ZONA DE INTERSECCIÓN
Cuando el cómic y la filosofía confluyen
Nos damos cuenta de que en todo caso hemos salido del círculo banal del consumo y de la evasión, y hemos alcanzado casi el umbral de una meditación1.
Una intersección justificada
Igual que no hay más música que la que suena, no hay más filosofía que la que se formula. Es difícil aceptar que un pensar puro, sin imágenes ni palabras, pueda darse en el interior de nuestras cabezas, pero no lo es tanto admitir que el pensamiento está estructurado lingüísticamente y que, por tanto, solo será digno de consideración o de juicio en la medida en que se exponga, bien mediante palabras habladas o escritas, bien mediante imágenes, quién sabe si mediante sonidos2. La filosofía per se es un asunto lingüístico, requiere un medio de expresión y a la postre de comunicación3. Uno de los medios disponibles para la expresión de contenidos filosóficos es sin duda el cómic. La historia de la filosofía está plagada de imágenes, utilizadas a menudo para visualizar un problema. Los cerebros en una cubeta de Putnam, los cien táleros de Kant, el escarabajo de Wittgenstein, el asno de Buridán, la estatua de Condillac, el conejo de Quine… En algunos casos, las ilustraciones aportan cierta secuencialidad, como en la carrera de Aquiles y la tortuga propuesta por el eleata Zenón, la habitación china de Searle, la caverna de Platón, el barbero de Russell4. Desde la consideración del pensamiento condensado a través de imágenes hasta la aceptación de la validez del cómic como medio de expresión filosófica existe la distancia que media entre los más de veinticinco siglos de tradición filosófica occidental y el más de un siglo de funcionamiento regular de los cómics, con el conglomerado de causas y efectos intervinientes en ambos periodos. Factores como la progresiva alfabetización general de nuestras sociedades, la implantación de la escolarización obligatoria y el aumento de la postobligatoria influyeron en la enorme difusión de los tebeos en la primera mitad del s. XX, pero también afectaron, a partir de la segunda mitad, al empleo actual de los mismos para exponer contenidos no ficticios (periodismo, biografías, autoexpresión, ciencia…), entre los que se encuentra la filosofía. La mera constatación hoy en día de lo que el cómic permite ofrecer como medio de comunicación, unido a la observación de las diversas modalidades que encuentra la filosofía para manifestarse, confirma que es factible la intersección de ambas esferas, cada una desde su realidad cultural. A fin de cuentas, si Hegel decía algo así como que la filosofía es el tiempo atrapado en conceptos, nosotros podemos añadir que el cómic es el tiempo expresado en viñetas. Y a la altura de nuestro tiempo, a la filosofía y al cómic les es dado coincidir y en ocasiones lo hacen de un modo efectivo.
Representación visual de las alegorías de la caverna y de la línea dividida, de Platón (Kunzmann 1997: 40). |
Opción por el pluralismo
La cuestión que se plantea es la siguiente: ¿Cómo pueden confluir, si es el caso, filosofía y cómic? La pregunta solicita una perspectiva metafilosófica referida a una concepción de la filosofía capaz de aglutinar el lenguaje de los cómics en su seno. Pero también demanda una posición teórica que fundamente una comprensión de los cómics susceptible de alojar a la filosofía entre sus mimbres. Ambas desideratas se cruzan por fortuna en el reconocimiento de la naturaleza sígnica que es común a los cómics y a la filosofía. Tratamos en todo caso con signos, alfabéticos en un caso, icónicos en el otro; lo cual por cierto nos conduce a una percepción de la estética como urdimbre de esa zona de intersección entre las dos instancias. Si todo signo al cabo es una representación por ausencia de otra cosa, y toda representación es metafórica («Cuando por mi boca digo “Pasa un carro”, no es un carro lo que pasa por mi boca»), entonces todo lenguaje (sistema de signos) es por naturaleza metafórico. Y en cuestión de metáforas, cómo eludir la estética. Esta posición semiósica es coherente con el giro pragmático adoptado en nuestro entorno intelectual hace décadas, según el cual nos encontramos en un universo cultural amueblado por signos con los que tenemos que vérnoslas, interpretándolos, para hallar orientaciones y sentidos.
Se trata de un planteamiento que excluye el dualismo tradicional, tal y como lo estableció Platón, que afirmaría en nuestro caso que la relación entre el cómic y la filosofía es del tipo de la que se da entre los objetos sensibles y los objetos inteligibles. Sería este un enfoque fallido, no solo por la minusvaloración que de lo sensible (que aquí serían los cómics) estableció el filósofo ateniense, sino también —y especialmente— por esa especie de abismo que propugna el pensamiento platónico entre lo sensible y lo inteligible, el jorismós, una separación absoluta que niega la posibilidad de una zona de intersección entre ambos terrenos. Según ello, el cómic sería como el cuenco que recoge la leche (los contenidos filosóficos), unidos uno y otra accidentalmente, pero sin que en ningún caso lleguen a fundirse o a encontrar algún elemento común. Otro planteamiento, esta vez de matriz aristotélica, queda también excluido, a pesar de que puede parecer en principio más adecuado a nuestro asunto. Es el que procede del hilemorfismo. La materia en este enfoque la aportarían todos los elementos que intervienen en la configuración del cómic como medio, mientras que la forma correspondería a la filosofía per se. No es tampoco convincente, pues apela a un dualismo disfrazado que discierne entre lo material —el tebeo— y lo espiritual —la filosofía—, sustancial e indisolublemente unidos cuando converjan, aunque con la prevalencia del elemento inmaterial. En cualquier caso, es un planteamiento que se encuentra más cercano al que aquí postulo, que es aquel que considera que tanto el cómic (en su aspecto gráfico) como la filosofía son muestras específicas de lenguaje articulado, cada uno a su modo, y por tanto apela a la distinción entre significante y significado aplicable a todo signo. Son dos rostros inseparables, el significante y el significado, como lo son la cara y la cruz de una misma moneda, el haz y el envés de una hoja, la huella en la nieve o arena que remite al objeto que la imprimió. La significación, al cabo, depende de la interacción entre esas dos vertientes, más la que aporta el propio intérprete de los signos5. Desde este punto de vista, suena casi trivial afirmar que todo cómic es transmisor de valores e ideas, pues toda representación o toda imagen significante posee significado.
La diversificación que conlleva esta consideración de los signos, concebidos a manera de átomos y moléculas de lo simbólico, facilita una disolución del sustancialismo filosófico, a la vez que trae consigo una aceptación del pluralismo. Por otra parte, la concepción metafórica del lenguaje a que hago alusión es también disuasoria de cualquier posicionamiento dogmático desde la perspectiva del lector-espectador. De este modo, la aceptación de la pluralidad (o del discurso plural) en filosofía se puede enhebrar con la diversidad gráfica y discursiva que resulta inherente al cómic. Y es así que se obtiene ese aire disolvente, de disenso, liberador… que es común a la filosofía (en su función analítica) y al cómic6.
Ejemplo de humor gráfico con significación filosófica en sentido lato (Cathcart y Klein 2009: 51). |
Modos de intersección
La filosofía opera con significados universales y abstractos procedentes de sus respectivos significantes. El cómic, por su parte, elabora historietas, dibujos secuenciados que avivan diferentes significaciones. Una y otro constituyen dos vastas esferas que solo en ocasiones se intersecan. Cuando esto ocurre, desde un primer enfoque, que considera la filosofía como un acervo cultural y específico disponible por el cómic, encontramos en la zona común de la confluencia una especie de gradación en lo que concierne a la imbricación de ambos lenguajes. Según este planteamiento, la gradación referida se establece no solo en función de la presencia de elementos de dicho acervo en determinadas historietas, y del papel que tales elementos desempeñen en las mismas, sino sobre todo en función de la destreza con que ambos lenguajes, el de la filosofía y el del cómic, se entrelazan conformando un único discurso gráfico. Sin embargo, desde un segundo enfoque, encontramos en el cómic otros modos de servir como medio productor de discurso filosófico, solo que ahora interpretando el término ‘filosofía’ en un sentido más lato; un sentido que conecta ciertos intereses e interrogantes universalizables del autor —del dibujante— con los del lector y que no necesariamente deben ser manifestados o expresados en términos de estricta filosofía de tipo académico. En definitiva, es el resultado de la intersección lo que permite, en el primer caso, establecer diferentes grados de confluencia, o, en el segundo caso, diferentes estilos de interacción7.
