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CONAN NÓMADA

Cerca de mediados de diciembre Conan se alista en el ejército de Khaurán, y su bravura y lealtad a la reina del lugar le señalan como el más indicado para ser Jefe de la Guardia Real khauraní. Sobre aquel reino pesa una maldición que reza: “Nacerá una bruja en Khaurán, y la aflicción anegará Khaurán.” Esa predestinada hechicera, Salomé, que ha suplantado la personalidad de la reina verdadera, Taramis, intenta eliminar a Conan ordenando al militar Constantius que proceda a su crucifixión. El cimmerio está a punto de morir en la cruz, cosa que no ocurre debido a la oportuna intervención del antes líder kozak Olgerd Vladislav, quien le desclava justo el día de su trigésimo cumpleaños. Su antiguo compañero de armas lidera ahora a otro grupo de malhechores pertenecientes al pueblo Zuagir, y toma la fatal resolución de poner a Conan bajo su mando; fatal por cuanto, siete meses más tarde, Conan le arrebata el mando de los zuagir para atacar Khaurán con tres mil hombres y así cumplir venganza contra Constantius, a quien deja clavado en el madero en que padeciera él.

Conan, para resarcir a sus hombres de los acontecimientos padecidos, acude a buscar el tesoro de Akem-Lizar, que decían las leyendas que se encontraba guardado en la ciudad de Benían. Allí se encuentra Conan con una vieja a miga, Sonja la Roja, y junto a ella hace frente a una amenza procedente de mundos exteriores. El abrazo de la brujería no deja de acometer a Conan y a sus acompañantes...

El nuevo jefe de los zuagir reencuentra a Olgerd en un desierto colindante a la ciudad de Benián en la segunda semana de agosto de 30, en un templo construido en loor de una deidad enterrada bajo sus cimientos desde tiempo inmemorial. El que duerme bajo las arenas despierta al olor de la sangre de Conan, apresado previamente por causa de su ímpetu rencoroso. Sólo unos salmos aplacan la ira del monstruoso dios, que se precipita de nuevo en lo más profundo de la tierra arrastrando a Olgerd consigo. A la vista de ello el cimmerio da por muerto a su enemigo (el truhán recuperará su vigor gracias a los efectos mágicos de un objeto que halla al poco, el espejo de la Manticora, y adoptará el apodo de “El Tigre” para marchar a Iranistán con una banda de hombres).

Poco después de este episodio, Conan se enfrenta un engendro que tiene las arenas de la muerte en las venas en vez de sangre, y luego una tormenta de arena separa a Conan de sus hombres y le obliga a enfrentarse a una hechicera dueña de la voluntad de gigantescas serpientes bajo la luna asesina del desierto. Libre de ella, atraviesa el erial en busca de sus guerreros, y por el camino ve lo que él cree un templo donde hay agua salvadora; es la sed lo que le impide ver el oasis.45

Por fin recupera a sus hombres y Conan se dedica a gozar plenamente de su vida como proscrito zuagir en los siguientes días, ahora por arenas más occidentales al hallarse hostigado por las tropas turanias que han puesto precio a su cabeza. Ha vivido algunos reveses que le han obligado a vagar por el desierto infernal del verano, e incluso ha llegado a cumplir misiones de protección, como la que desempeña al servicio del noble Alwazir, poseedor de unas joyas fabulosas. Pero siempre vuelve con los zuagir y, en una de sus actividades como rondador, el jefe zuagir acude a Akbitana en la última semana de agosto de 31, concretamente a la ciudadela del centro del tiempo que allí ha aparecido de repente. Lucha contra su brujo morador y regresa con sus zuagir tiempo después, cuando ya es septiembre.

Conan y sus zuagir no dejan de practicar ataques contra los intereses turanios, en campañas muy agresivas, como la que acaba con Ghamed o las que planean contra el oasis de Rhoulán o Vezek. Turán no hace sino acumular odio y ganas de destituir al bárbaro de su liderato, sobre todo durante la temporada en la que sus ataques se vuelven muy salvajes debido a la maldición de la Diosa Gato, una estatuilla capaz de dominar la voluntad de los hombres. Esto y la traición de uno de los suyos, Fazal, que le quita el mando, da con sus huesos en el desierto. Todavía es tiempo de estío cuando el cimmerio reúne a otro grupo de forajidos, contándose entre ellos la guerrera de cara pintada Vivalda, con quienes acude a rescatar un tesoro que el dios degollador mantiene a buen recaudo en Shem. Vivalda le abandona, pero no sus hombres que, ya en octubre, le acompañan a recuperar el trono de la ciudad Q’Alid Del B’Har, cercana a una zona conocida como el reino del murciélago debido a los demonios que la sobrevuelan.

