| EL GLORIOSO PASADO DE DANI FUTURO |
Para muchos seguidores y estudiosos de la obra de Carlos Giménez, su serie de ciencia-ficción juvenil Dani Futuro, guioinzada por Víctor Mora, constituye un “antes” y un “después” en su obra. Después de trabajos puramente alimenticios como Gringo, con Delta 99 ya empieza a despuntar como el gran profesional que será a lo largo de la década de los 70. Tal despunte alcanza su eclosión total con Dani Futuro, en la que quedará de manifiesto su maestría como narrador gráfico, fruto de sus experiencias y aprendizajes acumulados hasta entonces. Pese al sector de público que estaba destinado, la serie supo revelarse como un producto fresco, innovador, que evidenciaba que, por aquel entonces, algo estaba realmente cambiando en el panorama del tebeo español.
Dani Futuro fue creada para el semanario juvenil Gaceta Junior, un título clave que, junto con otros como Strong, Trinca o Gran Pulgarcito, que, entre finales de los 60 y principios de los 70, constituyeron el escalón intermedio entre el tradicional tebeo tipo Bruguera -que ya estaba hallándose en pleno período de declive, al menos creativamente, si no comercialmente- y las publicaciones de cómic para adultos que despuntarían a partir de la segunda mitad de los 70.
Aunque Gaceta Junior, nacida en 1968 y editada por Unisa (Universo Infantil, S.A.), había sido en sus inicios una publicación cuyo material historietístico era mayoritariamente extranjero -procedente en su mayoría de la revista italiana Corriere dei Piccoli y del semanario belga Tintin (1)-, a partir de su número 50 inició un ambicioso plan de material de producción propia, impulsado primordialmente por Antonio Martín, entonces redactor-jefe de la revista. Fue así como excelentes dibujantes como Carrillo, Jan, Jordi Buxadé, Bernet Toledano, Chiqui de la Fuente, Adolfo Buylla, Madorell, Rojas de la Cámara y otros aportaron su grano de arena a la misma. Una de las apuestas más notables de dicho plan fue la creación de Dani Futuro, de la que los lectores de Gaceta Junior pudieron descubrir por vez primera a finales de 1969, a modo de preestreno, en una historia corta de 4 páginas aparecida en el Almanaque 1970 de la revista, ¡Looocura musical! Pocos meses después, Dani y compañía hacían su entrada oficial en el nº 75 de Gaceta Junior (19 de marzo de 1970) con su primera aventura, Mundo perdido, mundo ganado, en la que se sentaban las bases argumentales de la serie: Daniel Blancor, el joven hijo de un reputado científico, se dirige en avión a reunirse con su padre en una base en Alaska. Durante el trayecto, el avión se estrella y Dani y el piloto son considerados desaparecidos. Más de un siglo después, Dani despierta de un largo letargo: no murió en el accidente, sino que quedó hibernado y fue reavivado. Tras descubrir con horror que su padre ha desaparecido para siempre, conocerá a los que, a partir de ahora, serán sus compañeros de aventuras: la gentil Iris, su tío el doctor Dosian, Jorge el robot, etc., con los cuales iniciará una nueva existencia en el siglo XXII. Durante los siguientes números de la revista, las aventuras de Dani ocuparán un lugar de honor, abarcando las 8 páginas centrales a color.
Dani Futuro tenía todos los números para convertirse en un éxito popular: el dibujo de Giménez muestra a un profesional plenamente maduro, recreando un mundo de ciencia-ficción en el que da rienda suelta a su imaginación creadora, tanto en el diseño de naves y edificios -con un guiño a Gaudí y su Sagrada Familia en una viñeta del segundo episodio de la serie, El tiburón asesino- como en la planificación de escenas -la página 14 del episodio Cuando el monstruo ataca fue considerada por los especialistas como todo un ejercicio de narrativa visual-, demostrando plenamente que experimentación y comerciabilidad no son en absoluto incompatibles en el mercado tebeísitico. A todo ello hay que unir la labor de Mora a los guiones -si bien el citado Cuando el monstruo ataca, uno de los mejores de la serie, fue obra de Luis Vigil- en los que supo unir al elemento aventurero -nuevamente pese a tratarse de un producto para jóvenes- cierta crítica social, acorde con la ideología de la época, todo ello aderezado con matices ecológicos, como ya empezaba a ser de moda en aquellos nacientes años 70.
No obstante, el impacto despertado por la recién inaugurada serie no logró frenar las bajas ventas de Gaceta Junior, que tras 81 números cesaba su publicación, quedando así “colgado” uno de los más ambiciosos proyectos de la Historieta española de aquella década. Poco después, aparecía un número Extra Primavera-Verano de Gaceta Junior en el que el editor se despedía definitivamente de los lectores y anunciaba la continuidad de la revista en forma de álbumes con los personajes de la misma, incluyendo uno que estaría dedicado a Dani Futuro. Pero nada de esto llegó a materializarse, desapareciendo definitivamente poco después Unisa del mapa editorial.