En la relación que sigue, los cinco primeros apartados (grupo A) refieren una gradación de mayor a menor imbricación entre ambos lenguajes, concebida ahí la filosofía como una especialidad. Los apartados restantes (grupo B) presentan otros modos de confluencia entre el cómic y la filosofía, en los que esta se interpreta en un sentido muy amplio e inespecífico y entre los que no hay gradación. Una forma de diferenciar entre los dos enfoques consiste en observar que en el primer grupo me refiero a historietas (salvo en el caso de Pajak); en cambio, en el segundo grupo me centro más en autores. He añadido un tercer grupo (C) acerca de estudios filosóficos referidos a cómics. Queda claro que en conjunto se trata de una relación que no pretende ser exhaustiva, sino meramente indicativa de una forma de ordenar los diferentes modos de intersección entre ambas esferas. La nómina que expongo no pretende constituir una lista completa ni de títulos ni de autores al respecto. De igual modo, queda abierta la posibilidad de establecer otros criterios de ordenación de esta misma confluencia. El esquema que propongo es el siguiente:
A) Filosofía en sentido estricto. Relación (graduada) de historietas
A.1.⁃ Historietas en las que los lenguajes filosófico y gráfico se trenzan al unísono
A.2.⁃ Textos gráficos que se inscriben libremente en la zona de intersección
A.3.⁃ Versiones en cómic de textos filosóficos
A.4.⁃ Biografías dibujadas de filósofos
A.5.⁃ Exposición con viñetas de contenidos filosóficos
B) Filosofía en sentido lato. Relación (sin graduar) por autores
B.1.⁃ Autores que simpatizan abiertamente con la filosofía
B.2.⁃ Tiras de prensa
B.3.⁃ La antifilosofía de Jodorowsky
C) Estudios de filosofía y cómic
En mi ordenación he seguido el criterio de ceñirme a lo que hoy entendemos ostensivamente por filosofía (excepto en el segundo apartado del grupo B). De lo contrario, la inmensa lista resultante se saldría del enfoque limitado de este artículo. Hay multitud de historietas, exposiciones en lenguaje gráfico, biografías dibujadas o libros ilustrados que se centran en parcelas más específicas (o más vastas, según se mire) como son la vindicación feminista, el psicoanálisis, nuevas cosmovisiones, la antropología, el discurso político, los movimientos sociales… Me agrada pensar que el mismo esquema de ordenación que he seguido aquí respecto a la zona de intersección entre cómic y filosofía podría servir en su caso para enfocar la relación entre el cómic y otras áreas activas de consideración.
Finalmente, quedan fuera de la relación la infinidad de historietas —superheroicas o no—que presentan, de un modo u otro, ontologías alternativas, alusiones epistemológicas, actitudes éticas, ilusiones lógicas o alguna referencia filosófica, en general, tomada esta tanto en sentido estricto8 como amplio. La nómina sería inacabable. Ya hemos visto que las cadenas significantes no son maletas vacías, pues los significados acompañan inherentemente a toda representación. La filosofía forma parte de nuestro entorno mediático y de nuestra condición racional; presenta, por tanto, un carácter transversal que le permite estar presente en mayor o menor medida en infinidad de manifestaciones vitales, culturales y artísticas.
A) Filosofía en sentido estricto. Relación (graduada) de historietas
A.1.- Historietas en las que los lenguajes filosófico y gráfico se trenzan al unísono
• Logicómix, de A. Doxiadis, C. Papadimitriou, A. Papadatos y A. Di Nonna.
Logicómix puede ser considerado un paradigma de interrelación (o de plena ocupación de la zona de intersección) entre cómic y filosofía. Se trata de un tebeo que no se limita a exponer un capítulo de la historia de la filosofía de las matemáticas.
• Última lección en Gotinga, de Davide Osenda.
Algo parecido ocurre con Última lección en Gotinga. Con mucha menor extensión que en Logicómix, pero con la misma intensión, la gráfica de Osenda articula un cómic de marcada significación filosófica. Tampoco en este caso se trata de una mera exposición de un asunto matemático.
En Conversación de sombras, Max alude gráficamente al tetrafarmakón de los epicúreos ante un presentimiento de devastación. |
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• Cómics existenciales, de Corey Mohler.
Existential Comics es una página de internet del estadounidense Corey Mohler, en activo desde 2013, en la que publica webcomics. La editorial Stirner publicó en un tomo en 2017 una selección de las historietas allí publicadas. Es una muestra palpable de que la filosofía en sentido estricto es un recurso disponible por el cómic, en esta ocasión de manera humorística.
• Conversación de sombras en la Villa de los Papiros, de Max.
Conversación de sombras es un volumen firmado por Max que consta de tres apartados: I) Graco y Filodemo; II) Carta de Epicuro a Meneceo, y III) Dos cartas de Plinio el Joven a Tácito. Mientras que los dos últimos apartados ofrecen tres breves textos conservados de la Antigüedad clásica, el primero, el más amplio del libro, es una historieta escrita y dibujada por Max. Consiste en una conversación entre dos filósofos en los jardines de una villa a las afueras de Herculano momentos antes del estallido del Vesubio el 24 de agosto de año 79. La villa fue descubierta en 1750 y se hallaron en su interior semicarbonizados mil ochocientos rollos de papiro con textos principalmente de Epicuro y su escuela. Max representa en su historieta una verosímil conversación entre un filósofo epicúreo y un joven estudiante atemorizado. El primero conserva la confianza y serenidad propia de su escuela. El segundo presiente el horror que se avecina. En estas páginas, Max transmite lo esencial del epicureísmo, esa gran farmacopea filosófica. En otra ocasión, el historietista colaboró con Maite Larrauri ilustrando la colección de libros divulgativos Filosofía para profanos, de la que hablaremos después, uno de cuyos títulos está dedicado a Epicuro. A partir de determinado momento de su carrera, Max incorporó de un modo u otro la filosofía entre sus intereses gráficos, tal y como diremos más adelante.
A.2. Textos gráficos que se inscriben libremente en la zona de intersección
• La inmensa soledad; Manifiesto incierto 1 y 2, de Frédéric Pajak.
El propio Pajak se refiere a sus libros como “ensayos gráficos”, pues él mismo parece ser consciente de que son una rareza para los amantes de las taxonomías. Son una anomalía, en todo caso, instalada en esa zona de intersección tan específica que se da entre el pensamiento y la figuración gráfica. En La inmensa soledad el autor deambula por la ciudad de Turín con dos tremendos solitarios: Friedrich Nietzsche y Cesare Pavese. El libro contiene muchas sugerencias. En nuestro contexto, contribuye además al proceso de la aún necesaria desnazificación de Nietzsche. Por su parte, en Manifiesto incierto Pajak traslada sus reflexiones sobre el desarraigo a la figura de Walter Benjamin como figura central entre otras. De momento son ocho los volúmenes publicados del Manifiesto, del que Pajak afirma que su idea es hacer un libro que no acaba. En traducción española han salido por ahora los dos primeros tomos.
• Dios ha muerto, de Irkus M. Zeberio.
Nietzsche es probablemente el filósofo que mayor interés suscita entre los artistas, no solamente entre los plásticos. Así habló Zaratustra es una fuente repleta de imágenes: las que la obra contiene en sí misma y aquellas que le sugiere al lector. En Dios ha muerto, Zeberio realiza un ejercicio expresionista a partir de las impresiones que le produce el Zaratustra de Nietzsche. No dibuja la obra del filósofo alemán, sino que expresa una gráfica (inspirada en ella) que se ubica libremente en la zona de intersección a que nos referimos. “Dios ha muerto” es el aforismo nietzscheano más popular, capaz de provocar pese a su brevedad y sencillez un alud de reacciones. Zeberio evita en Dios ha muerto la representación de las metáforas que emplea Nietzsche y prefiere proponer él mismo sus propias metáforas visuales.
• El príncipe, de SmarterComics.
