CRÓNICA DEL 36 SALÓN INTERNACIONAL DEL CÓMIC DE BARCELONA
Crónica: Jordi Manzanares,
con aportes de Manuel Barrero y Félix López
Reportaje fotográfico: Silvia Sevilla
Esta 36ª edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona ha sido la primera tras una serie de cambios organizativos (entre los que destaca el cese por motivos de salud de su anterior director, Carles Santamaría, y su sustitución por la que fuera designada pocos meses antes como Directora general de FICOMIC, Meritxell Puig) que han suscitado división de opiniones. Como cada cual habla de la feria según le ha ido, es lógico que así sea. Pero desde la Asociación Cultural Tebeosfera (ACyT) no podemos sino manifestar nuestra satisfacción por la repercusión obtenida por nuestro informe La industria del cómic en España 2017 y por la buena acogida de nuestras publicaciones, que podían adquirirse en el stand de la Asociación de Autores de Cómic de España (AACE).
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Al igual que en las últimas ediciones, el Salón tuvo lugar en las instalaciones de Fira de Barcelona en Montjuïc, en este caso entre los días 12 y 15 de abril. Uno de los primeros actos programados fue la presentación en primicia del informe La industria del cómic en España 2017: un año de (aparente) bonanza, a cargo de Manuel Barrero, presidente de ACyT. Entre los datos que ofrece ese informe destaca que la publicación de cómics se incrementó en nuestro país en 500 títulos en 2017 y se situó en 3.507 novedades, aunque solo el 11% de las mismas son obras producidas en España (si se suman los cómics importados realizados por españoles, el porcentaje asciende al 25%).
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Entre los socios de la ACyT invitados al evento destaca especialmente Jan, que ilustró el cartel de esta edición y participó en un encuentro con los lectores presentado por Jordi Coll. Superlópez, el personaje más famoso de Jan, protagonizó una exposición que conmemora su 45º aniversario y que fue organizada por otro socio de la ACyT, Antoni Guiral (responsable de exposiciones del Salón). Además, se proyectó un avance de la película Superlópez, que ha dirigido Javier Ruiz Caldera y cuyo estreno está previsto para el próximo mes de noviembre.
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También Francisco Ibáñez protagonizó un encuentro con los lectores, conducido por Carlos Areces, que llenó el auditorio en el que tuvo lugar. Entre los autores, editores y expertos que participaron en diferentes actos figuraron también Toni Batllori, Rubén Pellejero, Pepe Gálvez, Horacio Altuna, Josep Maria Beà, Miguel Gallardo, Marika Vila, Emilio Bernárdez, Rafael Martínez, Lorena Álvarez, Oriol Estrada Rangil, Shea Fontana, Joan Tretze, Rocío Vidal, Souillon, Ralf König, Kelly Sue DeConnick, David Rubín, Jaime Delano, Dave McKean, David Lloyd, David Fernández, Vittorio Giardino, Tillie Walden, Dann Thomas, Paco Roca, Jorge Carrión, Francisco Sánchez, Anna Abella, Matt Fraction, Roy Thomas, Carlos Pacheco, Elisa McCausland, Liv Strömqist, Juan Díaz Canales, Esteban Maroto, Stan Sakai, Cels Piñol, Jota Lynnot, Emma Ríos, Laura Pérez Vernetti, Bamf!, Mamen Moreu, Darío Adanti, Ximi o Maribel Carod, sin contar a los muchos otros que, simplemente, visitaron el Salón o firmaron en alguno de los stands, como fue el caso de Ruth Bernárdez y su libro Las chicas son guerreras, que acaba de publicar Dolmen.
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El número de exposiciones se redujo ligeramente (nueve en esta edición frente a las trece del año pasado) y en general se caracterizaron por contenidos más modestos y presentaciones menos espectaculares que en ocasiones anteriores. Además de la centrada en Superlópez, a la que ya nos hemos referido, esas muestras estuvieron dedicadas a las revistas del 'boom' del cómic para adultos de los años de la Transición, al dibujante norteamericano Jack Kirby y a los ganadores del año pasado, Josep Maria Martín Saurí, Jamás tendré 20 años de Jaime Martín, Javi Rey y el fanzine Paranoidland.
