TALES FROM THE CRYPT.
LAS PORTADAS QUE TAMBALEARON AMÉRICA.
Tebeo con diversas situaciones “terroríficas” de distinto grado de intensidad, abordadas desde un “suspense subido de tono” a otras de conclusión de “entrañas desparramadas”, todo material “mártir” procedente de los 1950 americanos.
CUANDO LA DEMOCRACIA TIENE MIEDO
Estaban en una cruzada, y nada, incluso los hechos, se interpondría en su camino.
ALEISTER ARCANE, STEVE NILES.
Cuando los demócratas (o, en justicia, ciertos demócratas) se erigen en nuestros salvadores, echaos a temblar. Llegan a intervenir en la más íntima esfera del individuo so pretexto de salvarlo del fumador, por ejemplo. Con ese afán purificador, cometen tropelías propias de los dictadores. Cuando pasa el miedo y se les reprochan sus excesos, entonan un insincero mea culpa escudándose tras las urnas donde les eligieron. El Asunto EC, como pudiéramos definirlo, es uno de tantos ejemplos del perjuicio que causa este celo proteccionista que jamás se condena con la contundencia debida, para así evitar que se reproduzca.
Nos ha parecido adecuado efectuar esta reseña más desde el punto de vista del lector que de uno “académico”, en el que tal vez no se haga excesivo hincapié en los estilos, atmósferas, sombras, trucos editoriales seguidos o la saturación de texto descriptivo e impuesto a las viñetas aun antes del dibujo marca de EC. Apenas nos referiremos a que EC se decantó por el cómic de terror viéndolo como una salida lucrativa a un medio ya aquejado por su crisis, arrastrada casi desde los 1930, ni que la larvaria EC al principio publicó evangelizadoras/ejemplificativas historietas bíblicas. Igualmente, creemos que contiene más tuétano referirnos a elementos “auxiliares” de la historia del aniquilamiento de EC que a esos aspectos, fuente y materia de estudios más eruditos.
MARTIROLOGIO NOW
“Oh, tú eres uno de esos bastardos de EC que han arruinado toda la industria, y ahora crees que te vas a mudar aquí y te vamos a pagar.”
EC y especulación política son inevitables. El flagelo de la censura (arma de devastación indiscriminada empleada masivamente por posturas ideológicas antagónicas), al martirizar a EC, hizo de la editorial más de lo que era en verdad. Esto no significa que per se sus historietas carezcan de calidad, talento e ingenio, todo eso distribuido por los distintos títulos que publicara o, al menos, en el material que nos ocupa, y durante el lustro aproximado de su existencia.
Cuando, como lector, en distintas publicaciones leía sueltos o fragmentos sobre este asunto (vuestro Scriptor se remonta a la época en que no existía internet ni sus muchos blogs de “sesudos” y “féminas hercúleas”), se creaba una idea medio mitológica que forzaba rápidamente la simpatía por estos autores y su obra perseguida. ¡Mártires, MÁRTIRES de la miope intolerancia, eran ellos! Parecían abrasados, en plan JUANA DE ARCO, en pleno Times Square, con el COTTON MATTER del cómic, FREDRIC WERTHAM, echando leña y brea a la majestuosa pira, en torno a la cual danzaban los beatos como los indios ante las hogueras de sus poblados, todo un auto de fe de los bien pensantes puritanos de una sociedad americana cuyo ejemplo más directo podría ser PLEASANTVILLE (GARY ROSS), o sea: matrimonios de fidelidad y amor invulnerables, acostados en camas separadas, cuyos embarazos se producían por telepatía, sociedades de clara segregación racial, cortes de pelo al cepillo y jovencitas con sujetadores que parecían cabezas de misiles nucleares; una juventud de póster de reclutamiento de las SS. Complace a algunos de nuestros actuales intelectuales vituperar mucho a las organizaciones de “formación familiar” del Régimen, educando en las virtudes del hogar y la familia a las mujeres y madres del futuro, sin querer ver esta generación del Tupperware y el “Avon llama a su puerta”, donde ese mismo espíritu se sostenía y alimentaba con igual ferocidad.