El tratado de Nicolás Maquiavelo titulado El Príncipe (1513, 1531) inauguró la filosofía política moderna, centrada en el poder y en los modos de conseguirlo, de ejercerlo y de mantenerlo. La obra supera el contexto histórico en que Maquiavelo la escribió y continúa vigente en espacios contemporáneos, como los partidos políticos o las empresas transnacionales, e incluso ámbitos más particulares. El equipo de SmarterComics publicó en 2011 una historieta homónima (The Prince) que combina fragmentos del texto de Maquiavelo, sobre todo títulos de capítulos de su libro, con un relato secuencial (“De poder, traición y venganza”, reza en la cubierta del tebeo) que transcurre en el presente. Esta circunstancia, unida al hecho de que en las secuencias predominan las elipsis, sitúa esta historieta en la zona de libre confluencia entre cómic y filosofía (política en este caso).
Inicio de una historieta de R. Crumb basada en un texto de Jean-Paul Sartre. |
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A.3.- Versiones en cómic de textos filosóficos
• “Náusea, by Jean-Paul Sartre. Resumen de un pasaje libremente adaptado” (A Klassic Komic, 1989), de R. Crumb9.
La gráfica de Crumb es uno de los grandes patrimonios del cómic. En esta ocasión se alía con Sartre por vía de La náusea (1938), novela filosófica del pensador francés. El pasaje dibujado por Crumb sirve para ilustrar la fase del existencialismo de Sartre anterior a su influyente conferencia de 1946, transcrita con el título El existencialismo es un humanismo.
• Diferentes versiones gráficas del Manifiesto del partido comunista, de Marx y Engels, entre las que se encuentran las correspondientes a Rodolfo Marcenaro; Rius (Eduardo del Río); Dani García-Nieto o Martin Rowson, cuyo título en todos estos casos queda reducido a Manifiesto Comunista.
• Apología de Sócrates, de Esperanza Manzanares y Esteban Navarro.
Manzanares traduce el texto homónimo de Platón y guioniza un cómic dibujado por Navarro en una versión de Apología de Sócrates de orientación claramente didáctica. Una prueba de ello es que el cómic está disponible también en griego clásico. La gráfica del tebeo confirma también los destinatarios en los que han pensado los autores, profesores de secundaria en ambos casos, a la hora de realizarlo.
• Los mangas de la colección La otra H.
La difusión pública que tiene el cómic en Japón (el manga) supera el marco de las demografías (segmentos de la población a quienes van dirigidos los diferentes tipos de manga). Una buena prueba de que allí tienen claro que se trata de un medio es la proliferación de mangas divulgativos, con fines de información, pero también de formación en diferentes campos o áreas de conocimiento. En 2007, la editorial tokiota East Press comenzó a publicar la serie Manga de Dokuha (“Leyendo a través de Manga”)10. Por su parte, la editorial Herder ha editado varios títulos de esa colección traducidos al español, de los cuales unos cuantos son versiones de obras filosóficas de importancia. La conversión a cómic (a manga) de esas obras no sigue un patrón fijo. Las versiones oscilan entre la ficción de unos personajes y una historia para reflejar el contenido esencial del título original (en el caso de Nietzsche), o la cuasi esquematización de una obra difícil de dramatizar (como la de Kant). En las versiones traducidas de Herder no figuran acreditados sus autores, pero hay una excepción en lo que se refiere a La muerte de Sócrates, de Jun Matsuura. Se trata de un encargo que la propia editorial Herder le propuso a Matsuura, autor de origen japonés y catalán. El mero título de este encargo denota que se trata de una excepción en la serie. Matsuura ha tenido la habilidad de construir un relato gráfico a partir de tres Diálogos de Platón: “Apología de Sócrates”, “Critón” y “Fedón”. El resultado está a la altura. Otros títulos de la colección son: Así habló Zaratustra (Nietzsche); Discurso del método (Descartes); Emilio (Rousseau); Meditaciones (Marco Aurelio); Crítica de la razón pura (Kant); Sobre la libertad (John Stuart Mill); La enfermedad mortal (Kierkegaard); El príncipe (Maquiavelo); El manifiesto cominista (Marx y Engels); El contrato social (Rousseau); El capital (Marx); El anticristo (Nietzsche).
Además de ser una biografía y un compendio de la filosofía de la Ilustración, Olympe de Gouges sintetiza los primeros años de la revolución francesa. | ||
A.4.- Biografías dibujadas
• Olympe de Gouges, de C. Muller (Catel) y J.-L. Bocquet.
Olympe de Gouges es el pseudónimo empleado por Marie Gouze (1748-1793), una femme de lettres del siglo de las luces que vivió y defendió la Revolución francesa, aunque su cuello acabó bajo la guillotina. Fue una adelantada del feminismo y de la oposición a la esclavitud. En 1791 publicó una Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, dos años después de que la Asamblea Nacional Constituyente francesa hubiese aprobado la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. El biomic de Catel y Bocquet tiene el valor añadido de que representa la nómina de les philosophes y su presencia real no solamente en los salones ilustrados del París dieciochesco. Por ejemplo, muestra la influencia contrapuesta de Voltaire y de Rousseau en el plano de las ideas y las actitudes. El apéndice biográfico del libro es de sumo interés.
• Nietzsche, de M. Onfray y M. Le Roy.
La fuente del guion de Onfray, filósofo de filiación nietzscheana, se encuentra en un mismo libro suyo de 2008: La inocencia del devenir: la vida de Friedrich Nietzsche. El cómic se inscribe en el proceso de recuperación y actualización del pensamiento de Nietzsche —proceso iniciado en gran parte en Francia durante los sesenta y setenta del siglo pasado—, que pasaba por la desnazificación del filósofo alemán, y lo sitúa en una perspectiva adecuada. Igualmente muestra el papel que desempeñó su hermana en la manipulación de sus escritos. No obstante, en el texto de la edición en español que conozco, de 2011, encontré tres gazapos de consideración, de no menor importancia. Nietzsche no fue nombrado en Basilea profesor de filosofía, sino de filología clásica. La ciudad que acoge el templo y santuario de la música wagneriana no es Beirut, sino Bayreut. Finalmente, el dios griego que sintetiza la propuesta vitalista de Nietzsche no es Dionisio, sino Dioniso (o Dionisos). Creo que hay que ser muy riguroso cuando se trata de divulgar vidas, acontecimientos e ideas realmente existentes. Por lo demás, Nietzsche, de Onfray y Le Roy, es una novela gráfica de interés.
• Sartre, de M. Ramadier y A. Depommier.
• Camus. Entre justicia y madre, de J. Lenzini y L. Gnoni.
Dada la plasticidad sugerida por los existencialistas franceses y por su entorno histórico y vital, se entiende la accesibilidad que presentan estos autores y su época (aunque Camus rechazaba que él fuese existencialista) para la figuración narrativa o el cómic. Tampoco son de extrañar las versiones gráficas de El extranjero y de El primer hombre, dos novelas de Camus (la segunda inacabada), realizadas ambas por Jacques Ferrandez11.
En el caso de Sartre – Una existencia, algunas libertades, Ramadier y Depommier presentan una biografía en lenguaje gráfico de Jean-Paul Sartre que cubre hasta el momento en que el filósofo renunció a recibir el Premio Nobel en 1964. El cómic destaca el importante papel desempeñado por Simone de Beauvoir en la vida de Sartre; tanto es así, que bien podría figurar el nombre de la filósofa y escritora en el título, junto al del filósofo y escritor. En el tebeo se representan importantes momentos de la vida del creador del psicoanálisis existencial, incluida la historia de su relación con Albert Camus y el motivo de su ruptura.
Dos versiones gráficas de un mismo acontecimiento, tomadas de las respectivas biografías dedicadas a Sartre y a Camus. | ||||
Esta ruptura también la recogen Lenzini y Gnoni en Camus. Entre justicia y madre, un cómic que tiene tan diferente factura respecto al anterior como dispares fueron las respectivas circunstancias, trayectorias y obras de Sartre y de Camus. De hecho, el discurso de aceptación del Premio Nobel por parte de Albert Camus es uno de los hilos conductores de tebeo. El título, Entre justicia y madre, sintetiza la posición intelectual del escritor francoargelino, a la vez que en el mismo cómic se representa el contexto de la famosa frase de Camus que fue tan tergiversada en su momento y lo sigue siendo ahora cuando se la descontextualiza.
• Marx. Una biografía dibujada, de C. Maier y A. Simon.