Una semana después vemos a Conan con sus zuagir en el desierto de Kharamún, donde la existencia de un antiguo tesoro aqueronio entre cuyas piezas se halla la armadura de Zuulda-Thaal le motiva para viajar hacia los Montes Kezankios, y luego por Zamora, Koth y hasta el Vilayet, donde permanece postrado aproximadamente cuatro meses y medio debido a que se rompe unos cuantos huesos.46 Tras su convalecencia vuelve a Shem y recluta a un grupo de zuagir cuando ya es marzo de 31. Cerca de una ciudad estado afianzada por una planta demoníaca que crece en el foso de sangre que la rodea, Conan ve mermadas las filas de sus leales por causa de un turanio taimado; es por esto que decide quedarse en la urbe durante un corto espacio de tiempo.

En la primera semana de abril, Conan recorre el desierto y llega hasta Zamboula en busca de financiación y de más hombres que engorden las filas bajo sus órdenes. Allí, dos guerreras le seducen con la mentira de la existencia de un tesoro en cierta isla del Mar de Vilayet, la isla del cazador de hombres El Wazir, quien no logra matar a Conan. El cimmerio escapa de allí y vuelve al desierto al final de mayo de 32 con las manos vacías. Sus nuevas incursiones al mando de los zuagir son desesperadas dado el escaso respaldo económico que puede ofrecer a sus seguidores, llegando incluso a atacar a otros grupos zuagir, por lo que algunos hombres comienzan a perderle respeto. Para colmo, unos guerreros conocidos como los leones de hierro de Kharamún arrebatan el valor a Conan con un sortilegio y el bárbaro acaba mendigando en Zamboula y peregrinando a Koth hasta que vuelve al desierto para vengarse de quien le quitó el mando. Habiendo dejado a los zuagir que le traicionaron, Conan forma una última banda de forajidos del desierto casi un año después de haber tomado este oficio, en julio de 32. Entonces, obstinado por internarse en el desierto en persecución de un zamorio traidor, sus hombres le vuelven la espalda y le dejan inerme en la arena a su suerte. Venturosamente, ciudadanos de la desconocida Akhlat le recogen y en aquella ciudad maldita por las lágrimas negras de una diosa del Mundo Exterior ve cumplida su venganza contra el zamorio antes de decidir tomar otros rumbos lejos del Reino Zuagir a sabiendas de que no volverá a ganarse la confianza de un grupo grande de hombres.

El cimmerio merodea por el desierto cual nómada para regresar a Koth, en cuya ruta de subida vuelve a toparse con las damiselas guerreras que conociera poco antes. El retorno de las Damas de Hierro le proporciona placer y dolor a partes iguales, así que las deja interesado por otras metas. Una vez en Koth, en agosto, Conan finge ser el zamorio de nombre falso Shirkuh para poder acceder a la morada de los malditos, un fortín proscrito que se alza al amparo de las altas montañas. Tras salir de allí con vida, se dirige hacia el terreno en discordia que se halla entre los reinos de Khoraja y Khaurán y rapta a una mujer porque cree poder negociar con ella para cobrar un rescate. Contrariamente, Malthom (o Amalric), que ahora vive en un castillo cercano, se enamora de ella y se niega a devolverla a su engañado falso padre. Hay una lucha por esta razón que termina despertando a los demonios del castillo carmesí, aunque todo concluye satisfactoriamente para Conan, que no cobra el rescate planeado pero conserva un amigo, Malthom, quien se casa con la rehén falsa.47

No del todo convencido de volver a los reinos hyborios, el nómada bárbaro toma la decisión de bajar hacia Zamboula. Dedica unos días a buscar al viejo amigo de Turán Alwazir, por ver si aún posee las joyas conocidas como la sangre de los dioses. Encuentra a Alwazir, transformado, pero no localiza las gemas. En septiembre llega a Zamboula, a mediados de mes, y sale tan pronto como entró. La razón es un nigromante de nuevo, quien aboca al cimmerio a desplazarse hasta la frontera con Estigia donde debe eludir tanto la indeseable presencia del brujo Sha-Mash-Shum (el mismo de la ciudad intemporal aparecida en Akbitana poco tiempo antes) como la dentellada de los colmillos de la serpiente Xka’ahk, un demonio estigio.

