Rafael Marín, nacido en Cádiz en 1959, se licenció en Filología Inglesa y ha desarrollado su profesión ligado a esta lengua, como profesor de enseñanza media y como traductor de literatura en inglés, sobre todo de fantasía. Ha traducido decenas de novelas, sobre todo de ciencia ficción.
Ha desarrollado también una prolífica carrera como novelista, acaso la más importante del panorama español de las letras fantásticas (junto a Domingo Santos), si bien él no se define como escritor de ciencia ficción sino como escritor que ha utilizado la ciencia ficción para sus fines. Su vinculación con este género es mucha, sin embargo, ya desde que se descubriese como gran autor con su relato de 1978 "Nunca digas buenas noches a un extraño", aparecido en la revista Nueva Dimensión, y más desde la aparición de su primera y celebrada novela, Lágrimas de luz, en 1984, que ha sido reeditada cuatro veces hasta 2012. Su carrera literaria ha crecido en calidad con los años, sin dejar de cultivar el relato corto, siempre un reto, y coqueteando con otros tipos de relatos alejados de lo fantástico, con novelas en clave de suspense, como Elemental, querido Chaplin (2005) o La ciudad enmascarada (2011), o de corte histórico, como El muchacho inca (1993), la premiada Juglar, de 2006, o la reciente Las campanas de Almanzor (2011). También ha publicado obras autobiográficas y poemarios.
Marín ha ejercido de crítico cinematográfico y como comentarista de actualidad desde su tronera en el diario La Voz de Cádiz, aparte de desarrollar una fecunda labor como asesor, prologuista y comentarista en diferenes sitios web además de en el suyo propio, Crisei.
Su labor vinculada a la historieta ha sido muy longeva y fértil. Comenzó como fanzinista, y en 1978 incluso se atrevió como faneditor, con la publicación teórica McClure. Dedicó su memoria de licenciatura a hacer un repaso sobre la evolución y sociología de los comic books de Marvel, que tomaría forma de monografía teórica en 1995. Luego ha seguido publicando cientos de divulgaciones y ensayos, de los cuales destacan sus libros sobre Hal Foster y Spider-Man (Sinsentido, 2004 y 2007, respectivamente) y el excepcional estudio sobre la obra de Alan Moore y Dave Gibbons W de Watchmen (Dolmen, 2009). Cabe destacar también su serie de reseñas publicadas en el sitio web Bibliópolis, agrupadas bajo el título Umbrales, que dirigió una de las revistas sobre historieta más recordadas de la hemerografía española: Yellow Kid (entre 2001-2003), que también escribió el corto ensayo Los cómics del exilio (Fundación Antonio Pérez, 2008) y que ha sido colaborador de la revista web Tebeosfera.
Marín ha escrito guiones de cómics desde que comenzó a escribir novela, pero adquirió fama sobre todo cuando se alió con Carlos Pacheco para generar al más importante grupo de superhéroes españoles, Iberia Inc., que publicó Planeta-DeAgostini en 1996 con dibujos de Rafa Fonteriz y Jesús Yugo. Su siguiente creación con Pacheco, Triada Vértice, fue ilustrada por Jesús Merino y fue muy aplaudida por la afición en 1998. También con Pacheco logró convertirse en guionista en el Universo Marvel, escribiendo una miniserie de The Inhumans y un emocionante arco argumental en Fantastic Four. Con motivo del bicentenario de la primera Constitución Española, ha sido guionista de doce libros de historieta editados por la Diputación de Cádiz, 12 del Doce, entre los que hallamos algunas obras que podrían usarse como manuales sobre guión.
Durante la segunda década del siglo XXI ha sido fértil su escritura, dando a la imprenta varias novelas y libros de relatos (Piel de fantasma, El niño de Samarcanda, Oceanum, Los espejos turbios, Lona de tinieblas, Mobtel, Son de piedra y otros relatos) y un libro de memorias (Está lleno de estrellas). En 2016 prepara una nueva revisión de su libro Los cómics Marvel. Por su trabajo como creador de ficciones ha sido merecedor de los premios UPC, Ignotus, Pablo Rido, Eurocon 2003 (como traductor) y Albacete de novela negra, entre otros.