Información de la editorial:
Catecismos. De nuevo, como en el caso de las “biblias de Tijuana”, una denominación que nos remite a cristianísimas guías espirituales. De nuevo, su opuesto: en lugar de rectos principios para salvación de nuestra alma, una impía sucesión de cuerpos entregados a los mayores desenfrenos, en fin, ¡un montón de viñetas pornográficas! Estos “catecismos” circularon en el Brasil de los años 50 a 70 del pasado siglo. Producidos clandestinamente y distribuidos bajo mano en quioscos, garajes y barberías conocieron un éxito arrollador, llegando a alcanzar tiradas de decenas de miles de ejemplares”. Y ello pese a las restricciones, pues no eran underground por nada: su temática los hacía impublicables dentro del circuito comercial de prácticamente el mundo entero, y desde luego del católico Brasil de aquellos días. Más allá de las fantasías de rigor, los catecismos constituyen todo un testimonio de la sexualidad del Brasil de la época, en el que la virginidad era un bien preciado y la sodomía atajo recurrente. Sin embargo, no se detenían ahí, libres de censura, se permitían trasgredir todos los tabúes: la homosexualidad, claro, pero también el incesto o la zoofilia cabían en sus páginas.