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En el verano de 1942 comenzaron las misiones de la 8ª fuerza aérea norteamericana sobre territorio alemán. El contingente, estacionado en Gran Bretaña, tenía por cometido principal acabar con los nudos de comunicaciones, la industria bélica y cualquier soporte que ayudara al Reich a continuar luchando. Los aviadores americanos se encargaron de las misiones diurnas, consideradas mucho más arriesgadas que las nocturnas, responsabilidad esta última que recaía en los británicos. En total, se calcula que los bombarderos de la 8ª fuerza aérea lanzaron más de medio millón de toneladas de bombas durante sus salidas, misiones éstas que se saldaron con un coste enorme, tanto en vidas humanas como en aparatos. 

Y es en este escenario donde se desarrolla As de Pique, serie creada por el guionista argentino Ricardo Barreiro y dibujada por su compatriota Juan Giménez. La serie supuso, no sólo el espaldarazo definitivo para la carrera de Giménez, sino la demostración, además, de que el hombre y la máquina podían compartir protagonismo en las páginas de un cómic sin que ninguno de ellos se resintiera. Giménez nos sumerge en un mundo donde los aviones -cada vez más sofisticados y destructivos- se enfrentan al espíritu de supervivencia de los seres humanos en medio del sinsentido que es la guerra.

La obra -magníficamente documentada por ambos autores- recrea los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, para ambos bandos. Por ello, leer As de Pique es una ocasión única para conocer la realidad de los grandes “raid” aéreos que llenaron los cielos europeos a mediados del pasado siglo y para ser un miembro más de la tripulación de una de aquellas fortalezas B-17, columna vertebral de la 8ª fuerza aérea norteamericana.