Estas personas también se escandalizan con ese cretinismo voluntario de las hogueras de libros encendidas por los nazis (¿sustrato del FARENHEIT 451 de RAY BRADBURY, que fue colaborador también de EC?), el gran orgasmo anticultural de los fanáticos, pero a duras penas admitirán que en EE UU se quemaban tebeos siendo su escalofriante símil, porque el cómic, mal que les pese, también es parte de la literatura y la cultura. (Un ejemplo del clima reseñado está en la historieta de THE SPIRIT –WILL EISNER- EL CÓMIC MORTAL, del 27-II-49, publicado por NORMA EDITORIAL en el nº 30 de The Spirit.)
Del artículo de J.J. RODRIGUEZ MORENO valorando el texto SEAL OF APPROVAL: THE HISTORY OF COMIC CODE, de AMY K. NYBERG, extraemos una línea: “Los conservadores siempre desearon controlar la cultura infantil y juvenil (…) ofreciéndoles en su lugar aquellas lecturas que consideraban aceptables, educadoras y forjaban el carácter.” Esto es discutible. Es verdad que a todos nos “pastorearon”, en la infancia al menos, con ciertas lecturas ‘adecuadas’ o ‘recomendadas’, destinadas a “formar” moral, social y religiosamente. Pero clasificar a “los conservadores” como los únicos con ese afán no es correcto. A esta tentación sucumben también “los progresistas”, y a veces con mayor virulencia.
La historia de EC es, nada más, cuestión política. Está ligada a un episodio de la historia de Estados Unidos donde la ideología blandida no distaba mucho del fascismo que había combatido en Europa o el Pacífico. Era una época de histeria colectiva, de la AMENAZA ROJA, tan ironizada por JAMES ELLROY, los ROSENBERG y cuanto el senador JOSEPH McCARTHY y su banda, el CINTURÓN DE LA BIBLIA y el KKK quisieran. De no haber mediado el cretinismo sociocultural y el retroceso voluntario de las libertades (porque EC, en el fondo, ejercía su derecho a expresarse; no hacía proselitismo de idearios mortíferos, salvo el de querer subsistir en un medio competitivo) por mor de una sensación incierta de seguridad y continuidad moral de dudosa eficacia (La libertad conlleva responsabilidad y por eso la teme la mayoría, según GEORGE BERNARD SHAW, que no era de derechas, por cierto), apenas tendríamos materia controvertida de la que tratar aquí.
FUERZA MEDIANTE PUREZA; PUREZA MEDIANTE FE
Cotton Matter (1662-1728), una eminencia en su momento, un puritano cuasi todopoderoso hasta que su estrella declinó, fue uno de esos clérigos protestantes que quemaban gente acusada de brujería. (¡Fíjense ustedes! ¡Los protestantes quemando gente! ¿Eso no lo hacían los inquisidores, y para más inri, los españoles?) No tenía un intrínseco afán asesino. Creía obrar en nombre del bien común. Traemos su nombre a colación porque estuvo vinculado al famoso caso de LAS BRUJAS DE SALEM, que luego sería empleado, con éxito, como parábola para ejemplificar al oscuro periodo del MCCARTHYSMO, como el cine y la novela se han encargado de reflejar. Conocedores de su existencia, siempre hemos relacionado, con éxito, su nombre con el de Wertham, tan demócrata como el PRESIDENTE OBAMA NOBEL PARA BELLUM, que creyó ver una causa y efectos, los tradujo a tesis y atacó a un enemigo que decía tener bien identificado y fácil de acobardar. Confiamos que el lector nos perdone (y permita) establecer esta analogía, mencionando al más famoso demócrata del momento, porque por Europa discurre la idea de que éstos tienen una ‘mentalidad más abierta’ que los republicanos.
