VAPOR: MENOS ES MAX
Desde que Francesc Capdevila (Barcelona, 1956) firmó sus primeras páginas como Max, por ejemplo la historieta que apareció en Pauperrimus Comix en 1974 titulada “El príncipe azul”, hasta la aparición en octubre de 2012 de su último libro editado por La Cúpula y titulado Vapor, han transcurrido casi cuatro décadas, durante las cuales el autor ha construido un estilo gráfico inconfundible y ha demostrado una coherencia en su trabajo que le han hecho merecedor de los más prestigiosos premios en el ámbito nacional (Primer Premio Nacional de Cómic con Bardín el superrealista, en 2007) e internacional (Premio Ignatz en EE UU, con El prolongado sueño del Sr. T, en 1999), además de ver traducidas sus obras a varios idiomas y destacando igualmente su trabajo como ilustrador, que semanalmente podemos ver publicado en la columna sobre libros Sillón de orejas, en “Babelia”, suplemento cultural del diario El País.
Durante estos casi cuarenta años, Max ha transferido una iconografía singular a nuestra historia visual, alcanzando algunos de sus personajes un gran reconocimiento social.
En 1979, Max presentaba a Gustavo en la revista El Víbora, editada por Josep Maria Berenguer (a cuya memoria está dedicado Vapor), un hippie combativo, comprometido con la causa ecologista y antinuclear, cuyas aventuras se desarrollaban en un entorno urbano y reflejaban a la perfección las inquietudes surgidas del espíritu de cambio de una juventud que veía cómo se ampliaban sus referentes culturales gracias a la importación y publicación en España de obras de artistas como Robert Crumb, Gilbert Shelton, Spain Rodriguez, etc.
Reediciones recientes de dos de los personajes de Max: Gustavo y Peter Pank. |
Pocos años después, en 1985, se publicó el álbum Peter Pank, con un nuevo y carismático personaje antisocial, violento y radical, representante de una de las tribus urbanas presentes en aquel momento en España, los punk, cuyas aventuras, sin embargo, transcurrían en un escenario natural, como el de la película animada Peter Pan producida por Disney en 1953, que Max parodiaba con devoción.
A pesar del éxito de los personajes y de que sus aventuras se remataban con finales abiertos, el autor nunca volvió sobre ellos. Max siguió creando historias protagonizadas por personajes muy diversos, seres fabulosos o mitológicos, músicos en sus canciones, inventores extravagantes, adolescentes en busca de otras realidades, etc.
El personaje que presenta Max en el siglo XXI podemos considerarlo fruto de este tránsito estético y de su continua adecuación gráfica. Tras Gustavo, el hippy activista comprometido socialmente, y Peter Pank, el radical pervertidor de la sociedad, a Nicodemo, el protagonista de Vapor, le corresponde desnudarse para iniciar la búsqueda de sí mismo, aparecer desprovisto de signos, sin gorra ni bufanda, sin cresta, cadenas, ni chaqueta de cuero. Nicodemo supone la consecuencia acorde de haber sido alguna vez alguno de ellos, o todos.
El desierto V
En Vapor, Max desarrolla la historia de Nicodemo, un eremita que busca en la soledad del desierto, en el silencio y la privación, su remedio ante el hartazgo que le provoca “el mundo y la gente, las cosas y las ideas, las palabras y las imágenes”.
El personaje del anacoreta permite a Max presentar un escenario desértico, propicio para evitar las mundanas “distracciones”, un paisaje gráficamente despoblado que hace que la luz sin descomponer sea el color que lo acoge todo. El color blanco no crea un desierto vacío, es el color del subconsciente, del sueño del desierto; es el color de la elipsis, que permite al lector moverse entre los diferentes planos que configuran la historia. Sobre ese fondo blanco, Max expresa gráficamente el humor, lo poético, lo onírico o lo fantástico, con los mínimos elementos, con simplicidad y esquematismo. Max busca en la sencillez de la forma la esencia del dibujo y trata de aprovechar al máximo su poder comunicativo. El proceso de realización de la obra está expuesto en el Blog de Vapor, donde el autor ofrece un recorrido minucioso por bocetos, estilos compositivos, rotulación, entitados, etc. Sin embargo, al igual que ese desierto blanco, el blog apenas desvela rasgos de su significado, todo subyace, latente, a la espera de que el lector lo descubra y desentierre. Referencias que van del homenaje confeso a la obra George Herriman o de Herbert E. Crowley a la insinuada admiración por Velázquez, Durero o Goya, hasta el respetuoso rescate literario de Gustave Flaubert, entre otras.
