. Esta
transformación ganó el aprecio de los lectores y en poco tiempo pasó a
ser un formato “canónico” que hoy constituye un estándar de la edición
de historieta [en Italia] (se ha definido como “formato Tex” o, también,
“formato Bonelliano”) [en España, así fueron editados tebeos de
Tex
por Buru
Lan].
Además de
este mérito notable, el personaje Tex también venció otra batalla de
envergadura: la de la consideración de la crítica. Así es, con el
nacimiento de la crítica del cómic en los años sesenta y tras unos
comienzos de fría aceptación, el personaje fue convirtiéndose en objeto
de análisis cada vez más atento, profundo y entregado. Actualmente, los
artículos que tratan de él se cuentan por millares, si bien la mayoría
son meras reseñas y no puramente críticos.
Tex: entre la ficción y la crítica.
Si numerosos
personajes de cómic han hecho correr los correspondientes ríos de tinta,
lo que se ha comentado de Tex, en proporción, son mares de tinta,
tantos y tan diferentes han sido los textos dedicados a él -por no
hablar de los libros- que ha estimulado el personaje en el reciente
cincuentenario de su existencia. Muchos años han pasado luchando para
obtener frutos en su defensa de la justicia y eso ha permitido que
crezca como personaje de éxito y de interés en el ámbito crítico. Tex,
de otro lado, ha terminado por convertirse en una suerte de “lugar
común” sobre el cual parece que ya está todo escrito, y rebatido todo lo
escrito; tanto es así que, si estuviésemos en un ambiente universitario,
sin duda hubiera habido un hueco para la disciplina “Historiografía de
la crítica de Tex”. Mas, en esta nuestra aproximación hecha desde la
postura del
humilde
aficionado,
mejor
sería nombrarlo
con pretensiones más modestas, como “Breve cronohistoria de la
progresiva toma de conciencia de los valores, no solamente para el
entretenimiento, de un personaje de cómics llamado Tex Willer”. Título
seguramente no exento de ampulosidad, pero que en cualquier caso respeta
la realidad. Porque las cosas son así, en efecto: desde que superó la
década de permanencia en el mercado, Tex fue conquistando
paulatinamente mayor respeto y consideración. Por eso, desde los
primeros años sesenta, en los albores de la crítica de la historieta en
Italia [que parte, según Brunoro, de 1965], su entidad como personaje ni
siquiera era tenida en consideración, para luego ir poniéndose los
críticos gradualmente de acuerdo, superando la eventual perplejidad y
cuestionamientos y terminar por ocuparse de él de un modo más
benevolente hasta obtener, hoy, la consideración que los Grandes
Personajes Populares [en mayúsculas en el original] realmente se
merecen. Algo justo, a decir verdad, porque sin ningún requisito
genérico no hubiera perdurado de esa manera durante tanto tiempo. Y, por
añadidura, sin haber mostrado síntomas de agotamiento, evidenciando así
un paulatino aumento de calidad en su trayectoria editorial. No es poco
para un personaje que comenzó a cabalgar en septiembre de 1948.
Mucho se ha
dicho y se ha escrito sobre Tex; hagamos entonces un recorrido por lo
que se ha establecido sobre su vida por parte de los más acreditados
“texólogos”. Debemos precisar que todos ellos han argumentado
generalmente con inteligencia y perspicacia, sin permitir que al
ocuparse de Tex la pasión y el afecto por el personaje les impidiera
guardar las debidas distancias. También hay que hacer constar que la
postura a adoptar a la hora de enfrentarse a Tex no es sencilla
ya que el personaje exige ser analizado desde diferentes puntos de
vista. Por ejemplo, ha presidico siempre el enfoque historicista sobre
Tex, tanto sobre su historia editorial como en su discurso narrativo /
argumental, dado que ambos aspectos se hallan estrechamente
interconectadas entre sí. Si bien hay otros aspectos igualmente dignos
de un atento análisis, nuestro discurso intentará conservar la
simplicidad en líneas generales. No obstante debemos tener presente de
que a pesar de que los pretextos parecen simples, nada en Tex es
demasiado simple. No sólo no lo es su historia editorial, tampoco lo es
su evolución como personaje y mucho menos en lo relativo a cuestiones
narrativas. Y está la dimensión añadida de hallarnos ante un gigantesto
“mapa vital” de papel detallado tras más de media centuria de vida en un
centenar de títulos diferentes.
Un caso
editorial
Veamos,
entonces, de modo lineal, la sinuosa pero firme progresión editorial de
las publicaciones de Tex. Su “partida de nacimiento”, fijada
oficialmente el 30 de septiembre de 1948, fue la famosa “striscia”,
es decir: el cuaderno de 32 páginas más cubiertas, con el típico formato
por entonces en absoluto de moda, y con el episodio titulado “Il totem
misterioso”. Se trataba de una serie de periodicidad semanal que
disfrutó de una excepcional longevidad por cuanto, sirviéndose de la
salida continua de subseries con sugestivos títulos, alcanzó los 20 años
de vida con un último número publicado el 5 de junio de 1967, cuando ya
había engordado hasta las 80 páginas, lo cual suponía un notable
esfuerzo editorial. Fue esto precisamente lo que llevaría al personaje a
renacer editorialmente de sus propias cenizas, prosiguiendo sus
historias originales bajo la forma de volúmenes mensuales que todavía
existen hoy en día y que celebraron en el mes de junio de 2002 la
publicación del número 500.
