BUTIFARRA!, PIONERA DEL PERIODISMO HUMORÍSTICO GRÁFICO
Logotipo de la revista, presente en su portada a partir del número 1, que muestra el gesto tan catalán de “hacer la butifarra”. |
El trabajo historietístico del equipo Butifarra (que tomó el nombre de la versión catalana del corte de mangas), fue una experiencia pionera del uso periodístico del lenguaje del cómic. Una innovación favorecida por la conjunción de condiciones socio-políticas e iniciativas individuales. Por una parte, tenemos una situación de cambio político, la denominada Transición de la dictadura franquista a la democracia, en la que el humor gráfico tiene un gran protagonismo cultural. Las revistas de humor: Hermano Lobo, El Papus, Por Favor, Matarratos… habían ejercido y ejercían la labor de un periodismo de opinión. Su presencia semanal en los quioscos las ligaba claramente a una actualidad en continua evolución que les suministraba sin cesar material satirizable. Y no olvidemos que la tradición internacional de las revistas satíricas se había visto enriquecida por la aportación francesa de la iconoclasta Hara Kiri, que había ensanchado y profundizado tanto los sujetos de la crítica irónica como la intensidad corrosiva de la misma. Unamos a todo ello que, como pasaba en el conjunto de la sociedad, dentro del colectivo de autores de historieta crecía la visión crítica y la voluntad de cambio, no solo respecto a la situación política, sino también a la social.
Primera etapa
Así, tal y como explicó más tarde Juanjo Sarto en el artículo “BUTIFARRA! Presentación”, publicado en el número 13 de la revista Bang!, surge: «La idea de crear un vehículo que, utilizando el chiste y la historieta y el periodismo como medios de probado arraigo popular, sirviera tanto de denuncia de situaciones concretas como de medio para la creación de un estado de opinión colectiva».
Portadas de los números 0 y 1 (mayo y junio de 1975) de Butifarra! |
En mayo de 1975 aparece el número 0 de Butifarra!, titulado “Tocata y fuga de la O.S.H.”, por “el clan de la butifarra”, como separata del Boletín de 9 barrios, editado por la Asociación de Vecinos Vallbona-Torre Baró-Trinidad. La portada, obra de Plumilla Mágica (es decir, de Francesc Capdevila), o sea Max, representaba con estilo underground el estado ruinoso de la OSH (Obra Sindical del Hogar) en los barrios creados para acoger a la emigración. En el interior, dieciséis páginas con ocho historietas que denunciaban los intereses y deficiencias presentes tanto en su construcción como en su localización, marcada por la ausencia de estructuras. Como contrapartida, aparecen las acciones reivindicativas de los vecinos y sus propuestas. En la contraportada, también de Plumilla Mágica, Butifarra! se presenta como “la revista de humor de los barrios”. Firmaban los guiones Juanjo Sarto y Francisco Pérez Navarro, y los dibujos, Ricard Soler, Briz, Manel Puyal, Carlos Vila y Alfonso López, que hacía ambas cosas. Más tarde se incorporarían l’Avi (Lluís Recasens), Pepe Robles (RKER), Manel Puyal, Miguel Gallardo, Mediavilla, Mari Carmen Vila (Marika), Montse Clavé, Luis García, Jesús Cuixart y José Luis G. Mompart, y contaría con la colaboración de Jan, Carlos Giménez, el equipo de El Cubri (Felipe Hernández Cava, Pedro Arjona y Saturio Alonso), Enrique Ventura y Miguel Ángel Nieto, Adolfo Usero, Ramón Lombera (Tomas), Susanna Campillo, Pere Lluís Barbera y Albert Parareda, entre muchos otros.
El número 1 de la revista se editó el 15 de junio como Boletín de Humor de la Asociación para el Estudio de la Comunicación Humana y Ecología (ANCA), entidad del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Cataluña, fórmula editorial utilizada en la primera etapa de la revista como cobijo legal. Su formato era el de un modesto cuaderno grapado de 27 por 21 cm., tenía ocho páginas —en el número 9 subirían a doce—, y su precio era de un duro. En la portada se estrenaba el logo realizado por José Briz, y en el interior, historietas varias y dos páginas de “Noticiario de los barrios”, sección que más tarde se llamaría “Ferias y congresos” y que evidenciaba su conexión con el movimiento vecinal. Esta sección se cubría gracias al doble papel de repartidor-reportero de acción de l’Avi, que al mismo tiempo que distribuía las revistas de un número entre las asociaciones de vecinos recababa noticias de las mismas.
