Escritor que se formó como sicólogo, terminando su carrera en 1971, si bien nunca ejerció esa profesión. Interesado por la historieta, Andreu Martín comenzó a escribir guiones de tebeos desde muy joven, en las editoriales Bruguera y Grijalbo, en cabeceras como Gran Pulgarcito, Super Pulgarcito, Din Dan, Mortadelo, Sacarino, DDT, Cole-Cole o Tío Vivo, lo cual compaginó con adaptaciones literarias en Joyas Literarias Juveniles, o historietas de aventuras para Mortadelo Especial o Super Ases. También escribió guiones de historieta romántica, como los de Emma es encantadora.
Con la llegada de la transición, Martin colaboró elaborando guiones de género negro o de horror para revistas como Creepy, Cimoc, Comix, El Víbora, Rumbo Sur, Delta o Totem. Y fue muy popular por entonces su trabajo junto a Mariel Soria para El Jueves, en la serie Contactos, que supuso una crónica vital del paso a la madurez de una generación que había estado reprimida durante la dictadura.
Aparte de su labor en el cómic, Martín ha escrito teatro, guiones de televisión y cine. Ha sido guionista de películas como Estoy en crisis (1982), El Caballero del Dragón (1985) o Barcelona Connection (1988), entre otras, incluyendo Sauna (1990), de la que también fue director. También ha escrito guiones para series de televisión (en catalán), como Crònica negra, Estació d'enllaç o Laberint d'ombres. También ha sido redactor en periódicos y revistas como por ejemplo Destino o Cambio 16.
Su labor más reconocida es la de escritor de género negro, con títulos destacados como: Prótesis, Con los muertos no se juega, Cabaret Pompeya, No pidas sardina fuera de temporada o Todos los detectives se llaman Flanagan (la serie de novelas protagonizadas por Flanagan, de tono juvenil, fueron escritas en colaboración con Jaime Ribera).
En 2001 obtuvo el premio La sonrisa vertical con Espera, ponte así, y en 2002 fue el ganador del XXXIV Premio Ateneo de Sevilla por su novela Bellísimas personas. También ha sido galardonado con el Premio Hache, tres veces con el premio Hammet y ha sido homenajeado en numerosos eventos y convenciones dedicadas al género negro. En 2011, se reconoció la calidad de su obra cuando el Ayuntamiento de Barcelona le otorgó el Premio Pepe Carvalho del a la totalidad de la obra.