Tex no hizo
presa de modo repentino e irresistible entre el los aficionados de su
tiempo. Al contrario de otros personajes que por entonces aparecieron en
el escenario editorial, pasó casi como un meteorito por el cielo de los
héroes de papel. En sus comienzos, eso sirvió para demostrar que
manifestó los mínimos síntomas de vitalidad como para inducir a la
editorial a compilar los restos de edición no vendidos de las aventuras
de Tex bajo la forma de pequeños volúmenes que por entonces
constituyeron una nueva serie: los primeros siete números fueron la
Serie Blanca, hoy muy buscada por los coleccionistas a precios de
espanto. Está práctica, la recolección de capítulos previos, siguió
desarrollándose
con periodicidad paralela a la serie original, y por añadidura
sobreviviéndole, puesto que el último número data de marzo de 1972.
Fue la
vitalidad demostrada por Tex la que determinió un hecho editorial
revelador. Llegado cierto momento, el editor admitió que Tex era un
personaje solicitado por el público, precisamente cuando comprobó que
las reediciones vendían. Nació así algo nuevo y diferente, lo que se dio
en llamar
“formato Álbum de
Oro”
(que por una serie de circunstancias entonces editaba Mondadori),
consistente en una suerte de cuaderno que para completar el número de
páginas incluía tres de los episodios precedentes de Tex en
“striscia”. Sería con esta nueva piel que Tex caminó de nuevo
paralelamente a las series que le precedían, desde julio de 1952 hasta
noviembre de 1960. Y llegamos a otro interesante momento en la escena
editorial: con los restos de edición, ahora privados de su portada –ya
que los primeros números estaban agotadísimos- el editor puso en marcha
un par de años más tarde la idea de confeccionar volúmenes más gruesos
aún, presentados con una flamante portada nueva. Fueron precisamente
estos los que, quizás por su digna consistencia “libresca”, otorgaron al
personaje un impulso inesperado. Devenidos hoy míticos (según los
coleccionistas), esos volúmenes corresponden a 29 números que se van de
enero de 1954 al año 1958 y representan el verdadero renacimiento del
personaje y su punto de partica para el gran desarrollo posterior.
La editorial
había ido ganando robustez, el producto vistosidad, y se intuía la
posibilidad de contar con una base de lectores no sólo constante sino en
incremento. Tanto que esta respuesta del público indujo al editor a dar
un paso decisivo, y en cierto modo innovador, a continuación se decidió
a emprender una nueva reedición de Tex, pero esta vez en forma de
volúmenes originales de un centenar de páginas destinados a restablecer
el orden en sus aventuras. Ahora se presentaba bajo la forma de libros
de cómics inicialmente bimestrales en los que se ofrecía una correcta
reedición cronológica de cuando había aparecido hasta la fecha. Eso fue
el nacimento, sin fecha oficial -acaso a mediados de 1958- y bajo el
título inicial de Tex Gigante, de la colección que todavía sigue
editándose hoy y que a partir del número 96, de febrero de 1968, publicó
directamente de esta manera material original (las recopilaciones se
suspendieron por entonces). El formato apaisado, de “striscia”, había
tenido su época y daba paso al formato volumen, con presencia de libro.
Y fue el formato libro el que perduró hasta hoy, se podría decir que
avanzando con paso triunfal, entendido esto en sentido contrario al
triunfalismo logrado por Tex en sus mejores años, cuando alcanzaba
tiradas mensuales de hasta 700.000 ejemplares, lo cual provocó un
convulso e incontrolado proceso de reedición tras reedición que
terminaría por generar un empacho del personaje transmitido de
generación en generación.
¿Cuál pudo
ser el arma secreta que determinó la deslumbrante longevidad de Tex
frente al considerable e inagotable alud de personajes y series
coetáneas? Sus exégetas, los críticos, y también los numerosísimos
aficionados, han creído localizar la razón en el soplo vital que lo
alimentó desde sus comienzos y lo mantuvo durante muchos años en la
línea de originalidad que le impostara Gianluigi Bonelli (obviamente
apoyado por la extrema profesionalidad del creador gráfico, Aurelio
Galleppini).
Esa sería la
lección que todos los continuadores siguieron al tomar al personaje. Los
textos: un conjunto de tramas que van girando en torno a un argumento
que se repite hasta el infinito pero que juega al mismo tiempo con la
introducción de golpes de efecto, cambios de escenario a veces vecinos a
la fantasía, y elementos inconformistas con respecto a las modas del
momento. En efecto, ¿cuáles son los aspectos in progress [en
inglés en el original] que constituyen el esqueleto de las longevas
vicisitudes de Tex? El hilo conductor para seguir el desarrollo
narrativo y el crecimiento humano del personaje que el lector ha tenido
presente durante años se basaba en dos elementos que interaccionaban y
se retroalimentaban. De manera un poco sucinta, la esencia del “plot”
desarrollado durante estos años ser puede delinear como sigue:
[ leer siguiente
página ]
|