Karl Marx es otro filósofo querido por el mundo del cómic. El tebeo de Maier y Simon no se limita a la vida personal y familiar de Marx, sino que introduce algunas de sus nociones económicas y filosóficas fundamentales. Está escrito y dibujado con la misma simpatía formal a la vez que seriedad teórica con las que las autoras realizaron su otra biografía dibujada, Freud, también con elementos de la doctrina del personaje representado. En este contexto, no está de más recordar que Marx se doctoró con una tesis acerca de las diferencias entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y de Epicuro.
• Aristóteles. El deseo de saber, de Jordi Bayarri y Dani Seijas.
Esta pequeña biografía gráfica es uno de los números de la Colección científicos, de la editorial valenciana Anillo de Sirio. Tiene mérito confeccionar una introducción al estagirita en términos reconocibles por gente de poca edad con la disposición adecuada. Puede despertar la curiosidad o el asombro de quienes la disfruten, que es lo que según Aristóteles sirve para despertar el deseo de saber, indicado en el título de este tebeo.
Retratos de la violencia dedica un capítulo a Eichmann en Jerusalén, de Hannah Arendt, y su noción de La banalidad del mal. |
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A.5.- Exposición mediante viñetas de contenidos filosóficos
Este es el apartado con más referencias, debido quizá a la presencia de las asignaturas de filosofía en el currículo escolar, aunque debido también al interés que despierta actualmente la materia entre la población en general.
• Filosofía en viñetas, de F. M. Patton y K. Cannon.
Los autores proponen una introducción a la filosofía y a su historia de un modo temático y atractivo de la mano de Heráclito. Sirve como apoyo docente y también para refrescar contenidos.
• Filosofía para ser feliz, de J.-P. Thivet, J. Vermer y A.-L. Combeaud.
Más o menos desde la última década del siglo pasado, la conquista de la felicidad se ha convertido en el señuelo que usan los libros de autoayuda. Pero antes que eso, la felicidad fue concebida como uno de los modos de indicar cuál es el bien al que propenden nuestras acciones y, bajo distintas apariencias, recorre toda la historia de la filosofía práctica. En principio, Filosofía para ser feliz recoge las posiciones al respecto de diez filósofos: Platón, Epicuro, Séneca, Montaigne, Pascal, Descartes, Kant, Bentham, Schopenhauer y Nietzsche, y lo hace en esa clave graciosa y amable tan común en el cómic francés. La selección de pensadores elegidos para la ocasión es tan caprichosa como corresponde a toda selección subjetiva. Sorprende sin embargo que, dado el título del libro, no haya un capítulo dedicado a Aristóteles.
• Retratos de la violencia. Una historia ilustrada del pensamiento radical, escrita por B. Evans y S. M. Wilson e ilustrada por Inko, C. Thompson, R. Brown, C. Mackenzie, M. Morikawa y Y. Quach.
El libro pertenece a la colección La palabra ilustrada, de la editorial Akal, cuyos títulos presentan cuestiones o temas de vigente interés político y social. Retratos de la violencia reúne lo esencial de la obra de diez intelectuales que configuran sendas versiones de la disidencia: Brad Evans, Hannah Arendt, Frantz Fanon, Paulo Freire, Michael Foucault, Edwuard Said, Susan Sontag, Noam Chomsky, Judith Butler, Giorgio Agamben. Cada uno de los capítulos representa gráficamente al pensador respectivo y el contexto de su doctrina (por llamarla así). En consonancia con la variedad de ilustradores que intervienen en la obra, la diversidad gráfica de la misma es llamativa. El formato de historieta común a todos los capítulos no significa que se trate realmente de un libro de historietas, pero demuestra la validez del formato para presentar contenidos para nada ficticios.
• Felinus. Una historia de la filosofía, de S. Sánchez y M. García.
El profesor Silverio Sánchez, formado en el entorno de Gustavo Bueno, de indudable valía intelectual, acomete con la dibujante Mila García un proyecto de historia de la filosofía que resulte válido tanto para estudiantes de Bachillerato como para el público en general, lo cual es una exigencia de doble calado. De momento ha salido el primer tomo, dedicado a la filosofía antigua. Las doctrinas de los presocráticos, los sofistas y Sócrates, Platón, Aristóteles, las filosofías del helenismo, además de noticias de Roma y de las filosofías orientales componen el grueso de una obra mucho más compleja en su concepción y configuración formal que lo que estas líneas puedan sugerir. El rigor característico de la Escuela de Filosofía de Oviedo se manifiesta en este cómic plagado de inteligentes gatos.
• El planeta de los sabios, de J. Berjeaut y C. Pépin.
Un desfile de filósofos de todos los tiempos, en el que el humor consustancial a los orígenes del cómic se entrelaza con el análisis riguroso en la exposición, marca el ritmo de esta obra cuyo título original completo es La planète des sages: Encyclopédie mondiale des philosophes et des philosophies. No es un manual de filosofía, sino un tebeo de contenido procedente de la historia del pensamiento y de sus protagonistas, con una gráfica en ocasiones de tira cómica.
• Epicuro el sabio, de S. Kieth y W. Messner-Loebs.
La característica de este cómic es que no es fiel a los hechos; por ejemplo, dibuja una conversación entre Epicuro y Platón o un encuentro entre el filósofo hedonista y Alejandro Magno de niño. No obstante, ofrece información para los que quieran acercarse a la filosofía y cultura griegas. Fue un producto de DC Comics.
• Pienso, luego dibujo, de T. Cathcart y D. Klein.
Los autores de Aristóteles y un armadillo van a la capital, de Platón y un ornitorrinco entran en un bar, y de Heidegger y un hipotótamo van al cielo acaban de publicar Pienso, luego dibujo. Es una recopilación de dieciocho cuestiones filosóficas presentadas cada una a través de un chiste gráfico procedente de un dibujante diferente. Con la falta de solemnidad característica de estos autores en sus anteriores títulos, a la vez que con la solvencia correspondiente a su formación académica, Pienso, luego dibujo pretende ser fiel a su subtítulo: La filosofía explicada a través del humor gráfico.
• Filosofía continental: una guía ilustrada, de C. Kul-Want y Piero.
Tal como sugiere el título, no es un cómic. Sin embargo, es una buena presentación, visualmente atractiva, de los filósofos continentales. La denominación corresponde a una dicotomía que distingue dos tradiciones, dos maneras muy diferenciadas de considerar la filosofía, con sus correspondientes estilos y áreas de investigación12. Mientras la filosofía analítica se desarrolló sobre todo en el mundo anglosajón, la filosofía continental, como su nombre indica, es propia del continente europeo. La distinción tiene raíces seculares y no es meramente geográfica.
Una página de Derrida para principiantes que sigue el juego derridiano de ‘la diferencia’ (différance/différence) aplicado a influenza/influencia. |
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• Colección Filosofía para profanos.
La colaboración entre la profesora de filosofía Maite Larrauri y el dibujante Max dio lugar a unos libros ilustrados que muestran el valor de la filosofía como portadora de sentido para orientar la vida de los que se acerquen a ella. No se trata de exposiciones de filosofía académica para especialistas, sino, remedando el lenguaje de Kant, de una filosofía en sentido mundano que conecta con los intereses (y con el deseo) de cualquier humano. Los títulos de la colección dan cuenta de estos intereses: El deseo según Gilles Deleuze; La sexualidad según Michel Foucault; La libertad según Hannah Arendt; La guerra según Simone Weil; La felicidad según Spinoza; La potencia según Nietzsche; La amistad según Epicuro; El ejercicio según Marco Aurelio; La educación según John Dewey, y La creación según Bergson.
• Colección Filosofía ilustrada.
Esta vez la editorial Herder publica en nuestro idioma cinco títulos de la serie Philosophie für Einsteiger, de la editorial alemana Wilhelm Fink. La traducción al español del nombre de la serie es Filosofía pata principiantes, por lo que es de suponer que, para evitar conflictos con la anterior, Herder ha elegido un nombre distinto para esta colección. Los cinco títulos publicados son: Karl Marx, de Ansgar Lorenz y Reiner Ruffing; Immanuel Kant, de Heiner F. Klemme y Ansgar Lorenz; Ética animal, de Julia Kockel y Oliver Hahn; Judith Butler, de René Lépine y Ansgar Lorenz, y Friedrich Nietzsche, de Ansgar Lorenz y Reiner Ruffing.
• Colección Para principiantes.
