RAFAEL AURALEÓN. VIÑETAS DE HORROR Y DEMENCIA
JAVIER ALCÁZAR

Notas:
Repaso a la torturada biografía de Rafael Auraleón, un dibujante enigmático a la vez que uno de los que mejor supieron captar la esencia del horror con sus dibujos. Este texto se ha beneficiado de las pesquisas de Jaume Capdevila y las declaraciones de los autores Josep M. Beà, Luis García, Manel Domínguez Navarro y Marcel Miralles. En la imagen, Rafael Aura en los primeros ochenta.

RAFAEL AURALÉON
VIÑETAS DE HORROR Y DEMENCIA


 -Tú llevas mucho tiempo trabajando. ¿Por qué no has conseguido un éxito popular o de prestigio como otros artistas de aquí, como Maroto, Pepe González, etc.?
-Porque no soy tan bueno como ellos.
 
 
Algunos autores de cómic son recordados por su innegable calidad artística y sus logros en el medio historietístico, siendo sus obras reeditadas continuamente y los estudios realizados sobre ellos renovados periódicamente. Cierto que son los menos, y que la mayoría de profesionales del cómic son forzados trabajadores reconocidos únicamente entre los propios aficionados al medio. De estos, surgen trabajos en fanzines y revistas dedicadas a la historieta, y de vez en cuando, si tienen suerte y están en el momento oportuno y en el lugar oportuno, alguna reseña en un medio generalista. Pero hay otros a los que el tiempo sume en el olvido permanente. Su rastro se pierde entre páginas amarillentas, los lectores que antaño los requerían apenas se acuerdan de ellos, sus obras no vuelven a verse nunca más entre las novedades. Y no importa que durante un tiempo hayan sido aclamados, o muy prolíficos, incluso ubicuos. Son devorados por la indiferencia. Rafael Aura León, Auraleón como era conocido por su firma, Aura para sus escasos amigos, es uno de estos autores.
 
Trabajador incansable para la agencia Selecciones Ilustradas, vivió un momento de esplendor cuando su obra se difundió internacionalmente gracias a sus trabajos para Warren Publishing. Detrás de ese aparente éxito se escondía una vida más oscura que las historias que representaba en las páginas que dibujaba, un recorrido vital con un final desgraciado que de alguna forma influyó en su manera de entender la historieta. Este artículo pretende descubrir esa trayectoria a través del análisis de su obra, una obra que pensamos merece ser recordada y recuperada.
 
 
ESBOZO DE BIOGRAFÍA
 

Rafael Aura León en su más tierna infancia. Fotografía aparecida en el almanaque para 1981 de Creepy.

Rafael Aura León nace en Barcelona el 22 de diciembre de 1936, hijo de Rafael Aura Mir, de profesión guardia civil, y Francisca León Cosiallo, ama de casa[1]. Poco sabemos de su infancia  salvo lo que nos cuenta el propio autor en una entrevista realizada por Josep María Berenguer y publicada en el almanaque para 1980 de Creepy[2]: «... tenía todas las libretas y libros llenos de garabatos, flores... Recuerdo que mis padres me habían pegado porque dibujaba y con eso no podría ganarme la vida.» Esto y una foto aparecida en el almanaque para 1981 de la misma publicación, donde se observa a un Auraleón de muy poca edad sentado en una silla, repeinado y con ropa de domingo. El siguiente recuerdo es en la adolescencia, cuando «me quedaba pegado a los kioscos mirando las portadas de Penalba [sic] y Longarón. Compraba algunas revistas por las portadas. Empecé a hacer algunas viñetas sueltas, pero no fue hasta después de hacer la mili que empecé a trabajar como profesional.»[3]
 
A través de Maria Rosa Lleida, futura esposa de Fernando Fernández, entra en contacto con Josep Toutain en 1959, pocos años después de que éste creara la agencia Selecciones Ilustradas (SI). A partir de este momento, Auraleón deja su empleo de oficinista y todo el trabajo que realice en lo sucesivo lo hará a través de la agencia, en un caso insólito dentro de la profesión. Marcel Miralles, subdirector de SI y hombre de confianza de Toutain, nos ha contado algo de esa época:
 
