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Vincent van Gogh Claro ejemplo de artista torturado, el pintor neerlandés fue infravalorado en su tiempo y la fama le llegó años después de su muerte gracias a una oreja y un girasol. Van Gogh pintaba a los campesinos, a la tierra y sus frutos; primero en tonos oscuros y después, en Arlés, con colores vivos, brillantes y pinceladas gruesas. La inquietante presencia de los cuervos en sus cuadros y su cabeza fueron el augurio de un dramático final, una bala perdida que acabó con su vida en 1890.