Los
vértices estéticos del arte de Manning.
El extraordinario trabajo realizado en los comic books de
Tarzan, abre a Manning la posibilidad de realizar tiras y páginas
dominicales, siendo elegido para tal fin por Robert Hodes, ejecutivo de
Edgar Rice Burroughs Inc. El trabajo semanal distribuido por la prensa
languidecía desde el justificado abandono de Burne Hogarth en 1950, y
autores como Bob Lubbers (VIII-1950 a II-1954) y John Celardo (II-1954 a
I-1968) no habían sido capaces de remontar, pese, o quizás, a la
adopción del estilo de su máximo factótum. Pero si las sunday pages
habían logrado mantener un rendimiento espectacular hasta los años
cincuenta, las daily strips llevaban sin levantar cabeza desde la
primera historia firmada por Hal Foster en 1929, y que aparte de haber
adaptado la primera novela de Tarzan, había sido el pistoletazo de
salida de los cómics realistas de la Edad de Oro. Desde Rex Maxon en los
años treinta a John Celardo en los sesenta, la tira diaria nunca había
estado bendecida por el buen hacer que cursaba con las páginas
dominicales.
El trabajo de Manning en sindicación abarca desde
11-XII-1967
a 29-VII-1972 en la tira diaria, y desde 14-I-1968 a 29-I-1978 en las
páginas dominicales a color. Las amplias
posibilidades de narrativa y
diagramación presentes en el comic book no existen en el enclaustrado
medio diario. El profesionalismo y la brillantez de un autor maduro se
adapta al limitado espacio consiguiendo una confección y textura
extraordinaria en un medio que ya manifestaba una acusada obsolescencia
para las figuraciones realistas y seriadas. Como los grandes precedentes
que hicieron grande el formato, Milton Caniff, Alex Raymond o Al Capp,
Manning vuelve a demostrar su talento al exprimir el tan poco lucido
soporte gráfico. En los cinco años en el que permanece en él, y a un
ritmo de trabajo frenético, escribe y dibuja siete historias basadas en
la cosmología burroughsiana, dilatando hasta su límite las posibilidades
expresivas, a base de panorámicas, viñetas secuencia y profundidad de
los encuadres que dotan de escenario convincente el universo fantástico
de su autor literario. Cierra cuarenta y tres años de dailies de
manera tan brillante como su trascendental inicio, dejando para el
olvido treinta y ocho años de historias oscuras.
Pero si en el desarrollo de las tiras diarias Russ
Manning se enfrenta a las trabas propias del soporte, no ocurre lo mismo
con las sunday pages, de formato más acorde para el desarrollo
narrativo. Alcanza su cota máxima de madurez y esplendor basándose, como
en el caso anterior, en el universo literario del personaje, sin adaptar
de manera especial ninguna de sus novelas. De esta manera, se amplían
los límites geográficos de territorios míticos como Opar, Pal-Ul-Don, el
país de los Hombres Leones, la tierra de los Hombres Hormiga, los
cráteres poblados por terrores alados que raptan mujeres con el fin de
aparearse con ellas, o los territorios de Pellucidar y la Tierra
Olvidada por el Tiempo, estas últimas ajenas en un principio a la
territorialidad de Tarzan, rindiendo un total de 26 historias de hálito
burroughsiano.
Los supuestos gráficos como el montaje, la composición de
los paneles, el desarrollo de los personajes, y la vitalidad que emanan
las coreografías,
bebe de los mismos preceptos e influencias que los
desarrollados en los 17 comic books de Gold Key, situando la producción
de estos años en los máximos estéticos de su carrera.
En 1974, y a
consecuencia de la magnífica acogida
del libro Tarzan of the Apes, que había significado el retorno de
Burne Hogarth al cómic, Edgar Rice Burroughs Inc. propone a Manning
ampliar este formato para producir historias del personaje directamente
en álbum, pensando además en el mercado europeo, en donde este soporte
estaba mucho más afianzado que en EE UU. El resultado es un comic book
ampliado en paginación y tamaño al uso de un álbum franco belga. Son
cuatro los títulos realizados por el autor: Tarzan in the Land that
Time Forgot, Tarzan in the Pool of Time,
Tarzan and the
Beastmaster y Tarzan in the Savage Pellucidar, en una
coproducción de Edgar Rice Burroughs inc. y John Claude Lattes.
Los dos primeros, con primera edición en EE UU por Dark Horse en junio
de 1996 (con una extraordinaria portada) el autor maduro, acostumbrado a
manejar los mismos referentes, mezcla la trilogía de The Land that
Time Forgot con el propio Tarzan, en una historia en la que insiste
sobre las mismas argumentaciones, destacando una presencia de damas más
desvestidas que nunca (la tolerancia sobre el sexo del viejo mundo).
Russ Manning se consolida en estos trabajos como el mejor dibujante de
Tarzan para el mercado europeo.
Russ
Manning, el mejor.
Las historias de Tarzan realizadas por Russ Manning
representan la mejor adaptación del mito selvático al cómic al añadir un
carácter narrativo al magnífico trabajo ilustrativo de sus capacitados
antecesores. El estólido y decorativo héroe de Foster y la gesticulante
y sincopada versión de Hogarth no son más que sucesivas secuencias de
bellísimos dibujos con una coartada argumental tan nimia como
anecdótica. Por otra parte, la eficiente y seca narrativa de Dubois se
estrella ante el inacabado estilo de Marsh, u otros dibujantes que
remedan sus trazos, incluido un inicial Manning, en la etapa Dell o
comienzos de Gold Key.
Su trabajo desde 1966 a 1978, en tres soportes
editoriales diferentes, concede al héroe universal la posibilidad de
renacer en brillantes historias, concebidas desde un prisma tan ortodoxo
como coherente, y abarcando desde un trabajo cargado de hálito hasta una
forma de narrativa tan clásica como cristalina. El elegante trazo, tan
vital, recoge influencias de contrastados precedentes, además de generar
las suyas propias, entrando por derecho propio en la categoría de
maestro.
Según The Atlas Comics Web Site (http://web2.chicagonet.net/~atlas/best4.htm),
documentadísimo website que clasifica y nombra los 100 autores de
comic books más trascendentes de todos los tiempos, Russ Manning ocupa
el puesto sexagésimo séptimo, estando ocupada la primera posición por
Jack Kirby y la última por Jerry Ordway. El extraordinario autor número
67 demuestra que la verdadera esencia de Tarzan fue definida en los
albores del siglo XX por obra del conciso estilo de un escritor pulp,
que supera la mayoría de las versiones mediáticas o pastiches literarios
que otros autores enaltecidos por la empresa que detenta la franquicia
han realizado. Tarzan es obra de Edgar Rice Burroughs y, puestos a
escoger a su segundo biógrafo, los triunfos de este californiano
desprenden aura propia.
La estela de Manning se acaba con su propia vida, cuando
un cáncer se lo lleva en 1981 en plena madurez creativa y poniendo su
sencillo y diáfano arte al servicio de las historias galácticas de
George Lucas. Un gran padre y marido, una vida corta y discreta, y un
fabulador excepcional.
[ leer siguiente parte del artículo: bibliografía y tebeografía ]
NOTAS:
|