«Al principio Toutain le confió algunos guiones del Oeste de sindicación. En Selecciones Ilustradas se llamaba sindicación a trabajos que no habían sido encargados por ningún editor, sino que después eran ofrecidos a distintos países para una publicación en cada uno de ellos. Normalmente eran historietas dibujadas por los jóvenes en formación, o por dibujantes más veteranos entre encargo y encargo. Los guiones eran de personas que trabajaban en la misma Selecciones. Se pagaban precios más bajos, pero fue una gran escuela de aprendizaje para la mayoría de dibujantes que luego fueron grandes profesionales.»[4]

Según recuerda el autor «Me pagaban a 100 pesetas la página del Oeste, pero el primer mes ya ganaba el doble de lo que me pagaban en la oficina». Este trabajo inicial de historias del Oeste, bélicas, de suspense e incluso algunas románticas (género que no era del especial agrado del dibujante) es distribuido en el Reino Unido, al igual que el material realizado por el resto de profesionales que en ese momento trabajan para SI: Jose María Miralles, Carlos Prunés, Félix Mas, Ramón Torrents, José González... Encontramos historietas suyas en publicaciones de Fleetway como Space Ace nº 5 (“Flash the Fourfooted Deputy”, 1960), Combat Picture Library nº 84 (“Sky Cavalry”, 1961), Commando Library nº 8 (“Red Runs the River”, 1961), nº 51 (“Death Hunt”, enero 1963), nº 309 (“Glory Hunter”, enero 1968), nº 343 (“Trouble Squadron”, julio 1968) y nº 366 (“Sky Trap”, noviembre 1968), Lone Star nº 88 (“Stranger on the Stage”, mayo 1962) o Air Ace Picture Library nº 374 (“Atlantic Patrol”, febrero 1968)[5]. Parte de este material sería recuperado en España en la década de los setenta, en publicaciones confeccionadas con material de agencia, como Comics, Cowboy o Suspense de Pined / Ursus[6], o a través de la distribución de revistas mejicanas de la Editorial Novaro en nuestro país, que en su colección Aventura dedicó algunos números a Nosy Parker, personaje del oeste que dibujó Auraleón[7].

Las primeras historietas de Auraleón que pudimos ver publicadas en nuestro país, en Cowboy, Suspense y Comics.

Este primer trabajo, el realizado entre finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta, es característico de un principiante, con un estilo impersonal, academicista, escasa atención a los fondos y una composición de página convencional. Según Miralles,

«Las historias de Nosy Parker eran sorprendentes por la soltura con que estaban realizadas. Auraleón sería un gran admirador de Longarón. Había imitado la soltura de líneas de éste, el desenfado de las arrugas y del tintado pero, desgraciadamente, sin el dominio profesional que tenía Longarón. Era el clásico atrevimiento del novato, las páginas estaban llenas de vaqueros de espaldas y de grupas de caballos así como fondos difusos e inconcretos. No obstante, el resultado final era muy prometedor y original. Apuntaba muy bien.»[8]

Cuadernos de la colección Aventura de Novaro donde se publicó Nosy Parker (imágenes gentileza de Fernando Franco)

Rápidamente el aprendiz cogió experiencia, mostrando una narrativa excelente en una persona con tan escasa preparación técnica y una distribución de la mancha de tinta que parecía tomar prestada de uno de los autores que más influenciaron a los dibujantes españoles de aquella época, Alberto Breccia. Esto se puede apreciar al observar sus últimos trabajos para la publicación Commando o la adaptación de “El último mohicano”, que en España pudimos ver en la revista Cowboy.

Ya casado, su labor en SI se consolida. Aunque, como nos dice Miralles:

«Su paso por el estudio de Selecciones fue breve. Normalmente había un gran número de artistas que trabajaban dentro del estudio. Eso permitía un trasvase de información, críticas, consejos y ayuda entre dibujantes muy importante para su formación. [...] Auraleón solo estuvo un corto tiempo en el estudio y continuó después trabajando para Selecciones desde su casa.»[9]