A los dos días se halla el bárbaro de regreso a Zamboula de nuevo y pide albergue. Hombre de mundo, Conan sabe que hay una tribu de negros caníbales que se desplazan silenciosos en la noche como sombras en Zamboula; eso le sirve para salvar su pellejo y también el de una doncella que le suplica que libere a su novio drogado y enloquecido por Totrasmek, hechicero de la deidad Baal-Pteor. El cimmerio, aparentemente, se deja seducir por la belleza de la mujer y tras luchar contra hombres y brujos devuelve la cordura al novio de la chica, que no es otro que el gobernante de Zamboula. El bárbaro ya sabía aquello y también sabía que no podría cobrar su recompensa en carne como habían pactado, por eso, antes de sacar de la demencia al sátrapa de la ciudad, se había apropiado de la Estrella de Khorala, un anillo que rodeaba el dedo del mandatario. Con la joya en su poder, el astuto cimmerio corre hacia Ophir para utilizarla en su provecho solicitando un rescate de la reina de aquel país, Marala. Mas, es Moranthes quien reina en Ophir cuando llega Conan, la segunda semana de noviembre del año 32, y la desdichada majestad permanece encerrada en una torre. Conan la libera y con la ayuda mágica de la gema convoca a un ejército de muertos que permite escapar a la noble. El bárbaro se ha quedado sin la joya pero consigue una aliada para el futuro, lo que no es poco, y una nueva resolución de regresar a su tierra natal por una temporada.

De nuevo actúa el cimmerio como nómada de las tierras del híbori, tomando la dirección de Zamora, lugar al que vuelve obstinadamente. Los últimos días de noviembre los pasa titubeando entre Corinthia y Zamora, cruzando la frontera de un lado para otro como si el dios de los ladrones hubiese querido mezclar a Conan en un asunto relativo a un dios khitano transportado hasta la zona. La sangre de Bel no es la que se derrama ese día, sino la de los hombres, y Conan prosigue su camino a Zamora. Pasa una noche en el Maul, un barrio de Arenjun, y prosigue hacia arriba. Alcanza la frontera brythunio-zamorana cuando asoma diciembre y allí contempla el altar del Dios Carnero, hijo del animismo de la comarca que no consigue que el bárbaro se postre ante él. Ya muy al norte de Zamora alguien le sugiere que se acerque hasta la región del Nordheim a buscar la espada enjoyada de Tem y, asombrosamente, Conan lleva a cabo tan inverosímil misión, que le deja en una zona indeterminada entre el sur de Vanaheim, el oeste de Cimmeria y el norte de los Yermos Pictos a mediados de enero del año 33, en el inicio del trigésimo tercer año de su vida.

Conan ha escuchado que no les van mal las cosas a los piratas que faenan por las costas de Vanaheim. Pero declina la sugerente idea de agregarse a ellos para tomar otra senda, la que le lleva directamente hasta las fauces de las criaturas de Rhan, cerca de los pictos. Asqueado por aquella etnia odiosa, termina por alcanzar la costa y unirse a un grupo de piratas que ronda las costas vanires. Hace frío en este mes de febrero y la maldición del dios que camina por entre los hielos del norte no viene precisamente a hacer más cómoda la situación.48 Cada nueva marea resulta ser una marea de sangre para el infortunado cimmerio, que ve este período de piratería como un desacierto.49 Tras quedarse sin barco y sin hombres, pues han padecido la muerte blanca, como la llaman por el lugar, se despide del mar y mira hacia el sudeste.