El autor recupera con Nicodemo algunas nociones de Carl Gustav Jung sobre el hombre considerado como ser social, lo que provoca en el personaje una tensión entre su desarrollo individual y su desarrollo de interés social, o de compromiso, que no forman parte de él y que, a su vez, no permiten su integridad personal. "Las tentaciones del Santo Albino", trabajo previo del autor sobre un eremita.
No es la primera vez que Max elige como protagonista de una historia a un eremita. En 1985 compuso una historieta titulada “Las tentaciones del Santo Albino”, donde un ermitaño trata de alcanzar a Dios superando las visiones con las que el diablo intentaba someterle o seducirle. Sin embargo, en Vapor, que es una historia inspirada por la lectura de Las tentaciones de San Antonio, de Flaubert; su protagonista, Nicodemo, declara no ser un santurrón y no estar buscando a Dios, aunque de su nombre sí se deduzca una relación con otros personajes bíblicos. Nicodemo fue, según el evangelio de San Juan, quien mantuvo un diálogo con Jesús del que San Agustín comentó que “Nicodemo buscaba sinceramente la verdad”. También sobre Nicodemo escribe Miguel de Unamuno su novela titulada Nicodemo, el fariseo, donde le describe como “el intelectual que ansía el consuelo en la verdad y en la verdad el consuelo”, “el discípulo vergonzante que cuando Jesús muere le entierra como quieren enterrarle tantos intelectuales…”
Un desierto muy poblado
Irónicamente, la soledad de Nicodemo en la primera viñeta del libro termina enseguida, al pasar la página. Sólo una viñeta de tranquilidad, y después la soledad y la quietud que persigue Nicodemo en el desierto se quiebran con la aparición de Moisés, “un gato tosco y zafio, un rufián sin estudios” que interroga a Nicodemo sobre el sentido de lo que hace allí, en aquel desierto. Moisés, el nacido de las aguas, continuando la ironía, es quien obliga a Nicodemo a desproveer los nombres propios de sus mayúsculas iniciales como signo de humildad y apocoparlos para provocar la pérdida de su identidad, resultando: nick (alias) y mosh. Primera viñeta del cómic, la única de tranquilidad para Nicodemo.
Desde este encuentro con Moisés, resuelto con diálogos hábiles y precisos que evitan el monólogo de Nicodemo, se marca el tiempo del relato contabilizado por semanas. Cada capítulo termina en una página con una única viñeta central en la que Nicodemo ilustra el desenlace.
Durante la primera semana, Nicodemo busca alimento y agua para sobrevivir. La aparición de la urraca Juanita, alegoría del cuervo que aparece en San Antonio Abad y San Pablo, primer ermitaño, óleo de Velázquez de 1634, viene a solucionar las necesidades básicas de Nicodemo, proporcionándole queso y agua.
Es también en esta primera semana cuando Nicodemo ve al gato Moisés paseando con una chica, “mujeres, problemas”, opina, ya que la sexualidad es una de las difíciles “distracciones” que pretende superar.
En la segunda semana aparecen nuevos personajes, Hércules, el leñador, que, montado a horcajadas sobre el cerdo Julián, se dispone a abrir (como hizo Max) un claro en el bosque, va a “desbrozar” la cabeza de Nicodemo de toda la maraña de ideas adquiridas en su vida en sociedad.
La tercera semana comienza con un homenaje a Krazy Kat, la famosa tira cómica de Herriman, cuando a Nicodemo le sorprende una pedrada cada vez que tararea una conocida canción cuya intérprete representa y arrastra todo aquello de lo que el eremita pretende librarse. Es una semana importante, porque Nicodemo se enfrenta a su sombra (de nuevo, Jung como referente), necesaria, como lo era su nombre, para poseer una entidad completa, pero que a su vez supone la parte incontrolable de su ser. El lado oscuro del alma de la persona, la sombra de Nicodemo, está, sin embargo, creada gracias a la implacable luz blanca del desierto. Siguiendo el proceso de desposeimiento que comenzó con su nombre, en unas páginas de singular composición, pierde ahora su sombra.