Es una serie de libros divulgativos que combinan cápsulas de texto con historieta o con simple ilustración. La editorial Era Naciente presenta estos libros con la leyenda “Documentales Ilustrados”, la cual se ajusta bien a sus respectivos contenido y formato. Lo mejor que se puede decir de la colección es que, por un lado, no banaliza en absoluto los asuntos tratados, mientras que por otro lado la diversidad o heterogeneidad gráfica presente en sus páginas ameniza su lectura y contemplación. Varios de los títulos de Para principiantes son de filosofía estricta: Aristóteles; Martin Buber; Zizek; Maquiavelo; Sartre; Posmodernismo; Nietzsche; Wittgenstein; Derrida; Kant; Lévi-Strauss; Camus; Michel Foucault; Antroposofía; Mente y cerebro; Heidegger; Descartes; Simone de Beauvoir; Marx; Walter Benjamin; Umberto Eco; Gilles Deleuze; Jean Baudrillard; Existencialismo; Hegel; Rousseau; Schopenhauer; Bertrand Russell; Spinoza; Epistemología; Estética; Kierkegaard.
• Colección Los pequeños Platones.
Les Petits Platons es una editorial francesa que publica libros ilustrados a manera de cuentos “para niños y adultos”. No son obras gráficas propiamente hablando, y por tanto no suelen aparecer en los registros de cómic o BD. Sin embargo, su calidad conceptual y artística, más el hecho de que a fin de cuentas combinan textos de estricta filosofía inmersos en espaciosas imágenes, me ha llevado a incluirlos en esta relación. La editorial Errata Naturae ha publicado la traducción española de algunos de los títulos de Les Petits Platons: El filósofo-perro frente al sabio Platón, de Yan Marchand y Vincent Sorel; Las cien vidas del filósofo Sócrates, de Yan Marchand y Yann Le Bras; El genio maligno del señor Descartes, de Jean Paul Mongin y François Schwoebel; El fantasma de Karl Marx, de Ronan de Calan y Donatien Mary; Un día loco en la vida del profesor Kant, de Jean Paul Mongin y Laurent Moreau; ¿Por qué tienen nombre las cosas?, de Jean Paul Mongin y Junko Shibuya.
La referencia de Sfar a la mayéutica refuerza el talante socrático de su ironía ilustrada. |
B) Filosofía en sentido lato. Relación (sin graduar) por autores
B.1.- Autores que simpatizan abiertamente con la filosofía
• El interés de Max por la filosofía, presente de manera directa en Conversación de sombras en la Villa de los Papiros y en Filosofía para profanos, tiene raíces tempranas en su producción. Ya en 1976 publicó en colaboración con Mir (F. de P. Mir Maluquer) unos dibujos e historietas sobre El Capital, libro primero, de K. Marx. Con El prolongado sueño del sr. T. (1998), Max dio un giro —reflexivo por así decir— a su producción que se consolidó, por lo que aquí nos interesa en el cambio de siglo, cuando el historietista catalán comenzó su colaboración con Maite Larrauri y en 2001 apareció publicado El deseo según Gilles Deleuze. Por esa misma época Max inició su serie sobre Bardín, que culminó en 2006 con Bardín el Superrealista, en la que la ironía aparece incluso a través de alguna broma metafísica. Después de esta obra, y a partir de Vapor (2012), la vis filosófica y metafísica de Max se manifiesta a través de un despojamiento progresivo, formal y estilístico, gráfico y narrativo, caracterizado por una simplicidad en los trazos y en unas viñetas que aparecen, sin embargo, cargadas de significado. Es lo que se aprecia en Conversación de sombras (2013) o en Paseo astral (2013), especialmente, hasta llegar a Rey Carbón (2018), su último tebeo en busca de la esencialidad. Los mapas conceptuales al respecto de esta obra publicados por Max en su blog (de título poslacaniano: “El hombre duerme, el fantasma no”), unidos al “Mapa mental de Bardín”, o al “Mapa del pasmo” de Oliver Veek (A Map of Atonishment) con que comienza Pasmados —la colección de dibujos de Max publicada en 2016— ponen de relieve que esa esencialidad que persigue el autor y que se traduce en la simplicidad aparente de su trazo no equivale a un espontaneísmo carente de planteamiento intelectual. Concluiríamos diciendo que el arte gráfico de Max ha progresado simplificándose, pero ganando a la vez en densidad.
• La familiaridad de Joann Sfar con la filosofía en sentido estricto es la que corresponde a un egresado en la materia por la Facultad de Niza, como es su caso. Dicha familiaridad se traduce en la producción del historietista francés de diversas maneras. La petite bibliotèque philosophique de Joann Sfar es una serie de volúmenes en la que el autor combina textos clásicos con dibujos suyos y de la que hasta ahora han aparecido dos títulos: Le banquet, de Platón (2002) y Candide, de Voltaire (2003). Pero de un modo más inespecífico, o en sentido más amplio, la filosofía está presente en yo diría que todas las historietas de Sfar y no solo en algunos de sus títulos, como Le plus Grand Philosophe de France, Sócrates, El siglo de las luces o La Filosofía en la bañera (de hecho, estos son los títulos respectivos de historietas en el más puro sentido de la palabra y sin cultismos, en los que el erotismo forma parte importante de algunos de los relatos). Es la de Sfar una concepción de la existencia humana y de la vida en común absolutamente acorde con los ideales de la Ilustración, los característicos de la modernidad, plasmados en la Revolución francesa. Los valores republicanos están presentes en las historietas de este autor tan prolífico, conocido especialmente por su serie El gato del rabino. Es la misma filosofía en favor de la tolerancia que Sfar manifiesta en Si Dios existe, décimo volumen de la serie Les Carnets de Joann Sfar, una especie de diarios dibujados, de la que hay trece volúmenes publicados. El autor no dice, pero muestra que la laicité es el cuarto valor republicano, tan irrenunciable como los otros tres que aparecen inscritos en el anverso de las monedas francesas de uno y dos euros.
• El interés por la filosofía en sentido amplio suele expresarse por la vía de la filosofía práctica en sus dos versiones fundamentales, ética y política, tal y como se encuentra diluido en las historietas de Sfar. Miguel Brieva es otro buen exponente de esta vía, aunque de un modo más militante. De hecho —y de un modo general—, el espacio de la representación de este autor se caracteriza a menudo por estar teñido de filosofía.
Unas veces, en volúmenes como Dinero, Bienvenido al mundo o La gran aventura humana, Brieva recurre a la filosofía establecida como si de un juego de lenguaje se tratara, lo que le permite incluir referencias, nombres de autores, términos específicos —junto a textos propios, aforismos, eslóganes mediáticos, cualquier otro tipo de cadena significante— en el contexto de un humorismo gráfico compuesto de viñetas, ilustraciones y tiras de cómic, un contexto cuya coherencia se la proporciona la mordacidad en su crítica del consumismo ciego y del capitalismo voraz. Estas composiciones gráficas de Brieva están ordenadas y orientadas en un sentido configurador de una agenda en la que entrarían seguramente el anticapitalismo y el decrecimiento, la cooperación, el cuidado mutuo y de sí, el respeto a la naturaleza, la democracia directa, la renta básica, la cultura compartida... En otras ocasiones, como en Lo que me está pasando, la crítica de Brieva apunta más a la filosofía existencial que aísla al individuo impidiéndole encontrarse con los otros. En esta novela gráfica, la filosofía opera más como subtexto. Hay en Brieva una dialéctica omnipresente entre filosofía existencial y filosofía política; una dialéctica que no es de ahora, sino que está inscrita en la tradición desde los albores del pensamiento político. Entre las fuentes intelectuales y morales de Miguel Brieva se encuentran filósofos como Agustín García Calvo, Santiago Alba Rico o Carlos Fernández Liria. El dibujante sevillano conecta estas (y otras) fuentes con el humor gráfico que está en los orígenes de la historieta.