Su “maldad intrínseca” está en que Wertham, como Matter, estaba de cruzada. No veía nada. Padecía de teofanía. La leyenda urbana se ha encargado de plegarlo a una dimensión, la de un intolerante salvador que tenía para devastar un arma infalible (la psiquiatría). Aun LES DANIELS, en MARVEL: FIVE FABULOUS DECADES OF THER WORLD´S GREATEST COMICS, reduce el Complejo Wertham a su ascendencia germana, que lo incapacitaba para entender el cómic (!). Esto viene a ser como la solución simplista que da THE PUNISHER al crimen, cuando sabemos que este problema tiene complejidad y zonas de grises. (Aunque el pretexto de The Punisher es fácil: siempre aniquila al mafioso con la pistola humeante en la mano.) Pero, aún más, esa afirmación ¿es una coartada, una memez o un despropósito?
Pudiera ser que el famoso (e infamado) estudio de Wertham contenga afirmaciones que estén justificadas. O, cuando menos, parezcan razonables. Pero nadie parece haber leído el MALLEUS MALEFICARUM del tebeo; todo el mundo empero opina sobre él y con aguda profundidad. Luego está el asunto de las portadas blandidas contra EC: cualquier persona sensata y decente aprecia que lo ahí plasmado es una fantasía de discutible buen gusto y el contenido de las historietas no pasa de ser un divertimento moralizante, salvo que no es JACK WEBB el que dice lo de “el crimen no rinde, amigo”, sino la momia, el vampiro, el mismo Destino. Esperpentos, en el fondo. Pero el tema de la censura y lo que se debe o no censurar es extenso y polémico. A los apóstoles de la censura nunca les faltan argumentos razonados, o algo así, para aplicarse en su tarea. Tenemos un quinto mandamiento, pero esas autoridades de “lo moral” lo suspenden alegremente frente a la guerra. Hasta hay “guerras justas”, defendidas, irónicamente, por sus más acérrimos enemigos.
Wertham y “su banda” se aferraron a la delincuencia juvenil creciente para satanizar a EC, al cómic por extensión. Parece evidente que no habían leído OLIVER TWIST ni conocían la CRUZADA DE LOS NIÑOS; también ignoraban las numerosas imposturas cometidas por niños en los casos de brujas (en el de Salem hubo mucho de esto). El psiquiatra presentaba a la juventud como espíritus puros, áulicos, ondinas incólumes, pero que ciertos sujetos demoníacos estaban pervirtiendo merced a las viñetas. ¿Tan ciego y necio era que no apreciaba que el mal es “antropogénico” (por emplear un término popular moderno)? ¿Wertham era tan imbécil que creía que las JUVENTUDES HITLERIANAS estaban atiborradas de tebeos de EC producidos e ilustrados por judíos?
Antes hemos ponderado sobre la unidimensionalidad del personaje, pero ciertamente él mismo parece plegarse a ella con entusiasmo.
El problema al que aludimos posee complejidad y no se soluciona aplastando a Wertham en la intransigencia filofascista del cruzado obcecado. El problema donde Wertham pasa a ser cabeza de turco (ya decimos: ¡y encantado!) procede de la sociedad. ¿Cuántos criminales leían tebeos (y más entonces)? ¿Y su número justificaba la polvareda alzada? ¿Aun su contenido? ¿O acaso algún abogado defensor negoció una sentencia atenuada si su defendido juraba “estar poseído” por los tebeos de GAINES y FELDSTEIN? Hoy día, con las NINTENDO, estamos a punto de revivir este gran periodo histórico. Asociado al asunto aparece a continuación otro “gran monstruo”: el Comic Code, la autocastración del medio (por cierto, gobernado por editores judíos) para sosegar a los bien pensantes vigilantes. He aquí otro reproche a hacer: esos conservadores son protestantes, no católicos. Podría haber un grupúsculo de ellos entre los integrantes de este grupo al que nos referimos. Pero, mayoritariamente, son protestantes. (He aquí otra idea preconcebida: sólo los católicos reprimen).
El Comic Code es otra cuestión controvertida y, como el voto, personal e intransferible. Debería ser una autorregulación del propio autor. No se tendría que abusar de un derecho arduamente conquistado y precario, como es el de expresión, amenazado siempre por fuerzas de discurso equívoco. Quienes lo conquistaron para el pueblo no lo hicieron como una excusa para insultar o menospreciar; tenían una idea más elevada de su uso.