En 1971 comienza a dibujar historietas destinadas a la editorial estadounidense Warren Publishing. Josep Toutain había conseguido introducir a varios autores españoles en el mercado americano de las revistas de horror que publicaba Jim Warren, y tras Luis Roca, Sanjulián, José González, Josep Maria Beà y Esteban Maroto, Auraleón es el siguiente en ver publicada una historieta en Warren. Concretamente en Creepy nº 42, de noviembre de 1971. Su trabajo se extiende durante toda la década de los años setenta y hasta entrados los ochenta, produciendo, además de numerosas páginas de introducción e ilustraciones, catorce historietas para Creepy, seis para Eerie y cincuenta historietas para Vampirella. Su estilo, aunque siempre reconocible, se va transformando paulatinamente hasta adquirir su plena madurez, recibiendo influencias visibles de otros autores, tanto de grandes firmas del cómic internacional como del resto de compañeros que trabajaban para SI. Así, de un estilo clásico y correcto, similar al que estaban realizando los norteamericanos y que podemos observar en su primera historieta, “The Quaking Horror”, va pasando por distintas modificaciones en las que se reconocen los estilemas de Breccia, Dino Battaglia, Sergio Toppi, sin despreciar el uso de referencias fotográficas característico de Luis García o Joaquín Blázquez, y el silueteado de Fernández o Maroto.

Primera página de la primera historieta de Auraleón para Warren, "The Quaking Horror", en Creepy 42; y páginas de los dos seriales en los que colaboró, Pantha y Cassandra St. Knight. Se puede apreciar la evolución de su estilo, predominando las aguadas al inicio, con un dibujo maduro haciendo uso de los elementos del "new look" y en una etapa más avanzada, más simple.

Otra característica propia de Auraleón, además de trabajar únicamente para SI, es que realizaba siempre su trabajo en blanco y negro, incluyendo las ilustraciones, existiendo una única historieta en color publicada: “The Power and the Gory”, en Vampirella nº 28, aunque en este caso el color añadido era mecánico y completamente inapropiado. Todas estas historietas se traducen en España en las diferentes versiones de las publicaciones de Warren: Vampus, Rufus y Vampirella, de IMDE / Garbo; Dossier Negro, de IMDE, y Creepy y 1984, de Toutain. Además, en esta época, y sin salir del género del horror, Auraleón realiza numerosas ilustraciones para las publicaciones de IMDE y Toutain, ilustrando relatos de Luis Vigil, Manel Domínguez Navarro y diversos pósteres[10]. Destacan de su trabajo para Warren, quizás no por su calidad, pero sí por su continuidad, los seriales dedicados a los personajes Pantha y Cassandra St. Knight, ambos en Vampirella.

Ilustraciones para Vampus y para el libro Vampiros

 

Pero ya en esta época sus problemas psicológicos han comenzado a aflorar y terminan vertebrando su vida, necesitando incluso el ingreso en instituciones para su recuperación. Se separa de su mujer y, aún con un ritmo constante en su producción, la calidad de la misma comienza a resentirse. A pesar de haber alcanzado madurez en el dibujo, éste sigue modificándose, cambiando según el estado de ánimo y las influencias externas que reciba.

A finales de los setenta, Toutain, preboste de Selecciones Ilustradas, decide crear su propia empresa editora. Fruto de su empeño surgen las revistas 1984, Creepy, Zona 84 y Comix Internacional, donde, además de traducir material de Warren y de otros artistas internacionales de renombre, los autores españoles tienen la oportunidad de crear obras originales. Éste es también el caso de Auraleón, que en 1981 comienza a realizar para la revista 1984 una serie de historias cortas, sin relación entre sí, de carácter fantástico, más cercano a la ciencia ficción que al terror, y en las que se perciben principalmente dos influencias: el inimitable y peculiar estilo de Josep Maria Beà y el del maestro italiano Sergio Toppi. Son en total 14 historias (15 si se añade otra aparecida en Comix Internacional nº 19) que muestran a un Auraleón diferente, autor de sus propios guiones y, quizás por esto, más auténtico.

 

Tres páginas de sus historietas cortas, con guión propio, para 1984. De argumentos diferentes, mezclaban humor, fantasía, ciencia ficción, desesperanza, mostrando el autor unos niveles muy altos de calidad gráfica.

Para la revista Creepy Auraleón también dibuja la serie “Viaje al infierno”, con guiones de Carlos Echevarría, una mezcla de ciencia ficción con tintes de horror, con el estilo que impusiera la película Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979). Esto tiene lugar en 1983. La última historieta de Auraleón publicada en Warren es “The ransom”, en Vampirella nº 112, en marzo de 1983. A partir de ese momento el autor abandona el mundo de la historieta, de nuevo sumido en sus problemas mentales.
 
