Thorgal tiene la piel dura. Aún bajo los efectos del veneno que le administró Heraclio al final de El bárbaro, se muere lentamente. Pero Frigg decidsalvarlo: le concede dos días para viajar por el Entremundo hasta un palacio situado fuera del tiempo. Allí vive recluido Manthor, un mago nacido de la unión de unadiosa y un humano. Odín mató al padre, expulsó a lamadre y a su retoño de Asgard, e impidió que vivieseen Midgard. Manthor cuida de Thorgal, lo cura y logrque Jolan, que acompaña a su padre en su búsqueda, lprometa que se convertirá en su discípulo. Este guiohomérico —Méntor es el nombre del preceptor de Telémaco, hijo de Ulises— marca la conclusión de la desastrosa odisea de los Aegirsson en el Mediterráneo. El sacrificio es un episodio innovador en más de un sentido: Aaricia y Thorgal regresan por fin a Northland para encontrar la tranquilidad que han buscado eotros lugares, Jolan deja a los suyos para convertirse en el héroe principal de futuras aventuras... que imaginará otro guionista en un universo gráfico completamente distinto y, para dar cuenta de la magnitud de tal ruptura, Thorgal, de manera excepcional, derrama una lágrima en la última viñeta.