El Comic Code se redujo, en el fondo, a ser una garantía para vender tebeos del modo como las automovilísticas actuales clavan la etiqueta de lo ecológico en sus parachoques, regularizándose con el clima social imperante. Ellos no venden coches ecológicos porque les preocupe “en lo vivo” la naturaleza. Lo hacen porque es un eslogan que les está lucrando.
Y nos ha llamado la atención el empeño del Comic Code por evitar ciertos rasgos de la sexualidad, al estilo de la prohibición de HAYS a los estudios de cine de que las actrices no mostrasen el ombligo. Si nos ceñimos al tomo que valoramos aquí, descubrimos que no hay estridencias sexuales de ningún tipo. Suele tratarse de matrimonios en los que un cónyuge engaña al otro en plan EL CARTERO SIEMPRE LLAMA DOS VECES (JAMES M. CAIN). No hay desnudos explícitos, o sicalipsis siquiera. La relación entre BATMAN y ROBIN despide un “mensaje subcutáneo” más mórbido y, sin embargo, superó el examen del Comic Code todos los años.
Como en numerosas cosas más, hay bastante de hipocresía en todo esto.
Y EN RELACIÓN AL TEBEO…
Siempre bajo la óptica del lector fascinado por su leyenda, cuando se abre este recopilatorio de narraciones cortas se espera ver un desenfrenado festín de tripas, páginas chorreando sangre, empulgueras en acción y garrotes viles insaciables. Pero apenas vemos algo (o su sombra) de todo esto.
Un examen hasta superficial de los relatos, barajados entre JACK DAVIS, JACK KAMEN, JOE ORLANDO, GRAHAM INGELS, AL WILLIAMSON, GEORGE EVANS, FRED PETERS, obedeciendo a los textos escritos por Bill Gaines y Al Feldstein (con una ayudita de Ray Bradbury), nos muestra que son historietas francamente tópicas y que, sí, aun incluyen moraleja. Tratan de un crimen y su castigo, llegado no obstante de modo truculento, o servido por un ser sobrenatural, deforme, o un destino… irónico, según defendía Gaines. Y aun así, van ligeritos de destripamientos.
Los relatos se abren con cualquiera de los tres “anfitriones” de aspecto contrahecho y lúgubre, y con frecuencia, hasta casi la última viñeta no vemos algo de verdad espeluznante; no es un continuo de devastadoras torturas físicas y harapos de carne. Hay mucho suspense, bastantes sombras insinuantes, feos instintos (de novela negra) que conducen al desenlace grotesco, pero aleccionador.
Notemos que una de las historietas más carniceras que quizás atienda a la reputación de EC de sanguinaria, como es ¡CARNE DE PRIMERA! (Gaines-Feldstein, Davis), se limita a mostrar las gafas del carnicero sobre una pila de entrañas que parecen trozos de manguera cortados. Y en BAJA CUNA (de los mismos autores), ¿dónde está lo truculento? Por no hablar de ¡ESPEJITO, ESPEJITO!, otra producción de este “trío infernal”.
Toda la potencia de EC recae en su atmósfera de suspense. Y cuanto cuenta ya estaba muy visto; casi siempre, el miedo de E.A. POE a ser enterrado vivo con variaciones. ¿Y qué: la historia no ha aportado sujetos como SWEENEY TODD?