Hemos preguntado a Beà, autor que animó a Auraleón a que hiciera sus propios guiones, sobre esta última etapa de su vida:
 
«Un día me lo encontré por la calle, cerca de Intermagen, arrastrando un carrito de la compra, y se alegró mucho de verme. Me dijo que estaba muy enfermo y que por este motivo había dejado la profesión. Ahora vivía con una mujer tarotista a la que quería mucho. Él se ocupaba de las cosas de la casa. Le dije que viniera a Intermagen, que le iba a dar un pequeño trabajo semanal en una revista de cómic infantil. Se mostró muy angustiado ante la propuesta, pensé que no lo volvería a ver más, pero al día siguiente apareció en la editorial. Estaba como intimidado: "No me acuerdo de dibujar", dijo. Le planteé dibujar un personaje semanal, para una página llamada “Monstruario”. Haz lo que te dé la gana, dije, bichos raros divertidos, ponles los objetos más estrafalarios que se te ocurran, el texto ya lo añadiré yo y del color ya se ocupará alguien de aquí.»[11]
 
Auraleón no volvió a dibujar. Tras un empeoramiento progresivo de su enfermedad, falleció en el Hospital Clinic de Barcelona el 24 de junio de 1993.
 
UNA PERSONA SOLITARIA
 
Existen pocos testimonios sobre Auraleón. Hombre reservado, el hecho de que no trabajara en el estudio de Selecciones Ilustradas condujo a que apenas mantuviera amistades con el resto de compañeros. «A mí lo que me gusta es dibujar, no me gustan las aglomeraciones ni mucha gente, salgo muy poco»[12]. No hemos obtenido ningún comentario negativo sobre su persona, aunque los profesionales lo admiraban y respetaban. Luis García nos comentaba
 
«Con Rafael Auraleón no tuve ninguna relación. En realidad, que yo sepa, no solía relacionarse con nadie. Cuando le hablaban, sonreía distante, pero con dulzura. [...] No conozco a nadie de SI, que fuese amigo de Auraleón; tenía serios problemas para comunicarse…»[13].

Sin duda, su predisposición a la depresión tuvo un papel determinante en este aislamiento, así como el alcoholismo, como nos recordaba  (en marzo de 2010) Manuel Domínguez Navarro, quien fue su amigo:

«Cené muchas veces en su piso de la calle Urgell, donde se suicidó, y lo que generalmente se achaca a sus "estados depresivos" era en realidad un alcoholismo reiterado que, en sus momentos de privación, le empujaba (por lo menos en una ocasión) hasta a beberse frascos de agua de colonia, y esto fue una afirmación propia.
Su "mujer tarotista", como la define Beà, se llamaba Herminia, era canaria, en efecto tenía pretensiones de bruja (pero era más un deseo que una realidad), y efectivamente, Rafael estaba muy enamorado de ella, y ella de él, pero ni eso pudo evitar que finalmente se suicidara
.
»

Es llamativo el número de dibujantes de aquella época que presentaron graves problemas psicológicos: Miguel Gómez Esteban, Antonio Romero, Miquel Fuster, Joaquín Blázquez... Reconocía el autor: «He estado muchos años mal, (fotut)[14], buscando el equilibrio, y esto se ha notado en mis dibujos. He pasado épocas malas en que no sabía si podría terminar una historia o siquiera una página. Quizá esto ha influido.»[15] Es posible que la progresiva distorsión de los rostros de sus personajes, de aspecto torturado en el caso de los hombres y mirada melancólica en las mujeres, tenga relación con la evolución, negativa, de su enfermedad. Tras el divorcio, «estuvo ingresado varias veces en clínicas de rehabilitación, y en una de ellas conoció a la que fue su compañera en los últimos años. Todavía realizó algunas historias para Warren, pero tuvo de nuevo problemas de depresión y dejó definitivamente el trabajo”[16], dice Miralles sobre el fin de su carrera profesional. Su familia achacaba su enfermedad al trabajo que desempeñaba, siempre rodeado de horror y muerte. El propio Auraleón bromeaba sobre el asunto:

«Recuerdo una vez que fui a un psiquiatra (bueno... je, je..., en realidad varias veces) y el hombre me dijo: "Así que dibuja. ¿Qué dibuja usted?" "Pues, verá..., terror, monstruos, asesinatos..." "Pero, ¡hombre de Dios!, no me extraña que se encuentre usted así. ¡Lo que tiene que hacer es dibujar flores y pajaritos, hombre!"»[17].
 