Deambula durante el mes de marzo soportando los rigores del nevazo y engañando al hambre gracias a que se une a un hatajo de vanires cetreros. Los cazadores de mamuths le aceptan entre los de su partida pese a las diferencias étnicas y a los odios ancestrales y Conan continúa luego con paso firme hasta llegar a Aesgard, a su esquina sudoeste, donde el clima es más halagüeño.50 Después de practicar el bárbaro otra venganza ciega de las que habitualmente salpican tan su cronología, recibe noticias de que se acerca una amenaza desde Estigia causada por el crepúsculo de los magos estigios y aquilonios, entre ellos Thoth-Amón. Como la amenaza está lejos, el cimmerio continúa caminando tranquilamente en abril de 33 hasta el inacabable río de sangre que atraviesa la frontera con Aquilonia. Regresa pronto a Cimmeria y allí se entera de los despropósitos que sobre los de su raza están practicando los hyperbóreos. Conan reúne a un grupo de hombres recios y parte hasta la frontera con Hyperbórea para aplicar sobre sus odiados vecinos toda la ira de Crom. A duras penas escapan, él y sus hombres, de los simios que sus adversarios albinos lanzan tras su pista, pero el bárbaro logra dejar a algunos de los suyos a salvo en tierra cimmeria. No sabemos exactamente qué es lo que ocurre durante los días siguientes, por alguna razón Conan pierde a sus compañeros de lucha y termina aullando en los páramos todavía nevados de la alta montaña del macizo Graaskal siendo perseguido por hyperbóreos de nuevo. Halla una construcción olvidada en su avance, y también a las peligrosas Damiselas de Hierro, quienes que le echan una mano.

Cuando Conan llega a Brythunia ya concluye la tercera semana de abril, y el país sigue en pugna contra Hyperbórea puesto que ambos reinos se hallan enzarzados en una disputa. Conan colabora con los brythunios de buen grado debido a sus últimas amargas experiencias con los norteños, si bien no le hace ninguna gracia volver a chocar con el dios astado que conoció hace poco en Zamora y con sus lelos acólitos. Cuelga las armas tras el armisticio y, con una ruta en mente que va de norte a sur, atraviesa el país llenando su estómago con la paga del mercenario. Va sorteando diversos peligros a su paso, como el alojado en la gema de la hermandad oscura que habita al norte, por ejemplo, o el que propone la rueda que halla al sur de Brythunia. El mercenario parece encontrar sosiego en el país, pues permanece en su demarcación durante mayo y el comienzo de junio. A la postre, lo que le impulsa a cruzar la frontera con Nemedia es un encuentro no muy dulce con Sonja y el regreso del Dios Ciervo, que tiene a Conan harto con su pertinacia malvada.

En Nemedia pasa unos días vendiendo sus servicios como espadachín hasta que le hieren y es arropado por unos campesinos. La luna del cazador asoma por el cielo cuando Lord Theobold ejerce el derecho de pernada sobre una mozuela granjera por la que Conan siente aprecio. Conan deja al Lord en el Bosque Negro de Nemedia en compañía de alimañas como él y se deja caer, luego, en una fortaleza cercana a Brythunia en la que es testigo de la locura de la regente del lugar, Valadia, que creyéndose emperatriz de Nemedia ha logrado contagiar a su pueblo de tal falsa convicción. Conan, en vez de arrojar luz sobre el asunto, se une a la farsa esperando ser bien recompensado por sus servicios. Integrado en sus huestes confusas llega a una parte de los Graaskal, un lugar asimilable con el Pilar del Cielo de tan encumbrado que está (hasta mantiene todavía las nieves del invierno) y hace frente al país vecino.

Conan se harta de la vida militar y se abandona a la actividad relativamente segura -para él, que es un gigantón invencible- de gladiador. Y se pone negro. Así es, tanto en sentido figurado como en sentido literal, puesto que lo pintarrajean y lo pertrechan con los trastos del combatiente para batirse en arena nemedia. Es un trabajo... digamos, algo ridículo para un hombre que ha cosechado tantos logros a lo largo de su vida, pero sigue jugando en el circo un tiempo más, ahora en otra ciudad en la que la regente se cree, también, la emperatriz de Nemedia.51 El circo de sangre en que pelea Conan cambia su escenario por el de las praderas de Brythunia, donde se proyecta la sombra de los buitres que abundan tras toda batalla. Conan está aburrido de tanta lucha y de jugar a ser el sitiador de ciudades en guerras dirigidas por dementes, así que decide escaparse con unos cuantos gladiadores por vía fluvial.52