Primera tira de la serie Peanuts, de Charles M. Schulz, publicada el 2 de octubre de 1950. |
B.2.- Tiras de prensa
Las comic strips alojadas en diarios o en dominicales no parecen ser un lugar idóneo para abundar en referencias filosóficas de manual. Sin embargo, ofrecen la posibilidad de que sus dibujantes expresen a través de sus personajes concepciones del mundo y de la vida que invitan a la reflexión del lector, lo cual justifica la inclusión de algunas de ellas en este grupo. En realidad, también los chistes gráficos (de una sola viñeta) que aparecen en la prensa diaria, igual que el humor abstracto de Altan o de Copi, los franceses Lauzier, Reiser, o Bretécher, el estadounidense Jules Feiffer, Bill Watterson y su tira Calvin & Hobbes, y tantísimos otros, expresan a menudo diferentes filosofías en el sentido lato del término, pero el propósito de esta relación no es ensanchar tanto el uso de la palabra ‘filosofía’ hasta el extremo de que abarque prácticamente cualquier manifestación gráfica.
• Durante la segunda mitad del siglo XX, un periodo coincidente con el establecimiento de la denominada mayoría de edad del cómic (lo que guarda relación con su efectiva exposición de contenidos no ficticios), estuvo en activo la serie Peanuts (1950-2000), de Charles M. Schulz. Probablemente fue Umberto Eco quien llamó la atención, en el capítulo titulado “El mundo de Charlie Brown” de su influyente libro de 196413, acerca de la validez intelectual y crítica de esta serie de tiras cómicas, mayoritariamente de cuatro viñetas. Eco destacó el efecto poético de las mismas al permitir que los adultos reencuentren en la expresión de los niños de la serie (incluido el perro Snoopy) los problemas y congojas de su vida alienada: «En este sentido, Schulz es un Herriman que se acerca al filón crítico y social de un Feiffer14». Lo que los personajes de estas tiras manifiestan son ciertas actitudes psicológicas que responden a las exigencias e inevitables frustraciones de un american way of life que trasciende sus fronteras al ritmo de la extensión del capitalismo de libre mercado. Eco llega a afirmar de Snoopy que es el contrapunto que conduce a la última frontera metafísica las neurosis de adaptación fracasada15. Es una caricatura reconocible.
Ahora bien, aunque es innegable la función en cierto modo liberadora propiciada por las tiras de Schulz, el éxito de la serie radica en la universalidad de la misma: «En Schulz no hay antinomia entre historieta intelectual e historieta popular; o entre público adulto y público infantil. Encontró un lenguaje que todos entienden. Cada tira es una partícula de sentido, que se enriquece con las anteriores y con las futuras»16. Es seguramente su carácter de caricatura reconocible por todos, unida al hecho de que al leerla se activa nuestro asombro y por ende nuestra capacidad de pensar, lo que justifica la presencia de Charlie Brown y compañía en esta relación.
Suficientemente revelador aquí es el comienzo del artículo que Lombilla dedica al popular personaje de Quino (Joaquín Lavado): «Parménides, Heráclito, Sócrates, Platón, Aristóteles, Séneca, Tomás Moro, René Descartes, Kant, Bergson, Ortega y Gasset, Mafalda… la historia ha engendrado una extensa lista de filósofos…»17 En nuestro entorno hispanohablante, Mafalda es sin duda el personaje de cómic más representado en los manuales de filosofía y de ética de educación secundaria (y tal vez primaria). Es la suya la expresión de una filosofía en sentido lato que sirve para ilustrar el ideario de valores universales (justicia, paz, amor…) que propugnaron con fuerza tantos jóvenes de la generación de posguerra que floreció en los años sesenta del siglo pasado (lo cierto es que Quino es un poco anterior, nació en 1932). De hecho, la serie del dibujante argentino funcionó de manera regular entre 1964 y 1973. Del vasto corpus de viñetas recopiladas del personaje se ha llegado a extraer la colección de ocho números titulada La pequeña filosofía de Mafalda. También el enlace: Mafalda, la pequeña filósofa (2ª parte) da cuenta de la popularidad de que goza esta niña en relación con la expresión de valores filosóficos.
• Maitena no es el nombre de una tira ni un personaje de cómic, sino la firma de Maitena Inés Burundarena, dibujante argentina de historieta y humor gráfico. Se la reconoció a raíz de Mujeres alteradas, cuya continuación sería Curvas peligrosas. Entremedias se encuentran los chistes gráficos de Superadas.
En realidad, no tengo muy clara la presencia de Maitena en esta relación. Su gráfica se encuentra más próxima a la ilustración humorística que al arte secuencial, pero eso es lo de menos en este contexto. El asunto es que resultaría quizá sugestivo considerar a las mujeres representadas por Maitena como hijas de Carlitos (Charlie Brown) y Mafalda, pero no sé hasta qué punto resulta acertada esta especulación. Las cuestiones de género se encuentran entreveradas con las cuestiones de clase, y no sé si Maitena ha resuelto esa confrontación… y menos aún quienes contemplan sus historietas. Porque, a fin de cuentas, aunque la caricatura pretenda englobar una generalidad de sujetos representados, a menudo sucede que se limita a unos cuantos tipos particulares… lo cual no obsta para que pueda suscitar la reflexión. En cuanto a representación de actitudes, es innegable la capacidad de Maitena. Y bueno, a su manera, desarrolla una de las vías que remiten a Núria Pompèia.
La loca del Sacré-Coeur, de Jodorowsky y Moebius. |
B.3.- La antifilosofía de Jodorowsky
Alejandro Jodorowsky, aquí considerado en su faceta de guionista de cómic, ha tenido la fortuna de colaborar con grandes dibujantes como Moebius (por ejemplo en Los ojos del gato, 1978; en El Incal, 1981-1989 o en El corazón coronado, 1992-1998) o Juan Giménez ( La casta de los Metabarones, 1992-2002). Sin negar ciertos valores a su prosa, el discurso de Jodorowsky oscila entre la pseudofilosofía del discurso psicoesotérico presente en El Incal, con su misticismo presentado como gnosis, y la más declarada antifilosofía de El corazón coronado. La épica trágica de La casta de los metabarones se mueve por otros derroteros fantásticos, aunque sin abandonar del todo el aire y los tópicos característicos del escritor chileno, entre los que el autor alude ahí, sin nombrarla, a la filosofía transhumanista.
La inclusión de Jodorowsy en esta relación se debe a la antifilosofía explícita que el autor manifiesta en el guion de El corazón coronado, una trilogía formada por La loca del Sacré-Coeur (1992); La trampa de lo irracional (1993), y El loco de La Sorbona (1998). El protagonista principal de El corazón coronado es Alain Mangel, un catedrático de filosofía de La Sorbona. Está especializado en Husserl, Heidegger, Levinas… fenomenología y existencialismo: pura filosofía académica. En el primer título de la trilogía vemos al comienzo las aulas de la clásica universidad parisiense y el mundillo estudiantil que asiste a las clases del profesor de moda. El caso es que Jodorowsky, a través de un guion no tan irreal o fantástico como en otros títulos suyos, aunque igual de alucinado, se burla en El corazón coronado de la solemnidad académica de la filosofía profesional sometiendo al personaje que la representa, el profesor Mangel, a una sucesión disparatada de situaciones y eventos que al menos mueven a risa. Pero el utillaje ideológico, por así decir, que Jodorowsky emplea para oponerse al intelectualismo y su cosmovisión racionalista, frente al vitalismo, es esa amalgama pseudofilosófica tan propia del autor, abiertamente vestida de misticismo en esta ocasión, aunque sin dejar de lado en el guion la ironía y la burla al respecto de la misma religión. El corazón coronado es un tebeo que como entretenimiento funciona muy bien.
La antifilosofía de Jodorowsky se inscribe en el periodo histórico en que afloró la contracultura. Es una especie de amalgama del complejo intelectual, pero sobre todo vital, que Luis Racionero recogió en su libro Filosofías del underground18. Igual que a Paulo Coelho, el tiempo ubicará en su lugar a Alejandro Jodorowsky, alias Jodo.
Jun Matsuura recrea en La muerte de Sócrates el proceso y condena del filósofo ateniense a partir de tres textos de Platón. |
C) Estudios de filosofía y cómic
• Es revelador observar el estudio que el doctor Gracia Lana dedica a la producción de tesis doctorales acerca del cómic y el humor gráfico en España durante dos decenios recientes19. De las 117 tesis leídas y defendidas en el periodo 1996-2016 que cubre el estudio, ninguna de ellas está directamente adscrita a Filosofía y solo dos a Humanidades. Es un hecho incontrovertible. La atención o el interés de los miembros de la comunidad filosófica universitaria, al menos en nuestro país, son ajenos a la realidad del cómic20. Un análisis de las causas que inciden en este fenómeno daría oportunidad para muchos estudios jugosos, pero aquí me limito a apuntar el dato.