En el artículo citado anteriormente, Juanjo Sarto explica la evolución de la revista:
Posteriormente, la aparición de los primeros números de Butifarra! demostró que la puesta en historieta de algunos de los problemas de los barrios era imposible sin conectar estos con la realidad político-social del país y que este proceso requería una mayor amplitud del tratamiento, llegando el equipo a la conclusión de que era preciso realizar números monográficos… así como alternar los contenidos humorísticos con otros de corte más realista, a compás con las exigencias de exposición didáctica del tema a tratar.
Se publicaron veintidós números en la primera etapa de la revista, con titulares explícitos como: “La familia que se manifiesta unida permanece unida”; “En mayo muchos reciben la 1ª hostia”; “Nuevo de este año: ¿ya le han traído los reyes el juego de la democracia de la Señorita Pepis?”, “Una feliz subida de precios, para mi próspera inversión, les desea el empresario”; “Salvem Barcelona”; “Se reafirma la decidida voluntad democratizadora del gobierno Suárez”. En ellos se caricaturizaba la realidad política y social con historietas sobre la inflación, el paro, la represión política y empresarial, la tortura, los asesinatos de Atocha, el 20-N, la reforma autonómica del Estado, la amnistía, la reforma de Suárez, la democracia o las democracias... En esta etapa se publicaron también cuatro números monográficos: Barcelona, ¿pero en qué plan vas?, dedicado al plan comarcal entonces a debate, y los que trataron sobre la mujer, las relaciones España-EE UU y las primeras elecciones democráticas.
“Los barrios…” (Butifarra! 3, septiembre de 1975), Ricard Soler y Carlos Vila. Guion de Alfonso López y Lluís Recasens, l’Avi. |
Sobre el funcionamiento del equipo en esa etapa nos informa Alfonso López, al ser entrevistado por Antonio Martín en el ya citado número 13 de la revista Bang!:
Generalmente hay una primera reunión en asamblea, en la que se planifica el número. Una vez escogidos una serie de temas, se hacen los guiones. Luego, voluntariamente, un grupo más reducido los revisa y va indicando su validez o no y propone correcciones si ello es necesario. Y ya rehechos pasan a los dibujantes. Luego este grupo reducido revisa los dibujos. También hay reuniones en que se discute en mesa redonda un tema conflictivo. No hay regla fija. Claro que todo esto es en teoría, porque en la práctica muchas veces los retrasos dan al traste con el esquema….
En efecto, Butifarra! nació asamblearia, con la fuerza y las limitaciones del voluntarismo, es decir, entusiasta y combativa, pero bastante irregular, tanto en la parte gráfica como en la narrativa. Así, su vertiente didáctica provocaba a veces un exceso de textos descriptivos o argumentativos, de manera que la narración gráfica podía verse reducida a una mínima expresión.
Segunda etapa
En noviembre de 1977 se inició la segunda etapa de la revista, que duraría hasta enero de 1979. En este período se publicaron trece números (doce revistas, ya que una de ellas era doble). Hasta el número 3 aparecían como fascículos coleccionables, y después como revista mensual.
Se produce también el cambio de editorial, que en esta etapa pasa a ser Iniciativas Editoriales, SA, pequeña empresa editorial que publicaba El Viejo Topo, la revista musical Vibraciones, cómics underground...
Butifarra!, que quería convertir a su público en protagonista de la historia y de las historias, vio cómo la evolución política alejaba a muchos de sus primeros lectores, afectados por el cansancio, el “desencanto” o también por el oportunismo. El equipo concluyó que había que llegar a los quioscos, porque era la manera de llegar a más posibles lectores. Ahora bien, conseguir este objetivo exigía previamente una evolución: una revista más coherente y estructurada homogéneamente, así como profesionalización en la calidad, a la vez que capacidad de sintonizar con las inquietudes sociales que todavía pervivían con bastante fuerza. Todo esto sin perder el elemento más característico y diferenciador: su humor corrosivo.
Como especifica el editorial del número 2:
La revista se plantea no presentarse como un producto de consumo, incidiendo menos sobre la actualidad inmediata y sí en los problemas de fondo a modo de cuadernos de información social-política. Por ello, cada tebeo se compondrá generalmente de un bloque central que analizará un tema ampliamente e, insistiendo en la línea de su etapa anterior, algunas páginas dedicadas a la actualidad política y a los barrios.
Los temas centrales que trató la revista en esta segunda etapa se reflejan explícitamente en sus titulares: 1: “La crisis”; 2: “Mierda”; 3: “La delincuencia”; 4: “Iglesia, SA”; 5: “El Seguro”; 6: “El Mayo francés”; 7: “La Constitución”; 8-9: “España-OTAN”; 10: “El fascismo cotidiano”; 11: “Escuela privada - escuela pública”; 12: “El ocio”, y 13: “La prostitución”.