 
OBRA Y ESTILO
 
Al repasar la obra completa publicada de Auraleón se percibe la calidad de un gran artista. Inseguro al principio, clasicista en sus comienzos con el horror, dominador perfecto de la narrativa en su madurez y consciente de sus posibilidades al final de su carrera. Podemos distinguir varias influencias en su estilo, que se van aglutinando y superponiendo, pero siempre manteniendo unas características propias que hacen reconocibles sus trabajos al primer vistazo.
 
Poco podemos comentar de su primera etapa de producción para el mercado británico, por el desconocimiento de la misma en su totalidad, salvo lo ya escrito. Se aprecia una mejoría significativa del autor en todos los aspectos (figura, composición, narrativa, entintado) al comparar sus primeras historietas del Oeste y las de género bélico que realizara a finales de los años sesenta. Si se puede apreciar al inicio el influjo de Longarón, poco a poco y por contacto con el resto de compañeros el aspecto se uniformizará y comenzará a mostrar estilemas relacionados con la obra de Alberto Breccia, aunque quizás menos significativa que en otros autores de la época (como Alfonso Font). Auraleón reconocía su gusto por la obra de Alex Toth, y otros teóricos, como David Roach, han percibido semejanzas con los comic books americanos, en concreto con Joe Kubert.
 

Páginas de sus últimos trabajos para el mercado británico, donde ya existe una gran definición en el estilo y una gran profesionalidad en la terminación. (Imágenes tomadas del blog Deskartes Mil)

Su verdadero desarrollo comienza al iniciarse en la historieta de horror para Warren. El “estilo español”, el denominado new look por algunos teóricos[18], era un conjunto de características comunes a un grupo de autores que abordaron el dibujo de cómics de horror de manera singular, muy atractiva y aplaudida, pero que no dejó herederos ni continuadores. Como comenta Manuel Barrero[19], los rasgos principales de este estilo son los siguientes: 1. Habitualmente, una formación académica previa; 2. El uso de documentación fotográfica; 3. La adopción de técnicas típicas en las tendencias de los sesenta (pop, camp, op-art), y 4. Las transgresiones gráficas heredadas de autores como Breccia y Battaglia. Auraleón, sobre todo al principio, comparte todas y cada una de estas características. Ya en su primera historieta para Warren, “The Quaking Horror”, en Creepy nº 42 (noviembre de 1971), se aprecian los rasgos clásicos, todavía con una narración convencional aunque muy bien estructurada, haciendo un uso apreciable de la aguada. Su siguiente trabajo, en Eerie nº 37 (“The One Who Stole It From You!”), sigue sin mostrar aspectos del new look y comparte estilemas con el trabajo realizado habitualmente para las publicaciones de corte romántico británicas. Sin embargo, comienzan a aparecer los personajes característicos de su obra: protagonistas masculinos varoniles y apuestos (casi siempre todos ellos con la misma cara), mujeres rotundas, bellísimas, de mirada triste (casi siempre morenas y de ojos oscuros, aunque en este caso concreto sea rubia), personajes secundarios apocados y mediocres, también de aspecto triste; aquí cabe recordar un tipo de personaje muy frecuente en la obra de Auraleón, el señor de mediana edad con calvicie pronunciada, amplia frente y bigote, frecuente en casi todas sus historietas de este periodo.

Distintas muestras en las que se pueden observar los personajes y poses característicos de Auraleón.