Aunque las planchas que PLANETA-DeAGOSTINI reproduce en este tomo originalmente aparecían en un formato de comic book grapado, en color, la edición española se efectúa en B/N y acaso ayude a dimensionar las resonancias siniestras que perseguían producir los autores, con el tal “giro irónico” final buscando, sin duda, “descargar la pistola” de los horrores a que sujetos como el senador ESTES KEFAUVER estreñían tanto. Hoy día, y comparadas sólo con lo que vemos en el telediario, las historietas de este tomo rozan lo pueril, o son claramente ingenuas. Fijémonos en la portada, sobre una historieta que relata los desmanes despóticos de un tirano típico europeo medieval. ¿Eso son excusas para martirizar esta línea de tebeos? Por esta regla de tres, ¡quememos la historia, no sea que los niños se traumaticen con la guerra de Troya! Qué estúpidos e hipócritas eran los promotores de esta cruzada, si nos ponemos a pensar cómo, en la América rural, sea del Norte o el Sur, los niños asistían, con fría indiferencia, a los linchamientos de negros, o cómo algunos padres violaban a su hermana “en la carbonera”. ¡Qué imagen más “virginal” de los Estados Unidos, que McCarthy y Kefauver querían mantener en la urna, en tanto J. EDGARD HOOVER se travestía en la intimidad de su casa! (Tal vez lo hacía afectado por los tebeos pre-code, de, no sé, WONDER WOMAN.) Sobre el asunto de los autores de EC, sus estilos tan definidos y defendidos aun por Gaines (contra la habitual política editorial –hasta actual- de emular al dibujante estrella), que son materia de predilección personal, nos remitiremos a un más detallado estudio que contempla estos aspectos.
RECAPITULANDO
Opinamos que la maldita saga de relatos que contiene este volumen está sobrevalorada (en el buen sentido de la palabra). Posee un encanto histórico inmanente, sí. Pero su mitificación por el acoso de una autoridad neurótica, histérica, hipócrita y mediocre, que vio lo que le interesaba, no lo que había, excusándose para hacerlo en la defensa de valores, derechos o principios en los que, en el fondo, tampoco creía, es lo que los ha situado tan alto que casi frisan lo inmarcesible.
Lo más llamativo de todas ellas (al margen de la poderosa e impresionante influencia que han causado en generaciones posteriores de lectores –STEPHEN KING, $TEVEN $PIELBERG…-) es su aire moralizante. Totalmente inesperado en historias de su corte, que, en principio, sirven, o persiguen, un fin opuesto. Cabe resaltar que este nº 3 contiene la autorreferente historieta LA KALAMIDAD DE KAMEN, que tanto valor parece poseer entre los estudiosos de EC, la editorial generosa en el pago de sus autores.
El tomo es un documento histórico; es como ese insecto atrapado en el ámbar, y nos susurra cosas de su época, así como impone la idea de que estos tíos iban a lo suyo, sin meterse en nada ni con nadie. Hay que ser muy mequetrefe y tiquismiquis para asustarse con estas planchas.
Comentamos, como colofón, que el formato de publicación estraga. En serio. Cansa la sucesión de sucesos “paranormales”, los “terrores” y “suspenses” que aglutina. ¡Y son todos tan predecibles! Obliga a hacer un alto entre cada grupo de relatos para poder saborear su grandeza, sorprendiéndonos que algo tan ingenuo acobardara a la mayor democracia nuclear del mundo, llegando al extremo de hacerle adoptar medidas fascistas de represión por mor de su protección.
Si hay moraleja en la historia de EC, es que demostró que la democracia no es tan fuerte como sus defensores aseguran.
FICHA TÉCNICA:
BIBLIOTECA GRANDES DEL CÓMIC Nº 3 (DE 15); CLÁSICOS DEL TERROR. TALES FROM THE CRYPT
GUIÓN: BILL GAINES, AL FELDSTEIN, RAY BRADBURY
DIBUJO: JACK DAVIS, JACK KAMEN, JOE ORLANDO, GRAHAM INGELS, AL WILLIAMSON, GEORGE EVANS, FRED PETERS
PORTADA: JACK DAVIS (DEL ORIGINAL Nº 31)
EDITA (EE.UU): EC, ABRIL 1952, MARZO 1953
EDITA (ESPAÑA): PLANETA DE AGOSTINI COMICS, 2003
TRADUCE: SANTIAGO GARCÍA
REALIZACIÓN Y ROTULACIÓN: CARLOS MONTES Y PILAR TOMEO
TEXTOS: ALFONS MOLINÉ Y ENRIQUE TORRES
FORMATO: TOMO RECOPILATORIO, 24 HISTORIETAS DE 7 PÁGINAS C/U, EN B/N, 178 PÁGINAS EN TOTAL
IMPORTE: 4,75 EUROS