A finales de septiembre han llegado a Kush, lejísimos, y están a punto de convertirse en los esclavos del círculo de negreros que opera por la zona. Conan se encarga de salvar a sus hombres de ese destino forzado, pero no logra librarlos de la llamada de la muerte que les asalta en la selva kushita. Solitario otra vez, el cimmerio atraviesa Darfar rehuyendo sin demasiada dificultad la furia de los hombres mono que por allí braman, y llega al sur de Estigia a mediados de octubre del año 33 tras haberse movido por el valle del otro lado de las estrellas. Pasada una semana, Conan vierte sangre en la arena de los desiertos de Shem, lugar que se mantiene cálido mientras que en otras latitudes ya se están acercando los fríos, y acaso sea por eso que el guerrero decide permanecer en aquella faja de tierra arenosa. Errante por el desierto, tras sufrir el asedio del horror sobrenatural de la noche del lobo, un gran licántropo ávido de sangre, se entera de que sus viejos colegas de latrocinio del clan Kozak se han reorganizado y piensa que ¿qué mejor compañía que la de esos rufianes para vivir en el páramo oriental de Shem?

45 Existen dos historietas con este título; ésta es la escrita por M. Barrero. Esta historieta fue dibujada pensando en Conan pero tuvo que publicarse protagonizada por un bárbaro sin nombre en Barzelona Cómic en respeto de la Conan Properties. Luego, volvió a publicarse en la revista Sword (3ª época) pero en este caso integrado en la cosmología del bárbaro denominado Sword por igual razón. También, en cierto modo, es una concesión que se hace a sí mismo el autor de la presente obra; el lector decidirá si quiere tener “El oasis” por una historieta de Conan o no.

46 El guionista de esta historia demuestra no conocer la etapa zuagir de Conan, que implica a lo sumo 13 meses, los que él mismo dicta que Conan permanece reposando a orillas del Vilayet en esta historia.

47 Thomas describió la muerte de este personaje, Amalric, en el episodio “La muerte llega reptando”; por fuerza tuvo que ser una muerte aparente para poder hallar luego al militar amigo de Conan aquí.

48 En cierto momento indiqué que esta historieta pertenecía al ciclo de aventuras de Conan como pirata barachano. Lo desmiento aquí: Conan jamás viajó tan al norte siendo filibustero.

49 El guionista de esta historieta, “Marea de sangre”, la sitúa en la juventud del personaje. Pero Conan no fue pirata de joven, a no ser que tengamos en cuenta sus tiempos de corsario a la vera de Bêlit, muy al sur de este escenario. El lector debe eludir ese detalle, por consiguiente.

50 Aunque, según dice Conan, se acerca un período de nevadas. No debe sorprender esto a nadie: es propio del inclemente y caprichoso clima de todo el Nordheim.

51 Puede que no debamos ridiculizar tan alegremente a estas “emperatrices” de Nemedia, porque es durante esta época que el rey Numa sucede en el trono al rey Nimed, y quizá tal cambio de coronas no se produjese sino tras una serie de intentonas dinásticas por apropiarse del destino del país.

52 El guionista Charles Dixon olvidó que ni en Nemedia ni en Brythunia nacen afluentes navegables de río alguno que vaya a desembocar en Kush. Thomas advirtió este craso error geográfico y apuntó en su cronología que sería plausible la bajada por el Río Khorotas, hasta Argos, y luego dirigirse por mar a Kush. Quizá fue ese el trayecto de Conan y sus hombres, descendiendo por el afluente del río citado, el Tybor, tras dejar su barco abandonado donde muere el río nemedio tomado, que no desemboca en el mar.

53 Esta historieta sería inadmisible si consideramos como cierto lo que se afirma en la primera página: que los hombres de Conan son «kozakis». Debe sustituirse aquí ese adjetivo por el de «afghulís» para evitar destinar este episodio a la cronología alternativa.

54 Dice Conan a su antiguo maestro que se halla cumpliendo una misión que le trae desde Koth. Naturalmente, el cimmerio no venía directamente de Koth. Quizá le miente. O quizá no. Acaso esa fuera la razón por la cual no ha vuelto a los montes Himelios directamente, desviándose hacia Khitai para cumplir debidamente con alguna misión dejada en suspenso en algún momento de su pasado.

 
   

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  © 2004 Manuel Barrero, por el texto y el montaje, y Carlos Yáñez, por la selección de imágenes, para Tebeosfera, 040524    © 2004  Conan Properties International, LLC / Robert E. Howard Properties, LLC, por los personajes. El resto de los copyrights corresponden a los editores y autores de estos productos aquí mostrados, lo cual se hace con carácter exclusivamente informativo y / o promocional