Editorial ;
A todos nos enseñaron en la escuela que la linea recta y el círculo son las formas más sencillas. Desde los tiempos de la Grecia clásica, sus geómetros afirmaban ya que las otras figuras derivan de esos dos conceptos elementales.
Sin embargo, en la naturaleza no hay ejemplos de lineas rectas o de circulos perfectos. La Tierra no es completamente esférica, ni tampoco la Luna o el Sol, y la órbita descrita por cualquier planeta es elíptica, y nunca circular. Además, somos conscientes desde Einstein que la luz no se propaga en línea recta.
Es por eso que sentimos gran respeto por el sensacional descubrimiento realizado en años pasados por el francés Aimé Michel, que tanto se distinguió en el estudio de los discutidos OVNIS. Tomando como base las fechas, lugares y otros datos relativos a estos fenómenos, Aimé Michel ideó la "ortotenia", ciencia relativa a las trayectorias de los objetos no identificados, que parecían seguir una sorprendente línea recta.
¿Vamos a creer que los resultados obtenidos por el notable investigador fueron producto de la casualidad, y que cuanto dejó escrito sobre este tema no pasó de hipótesis sin fundamento?
No lo sabemos. Pero bástenos recordar las palabras de un astrónomo, que queriendo demostrar cuán poca materia existe en el espacio, afirmó que la probalididad de que tres estrellas se encuentren al mismo tiempo sobre una misma línea recta, es poco menos que nula.
Guillermo Mendizábal Lizalde
Editor