Luis García Mozos

Luis García Mozos nace en Puertollano (Ciudad Real) en 1946. En 1957 se traslada a Barcelona con su familia, ciudad en la que estudia Bachillerato a la par que asiste durante dos años a las clases nocturnas de la Escuela de Artes y Oficios.

A partir de 1960 se integra en la agencia Creaciones Editoriales perteneciente a Bruguera y más tarde es acogido por Josep Toutain en la agencia Selecciones Ilustradas. Desde ambas realiza cientos de páginas de historietas bélicas, del Oeste y, sobre todo, de género romántico, principalmente para el mercado británico y centroeuropeo. Uno de sus primeros trabajos es sobre la serie Davy Crockett, que comienza a dibujar en 1961 y no en 1963 como hasta ahora se ha afirmado. Termina esta etapa integrado en el colectivo Grupo de la Floresta, dibujando mano a mano con Carlos Giménez, Adolfo Usero, Esteban Maroto, Suso Peña y Ramón Torrents algunas viñetas de 5 por Infinito y la serie Aventuras en la selva, pero no deja de hacer historietas para niñas e incluso es actor protagonista de bastantes fotonovelas románticas.

En los primeros años setenta, en busca de una obra más personal al menos en lo gráfico, se une al grupo de autores españoles que comienzan a dibujar historietas de horror para la alineación de revistas de Warren Publishing. García ve publicadas historietas en Creepy, Eerie y Vampirella durante 1972, tras lo cual se aleja de este género. El abandono es tangencial porque también desarrolla en el ámbito de lo fantástico su serie con Víctor Mora Chroniques de l’innomé, que comienzan a aparecer en la afamada revista francesa Pilote a partir del año 1973. La evidencia de esta continuación genérica se aprecia en que la saga es publicada más tarde por Jim Warren. En 1973 obtiene en Nueva York el premio otorgado por Warren al mejor dibujante del año 1972.

 
Caricatura del grupo Premiá 3, por Ventura.

Las décadas de los años setenta y ochenta, avivadas por el boom de la historieta en España, son años de actividad febril de Luis como creador, además de una etapa de marcada concienciación ideológica. Lo demuestra en la saga citada, Las crónicas del Sin Nombre, que sigue publicando en Pilote hasta 1980 y, sobre todo, en la revista de la que es también fundador y coordinador: Trocha, editada en 1976 por el sello Colectivo de la Historieta. Las historietas que aparecen en esta revista, algunas ya publicadas o que continúan la estética y temática de lo publicado en la efímera revista francesa Vaillant Scop, desde 1976, y en el periódico juvenil español Primeras noticias de 1978, muestran su afecto por los manipulados y por los agredidos, sobre todo los indios americanos y su desprecio por los fascismos, postura que comparte con su guionista habitual Felipe Hernández Cava. El conjunto termina siendo recogido en el álbum Etnocidio.

Otras historietas de esta época son compiladas años más tarde en el libro Chicharras, como la historieta homónima publicada en Bang!, en la que reflexionaba sobre la infancia en la España de la posguerra, inaugurando con ello un subgénero autobiográfico que es recogido y ampliado por su compañero Carlos Giménez en trabajos personales posteriores. Luis García cristaliza finalmente esta directriz en Nova-2, primera obra ambiciosa que dibuja sobre guión propio y que supone una ruptura en su trayectoria, al menos en el sentido narrativo. Pese a que Nova-2 obtiene el aplauso de la crítica, Premio de la Crítica en 1982 y es publicada con éxito en las revistas TOTEM en Italia y España, y Heavy Metal en Estados Unidos, su seguimiento fragmentario hace que quede un poco diluida, ya que la segunda parte El consultante es ofrecida en Rambla a trompicones y García no la concluye definitivamente hasta 2004 para completar el álbum que recoge toda la serie.

En 1982, García aborda de nuevo la responsabilidad de la edición, cofundando junto a Josep Maria Beà, Usero y Marika la revista Rambla. Con gran esfuerzo, la revista se mantiene en el mercado cuando la crisis de la industria se torna evidente, y pese a su obstinación, ya que queda sólo a las riendas de la dirección en su etapa final junto con Marika, tiene que cerrarla por falta de ventas tras haber publicado excelentes historietas hasta el año 1985.

Desde entonces, el artista se muestra más seducido por desarrollar su carrera como dibujante y pintor, y en la última historieta que publica en Ikusager para el libro Norte-Sur en 1989, vemos una serie de ocho pinturas y dibujos que poco tienen que ver con la historieta.

En el año 2004 Glénat edita en libro Nova-2 en su totalidad y reedita Las crónicas del Sin Nombre, a partir de ahí, García, retorna a la historieta con colaboraciones puntuales: El Rostro en la Colina con guión de Jorge García, publicada en el número 15 de la revista Dos Veces Breve en 2007, Experimentando con el terror y Enlaces para una historieta por encargo de…, ambas con guión propio y publicadas en los libros colectivos de la Semana Negra de Gijón en 2006 y 2008 respectivamente. En 2009 Glénat prepara la edición del álbum inédito Pompa y circunstancia mientras que García escribe el guión de otra novela gráfica y sigue pintando el proyecto pictórico Fama y sexo en Internet.

De técnica narrativa muy vinculada al tratamiento documental de su dibujo, que roza el hiperrealismo, García ofrece una narratividad aparentemente falta de dinámica en la que prima más la expresión que la acción. Sus personajes logran transmitir más sensaciones e inquietudes que otros dibujados con gran alarde dinámico. También transmiten conciencia, ideas, sufrimiento, mensaje… y emociones que ya no se sienten –ni se entienden– tras la victoria del capitalismo salvaje.