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También fueron algunos menos los expositores (180, mientras que en 2017 fueron 194), distribuidos la mayoría en un único gran espacio (el pabellón 2) Los organizadores aseguran que la superficie total de la muestra es la misma del año pasado, 50.000 metros cuadrados, aunque distribuidos de forma distinta, más acertada que en la anterior ocasión, que fue muy criticada, aunque sin contentar a todo el mundo, ya que algunas de las asociaciones, las alojadas en el pabellón 5, quedaban muy apartadas. La afluencia de público igualó a la edición anterior, con 118.000 visitantes, según los organizadores, a pesar de la lluvia y de algunos problemas de acceso al recinto el domingo al celebrarse en las inmediaciones una multitudinaria manifestación.
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Entre las novedades de esta edición hay que mencionar el espacio Comic Kids, cuyo objetivo era acercar a los más pequeños al lenguaje y a las técnicas del cómic, y Dibujos por Sonrisas, un espacio de cómic en vivo organizado por la Asociación Creativos en Acción, entidad que tiene como objetivo recaudar donativos para los campos de refugiados.
En el espacio Comic Pro, en colaboración con Acción Cultural Española (AC/E) y el Institut Ramon Llull, se brindaba la oportunidad a los autores de mostrar su trabajo a editores nacionales y extranjeros. A esta edición acudieron representantes de las editoriales norteamericanas IDW, Dark Horse y Dynamite, y de la alemana Avant-verlang, así como las españolas Astiberri, Babylon, La Cúpula, Fandogamia, Penguin Random House y Planeta. Durante los cuatro días del certamen se presentaron un total de 1.014 portafolios y se realizaron 183 entrevistas, según fuentes del Salón.
Los cambios también afectaron a las votaciones, que comenzaron más tarde de lo que suele ser habitual (mediados de febrero en vez de a finales de enero), y que solo contaron con una única ronda por parte de los profesionales. Este año además se redujo la lista de nominados de 5 a 3 por categoría, y se estableció un nuevo sistema, de forma que en vez de elegirse a los ganadores mediante voto directo de los profesionales en segunda ronda se realizó la elección mediante un jurado formado por personas de diferentes colectivos relacionados con el cómic. El Gran Premio del Salón del Cómic de este año ha sido para la historietista Laura Pérez Vernetti. Otros galardones han premiado Pinturas de guerra, de Ángel de la Calle (Mejor Obra de Autor Español), El arte de Charlie Chan Hock Chye. Una historia de Singapur, de Sonny Liew (Mejor Obra Extranjera), Ana Penyas (Autora Revelación Premio Fundación Divina Pastora) y Los diletantes (Mejor Fanzine). También hubo premios "honoríficos" a algunos de los autores extranjeros invitados: Vittorio Giardino, Ralf König, Roy y Dann Thomas, y Stan Sakai.
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Durante el evento se entregaron también los Premios AACE 2018, que correspondieron a Purita Campos (Reconocimiento a toda una carrera profesional), El Torres (Premio a la trayectoria profesional de un autor a lo largo del año) y Paco Linares (Premio a la institución, empresa o personalidad que haya apoyado al cómic español). El Colectivo de Autoras de Cómic también quiso utilizar el marco del salón para enregar su V Premio Honorífico a la autora Montse Clavé.
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Pese a la sensación de que fue un salón algo más disperso (a lo que contribuyó el montaje de algunas paradas a modo de estructuras cerradas), lo cierto es que las exposiciones y los actos acercaron al público al cómic de toda la vida. Las grandes atracciones vinculadas al cine, al mercadeo y a los juegos atrajeron a los mas jóvenes y se notó menos el paso de los coleccionistas, aunque ellos también obtuvieron sus piezas. La presencia femenina se hizo notar mas en esta edición: hubo más invitadas, más actos organizados por y/o sobre ellas y más premiadas, se notó la influencia del activista Colectivo de Autoras de Cómic.
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Lo más emotivo, aparte del encuentro con los amigos de toda la vida (el cómic forja amistades indisolubles) fue la recepción de premios. Sobre todo por Laura, feliz en su merecido reconocimiento, y por Ángel de la Calle, sembrado en su discurso, que nos habló de la importancia de no olvidar a los que nos influyeron y del enorme orgullo en que supone ser autor de historietas.
