Para Javi por que algunas historias
han de comenzar alguna vez.
Roger Stern, cuyo trabajo está ligado casi por completo a las dos grandes
editoriales de cómic norteamericanas, Marvel, en la que escribiría para
personajes tan emblemáticos como Spiderman, Los Vengadores, Hulk y algunos
menos conocidos, como el Doctor Extraño, y DC, en la que se encargaría
durante algún tiempo del icono por excelencia de esta editorial, Superman,
es un autor semidesconocido en los tiempos que corren, pero autor de
amplia trayectoria, sobre todo, en la década de los ochenta; un autor de
superhéroes, por tanto, al que hay que reivindicar. Roger Stern, que se
convirtió en un ejemplo a seguir por muchos de los profesionales que
aparecerían en años posteriores, entre ellos a Kurt Busiek, con el que
colaboraría en diversas ocasiones, dio nuevos bríos, nueva vida a muchos
de los personajes que por aquel entonces agonizaban en una especie de
limbo, y proporcionó a otros, entre ellos al personaje emblemático de
Marvel, Spiderman, una de sus mejores etapas, definida por muchos críticos
como la edad de plata de la serie The Amazing Spider-Man. En cuanto
a personajes menos conocidos, a los que este guionista supo dotar de
historias ejemplares, destaca uno de los personajes del que nos vamos a
ocupar en los párrafos siguientes: el Doctor Extraño, que conocería
gracias a este guionista una de sus etapas más prolíficas e interesantes.
Es
en Doctor Strange núm. 47, volumen dos, de junio de 1981, cuando
este escritor toma las riendas del Hechicero Supremo, conduciéndolo a una
de las etapas más fructíferas de su trayectoria. Lo hizo con historias
sólidas a las que no parecía afectar en absoluto el constante cambio de
dibujantes, entre los que cabe destacar a Marshall Rogers, Paul Smith,
Michael Golden, todos ellos entintados por Terry Austin. Historias sólidas
en las que este guionista otorga personalidad propia a personajes ya
creados por entonces: Stephen Strange, Clea, Wong; y presenta en estas
páginas a un personaje de creación propia que será el motor de todos los
cambios que se produzcan en la serie a lo largo de la primera trama que
escriba Roger Stern: Morgana Blessing. Nosotros nos centraremos sobre todo
en la primera trama argumental que narraría Roger Stern, aparecida en
nuestro país en el número 33 de la colección de Planeta DeAgostini
Obras Maestras, volumen titulado Un mago renovado 1.
Ya
en las páginas iniciales, en “El poder del Doctor Extraño” nos presenta a
este personaje, Morgana, capaz de contemplar en un momento dado la forma
astral del Doctor Extraño, en una auténtica demostración de lo que ha de
ser la presentación de un elemento secundario anclado a una trama mucho
mayor, que se desarrollará a través de varios números. Trama que llevará
al Doctor a través de los tiempos para rescatar primero a Morgana Blessing
y a Clea, con la inestimable ayuda de Nick Furia, Dum Dum y otros héroes,
y más tarde para recuperar el alma de Morgana. En las primeras historias
Roger Stern desarrollará de forma magistral el misterio in crescendo que
supone la aparición de Morgana, los encuentros entre ésta y el Doctor
Extraño, la presencia amenazante del Barón Mordo, el rapto, por parte de
éste, de Morgana y Clea, el viaje hasta la época nazi, con la presencia de
Nick Furia, y los suyos, y con un desenlace, no por esperado, menos
sorprendente.
En
un cómic en el que las fuerzas espirituales, astrales si se quiere, tienen
una importancia vital, será la más alta fuerza, el amor, la fuerza que
lleve a la victoria, en la épica batalla final, a los héroes frente a las
fuerzas del odio, representadas aquí por los nazis, y por el mismo
Dormmamu. Pero toda victoria deja detrás, a veces, consecuencias
imprevisibles, inesperadas: la conciencia, por parte de Clea, de que el
amor que Morgana siente por su amado es incomparable, dejando en apenas
casi nada el amor que Clea siente por su maestro y la necesidad posterior,
expuesta por Pesadilla, de recuperar fragmentos del alma de Morgana. Así,
en capítulos siguientes, Stephen Strange se embarcará en un viaje a través
de diversas eras, la España del siglo XVI, el Imperio Maya, la era de los
grandes faraones, donde se encontrará con la inestimable ayuda de otros
héroes Marvel, en este caso Los 4 Fantásticos, para recuperar el alma de
Morgana, tarea que llevará a cabo tras diversos intentos errados. Errores
provocados por el subconsciente del doctor, preocupado por su discípula
Clea, y con la confesión final de Clea de que su amor no es nada comparado
con el que siente Morgana, y no debe entrometerse. Porque amar a veces es
ceder. Así surgirá la ruptura entre maestro y discípula. Ruptura en nombre
del amor. Y así, en “Solo”, Stephen Strange se mueve entre la infelicidad
del presente y la felicidad del recuerdo, entre la seguridad un pasado con
Clea, y la incertidumbre del ahora de un hombre solo, como no hay otro en
este mundo, en este universo. Y en este punto es donde la debilidad del
mago alcanza su punto más álgido, al no ser capaz, en las últimas páginas
de esta historia, de conjurar un portal mágico con que alcanzar a su
amada. Porque ante todo, el Doctor Extraño, para este guionista es un ser
humano, inmerso en estas páginas, en una espiral de dolor, que irá
desapareciendo, poco a poco en la siguiente historia. En “Haber amado y
haber perdido”, el intimismo será llevado a su grado más exacerbado, al
convertirse en un viaje por la psique del mismo Doctor Extraño, y en el
que también se da otra de las características de este guionista, Roger
Stern, el triunfo de la voluntad humana, incluso en las circunstancias más
adversas. Y es en esta historia donde la maestría de Roger Stern muestra
su auténtica cima, con ese metacómic, en el que se da el homenaje a
los creadores del personaje, Stan Lee y Steve Ditko, y con ese viaje
imaginario, a los sentimientos más sombríos, a las zonas más oscuras de
uno mismo. Zonas cercanas a la desesperación, al que debe enfrentarse todo
héroe para recuperarse a sí mismo, con lo cual resulta obvio que la
historia posterior se llame “Un mago renovado”, renovado en su interior,
con la aceptación de la pérdida de su discípula, y una renovación
exterior, con la ausencia de su discípula Clea, con la que tanto tiempo ha
convivido, y con la presencia, cada vez más íntima, de Morgana Blessing.
