Antonio Fraguas de Pablo, Forges, nació en Madrid el 17 de enero de 1942. Hijo de madre catalana y padre gallego, pasó su infancia en una amplia familia. A los catorce años comenzó a trabajar en Televisión Española y en 1973 la abandonó para dedicarse profesionalmente al humor gráfico. Publicó su primer dibujo en 1964 en el diario Pueblo y posteriormente pasó a Informaciones, aportando también viñetas para otros medios satíricos de la época, como La Codorniz. En 1970 comenzó a colaborar como humorista gráfico en Diez Minutos y trabajó en las revistas de humor Hermano Lobo, Por Favor y El Jueves, y en varios semanarios. Tras dibujar en Diario 16 y El Mundo, en 1995 se hizo cargo de la tronera satírica en El País, espacio que ocupó el resto de su vida, aportando una viñeta diaria, generalmente a tono con la filosofía editorial de ese diario. En radio participó en programas como Protagonistas, de Luis del Olmo, La ventana, de Javier Sardá y Gemma Nierga, y No es un día cualquiera, de RNE, con Pepa Fernández, entre otros.
Dirigió dos películas (País S. A., 1975, y El bengador gusticiero y su pastelera madre, 1977) y cuatro series de humor en televisión, El Muliñandupelicascarabajo (1968), Nosotros (1969) y 24 horas aquí (1976), en TVE, y Deformesemanal (1991), en Telemadrid. También realizó varios carteles de cine. Su intervención en tertulias y otros programas de televisión fue abundante, demostrando en ellas su gran capacidad para la oratoria y su mayor logro: el grado de complicidad que había conseguido inocular entre su público.
En 1972 publicó su primer libro bajo el título El libro de Forges, una antología de sus mejores viñetas, que gozó de gran éxito de público. A este volumen le siguieron otros, editados por Ediciones 99, Bruguera, Sedmay y otros sellos, pero fue Sedmay el que se arriesgó con un formato satírico (el revisionismo histórico humorístico) que le dio fama al dibujante, partiendo de sus obras Los historiciclos y Los forrenta años, con los que reconstruía la historia de España, incluso los periodos tabú, con una ironía ejemplar que tuvo gran acogida por parte del público (y que daría lugar a su reeditada obra Historia de Aquí). Otra fórmula popular que también funcionó entre el público fue la de los manuales, tutoriales guiados por la ironía y que se basaban en la idea de que reírse de uno mismo es la mejor forma de comenzar a aprender. El éxito de Informática para torpes y Los manuales de Crisp y Son demuestran esta afirmación. Por lo que se refiere a su obra escrita, no dibujada, fue escasa pese a que ha sido uno de los creadores de neologismos más prolíficos. Su novela Doce de Babilonia, de 1992, fue su única ficción escrita, y también colaboró con sus viñetas como apoyo en variados ensayos.
En el apartado de reconocimientos, fueron abundantes en su trayectoria. En 2012 fue nombrado director técnico del Instituto Quevedo del Humor. Fue también colegiado de honor del Colegio de Periodistas de Cataluña. Y recibió varios importantes galardones, entre los que destacan el Premio a la Libertad de Expresión, de la Unión de Periodistas de España, y la Creu de Sant Jordi. En 2007, el Consejo de Ministros le concede la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y en diciembre de 2013 fue distinguido con el Premio Nacional de Periodismo Pedro Antonio de Alarcón, en reconocimiento a toda su trayectoria. En 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alcalá de Henares.