Aunque nació santanderino, pasó toda su niñez en Gijón. Con solo 15 años se embarcó a la Argentina junto con su hermano Ramón, y en aquel país ya trabó contacto con la industria editorial, dado que trabajó en la revista Cocodrilo.
De vuelta a España, en el final de los años cincuenta, se integró en la industria del tebeo, haciendo portadas para varias colecciones de Editorial Dólar (Flash Gordon, El Hombre Enmascarado, Merlín, Jorge y Fernando). Luego, en la década de los sesenta, trabajaría en varias series de acción para jóvenes del sello Toray, como Hazañas del Oeste, Relatos de Guerra o Novelas Gráficas de Hazañas Bélicas. En la primera colección de las mencionadas desarrolló varios episodios de la serie Vance Flanagan, la cual fue también distribuida por agencia en Chile (en la cabecera El Jinete Fantasma, de Zig-Zag) y en México (en Aventura, de Novaro). Siguió desarrollando dibujo realista en varios trabajos durante los años sesenta, que se publicaron en Duwarín, Manhattan o Chío, y también dibujó historietas para jóvenes dirigidas a los mercados británico, a través de Fleetway, y escocés, a través de Thompson.
Comenzó a trabajar con el guionista Fernando Asián en historieta de humor hacia el final de los años sesenta. Su primera obra popular de este tipo fue "Veneno y su Sombra", destinada al tebeo Piñón. Seguirían trabajando en esta línea con Super 3 (un encargo de Selecciones Ilustradas), Curro Peláez o Pampa. Y ya en este momento, adaptaron juntos varios clásicos de la fabulística como Mil y una Noches, Aladino, Simbad, Alí Babá y otras, que lograron vender a muy distintos editores a lo largo del tiempo.
Ambos autores inauguraron la década de los setenta con obras juveniles que serían muy queridas, las destinadas a la revista Trinca, Héctor y Oliver; Genicabra y Gag, que se publicaron en Gaceta Junior; por su parte, Abracadabra, Marzy y Foot y Ball se publicaron en el suplemento dominical de Pueblo titulado El Cuco. En 1975, siguiendo la línea de adaptaciones de clásicosl literarios con intención de confeccionar un producto para todos los públicos, realizan Aventuras del Barón de la Castaña, en 1975, que no eran otra cosa que la adaptación de Las aventuras del Barón de Munchhausen. En este caso, la popularidad llevó la historieta a la animación. Más tarde, Chiqui seguiría dibujando obras de esta índole, como La vuelta al mundo en 80 días, Una canción de navidad, Robinson Crusoe, Moby Dick, El Quijote y otras.
En el final de los setenta llegó a coquetear con el mercado sicalíptico cuando JF Ediciones le pidió que hiciese uno de los fascículos de Muerde. En los ochenta se fue alejando de la historieta, sin crear obra nueva, aunque no dejó de mover sus adaptaciones juveniles, que se llegaron a publicar en todas las lenguas cooficiales. Sus últimos trabajos se publicaron en la revista Tapón o en tebeos vinculados a la cultura salmantina: Charros salmantinos e Historia de Salamanca en Viñetas.
Hermano de los también historietistas Ramón y Víctor de la Fuente.