07: Álbum La familia (bien, ¿y usted?), 1980. Joseph August Tharrats, Tha. | “Je t’aime, moi aussi” (La familia bien, ¿y usted?, 1980), Mari Carmen Vila, Marika. |
Cabe señalar la querella que sufrieron por el número de febrero de 1978, dedicado a la Iglesia y que lucía una impactante portada de Pepe Robles como introducción de un abanico de divertidas y críticas historietas del propio Robles, de Rafael Vaquer, Juanito Mediavilla, Miguel Gallardo, Carlos Azagra, L’Avi... aunque estos no firmaban sus trabajos, medida que se aplicaba desde el número 3 de la primera etapa para protegerse de la represión. La segunda etapa de la revista implicó un proceso de definición de personalidad, con nuevas secciones y personajes, que culmina, curiosamente, en la trilogía de álbumes, dedicados, respectivamente, al urbanismo, la publicidad y la familia. Estos monográficos, verdadero ejercicio de investigación periodística, siguen un común hilo conductor del relato: repaso histórico de la cuestión, análisis de la situación en ese momento y propuesta de alternativas. El equipo comunica con fluidez y alta densidad de gags, y ofrece mucha información, análisis y opiniones de forma clara y partidaria, pero sin sectarismos.
Cul de Sac y Más Madera…
Después, en 1982, vendría Cul de Sac, autoeditada a través de Saco Roto y que duraría hasta el número 15 y es el producto más logrado de un equipo que ha pasado de la fase asamblearia a organizarse con su director y consejo de dirección. La revista logra una estructura ligera pero equilibrada y efectiva. Las historietas, con personajes fijos, tratan mayoritariamente temáticas sociales y problemáticas cotidianas cercanas a su potencial público joven. En 1986, y fruto de un encargo de la agonizante Editorial Bruguera, el equipo Butifarra! saca ¡Más Madera!, inolvidable grito de guerra de Groucho Marx. Subtitulada como “La revista que da caña”, se dirigía a un público joven, centrándose en temáticas costumbristas. En ambos casos la faceta periodística tiende a reducirse a la opinión, siempre expresada, eso sí, a través del humor, mayoritariamente gráfico. Donde sí se dio periodismo-reportaje fue en dos revistas hechas por encargo popular: Qui eixamplarà els quarts de casa? (¿Quién ensanchará los cuartos de casa?), realizada en 1980 para la asociación de vecinos de la Barceloneta y que trataba sobre la falta de servicios y la necesaria reforma urbanística del barrio, y la revista caso Scala, que en 1981 trató sobre sobre la causa judicial homónima y sus trasfondos de posibles manipulaciones, realizada a petición de los propios familiares de los anarquistas encausados.
Portada de Cul-de-sac número 1 (1982), Rafel Vaquer. | “Radio Garfio” (Más Madera, 11, 1986), con dibujo de Antonio Navarro y guion de Francisco Pérez Navarro. |
Un apartado especial merecen las colaboraciones del equipo Butifarra en el Diario de Barcelona y en Liberación. La primera se produjo en los meses de 1980 y 1981 en que el “Brusi”, como era conocido por la ciudadanía barcelonesa el Diario de Barcelona, fue autogestionado por los trabajadores. La tarea del equipo, formado en este caso por Vaquer, Azagra, Aliu, Max, López, Tha y Bigart, era ilustrar todo tipo de artículos y noticias. En el diario Liberación realizaron, entre octubre de 1984 y marzo de 1985, la página de contracubierta del suplemento dominical, donde Joan Aliu y Alfons López eran autores respectivos del guión y del dibujo. Asimismo, Carlos Azagra realizaba una tira en el interior del diario.
Anuncio (La publicidad, 1979), Saturio Alonso, Pedro Arjona. Guion de Felipe Hernández Cava, El Cubri. | Anuncio (El Urbanismo Feroz, 1979), Rafel Vaquer y Cristina Simó. |
Fue una experiencia, por una parte, muy ligada a la situación específica de nuestra sociedad, como afirmaba al inicio de este escrito. Y, como tal, representativa de un tiempo y de un contexto sociopolítico determinado: el de nuestra Transición. Pero por otro lado, tiene una dimensión más general como expresión concreta de una vertiente comunicativa del medio diferente a la de la ficción. En este último sentido el colectivo Butifarra! se avanzó en el tiempo al actual desarrollo de la historieta reportaje.