La influencia de Breccia se puede ir apreciando progresivamente en la creación de rostros, de manos, de arrugas... predominando en esta primera etapa un uso de la aguada excepcional. Debemos prestar atención a la historieta “Eye Opener!”, aparecida en Vampirella nº 20 en octubre de 1972, puesto que da comienzo a una forma de trabajar que dominará la obra de Auraleón algún tiempo. Se trata del rayado y raspado de la página, forma de presentación del dibujo que usarán ampliamente los españoles, entre ellos quizás más significativamente Luis García. Beà comenta a este respecto:
 
«El estaba muy interesado por los aspectos técnicos que yo había empleado en Drácula, concretamente en lo relacionado con la iluminación. Creía que yo empleaba procedimientos muy complejos. Un día vino a mi estudio y le mostré todas aquellas esponjas, trapos, papeles parafinados, etc. No usó mucho estos elementos, sin embargo le encantó lo del raspado con cuchilla de afeitar (eso lo aprendió de otros colegas de SI, porque lo de la cuchilla fue un vicio. En ocasiones no sabíamos por qué la usábamos, siempre le daba atmósfera al asunto. También fue muy utilizada para cubrir defectos: todo lo malo se perdía en una bruma de arañazos). Controlaba muy bien la clásica aguada de tinta china a pincel. Ese toque era suyo.»[20]
 
Además, en esta historieta aparece la también típica anciana arrugada que se vería en futuros trabajos de Aura. Es en Vampirella nº 22, de marzo de 1973, el momento en que podemos hablar de un “estilo Auraleón” perfectamente establecido: personajes bien delimitados con plumilla, uso de referencias fotográficas que en ocasiones tienden al estatismo, distribución extensa de las manchas de tinta, narración medida y un uso extenso (y quizás abusivo) del rayado y el raspado. La influencia de Battaglia cada vez es más clara y se extenderá al menos dos años más.

Podemos ver un Auraleón en plenas facultades artísticas en la serie Pantha, de la que dibujó seis episodios entre enero de 1974 y agosto de 1975. Todas las características mencionadas se encuentran en ella, pero hacia finales de la serie notamos otro cambio en la forma de presentar la obra: los rostros (sobre todo masculinos o de personas de edad) se llenan de arrugas, parecen más atormentados, algunas veces de forma tan exagerada que parecen “estar en un estado de avanzada descomposición”[21].

El uso del rayado y la línea en Battaglia ("Totentanz"), el rayado y la línea de Auraleón ("Last lunch for rats!"). El uso de texturas en Battaglia ("El golem"), el uso de texturas en Auraleón ("Ground round").

Progresivamente Auraleón cambia su técnica de entintado, abandona la aguada y sustituye muchas veces las masas de negro por el rayado abusivo en lugar del pincel. Llega un momento, que podemos empezar a detectar en la historieta “The House on the Sea”, en Vampirella nº 41 (abril de 1975), en el que comienza a ponerse de manifiesto la influencia de Sergio Toppi, en esta ocasión en la forma de entintar, pero que más adelante influirá también en la composición y el retrato de los personajes.

Cambios en la forma de aplicar la tinta, que muestra semejanzas con el estilo maduro de Toppi. Páginas de "Colinas", de Toppi, y "The house on the sea", de Auraleón

El estilo del dibujante se simplifica en el resto de los trabajos realizados para Warren, con blancos y negros puros, con un tamaño mayor de las viñetas y un menor número de las mismas por página, con menos detalle en los fondos. No podemos obviar tampoco en esta época, segunda mitad de los setenta, la posible influencia de los autores valencianos en su trabajo, ya que se observan rasgos de los trabajos de Luis Bermejo o José Ortiz en la producción de Auraleón. 

El diseño de las figuras y la composición de página de Auraleón recuerda los experimentos gráficos de Toppi. Como muestras, páginas de "Luces", de Auraleón, en 1984 nº 58, y de "Preguntas" y "Sahrazad", de Toppi.

Hay que hacer un aparte con su producción en los años ochenta, al menos la que realiza directamente para Toutain, para el mercado español. Su única obra como guionista, la serie de relatos independientes que elabora para 1984, marca diferencias con el resto de su obra. Primero, por los temas tratados, cercanos a la fantasía y la ciencia ficción (evidentemente, en relación con la revista donde se estaban publicando), con trasfondo psicológico, en la línea de los trabajos “de autor” de principios de los ochenta. Segundo, por las nuevas influencias que se suman a su estilo. Asombra observar la semejanza de algunos de sus personajes y composiciones con las originales creaciones de Beà, en unos casos, y con Toppi, en otros. Y de nuevo se atreve con la aguada, con el dibujo a lápiz sin entintar, con composiciones arriesgadas. Es una característica que solo desarrolla aquí, ya que su último trabajo, la serie “Viaje al infierno”, publicada en Creepy, nos muestra de nuevo a un Auraleón más convencional centrado en su trabajo con la línea, sin efectismos.