A la izquierda, una de las "distracciones" del eremita: las mujeres. A la derecha, Nicodemo y su sombra.
Sin sombra, sin alma, vaga casi transparente, como un asceta, mientras transcurren las semanas en aquel desierto imposible para Nicodemo, tan poblado; donde otros personajes evitan que consiga su pretendido retiro, y otros sueños y nostálgicos recuerdos le acompañan hasta el final del capítulo.
La quinta semana concluye con la última viñeta de cierre de capítulo en el libro, que por primera vez no está ocupada por Nicodemo, sino por Hércules, el leñador, orgulloso de haber terminado su trabajo, de haberlo dejado todo limpio. La quinta semana supone además la última referencia temporal, después oiremos a Nicodemo preguntarse “¿Cuánto llevo aquí? ¿Cien, mil noches…? Qué más da”.
Y también a partir de ese momento cambia el ritmo del relato, Nicodemo pasa de la felicidad, siempre momentánea, a la irritación y la cólera, y de ellas al paroxismo durante unas páginas de dibujo frenético y casi “automático”, tras las que llega la calma y cierta complacencia al protagonista, y de cuya solución gráfica resultan ahora viñetas de un desierto vertical en alternancia con las de horizontales altiplanicies donde encuentra reposo Nicodemo.
El descanso pronto se ve alterado de nuevo por mosh, que anuncia la celebración de un desfile, el desfile de la Reina de Saba, allí en mitad del desierto, para desesperación de Nicodemo, que sin remedio se siente atraído por el espectáculo, y para regocijo del lector, que en las viñetas del desfile encontrará acrecentado el carácter propio del autor.
Tras el desfile, en el diálogo de Nicodemo con la reina y posteriormente en el diálogo con Vapor, encontramos la conexión con las citas que Max plantea al comienzo del libro y que son parte de la canción Feel the Pain de la banda de rock estadounidense Dinosaur Jr., y de las notas sobre Napoleón en el libro L'Autre Monde (1844), obra del ilustrador y caricaturista francés conocido como J. J. Grandville.
A la izquierda, el fin del desfile de la Reina de Saba. A la derecha, L'Autre Monde (1844), de J. J. Grandville.
Napoleón, durante el viaje hacia su exilio en la isla de Santa Elena, contempló un barco de vapor diseñado por Robert Fulton y cuya construcción él mismo había rechazado. En aquel instante supo que el vapor movería buques de guerra que dominarían el mundo.
También es en un barco de vapor que navega por el río Congo donde muere Kurtz, el misterioso personaje del relato de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas (Heart of Darkness, 1902) que Max, en el blog arriba citado, ha relacionado con el personaje de Vapor para evitar desviaciones en su interpretación.
Tras el diálogo con Nicodemo, ese Vapor oscuro en quien se adivina la mentira y la trampa se retira sigilosamente. Y de nuevo el blanco lo inunda todo, en una elegante página que precede al epílogo y que invita al lector a improvisar un final.
Como Nicodemo
En ocasiones, el comentario sobre un libro nos puede plantear complicaciones derivadas de la falta de información sobre el autor, de las dificultades para acceder a la obra, del desconocimiento del idioma original de la publicación y otras; pero también surgen esos problemas en los supuestos contrarios, y en esas ocasiones coincidimos con Nicodemo en la saturación causada por la abundancia de información sobre la obra, por la gran cantidad de opiniones previas a la nuestra, vertidas por personas con conocimiento del medio y respetado juicio; y sobre todo, si es el autor quien ha desmenuzado todo el proceso creativo y lo ha hecho público a través de internet.
Entonces, como nick, preferiríamos enfrentarnos desnudos de noticias a la obra, para obtener una lectura limpia y conclusiones propias, sin “distracciones”. Es por esto que esperamos que hayan disfrutado de Vapor antes de leer esta reseña. Si no es así, disculpen por la contaminación que hayamos podido provocar.