«Un sonido de cuerno, una avalancha, una cabaña abandonada, un esclavo huido y una operación nocturna improvisada... ¿Quién dijo que los viajes son aburridos?», piensa Thorgal poco después de que comience esta aventura insólita. No puede calificarse de otra manera este episodio. Y más cuando se piensa en todo cuanto acontece en él. Una vez más, nuestro héroe ha dejado a su mujer, que espera a su segundo hijo, y a Jolan «en casa de unos amigos, junto a la costa del gran fiordo del sur». Sin su familia, parte en busca de un barco para llevarse a toda esa gente hacia la Escandinavia del Norte, algo muy complicado, dada la cercanía del invierno. Y a partir de ahí, nada de cuanto sucede puede considerarse normal. La cabaña abandonada se convierte en un lugar desde el que ciertas personas pueden viajar por el tiempo. Por diversas razones, relacionadas con esa alteración temporal, el esclavo que huye bien pudiera ser el célebre tirano de las montañas llamado Saxegaard. Si a ese cóctel, ya de por sí explosivo, se le añade una joven que se prenda de nuestro héroe, nos encontraremos con uno de los episodios más trepidantes de la serie cuya lectura exige un esfuerzo considerable.