• Pero fuera de la Universidad tampoco se encuentran en nuestro idioma apenas producciones intelectuales ubicadas en la zona de intersección entre el cómic y la filosofía. Hace una década aparecieron en nuestras librerías un par de títulos al respecto: Los Simpson y la filosofía (2009), de W. Irwin, M. T. Conard y A. J. Skoble (eds.) y Los superhéroes y la filosofía (2010), de Tom Morris y Matt Morris (eds.). Se trata de la traducción española de dos títulos de la serie Popular Culture & Philosophy, de la editorial estadounidense Open Court Publishing Company. Son volúmenes colectivos compuestos por artículos (papers) escritos por profesores universitarios y otros expertos a la vez en filosofía y en la materia indicada en cada título del libro, siempre procedente de la cultura popular (series de televisión, películas de cine, cineastas, novelas, músicos de rock, juegos, etc.). De los ciento treinta títulos de Popular Culture & Philosophy, y sin contar los dedicados a las series de dibujos animados, solo siete están dedicados al cómic: Superheroes & Philosophy, Supervillans & Philosophy, Manga & Philosophy, Batman-Superman & Philosophy, Peanuts & Philosophy, Neil Gaiman & Philosophy y The Walking Dead & Philosophy (si bien este último trasciende el mundo del cómic). Cada materia tratada en los respectivos títulos es considerada desde diferentes ramas de la filosofía: epistemología, ética, ontología, lógica… Es así una iniciativa que permite la expresión y la divulgación de la filosofía en sentido estricto o académico, pero sin la solemnidad con que tradicionalmente se revestía su exposición21. Y es otra forma de recurrir a la disponibilidad del cómic como medio para la filosofía; en este caso, para suscitar la escritura filosófica. No obstante, el enfoque mainstream de los títulos considerados en la serie se extiende a menudo al enfoque desde el que los respectivos autores exponen sus análisis y sus argumentos filosóficos.
• En el ámbito de la francofonía encontramos Tintin au pays des philosophes (2010), de Sven Ortoli (coord.), publicado por Moulinsart (Philosophie Magazine) Es un volumen colectivo en el que diversos filósofos como Michel Serres, Pascal Bruckner, Serge Tisseron, Daniel Sibony, Philippe Delisle y otros se basan en aspectos y trazos de los álbumes del personaje de Hergé para presentar cuestiones referidas a la moralidad, la política, el ser humano, la razón, la risa o el arte. Igual que ocurre con cualquier ensayo instalado en nuestra zona de intersección, este trabajo no solo ofrece nuevas vías para acceder al panorama de la filosofía, sino que también facilita nuevas visiones acerca de las historietas que sirven de apoyo al discurso del comentador respectivo.
• Una combinación de filósofos y superhéroes destinada a la educación en valores desde la infancia la proporciona José Carlos Ruiz en su libro De Platón a Batman. Manual para educar con sabiduría y valores (2017). Es otra muestra de la fructífera intersección entre cómic y filosofía, valiosa en este caso tanto para los destinatarios de su contenido como para los formadores, entre los que se incluye el propio autor.
• Rastreando en internet se pueden encontrar algunas referencias sobre cómic y filosofía, pero tampoco demasiadas; por ejemplo, Quino: del mundo del cómic al mundo de la filosofía, de J. Aguirre y N. L. Villamizar. Es un artículo que analiza la obra de Quino, especialmente las tiras de Mafalda, con utillaje intelectual procedente, entre otros, de Adorno y Horkheimer (Dialéctica de la Ilustración, Crítica de la razón instrumental) y en términos del contraste alienación-emancipación. Proporciona información bibliográfica sobre cómic y filosofía.
• Otra referencia, esta muy reciente, que encontramos en la red es ¿Tiene cabida el justiciero en las sociedades democráticas? Una respuesta desde el mundo del cómic, de Francisco Fandos Marí. El cómic de superhéroes es para el autor una fuente inspiradora del análisis filosófico centrado en cuestiones de filosofía práctica, tal como el mismo Fandos reitera en otro artículo en este número de la revista Tebeosfera.
• La didáctica de la filosofía y de su historia mediante el cómic como recurso tampoco se encuentra demasiado desarrollada, ni en la red ni fuera de ella. Un par de referencias al respecto en internet son las siguientes. Por un lado, la propuesta Filocómic. Textos filosóficos en viñetas, coordinada por Eva Garea Traba. Por otro lado, Cómic y filosofía, de Silvia Ortega González. En ambos casos, se cubre un asunto tan olvidado como es el de la utilidad del lenguaje gráfico para la enseñanza y el aprendizaje filosóficos, si bien esto es materia para un estudio diferenciado.
• Terminaré señalando que, en mi opinión, la escasez de estudios ubicados en la zona de intersección considerada en el presente artículo es bien comprensible. Si son pocos los lectores y escritores de filosofía, y tampoco son tantos los que entienden el cómic como materia de estudio, menor todavía será la confluencia entre ambas actividades. El asunto invita a plantearse la realidad, tanto de los cómics como de la filosofía misma.
Conclusión
El estatuto epistemológico que ocupa hoy en día la filosofía entre las ramas del saber dista mucho del que disfrutó en otras épocas. Dicha posición se refleja en la organización de las facultades y departamentos en una institución, la Universidad actual, ordenada bajo los criterios de la nuda formación profesional. Sin embargo, quizás como nunca (salvo acaso en la Antigüedad clásica), y tal vez como contrapartida, la filosofía en el sentido específico aquí referido se encuentra extendida en mayor o menor grado entre la población de nuestro entorno cultural22. La escolarización generalizada, más la difusión y transmisión de contenidos cognitivos en el presente —un tanto a la manera de los memes culturales de Richard Dawkins23— tiene mucho que ver con el alcance de la distribución de contenidos filosóficos por diferentes medios, siquiera por referencia. Este hecho se refleja en la creación y en la recepción de cómics (y de otras formas culturales), en la medida en que la formación tanto de los autores como de los lectores influye en la realidad del medio. La mera inclusión de asignaturas de filosofía en los currículos de educación secundaria conlleva unos efectos visibles en la producción de historietas e ilustraciones relacionadas con la materia; una producción que, al cabo, puede servir como herramienta didáctica para la formación de los estudiantes y de los estudiosos. Desde el otro lado, sin embargo, como contrapartida respecto a la difusión de contenidos filosóficos entre los medios de comunicación, se observa que el cómic le ha prestado más atención a la filosofía que la filosofía al cómic.
Referencias
Barrère, J.-J. y Roche, C. (1999): El estupidiario de los filósofos. Madrid, Cátedra.
Castro Lombilla, J. L. (2006): “Mafalda. La vida en un plato de sopa”, en Barrero M. (coord..): Tebeosfera. Bilbao, Astiberri, pp. 255-260.
Cathcart, T. y Klein, D. (2009): Aristóteles y un armadillo van a la capital. Barcelona, Planeta.
Cohen, M. (2010): El escarabajo de Wittgenstein. Madrid, Alianza.
Crumb, R. (2010): Mis problemas con las mujeres. Barcelona, La Cúpula.
D’Agostini, F. (2000): Analíticos y continentales. Madrid, Cátedra.
De Santis, P. (1998): La historieta en la edad de la razón. México, Paidós.
Deleuze, G. y Guattari, F. (1993): ¿Qué es la filosofía? Barcelona, Anagrama.
Eco, U. (1999): Apocalípticos e integrados. Barcelona, Lumen-Tusquets.
Fearn, N. (2007): El filósofo en zapatillas. Barcelona, Destino.
Fernandes, J. C. (2013): La peor banda del mundo. Bilbao, Astiberri.
Gracia Lana, J. A. (2020): “La tesis doctoral como baremo de los estudios recientes sobre cómic y humor gráfico en España”, en Revista Tebeosfera, 3ª época, 13.
Gracia Lana, J. A. y Asión Suñer (coords.) (2018): Nuevas visiones sobre el cómic. Zaragoza, Prensa de la Universidad de Zaragoza.
Kunzmann, P., Burkard, F.-P.y Wiedmann, F. (1997): Atlas de filosofía. Madrid, Alianza.