A finales de ese mismo 1970, la revista BANG!, pionera en la información y estudio sobre la Historieta en España, dedicó un amplio y excelente dossier a Dani Futuro, que incluía entrevistas a sus dos creadores y la última (por entonces, evidentemente) aventura del personaje que no pudo publicarse en Gaceta Junior, El planeta del pasado. Cabe destacar que, paralelamente, Dani Futuro se publicó igualmente en el diario barcelonés La Vanguardia -perteneciente, de hecho, al mismo grupo editorial que Unisa- en entregas de media página.
Mora y Giménez hubieron de luchar para reivindicar sus derechos sobre su creación; en espera de que la recuperación de los mismos se materializara, realizaron Iris de Andrómeda, una aventura en solitario de la compañera de Dani, y Ray 25, otra serie de ciencia ficción que, eventualmente, fue publicada en el venerable semanario belga Tintin. Fue precisamente en las páginas del mismo donde Dani Futuro logró hallar “exilio" a partir de su nº 6 de 1971; tras republicarse allí el material aparecido originalmente en Gaceta Junior, continuaría apareciendo en nuevas aventuras, las cuales serían recogidas en álbumes por Lombard, editora de Tintin, además de ser traducido a otros países, incluyendo Alemania, Italia, Portugal, países nórdicos, países árabes y hasta Argentina, donde en la veterana revista Billiken de dicho país fue rebautizado, curiosamente, como Astropibe (¿nombre acaso inspirado por el Astroboy de Osamu Tezuka, cuya serie de anime de los 60 fue difundida por la televisión argentina?).
Este despliegue internacional de Dani Futuro propició, lógicamente, su regreso “de rebote” al mercado español, haciéndolo de la mano de Editorial Bruguera, a partir de 1973 y en las páginas de su semanario Tío Vivo, lamentable y previsiblemente con el poco cuidado propio de esta editorial: rotulación mecánica, coloración descuidada, etc. Aún así, Bruguera llegó a dedicar dos álbumes de tapa dura al personaje (que aparecieron igualmente, con el número de páginas reducido, como sendos cuadernos dentro de la colección Grandes aventuras juveniles).
Pese a este éxito, la magia de los primeros episodios empezó a desvanecerse en las siguientes entregas aparecidas en Tintin: si enGaceta Junior había sido una de las series estrella de dicha revista, en la publicación belga Dani Futuro tan solo era una serie más. Por otra parte, mediados ya los 70, Giménez estaba empezando a dar un giro a su carrera, abandonando los trabajos puramente “de encargo” y elaborando un cómic más comprometido y maduro, con obras como Hom. De este modo, Dani Futuro se despidió de los lectores de Tintin a principios de 1976, habiendo cumplido su misión y cerrando una etapa en la carrera de Giménez para dar paso a otra más adulta. La influencia de Dani Futuro puede rastrearse en otras series de ciencia-ficción juvenil hechas por autores españoles, tales como Los compañeros de Univerzoo, creada por Mora y Adolfo Usero en 1974 para el semanario francés Pif,o Los robinsones de la Tierra, ilustrada por Alfonso Font con guiones de Roger Lecureux para la misma publicación a partir de 1979 (y ya comentada por el autor de estas líneas en el dossier Alfonso Font publicado por Tebeosfera). había sido una de las series estrella de dicha revista, en la publicación belga
Pocos años después, a finales de 1980, ya en pleno boom del cómic adulto, tiene lugar la siguiente tentativa de editar Dani Futuro en España. La editorial Hitpress, rama juvenil de Toutain Editor, lanzó la colección El tebeo semanal, editada en el clásico formato de cuaderno apaisado. El material, publicado en blanco y negro, hubo de sufrir sus correspondientes retoques para adaptarse a este formato, si bien dichos retoques fueron realizados de manera cuidada por el propio Giménez. A destacar asimismo las excelentes portadas a color elaboradas por el autor especialmente para esta edición. Desgraciadamente, este intento de recuperar el popular cuadernillo no cuajó, adoleciendo la colección de una deficiente distribución, y cesando a los 12 números.
Dando un salto hasta 1998, la editorial Planeta-DeAgostini lanzó por fin una edición integral que recogía todo el material en siete cuadernos en su formato original y en blanco y negro, todo ello complementado con artículos sobre el personaje y sus autores; no era ajeno a este feliz rescate el hecho de que el director editorial de PdA no era otro que Antonio Martín, el hombre que había “apadrinado” a Dani Futuro casi dos décadas atrás. En todo caso, es de suponer que Ediciones Glénat, actualmente dedicada a recuperar la obra de Giménez a la par que a presentar las nuevas producciones del autor, se dedique a recuperar próximamente la saga de Dani Futuro en una edición en tomos de tapa dura que pueda considerarse como la definitiva.
(1) De hecho, y al cesar su publicación la edición española del semanario Tintin, esta última se fusionó con Gaceta Junior, pasándose a llamar a partir de su nº 17 Gaceta Junior-Tintin hasta su cierre. 
