Al final del episodio anterior, los Aegirsson dejaban la isla que les había deparado casi tantas alegrías como penas. Según Thorgal, «demasiada gente mal intencionada conoce el emplazamiento de la isla». Decidió que irían hacia el sur, con dos barcas, ya que la familia había aumentado tras la incorporación de Darek y Lehla. Sin embargo, nada invitaba a imaginarse que los personajes pondrían los pies en otra isla extraña, acariciada por el suave aire mediterráneo. Además del clima, «Nuestra Tierra» recuerda mucho al mundo griego. Y no es para menos: sus primeros habitantes llegaron desde Grecia hace mil años. Su mundo, su forma de vida y, especialmente, sus creencias, seguían inmersos en aquella antigua civilización. La saga de los Aegirsson adquiere así un aliento homérico: Thorgal, como si fuese Ulises, recorre toda Europa con el deseo de encontrarse con Aaricia, su Penélope, quien lo aguarda pacientemente. Con este episodio ambientado en «Nuestra Tierra», se rinde homenaje a la cuna de la cultura occidental y, en especial, a su mitología. Pero la odisea de los Aegirsson continúa.