Lluch-Prats, J., Martínez, J. y Souto, L. C. (eds.) (2016): Las batallas del cómic. Perspectivas sobre la narrativa gráfica contemporánea. València, Anejos de Diablotexto Digital, 1, 341 pp.
Muñoz Redón, J. (2007): Good bye, Platón. Filosofía a martillazos. Barcelona, Ariel.
Pietro, E. (2206): Los cien táleros de Kant. Madrid, Alianza.
Racionero, L. (1977): Filosofías del underground. Barcelona, Anagrama.
Savater, F. (1973): Apología del sofista. Madrid, Taurus.
Stewart, M. (1998): La verdad sobre todo. Una historia irreverente de la filosofía, con ilustraciones. Madrid, Taurus.
Turnbull, N. (1999): Qué sabes de filosofía. Barcelona, Ediciones B.
NOTAS
1 Eco 1999, 262. Palabras del filósofo, semiólogo y escritor italiano a propósito de la serie Peanuts, de Charles M. Schulz.
2 En la novela El juego de los abalorios, Hermann Hesse describe un escenario futuro, un lugar denominado Castalia, en el que la expresión de todo tipo de conocimientos se realiza mediante combinaciones de colores, imágenes y sonidos hábilmente ejecutadas. Pero es un planteamiento, el de Hesse, inscrito en el orden ficcional. En términos más contrastables, Deleuze y Guattari (1993) vinculan la filosofía a la creación de conceptos proyectados en el plano de la inmanencia, del cual a su vez proceden y del que son expresión.
3 Es crucial, en el contexto de este artículo de tintes metafilosóficos, aclarar de qué hablamos cuando hablamos de filosofía. En mi caso, entiendo el término en dos sentidos. En el primero, como un sustantivo abstracto que designa la clase de todas las manifestaciones susceptibles de ser calificadas como filosóficas. Para evitar la evidente circularidad de este aserto, debo añadir lo siguiente: Entre el extremo que defiende la sustantividad de la filosofía o la existencia de una filosofía perenne, y el opuesto que afirma que la filosofía es solamente una actividad de análisis y de crítica, cabe pensar que es una actividad de esa índole que se retroalimenta generando un cúmulo de problemas, respuestas, nombres propios, conceptos y términos específicos que le confieren cierta especialización más o menos académica. Cualquier tipo de expresión que participe de elementos de ese cúmulo o acervo será considerado una manifestación filosófica en mayor o menor grado. Pero en otro sentido, la filosofía es poco menos que un universal antropológico, pues es una actividad consustancial a la naturaleza de la razón, o a la condición humana, cuando se interroga sobre la vida y la muerte. Es en este segundo sentido en el que se oye decir en ocasiones que todo ser humano es filósofo. No se trata desde luego de dos concepciones de la filosofía contrapuestas; más bien al contrario, la primera es un desarrollo cultural e histórico de la segunda, por cuanto la filosofía académica encuentra su raíz en aquel universal antropológico animado por la propia condición racional de nuestra especie. En el presente artículo me refiero a los dos sentidos mediante las expresiones ‘filosofía en sentido estricto’ para el primero, y ‘filosofía en sentido lato, o amplio’ para el segundo.
4 Emanuele (2006) y Cohen (2010) ofrecen sendas compilaciones de filosofía recreativa y experimentos mentales a partir de problemas expresados mediante referencias visuales. Por otra parte, Kunzmann (1997) proporciona un ejemplo notable de representación visual de la historia de la filosofía.
5 No sucumbo aquí a la tentación de asimilar el problema de las relaciones entre cómic y filosofía al problema de la relación entre el cerebro y la mente. No obstante, dicho a modo de apunte, me parece que el monismo neutral preconizado por Bertrand Russell ofrece una alternativa intelectual atractiva para el asunto que nos ocupa, de índole puramente cultural.
6 Fue fundamental un paso previo para la interacción entre cómic y filosofía: la pérdida de la solemnidad que tradicionalmente acompañaba a las exposiciones y estudios filosóficos. Pero no hay que confundir la falta de solemnidad con la ausencia de rigor o de seriedad intelectual. Hacia finales del siglo pasado empezaron a encontrarse en las librerías novedades en sentido pleno, como lo eran los ejemplares de Stewart (1998) o de Turnbull (1999), que son exposiciones rigurosas de filosofía visualmente atractivas y formuladas en un estilo no convencional por entonces. Con el nuevo siglo, se convirtió en habitual que bajo títulos y planteamientos más o menos ingeniosos (p. e. Fearn 2005 o Muñoz 2007) se encontrasen estudios filosóficos nada solemnes. Por su parte, Le bêtisier des philosophes, publicado en Francia en 1997 (Barrère y Roche, 1999) se inscribe en el espacio de desmitificación no ya de la filosofía, sino de los filósofos. Previamente, en 1991, había aparecido El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder, cuyo subtítulo, Novela sobre la historia de la filosofía, pero sobre todo su desarrollo, revelaban que es posible entrelazar contenidos filosóficos en sentido estricto con argumentos más o menos ingeniosos a través de cualquier medio. La serie de televisión titulada Merlí (2015-2018), junto a su continuación, Merlí: Sapere Aude (2019), es otra prueba de la disponibilidad de la filosofía, en este caso para el medio televisivo.
7 Se observará que estos dos enfoques se basan respectivamente en las dos concepciones de la filosofía indicadas en la nota 3.
8 Un ejemplo de mera referencia filosófica en sentido estricto lo proporciona Marjane Satrapi cuando compara en Persépolis la representación de Marx con la de Dios, o cuando simula en la misma obra una discusión entre el mismo Marx y Descartes. Otro ejemplo procede de José Carlos Fernandes en su historieta “El halterófilo metafísico” (Fernandes 2013, 154-155), en la cual, en un contexto atlético, introduce suficientes referencias y términos específicos de filiación filosófica. Además, tanto Satrapi como Fernandes son exponentes de una filosofía en sentido amplio, pero su consideración rebasaría con creces las dimensiones del presente artículo.
9 Crumb 2010, 29-37.
10 Ver Manga de Dokuha.
11 También la relación entre Sartre y Simone de Beauvoir da juego historietístico. Un par de referencias gráficas, breves, a esta relación las encontramos en La mujer leopardo, de Yann y O. Schwartz, y en Vergonya!, de Juste de Nin. Pero la mayor presencia en historieta de Camus, Sartre y Beauvoir es la que aparece en Cómics existenciales, de C. Mohler, unas tiras cómicas en las que el autor lleva el juego caricaturesco con estos tres filósofos (y otros muchos) hasta un absurdo ingenioso.
12 Ver p. e. D’Agostini (2000).
13 Eco 1999, 257-265.
14 íbid. 261.
15 íbid., 264.
16 De Santis 1998: 128.
17 Castro Lombilla 2006, 255. Unos párrafos más abajo, Lombilla refuerza su afirmación inicial: «Si Platón nos legó el pensamiento de Sócrates a través de sus Diálogos, la editorial Lumen nos iluminó con la lucerna de su logotipo reuniendo en el volumen Todo Mafalda el universo filosófico del entrañable y lucidísimo personaje de Joaquín Lavado (Quino)…».
18 Racionero, 1977. El ensayo de Racionero ordena las filosofías del underground en tres apartados: Individualistas, Orientales y Psicodélicas. Las ensaladas de Jodorowsky combinan elementos de los tres grupos.
19 Gracia Lana, 2020.
20 Siempre hay alguna excepción. Recuerdo la sorpresa que me causó hace muchos años encontrar en un libro de filosofía de Fernando Savater un guion para un cómic titulado “Su único amor” (Savater 1973, 77-78). Nótese que me refiero aquí al ámbito universitario específico de filosofía, lo cual no afecta al reconocimiento de otras interesantísimas referencias académicas, como las vinculadas a las Universidades de València (Lluch-Prats, Martínez y Souto 2016), Zaragoza (Gracia Lana y Asión Suñer 2018) o León (colección Grafikalismos, con Eolas ediciones).
21 Ver nota 6.
22 Confío en que no tanto dicha extensión, sino el enraizamiento antropológico de la filosofía en sentido amplio, dependiente de nuestra condición humana, impida que el destino universitario o académico de esta disciplina sea equiparable al de la filología armenia, por poner un ejemplo.