Por
lo visto anteriormente, podemos afirmar que son dos los planos en los que
se desarrolla esta historia: un plano exterior, épico, que aparece sobre
todo en los primeros números, con las inmensas batallas entre el Doctor
Extraño y Mordo, y, posteriormente, entre las fuerzas del bien,
representadas por nuestro héroe, Nick Furia, etc., y las fuerzas del mal,
simbolizadas en Dormmamu, los nazis, el barón Mordo... Y existe un plano
más íntimo, más lírico, sobre todo en las historias finales, en “Solo”,
“Haber perdido y haber amado”, “Un mago renovado”, en el que se plasman
los sentimientos de soledad, abatimiento, voluntad posterior de un hombre,
solo pero que se sabrá pronto acompañado y en el que se plantean de una
forma honesta los sentimientos de Morgana y
Stephen Strange. Y en “Un mago renovado”, asistiremos a la
recuperación psicológica y, como consecuencia de ello, física del héroe
conocido como Doctor Extraño, dispuesto entonces para embarcarse en nuevas
aventuras, en las que tendrá que enfrentarse a Drácula, y a otros
villanos.
Lo
que está claro es que también en este cómic de Doctor Strange, Roger Stern
se aferra a una serie de características comunes a todos sus trabajos, en
los que debemos destacar, sobre todo, elementos como el conocimiento
enciclopédico y uso ejemplar del mundo Marvel, con la aparición de Nick
Furia y sus compañeros, en Doctor Strange núm. 51, y la aparición
posterior de Los 4 Fantásticos, en Doctor Strange núm. 53; el
decoro extraordinario de personajes principales y secundarios, es decir,
la capacidad de este guionista para otorgar a cada personaje su propia
voz, su propio carácter. Aquí hay que reseñar además que la ruptura entre
maestro y discípula servirá para que esta pueda afirmarse como
personalidad propia, como personaje autónomo, en la saga argumental de la
dimensión desconocida. Es obvio que también resulta sobresaliente la
presencia de Morgana Blessing, auténtica catalizadora de todos los cambios
que ocurrirán en la serie en manos de Roger Stern. Presencias que tomarán
más importancia todavía por la perfecta interrelación que se produce entre
ellos, en este triángulo amoroso en el que cada cual debe perder un poco
de sí mismo para reencontrarse posteriormente. Características fácilmente
observables en cómics como Los Vengadores o Spiderman, donde
la relación entre Peter Parker, sus amigos y el ambiente laboral del Daily
Bugle, ofrecen la sensación de un conjunto extremadamente verosímil en el
que todas las historias están perfectamente enlazadas.
Otra de sus características más conocidas a la hora de afrontar un guión
es la de mezclar clasicismo y actualización, hallando un ejemplo perfecto
en la creación del Duende en la serie The Amazing Spider-Man, en la
que jugaría de forma magistral con los eternos conceptos de culpabilidad y
responsabilidad de Peter Parker en esta historia. Y también aquí, en la
renovación del Hechicero Supremo a partir de unos elementos preexistentes,
tanto héroes como villanos, y con la presencia de un único elemento nuevo,
pero al que quedan supeditados elementos más antiguos: Morgana Blessing.
En el que se juega, como tantas veces en los cómics de Stern, con la
responsabilidad individual de cada uno de los personajes: Clea abandonando
a Stephen Strange, al percatarse de que su amor es pequeño al compararse
con el amor que se encuentra en el corazón de Morgana; Stephen Strange, al
comprobar que el mundo ha de seguir hacia delante a pesar de todo, porque
las cosas, queramos o no, han de cambiar, y a veces, mejorarán.
Y otra de las
características es la capacidad de la voluntad del ser humano para
superponerse a las situaciones más difíciles, siempre con un halo de
esperanza, en historias incluso tan sobrecogedoras como “El chico que
coleccionaba Spider-man”, en que un chico con leucemia tiene la fuerza y
el optimismo suficiente para amar la vida a pesar de todo. Una capacidad
extraordinaria de los seres humanos, como nos dice el mismo Stephen
Strange, porque héroe y ser humano son aquí la misma persona, para
sobrevivir en una mar de tristeza, y tener la fuerza incluso para rechazar
la muerte. Porque no debemos olvidar, en ningún momento que siempre,
cuando una historia acaba, otra comienza. |