En algunas historietas en las que Auraleón era el autor completo se observaba la influencia del Beà más disparatado, como puede comprobarse en la comparación entre una página de "Historias de taberna galáctica", de Beà, y "Tornillos", de Aura. A la derecha, página de "Viaje al infierno"

No tuvimos tiempo de comprobar cómo seguiría evolucionando el autor, la persona, el artista. No pudimos disfrutar de sus futuros proyectos de ilustración, de pintura... Nos dice Marcel Miralles: «Auraleón fue una persona excelente de trato siempre amable. Un artista, con inquietud y progresión profesional. Su dibujo tenía ese toque especial que lo hacía trascendente. Alguien que merece ser recordado.»[22] No podemos estar más de acuerdo.

NOTAS 

[1] Tal y como consta en el Registro Civil de Barcelona, con fecha 26-VI-1952, “traducción literal del acta original extendida en catalán”. Este documento ha sido localizado por Jaume Capdevila.
[2] BERENGUER, JOSÉ MARÍA: “Entrevista Auraleón”. Creepy Almanaque 1980, Toutain Editor, Barcelona 1979.
[3] BERENGUER, Op. Cit.
[4] Entrevista inédita realizada a Marcel Miralles en septiembre de 2009.
[5] Datos proporcionados por el teórico británico Steve Holland. Más datos sobre este tema en la entrada dedicada a Auraleón en el blog Deskartes Mil.
[6] Trabajos de esta índole los podemos apreciar en las publicaciones Comics (Pined / Ursus, 1972) en su nº 1 (“El último mohicano”, reeditado en el nº 8), Cowboy (Pined / Ursus 1972) en su nº 4 (“Hasta el último asesino”) y Suspense (Ursus, 1972) en sus números 4 (“Profesión: asesino”) y 9 (“El presidente”).
[7] La colección Aventura dedicó al menos los números 728 (22-II-1972), 760 (3-X-1972) y 770 (12-XII-1972) al Nosy Parker dibujado por Auraleón. Este material era suministrado a Novaro por SI, pudiéndose leer en la cuarta de cubiertas el copyright de SELECCIONES ILUSTRADAS ESPAÑA. Información proporcionada por Fernando Franco, coleccionista y creador del sitio web Kingdom.
[8] Entrevista citada.
[9] Entrevista citada.
[10] Un trabajo también en relación con el horror aunque fuera de las publicaciones del género es el realizado para la antología de relatos Vampiros, editada en 1974 por Editorial Panaeuropa, aunque a través de la agencia SI.
[11] Conversación mantenida con Beà por correo electrónico en marzo de 2010.
[12] BERENGUER, Op. Cit.
[13] Conversación mantenida con Luis García por correo electrónico en octubre de 2009.
[14] "Fotut" puede significar "enfermo", "hecho polvo", "depre"... Parece que en el contexto en que se usa indica una afectación psicológica más que física. El hecho de que se haya mantenido, entre paréntesis, la palabra en el texto original también parece orientar en esa dirección.
[15] BERENGUER, Op. Cit.
[16] Entrevista citada.
[17] BERENGUER, Op. Cit.
[18] Como David A. Roach en su artículo “La invasión española”, publicado originalmente en Comic Book Artist nº 4 y luego en el libro The Warren Companion, que ha sido traducido y adaptado en Tebeosfera y se halla disponible en línea.
[19] BARRERO, MANUEL. “Tebeos de horror españoles en los setenta”, Tebeosfera 2ª época, nº 5. Disponible en línea.
[20] Conversación citada.
[21] ROACH, DAVID A. “La invasión española”, Tebeosfera 2ª época, nº 5.
[22] Entrevista citada.
TEBEOAFINES
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Creación de la ficha (2010): Javier Alcázar. Con agradecimiento a J. Capdevila, J.M. Beà, L. García, M. Domínguez Navarro y M. Miralles
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JAVIER ALCÁZAR (2010): "Rafael Auraleón. Viñetas de horror y demencia", en Tebeosfera, segunda época , 5 (5-III-2010). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/rafael_auraleon._vinetas_de_horror_y_demencia.html